En días pasados conversaba vía telefónica
con un amigo que desde hace siete años vive en Bogotá, alguien que decidió hace
tiempo moverse de este país, ya que tuvo la oportunidad y tomo la decisión de
hacerlo. Esa conversación me llevo a pensar: Porque yo no me he ido de mi
país?. Tengo un titulo, conocimiento, experiencia y habilidades que me
permitirían desempeñarme adecuadamente en cualquier parte del mundo. Pero por qué no lo he hecho? Por qué no lo hice años atrás ?.
Tengo más de 25 años de graduado como Lic. en Contaduría Pública, creo que he hecho una excelente carrera como profesional y como empresario, aunque en los últimos años he enfrentado muchas dificultades, que son crecientes, he logrado mis objetivos, pero aun continúa la pregunta.
La respuesta es muy sencilla, no vi la
necesidad de irme de mi país. Vengo de una familia de clase media, digamos baja.
Mi padre, Inspector de Salud Pública, ya jubilado. Mi madre, con el mejor, pero
peor pagado trabajo que existe, Ama de Casa. No teníamos bienes de fortuna,
pero si un país con oportunidades y confianza en él. No necesite más que mi
esfuerzo y obviamente en muchos casos, la ayuda de mis padres y de mis tíos
Félix, Betilde, Elvira y Geo, quienes ante cualquier necesidad estuvieron allí
para apoyarme, como lo hicieron y como lo hacen muchos tíos, padrinos y amigos, con
muchas personas que al igual que yo, alcanzamos títulos universitarios y luego
excelentes posiciones de trabajo. Siempre les estaré agradecido.
Trabajé antes de empezar a estudiar en la Universidad del Zulia, como muchos lo hicieron y siempre pensaba y visualizaba lo que iba a lograr al terminar mis estudios y lo hice, en mi país, repito porque era un país de oportunidades, donde no se discriminaba a nadie por su inclinación política, ni por ninguna otra condición de raza, credo u origen. Por eso nunca pensé en irme, no me hizo falta.
Mi hija mayor es Medico y este próximo
martes recibirá su segundo título, por su Postgrado de cuatro años en Cirugía
General, no me pregunten cuanto es su sueldo, da pena. Paula habla un muy buen Ingles y pronto
termina el Portugués. Mi segunda hija Patricia, es Ing. Electricista, tiene
tres años de graduada y no consigue trabajo en su área, en un país con tanto
problemas en ese sector y los Ingenieros Electricistas, como muchos otros
profesionales, hacen de todo menos usar los conocimientos que recibieron, habla
muy bien Ingles y Francés. Mi hija menor Pamela, es Chef, graduada en Maracaibo y con
estudios posteriores en el Instituto Culinario de Caracas, trabaja en un
restaurant cerca de nuestra casa, tampoco quisiera decirles cuánto gana. Maneja bien el Ingles y entiende bastante el Francés. Mi hijo Eduardo
José, último año de bachillerato, veremos que decide estudiar después, pero el próximo año va a mejorar su ingles.
Hoy día,
a todos, a todos ellos, les digo que se vayan del país, si es su deseo. Por qué?
Sencillamente porque aquí no hay oportunidades. No es mi tiempo, es el de
ellos. No es la condición de país que yo viví, es el tiempo de evaluar
condiciones y decidir. Ellos deben decidir, si quieren seguir siendo tratados como
los alemanes trataban a los judíos, si quieren quedarse aquí fajándose,
defendiéndose y luchando por ellos y por su país, o simplemente tomar su conocimiento, su coraje y su pasaporte y marcharse, buscando algo
mejor. Es su decisión y sea cual sea yo los apoyaré. Nunca he criticado a quien
ha buscado nuevos horizontes y no lo haré. Además que la experiencia me ha enseñado que viajar y conocer
otras culturas es muy enriquecedor.
Pero por que menciono la Lista Criolla de
Schindler? Que tiene que ver con lo antes narrado? Pues mucho. Ese amigo que
mencioné al principio, me decía que él se sentía como Schindler, el empresario
alemán que salvo a más de 1.000 judíos polacos de ser asesinados en esa barbarie, en
el holocausto que dirigió Hitler. Se siente de esa forma, porque ha podido ayudar
a varios venezolanos a salir de este holocausto, consiguiéndoles posiciones de
trabajo en Colombia. Así como este
amigo, hay muchos amigos de otros que han ayudado a muchos miles de venezolanos
a ubicarse en ese y en otros países. Otros no han tenido ayuda, pero han
“decidido escapar” del holocausto por sus medios y también lo han logrado.
Muchos otros, lamentablemente, han tenido que regresarse, ya que tampoco es
fácil vivir en otro país, dejar sus
familias, sus amigos y a un hermoso país como es Venezuela.
Le pido a Dios todos los días, que esta
pesadilla pase, que se apiade de nosotros, de este país maravilloso y nos ayude
a contener ese odio que han sembrado en nuestro pueblo. Que se acabe este
holocausto y que los jóvenes (y los no tan jóvenes), profesionales o no, tengan
oportunidades de desarrollarse humana y laboralmente, sin tener que estar o no
estar en una lista. Que nos ayude a todos los venezolanos a entender que es mejor y más barato vivir en
paz, en lugar de estar en este constante enfrentamiento, que nos está acabando
a todos.
Que la Lista Criolla de Schindler, no siga
creciendo. Que quien quiera cruzar nuestras fronteras sea porque quiere, no por
huir de un holocausto, que entre otras cosas, vamos a seguir combatiendo este
próximo 08 de diciembre.
Dios los bendiga.
Eduardo J. León Hernández
Diciembre 01, 2013
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