Es muy común en nuestra sociedad ver el
fenómeno del maltrato conyugal, principalmente hombres que golpean a la mujer,
aunque a la inversa también ocurre, se ven casos. Esta actitud no solo conlleva
golpes, también hay maltratos económicos, verbales y sicológicos, que
complementan el cuadro.
Muchos de esos cónyuges, ya se han
acostumbrado al vejamen, su marido les tiene puesta la bota en el cuello, los
asfixia; y cual sinvergüenza, le agradecen esa acción, ya están convencidos de
que no tienen otra forma de vivir.
Hay otros que piensan un poquito
diferente, no mucho. Creen que pueden seguir aguantando, que hay que tener
paciencia, que va a venir el momento en que las cosas van a ser diferentes,
pero que hay que aguantar, callao o susurrándoselo solo a los amigos. Alguien
los va a ayudar.
Pero una muy
buena parte de este tipo de cónyuges, se cansan, se obstinan, se arrechan; eso
es lo que ha venido pasando en nuestro país. Desde el principio de este siglo,
hemos venido siendo maltratados, todos, sin distinción. Muchos no quisimos esta
relación, pero por aquello de ser demócratas, respiramos profundo.
En diferentes
oportunidades, hemos tratado de romper este vínculo con el que maneja los
reales. Paros, marchas, protestas, huelgas, en casi cada año. Por diferentes
medios pacíficos, tratamos de dejarlo hasta aquí y comenzar una relación más
armoniosa, empezar con alguien más que nos entendiera, que nos ayudara y nos
diera nuestro real. Que nos tratara con cariño, que no estuviera amenazándonos
a cada rato, que no nos insultara. Que nos permitiera vivir en paz !
Hace casi un
año llegó ese momento, coño al fin sabíamos que íbamos a quedar viudos. La vida
hizo lo que nosotros no pudimos o no tuvimos las bolas suficientes para hacer,
pero como en una pesadilla, se volteo la vaina, el cuento feliz se empezó a
poner de nuevo muy oscuro. Ante nuestros propios ojos, el carajo, antes de
morirse, antes de dejarnos solos y con la chequera en la mano, convenció a una muy
buena parte de los ciegos, con la ayuda de los interesados, en que uno de sus hijastros
seguiría dándonos carajazos, para que aprendiéramos, pero eso si con mucho amoooor.
Los cónyuges sinvergüenzas, lo aceptaron y se prestó para ello toda la corte de
malandros celestinos que siempre lo habían ayudado y siguen ayudando a su mafia
a seguir controlando la familia. El Padrino se quedo pendejo!. Palabras más,
palabras menos, con sutileza de cuento, con un humor comparativo, negro y
satírico o con una dura tristeza, esto es lo que hemos estado viviendo en este
país.
Pero hasta aquí
llego la vaina, dijeron los mas jóvenes, los que de verdad tienen el coraje y
la verdadera rebeldía, hasta aquí, no se lo calan mas y como dicen los gochos, (que
por cierto siempre han sido arrechos, solo que allí se cumple aquello, de que líbrame
del agua mansa que de la brava me libro yo) aquí se acabó la verga. O este carajo
se va o lo vamos, se va de la casa pero ya, sin nada y con la seguridad de que
lo que se haya llevado, prestado o regalado, lo vamos a buscar y a recuperar. Además
de que nos va a pagar todos y cada uno
de los maltratos físicos, sociales, económicos y sicológicos a los que nos han
sometido. El y su cuerda de malvivientes.
Aquí ya no hay
chance para conversar, para caricias de arrepentido, para un mea culpa o un
vamos a sentarnos a conversar, busquemos espacios, démonos un tiempo y con la
ayuda de un terapeuta o de alguien experto en diferencias, tratemos de entendernos,
NO. Esto se acabo y punto. Te vas pal carajo o te saco. NO hay vuelta atrás.
Esa es la razón
por la cual en ese llamado reciente del gobierno a una conferencia de paz, no
fueron los estudiantes, ni fueron los políticos que se han expuesto, no fue
nadie representativo del pueblo, con la excepción que debo hacer de tres o cuatro
personas que le dijeron, con mucha decencia, pero con contundencia, la verdad a
todos los allí presentes. Los demás, son una cuerda de jala bolas, cobardes,
que tratan de ganar tiempo o tratan de congraciarse, algunos para seguir en lo
mismo y otros para llenarse, con los pescados del río revuelto.
En nuestra
historia y en la del mundo, está demostrado que las dictaduras, no salen con
votos y menos este tipo de dictadura disfrazada, que controla todo. Las
dictaduras (y acoto que los hechos recientes están demostrando que esta no es
tan dura) salen a coñazos.
Quienes son
estos señores que se fueron a reunir con el gobierno para tomar la decisión del
pueblo? Quien carajo se creen para tomar una bandera que han estado enarbolando
principalmente los jóvenes, los estudiantes, las mujeres y los hombres que le
han echado bola cerrando calles y avenidas en todo el país? Unos se caen
carajazos y otros arreglan la pelea ?.
No señores,
aquí nadie recula, aquí nadie va para atrás. Los muertos, heridos y presos, son
Venezolanos que han puesto el pecho y su vida por este país. Gente que no solo retó
al diablo, lo vieron venir y no huyeron, lo están enfrentando.
Esta dictadura, es como el marido
borracho que cada vez que le da la gana, llega rascao, golpea a la mujer, a los
muchachos, los mata de hambre y se gasta los reales con otras u otros. Es del
tipo, que no se cura con ninguna terapia y que solo dejan de echar vaina,
cuando lo atropella un carro en la calle o la mujer se cansa y lo bota a
coñazos.
Saludos y que Dios los bendiga y
proteja.
Eduardo J. León Hernández
Febrero 28, 2014