lunes, 29 de octubre de 2018

EL CHISME Y SU RELACIÓN CON LO INCONSCIENTE


Recién terminé de releer un libro escrito por Sigmund Freud, titulado el Chiste y su relación con lo Inconsciente, publicado en 1.905. Este libro por razones que no recuerdo, pasó de la pequeña biblioteca que tenía mi padre a mis manos y lo leí ya hace un tiempo, sin comprender muchas cosas en ese momento, por su profundidad y la manera de escribir de su autor. En él hay finalmente una comparación entre chiste, comicidad y humor, muy interesante, que bien leído, nos lleva a pensar de nuevo en nuestra infancia, en nuestra inocencia, en esa forma tranquila y feliz de vivir. 

Freud hace una minuciosa explicación del porque los chistes provienen de nuestro inconsciente, que no es el objeto de este escrito, pero me dio una muy buena base para orientar la explicación del chisme, el cual, dependiendo del momento y el ambiente cultural de cada quien, puede conocerse también como brollo, murmuración, rumor, comidilla, enredo, etc., son muchas las formas de llamar a esta actividad, harto ejecutada en nuestra sociedad y que podemos definirla como: Una noticia verdadera o falsa, o un comentario, con el que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras, o simplemente lograr murmurar sobre ella.

Muchas veces para la ejecución del chisme, precisamente el chiste es parte integral de él. Quien inicia el chisme, trata de echar a rodar una noticia para calumniar, perjudicar o hacer reír a otras personas con algo ocurrido a un tercero, quien es el objeto de esa agresión; en este caso es la burla la base del chisme.

El chisme tiene varias características u orígenes: La venganza o la traición, el simple placer de ver sufrir a otro, el producido por la mitomanía, el del “periodista” del grupo o de la cuadra, el que no puede quedarse callado; también está el chisme político, el corporativo o de gerencia, el chisme policíaco y el del sofisticado espionaje.  Hay un elemento común en todos y es la necesidad de sobresalir, pero sobretodo, el de hacer daño, casi siempre consciente, aunque más adelante explicaremos su relación con lo inconsciente.

El chisme de venganza, es aquel que simplemente se lanza para hacer daño a alguien por algo que nos hizo algo o creemos que nos pudo haberlo hecho y como no somos capaces de defendernos de frente, de afrontar esa situación, ponemos a “correr alguna bola” que lo pueda perjudicar. También está el chisme de la traición, esas penosas ganas de repetir algo que conocemos de algún amigo o relacionado, que no necesariamente tiene que ser falso, pero que el solo hecho de darlo a conocer, afecta a esa otra persona que nos confió su secreto o esa condición difícil en la que se encuentra.

Hay otros que disfrutan el chisme con sadismo, ya que es una diversión ver sufrir al otro. El tener el poder de hacer creíble algo sobre alguien, es maravilloso para algunos y aprovechan esa condición para ver y percibir que otros son capaces de destrozar al sujeto del chisme; de estos hay muchos más de lo que creemos.

El caso del mitómano es muy particular, ya que los chismes que se originan en su mente tal vez no provienen de su deseo de hacer daño (pero lo hacen). Dada su condición de embustero, en ocasiones inventa algo sobre alguien, con minuciosos detalles en cuanto a tiempo, dimensión y lugar de ocurrencia. El mitómano no puede evitar ese comportamiento y da rienda suelta a su fantasía si consigue a alguien que le preste atención. Mientras más lejos llegue su creación, más satisfecho se sentirá.
    
En nuestra época actual, el chismoso periodista abunda, se ha multiplicado por la existencia de las redes sociales. Anteriormente, ese papel lo jugaban principalmente “las viejitas” (algunas no tanto) del vecindario, quienes muy atentas recibían la información de todo lo que ocurría y por medio de sus redes personales, o sea, la comadre, la cuñada, el tendero, el chofer del autobús, el vendedor de periódicos, etc., daba a conocer a diario lo que llegaba a sus oídos, no sin ponerle un “picantico”, ese agregado personal, con marca única, que hacía más satisfactorio hacer correr la información. Hoy día en las redes sociales, la cosa es más complicada. Cualquiera toma una información de vieja data o mal intencionada y la publica para causar un efecto malévolo y hacer sentir mal a quienes lo leen. En algunos casos, la gente que lee esa noticia puede sentir alegría, pero su desilusión es terrible cuando días después descubre que la han engañado. Las redes sociales requerirían de un estudio avanzado, que no es el objeto de este escrito, pero todos las que las usamos, sabemos el daño que hacen las mentiras, que repetidas, a veces se hacen verdades.

Hay un cuento sobre un joven (llamémoslo Luis) que entra a un motel de carretera, de esos bien alejados y discretos y se encuentra con una vecina, que también iba al mismo sitio obviamente que con el mismo propósito, pero con alguien que no era su esposo. La señora (Candy) al verse descubierta, espera un rato va y toca la puerta de la habitación donde se encuentra el joven y le entrega 500 dólares, con la condición de comprar su silencio. Raúl, quien difícilmente recibía esa cantidad de dinero en varios meses y con esa facilidad, toma el dinero y asiente mudo el acuerdo. Días después, está el joven reunido con sus amigos en la esquina de su cuadra y ven llegar a la mencionada señora, quien desciende de un vehículo que se estaciona algo retirado de su casa. En ese momento empiezan los comentarios propios de este tipo de situaciones, cada quien daba opinión, que si era esto, que estaba con no sé quién, que era el jefe de la señora, en fin, eras variadas las especulaciones, pero solo Raúl sabía realmente lo que ocurría, era el mismo carro del motel y no podía decirlo, habían comprado su silencio y no se sentía bien rompiendo su acuerdo. En virtud de lo que está aconteciendo, un temblor corre por su cuerpo y sale casi volando a su casa, toma los 500 dólares y va a la casa de Candy. Le toca repetidamente la puerta, al ella abrir, le devuelve su dinero y sin dejarla hablar le dice: Lo siento, esto que llevo por dentro es más fuerte que su dinero. Inmediatamente da la vuelta y corre de nuevo con sus amigos. Ese es un ejemplo (real o ficticio, juzgue usted) de como un chisme, un buen brollo, no tiene precio. El prestigio del chismoso, de ese que no puede quedarse callado, estaba en juego.

El chisme político, no hay que explicarlo mucho, es el que sale para dañar la imagen del contendor, es lo que conocemos como guerra sucia, donde salen a la luz pública aspectos oscuros o grises del objeto del chisme o sencillamente se inventan situaciones con la finalidad de dañar su imagen y credibilidad ante los votantes. También está el chisme o los rumores que los propios políticos crean para evaluar algún aspecto de la ejecución de su gestión o descubrir algún traidor cercano en su administración.

Está también el chisme corporativo, el que funciona dentro de todas las organizaciones. Gente tratando de hacer daño a otro. Aunque aquí aplican varios de los mencionados anteriormente, está el dirigido a “mal poner” a alguien para tomar su puesto o sus beneficios. La envidia en su sentido amplio y la corrupción, son los principales factores que aquí prevalecen. Es aquí donde radio pasillo hace su mejor trabajo. Este mecanismo de (des) información, normalmente usado por gerentes y supervisores funciona en varias vías. Sirve para para probar reacciones por acciones que se realizarán. Simplemente se comenta “el secreto” a algún trabajador que saben es chismoso, de manera de que este sirva de transmisor de la información y se espera el resultado a los pocos días u horas, cuando otros han escuchado el asunto y alguno le comenta de vuelta al mismo generador de la información, su parecer sobre ese secreto que escuchó por allí. También está el chisme que se lanza, siendo mentira para sacar verdades; simplemente es una afirmación falsa que se hace sobre alguien o algo para que él o los afectados, lo escuchen y dependiendo de su respuesta o actuación, se deduce la verdad que envuelve el hecho. El chisme corporativo u organizacional, no es algo exclusivo de la empresas, aplica en la universidad, en la iglesia, etc., en cualquier ámbito en el cual el ser humano interactúa y donde existen jerarquías o grupos de poder.  

El chisme como el chiste, necesitan al menos tres personajes, el que lo genera, el que lo escucha y el afectado por el cuento o la calumnia. En muchas ocasiones el chisme causa risa o burla, porque está diseñado para eso, o puede causar lo opuesto, desprecio, molestia o descrédito. En la antigüedad algunos filósofos encontraban a la risa como algo inmoral y arrogante, porque «al descubrir un vicio o una desgracia en el otro y reírnos por ello con menosprecio burlón, sólo provocaremos una reacción violenta». Aristóteles afirmaba que esa burla es la manifestación de un sujeto que arroga superioridad: «El que ríe de otro afirma más o menos orgullosamente su yo». Para Henry Bergson «en la risa observamos siempre una intención no declarada de humillar». Esas citas tomadas del libro de Freud mencionado en el primer párrafo y hacen un símil perfecto entre el chiste y el chisme que no es necesario explicar.
                  
Hay otro concepto que es necesario desarrollar para completar el tema. Entendemos por Inconsciente a aquel “Que ha perdido el conocimiento y generalmente también la capacidad de percibir y darse cuenta de lo que le rodea” y podemos agregarle que es un estado donde la mente parece estar dormida, pero sabemos que realmente está activa todo el tiempo. Una segunda acepción es el adjetivo que describe a una persona “Que obra de forma irreflexiva e imprudente o que no mide las consecuencias de sus actos ni el riesgo que comportan”. Este último, es el aquí nos interesa.

Estas descripciones antes señaladas le caben como anillo al dedo a las personas que detentan el poder y el fanatismo hacia el chisme y la mentira, lo hacen porque desean hacerlo y de forma irreflexiva hacen daño sin importarles sus efectos y consecuencias, pero lo realizan estando en sus cabales, o sea lo hacen conscientes de su daño. Solo en el caso del mitómano, pudiese haber una “excusa amoral”, ya que su acción es más bien compulsiva, parte de una enfermedad que le es difícil controlar.

El chisme y el chiste no existen en la niñez, los niños no tienen consciencia de lo que es “malo o bueno” a su corta edad y en eso se diferencian enormemente de los adultos adictos a estos actos, aunque debo reconocer que los niños de hoy día cada vez son más precoces y sorprenden con algunas declaraciones y acciones, pero no tienen la capacidad para formular un chisme. Los términos como parodia, ironía, sarcasmo, sátira o ridículo le son ajenos al humano en la temprana edad.

Hay chistes que pueden ser «inocentes», ya que están desprovistos de toda tendenciosidad, puede poseer un rico contenido y exponer algo muy valioso. En el caso del chisme, difícilmente podrá ser inocente el interés de dañar a alguien y sus consecuencias. Tomando símiles, el chisme tendencioso está destinado a la agresión, la sátira o a una posible cobarde defensa. 

Otra fuente de chisme muy común, es ese secreto que alguien cuenta a su mejor amigo, pero esa persona también tiene otro mejor amigo y así sucesivamente la información se esparce, todos los mejores amigos se enteran y lo más grave, normalmente en el camino se modifica. En este caso, a veces somos nosotros mismos quienes hacemos volar el chisme.  

La invectiva, ese discurso acre y violento que secretamente lanzamos sobre algunas personas, con un mal sano interés, eso que llamamos chisme, hace un daño enorme, que no medimos, que no consideramos realmente ni en nuestro círculo social, ni en la iglesia, ni en nuestras empresas o instituciones de estudio. Es un cáncer que carcome el tejido de la amistad y el buen desenvolvimiento de las relaciones humanas.

Todo esto nos lleva a preguntarnos por qué alguien siente la necesidad de inventar una noticia que involucra a otra persona, especialmente cuando las presenta de formas perjudiciales para su imagen. Puede deberse al resentimiento por no haber alcanzado los propios sueños, que deriva en la envidia y la necesidad de destruir a quienes sí lo han hecho. Pero, aunque parezca difícil de creer, incluso los chismes más peligrosos pueden surgir de forma inconsciente, hasta por aburrimiento. El ocio mal ejecutado (el ocio no necesariamente es malo), puede llevar al ser humano a convertirse en generador de malas acciones y perturbar la vida de muchos.

Como se dijo antes, para que un chisme funcione, se necesitan tres, si no somos chismosos originadores, con no convertirnos en receptores estaríamos rompiendo la mal sana cadena y el chisme desparecería, por lo que con dar un paso a un lado e indicarle al chismoso que no nos interesa escuchar, evitaríamos hacer un daño.

Andar por la vida con la verdad, es lo mejor, aunque puede ser peligroso, hay muchos que la detestan, porque “La verdad es como una antorcha que no se puede llevar a través de una multitud sin chamuscar a alguien las barbas”, leí por allí. Quien no quiere que sus barbas se quemen, que se aparte del camino o que las ponga en remojo.



Eduardo J. León Hernández
Octubre 29, 2.018

jueves, 18 de octubre de 2018

TU ERES UNA PERLA Y YO UN PATÁN









Cuando yo te conocí
Tú estabas sentadita
Como una rosa bonita
Con un vestido e´colibrí

Había música y comida
Estabas en una fiesta
A la que por casualidad
Sin estar invitado, asistí y te canté
Y como Blanca Nieves en su siesta
Tú te quedaste en mi vida

Linda mujer, preciosa merideña
Esa, la misma de la rondalla
Fue en la que me inspiré
Y se quedó entre nosotros
Como una hermosa medalla
Con sabor a dulce hecho en leña

Conoce a esta niña linda
Así te presentó Nellita
Es la hermana de Antonita
Bailen, gocen, que Riquilda brinda

El gran combo Santa Rita
Tocaba allí esa noche
De las damas era el bonche
Fue una noche alegre, bien bonita

Yo venía de un embarque
Buscando otra diversión
Pero Dios me dirigió
Como a muchacho en un parque
Y te puso a ti en el frente
Mi más bella bendición

Allí empezó está función
Que tiene ya tantas mañanas
Tan linda como flor de sabana
Con toda una vida de duración

Tu siempre serás mi Perla
Mi muro de contención
Y yo solo soy tu Patán
Agradecido siempre a Dios
Por tu amor y tu atención



Eduardo J. León Hernández
Octubre 18 de 2.018

jueves, 11 de octubre de 2018

TÍO SIMÓN Y EL AMOR



Hoy me tocó quedarme con los nietos en la mañana y hacerles el desayuno, cosa que disfruto un mundo, normalmente cuando cocino pongo algo de música y hoy el turno fue para Simón Díaz, el gran Tío Simón. No Leda, no es mi compadre, él debe andar haciendo sus vueltas, si es que consiguió gasolina.

El Tío Simón, tiene un enorme repertorio, el más fructífero y variado de la música venezolana. Él le cantó a todo, a los viejos cuando están tratando de quemar esos últimos tiros, en esos momentos que sienten que ya se les está acabando la vida y consiguen una potranca que les para. No sabemos cómo se desenvuelve ese amorío, sabiamente el Tío lo deja a la imaginación de cada quien.

También le canta a un amigo, al esposo de Mercedes, cuya amistad aparece después de que ella es deliciosamente engullida por un caimán. Ella era una mujer que se bañaba en el río, que parecía una esmeralda con flores de chupa-chupa, a quien él amigo no puede dejar de mirar, un amor y una amistad bien rara, donde valió más la lujuria que la vida.

La canción a Mariposa, la vaca que protege a su becerrito porque sabe cuál es su futuro y junto a todos los animales de la sabana le llevan flores y frutas para hacer más agradables sus días. El Alcaraván, ese picudo volador que hace su extraño ruido cuando hay peligro o quiere comunicarse, al que ningún otro quiere enfrentarse, igualmente tiene un cupo.  

La luna, como para todo buen compositor, es una gran inspiración para este poeta llanero. En una canción la luna lo mira y él no sabe por qué, ya que él tiene su ropa limpia, ayer tarde la lavó. También el Loco Juan Carabina aprovecha para caminar bajo su luz y al ella desaparecer, el Loco se pierde en la llanura y cuando la luna vuelve aparecer se pone a llorar; la llama a la plaza para conversar y hasta lo han visto pasar con la luna de la mano. Y ni hablar de la Luna de Margarita, que es la voz, la luz y el amor; esa perla ubicada frente al mar de las Antillas, para vivir, para gozar, para soñar.

Cantarle a Barinas, ese grito llanero que lo inspiró, que le nació del te quiero, donde destacan sus paisajes frente a las cumbres andinas, con caminos de palma y sol, pintados con pinceles de un arrebol, el llano de sus amores. Cantarle a Caracas, su otro amor, una canción que no es de su autoría, la compuso el maestro Billo Frómeta, pero Tío Simón, como muchos de nosotros, la hizo suya, siempre la incluía en su repertorio, era junto a Mi Querencia su segunda Alma Llanera, como la Grey Zuliana para los zulianos.

Simón compuso y cantó muchas canciones al amor, a la mujer, como la que compuso a Cristal Montañez electa Miss Venezuela en 1.977. Le cantó al llano, a los ríos, al campo y a sus habitantes, al despecho, a la infidelidad, a la madre, a los hijos, a lo más sublime, siempre el amor estaba y está presente en los cientos de canciones que compuso, publicadas e inéditas, esa era su marca.

Escuchando a Simón está mañana, recordaba a mi gente, a mi nación, a mis buenas cosas y causas, a mis amigos y amores, a mi tierra y mis árboles, a mis animalitos. Por un momento me detuve a pensar, a recordar bonito cada etapa que he vivido, todos esos momentos que me marcaron, los no tan buenos, pero en especial los buenos, los excelentes, los que son irrepetibles, los muchos que he vivido y no pude evitar llorar. 

Esa mezcla de cosas y memorias buenas con las tristes, las bodas y cumpleaños junto a las caras de quienes ya no están, los éxitos y los fracasos, el caerme y levantarme de inmediato o el quedarme en el suelo por un momento para reflexionar y ver como quitar esa piedra del camino. Las comidas, los encuentros con los amigos, las discusiones en el condominio, las cenas de navidad, comerme un pastelito de papá y queso, una hallaca de plátano, tantas cosas pasaron por mi mente en tan solo momento, realmente entendí la capacidad de procesamiento que el cerebro tiene.

Hoy no quiero escribir sobre otra cosa que no sea sobre música, paz y amor, hoy que es jueves de recuerdos, solo quiero tener presentes los momentos gratos, ver las fotos de mis hijos y mis nietos cuando chiquitos, los recuerdos de mis perros, las siembras de mi granja, el chinchorro y el tanque de agua. 

Quiero escuchar de nuevo al Tío Simón y a los Beatles, a Sting y a Montaner, volverme a las fiestas de los años setenta con esa música que no desaparecerá nunca, porque no podrá ser reemplazada, esa generación es irrepetible. Quiero volver por un día al pasado, a mi pasado, a ese que me enriqueció el alma y el espíritu, que me enseñó a pedir la bendición a mis padres, abuelos, tíos, padrinos y a cualquier persona mayor que merecía ese respeto; a decir buenos días, buenas tardes, buenas noches.

Hoy quiero seguir escuchando al Tío Simón cantando: “Que vale más”. Esa hermosa canción donde se pregunta qué vale que una mirada de tus ojos? Y que nada es comparable contigo y tus caricias. También repetir a mis oídos los temas que interpreta el Rafael “Pollo” Brito, con su incomparable arte, haciendo un maravilloso homenaje a Simón. Son muchos los que cantaron con él en vivo y grabaron sus temas, que interpretan y lo harán por siempre, porque son canciones únicas, salieron de un corazón, un alma y una mente que se apagaron para nosotros, pero que en el cielo siguen componiendo, declamando, cantando para el Creador. Tocando el cuatro en el cielo a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, a quien el Tío también le cantó en la tierra.

Hoy me voy a imaginar que estoy en Barbacoas, la tierra que vio venir al mundo al Tío Simón, que me muevo por San Juan de los Morros lugar donde creció y se hizo hombre a destiempo para sustituir a su padre desaparecido. Voy a tomarme un café en su nombre, para recordar el Fama de América o el café Imperial. Voy a buscar un Clavelito Colorado para regalárselo a mi esposa, ya que es difícil conseguir ahorita una Flor de Apamate.

Para todo Venezolano que me lee, añorando tiempos mejores, aquí adelante les regalo la letra de Así es mi Tierra, no es la más famosa de las canciones del Tío Simón, pero es la que mi hoy me llega al alma.  

Tierra mía quiero cantarte, me lo pide el corazón,
porque la naturaleza hizo un cuadro de tus campos 
con el toque de una flor.

En la palmera coqueta, sopla el viento de mi llano  
se mece y revolotea y la brisa se marea con un olor de mastranto.
Sube la tierra mojada, se motiva el sentimiento 
y se baña en la laguna, un pedacito de luna 
que salió de los esteros. 

El potrero y la tonada son un mismo amanecer,
y es el alma del llanero, con sus nuevas esperanzas, 
de alegría y de fe.



Eduardo J. León Hernández
Octubre 11, 2.018

miércoles, 3 de octubre de 2018

CUANDO UN HIJO SE VA AL CIELO


Cuando un hijo muere antes que sus padres, es una situación terrible, dolorosa, muy triste. Es para mí, algo contra natura, va contra la “ley de la vida” que conocemos. Pero la vida, realmente no tiene leyes, es Dios quien maneja sus hilos y decide que, cuando, donde, como y a quien ocurren las cosas. Quienes no creen en Dios se lo endosan a alguna fuerza divina, al universo, a las energías, en fin; cuando se refiere a la muerte, alguien maneja esos hilos, no nosotros.

En no pocas oportunidades he escuchado, que cuando alguien pierde un hijo, todos los padres sufrimos ese dolor; eso no es cierto del todo. Muchos padres sentimos y compartimos ese pesar, nos imaginamos lo que debe sentir un padre, una madre, cuando un hijo se va antes que ellos; pero sentir ese dolor punzo penetrante en el alma, en el corazón, en la mente, en todo el cuerpo, solo ellos saben cómo es.

La semana pasada terminó para mí y para muchos con una noticia muy triste, la hija de un gran amigo, de uno de mis más queridos profesores de la universidad, con quien he compartido muy buenos momentos, partió al cielo. Pero es que además, ella era muy querida para mí, una bella amiga. Nahir Contreras y yo trabajamos juntos en Espiñeira Sheldon & Asociados (Price Waterhouse) por varios años y compartimos momentos excepcionales. La familia de Nahir, en especial su padre, Ramón Contreras, son personas sencillas, educadas, trabajadoras, decentes, colaboradoras, pero sobre todo humanos, humildes y cariñosos, en su trato hacia los demás.

Nahir ya hace algunos años buscó nuevos rumbos, formó su familia y se forjó un futuro, basado en una trayectoria laboral y en su dedicación. Hizo lo que aprendió a hacer, trabajar y trabajar bien, dando lo mejor, no solo como profesional, sino como persona. Eso fue lo que vio en su hogar. No conocí en detalle cómo era su casa, pero no me hace falta para reconocer quien era. 

Una hija con la educación de unos padres de la calidad como los que tiene, porque allí están, no puede haber caído en tierra árida. La educación que mi amigo le brindó, junto a su familia, no puede ser diferente a lo que él refleja: sabiduría, paz, carácter, personalidad y sobre todo don de gente. Así he visto siempre yo a Ramón, a quien por razones de distancia no puedo acompañar en esta hora tan triste, a quien no he querido ni siquiera intentar llamar por teléfono, por lo que preferí escribirle esto, si es que puede verlo; él está bastante enfermo, según he sabido de amigos comunes de mi Maracaibo. En algún momento espero que la vida me permita darle un abrazo.

Pero como dije antes, Nahir y yo trabajamos juntos, en una institución que es la mejor escuela que un Contador Público puede tener. La gran cantidad de amigos que Nahir tiene, porque están allí, sé que comparten mis sentimientos y el pesar de su partida, lo doloroso que ha sido, por lo repentino, por lo inesperado, ya saben, por ser algo que nunca se espera que ocurra a una persona joven y llena de vida como ella. Sé que en estas palabras reúno el sentir de todos sus amigos y colegas de Espiñeira Sheldon & Asociados, de todos aquellos que compartimos con ella tantos momentos, alegres muchos, difíciles unos cuantos. De todos los que recordamos su bella sonrisa, sus sonoras carcajadas y la expresión de esos hermosos, grandes y brillantes ojos que Dios le regaló.

Nahir, no sé si desde donde estás puedes leer estas letras, pero quiero que sepas que cualquiera sea la razón por la que Dios decidió llevarte, espero que tu vida en la tierra haya sido muy buena y fructífera, que te hayas divertido mucho, que Dios y la Virgen residan en tu corazón y que a pesar de lo inesperado, abandonaste este mundo en paz. Deseo también que en el núcleo en el que viviste y te desarrollaste, muy a pesar de los errores que seguro cometiste como todos los humanos, aprecien quien fuiste, que seas un gran ejemplo para los tuyos y para todos nosotros, tus amigos, y que como un ángel, que ahora se estrena en el cielo, cuides de tu gente con ese espíritu, con ese amor de hija, madre, esposa y amiga, que siempre te acompañó. 


Que Dios nos regale el consuelo a quienes te queremos.

Tu amigo


Eduardo J. León Hernández
Octubre 03, 2.018
     

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