En Colombia, desde hace un tiempo, se han desatado discusiones por el uso del Glifosato y del Asbesto, también conocido como Amianto, por sus efectos contra la salud, pero la forma como se ha manejado cada uno de estos casos, dependiendo del área y de los dolientes, ha marcado de forma muy significativa el apoyo o el rechazo a sus usos; así mismo, existe una gran desinformación en un altísimo porcentaje de la población. Personalmente he preguntado, a mucha gente en la calle, de diferentes estratos sociales y 2 de cada 3, ignoran el tema, en especial lo referido al Asbesto. Para quienes no conocen estos elementos, veamos que es cada uno de ellos, más las razones y consecuencias de su uso.
El Glifosato es un herbicida de gran espectro, no selectivo, que es utilizado prácticamente en todo el mundo para eliminar la maleza, arbustos o siembras no deseadas, se aplica mediante aspersión, de forma directa a las hojas o a las áreas verdes de la planta, afectando el centro de crecimiento y sus raíces, para producir su muerte en pocos días. Fue inventado a principio de los años 50, pero su uso tomó auge a mediados de los setenta. Por su efectividad, es el producto predilecto en la erradicación de las plantaciones de marihuana, coca y otras siembras que sirven para la producción masiva e ilegal de drogas. También es utilizado para el control de malezas o hierbas que interfieren en la siembra de alimentos o para la preparación de terrenos antes de iniciar ese proceso.
El Asbesto es un componente orgánico que se ubica como un elemento más en la tierra y se mina o extrae de áreas donde hay altas concentraciones. Las denominaciones Asbesto y Amianto provienen del griego y del latín, respectivamente; la primera (asbestos) significa incombustible y la segunda (amiantus) significa incorruptible. Este elemento se empezó a utilizar desde finales del siglo XIX y su auge se presentó durante la segunda guerra mundial. El Asbesto sigue siendo consumido en algunas partes del mundo, entre ellas Colombia, a pesar de conocerse desde hace décadas el daño que produce al humano (igual que el Glifosato), cuyos efectos mencionaremos más adelante.
El Asbesto está formado por fibras largas, resistentes y lo suficientemente flexibles como para ser entrelazadas, soportando también las altas temperaturas. En la fabricación de techos, tubos para acueductos y otros, ha sido muy importante, ya que agrega firmeza y capacidad de resistencia al fuego. También se ha utilizado, para reforzar el cemento y los plásticos, por ser un buen aislante del calor y del sonido. La industria automotriz usa el asbesto en las zapatas de los frenos y en los discos de embrague de vehículos. Igualmente se ha usado en pinturas, revestimientos y adhesivos. Puede ser encontrado en productos de jardinería que contienen vermiculita y en algunos lápices de colores que contienen talco. Como podemos ver, su uso industrial es muy común y amplio. Debido a su tamaño, todos los tipos de fibras de Asbesto son patógenos, término con el que se denominan a los elementos o medios capaces de producir algún tipo de enfermedad, bajo ciertas condiciones.
Las fibras de Asbesto se introducen en el organismo, principalmente a través de las vías respiratorias, por lo que el riesgo de absorberlo y ser afectado por este patógeno, está en función de la cantidad de fibras en suspensión existentes en el aire y del tiempo que dura la exposición. El Asbesto puede afectar al ser humano, por estar expuesto al trabajar con él, en los sectores de la construcción, mantenimiento y restauración de edificios. También hay una exposición que podemos llamar doméstica, ya que el Asbesto llega al hogar por vía indirecta y afecta a los familiares de esos trabajadores, al entrar en contacto con las fibras depositadas en la ropa de trabajo e igualmente, mediante exposición ambiental, que es la percibida por las personas que residen cerca de un punto de emisión de Asbesto e inhalan el polvo de ese elemento, disperso en el aire.
Sus efectos en el ser humano, se detectan mucho tiempo después de haberse contaminado, pero sus estragos son tan mortales y crueles como los del Glifosato, con una gran diferencia, el Asbesto ataca a muchas más personas, por el hecho de que, como ya dijimos, puede ser ubicado en variadísimos e incontables ambientes, donde se desenvuelve la gente (edificios, escuelas, canchas deportivas, áreas industriales, casas, estaciones de autobuses y trenes, mercados, etc.), mientras que en el caso del Glifosato, su contacto directo con el humano, está restringido al área campestre o agrícola, que está claramente menos poblada que las ciudades o áreas urbanas; también puede llegar al humano a través de los alimentos que se producen y consumen en las plantaciones que han sido fumigadas con ese producto. Cosa triste y curiosa, el campesino, esa persona que trabaja sembrando, normalmente, tiene afectaciones por el uso del Glifosato cuando lo aplica en la tierra y probablemente del Asbesto, si duerme bajo un techo fabricado con ese material. Como dicen en mi pueblo, si no lo agarra el chingo, lo agarra el sin nariz.
La exposición al Asbesto puede ocasionar diferentes afectaciones de salud, incluyendo tres tipos de enfermedades principales, que son irreversibles:
- Cáncer de pulmón: es la primera causa de muerte relacionada con el Asbesto en los pacientes expuestos. Todas las fibras de este material pueden causar cáncer y es una enfermedad con un período de latencia prolongado. Las manifestaciones clínicas incluyen la pérdida del apetito y de peso, el cansancio, el dolor torácico, la hemoptisis o expectoración de sangre y la dificultad respiratoria.
- Mesotelioma maligno: es el cáncer de la célula mesotelial y afecta a la pleura y al peritoneo.
- Asbestosis: enfermedad pulmonar crónica, producida por las fibras de asbesto que penetran en los pulmones e irritan su tejido, lo inflaman y provocan una fibrosis pulmonar.
Hace más de 40 años, la Comisión de Seguridad de los Productos para el Consumidor de Estados Unidos, prohibió el uso del Asbesto en los compuestos para la reparación de cartón-yeso y en chimeneas de gas, porque las fibras de estos productos se escapan al ambiente durante el uso. En 1989, la Oficina de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), prohibió todo uso nuevo del Asbesto y estableció normas que requieren inspeccionar las escuelas, cuyos edificios pudieran tener la presencia de asbesto dañado y así eliminar o reducir la exposición de los ocupantes mediante el retiro o sellado del asbesto. En junio de 2.000, también se concluyó una investigación que determinaba que el riesgo de la exposición de los niños, a las fibras de Asbesto en los lápices de colores era sumamente bajo. Sin embargo, los fabricantes estadounidenses de estos lápices acordaron eliminar el talco de sus productos.
El Asbesto ha sido clasificado como un cancerígeno humano, reconocido así por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, por la Oficina de Protección Ambiental (EPA), por la Oficina Internacional para la Investigación del Cáncer, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por muchos otros institutos de estudios y cuidados de la salud en el mundo, por lo que no hay ninguna duda de su efecto nocivo a la salud.
Por todo lo anterior y sustentado en los estudios, se ha llegado a una reducción importante en el uso anual del Asbesto en los Estados Unidos. Ese país, llegó a consumir más de 600.000 toneladas métricas en 1973 y luego de las regulaciones, bajó a solo 360 toneladas métricas para el año 2015. Un superior efecto se registró en casi todos los países europeos, donde está prácticamente vetado el uso del Asbesto. Como referencia numérica de esta disminución, en 1975 casi 100 países consumieron unas 5 MM de TM (millones de toneladas métricas) y en 2013, el número de naciones que lo utilizaron bajó a 34 países, con unas 2 MM de TM; de esta ultima cifra, China y Rusia, quienes a su vez son los mayores productores del mundo, utilizaron cerca de 1 millón de toneladas. El tercer productor de Asbesto del mundo y también un gran consumidor era Brasil, pero recientemente se unió al resto de naciones que decidieron dejar de utilizar este producto. Los terribles efectos del Asbesto en el ser humano, expresan claramente la decisión de una muy buena parte de las naciones del mundo de abandonar su producción y uso.
Volvamos al Glifosato, que por ser un veneno mortal y agresivo, tiene efectos que pueden generar signos y síntomas de manera inmediata o a mediano plazo (siempre más pronto que el Asbesto), ya que es un químico que puede ser absorbido por contacto con la piel, ingerido de manera accidental y hasta de forma voluntaria, ya que una parte de las muertes que se producen por su uso derivan de suicidios. Para quienes quieran profundizar más y entender a la perfección el contexto, les recomiendo leer un trabajo de grado de Estefanía Bolaños, de la Universidad Católica de Colombia publicado en 2016, que contiene de manera muy clara y apropiada toda la información necesaria para evaluar este tema del uso del Glifosato y su futuro en Colombia. De ese trabajo saque parte de las informaciones que aquí replico, algunas de manera textual, ya que están muy bien descritas.
"La aspersión aérea del Glifosato se realizaba en Colombia, legítimamente a partir de 1.990, sobre los cultivos de amapola y de coca. Las operaciones más intensas de aspersión se practicaron inicialmente en el departamento de Putumayo, donde se logró una notable reducción del área sembrada en coca, sin embargo, los cultivadores se desplazaron hacia el andén pacífico, el cual dio inicio a uno de los principales núcleos de coca en la actualidad. Varios estudios realizados, revelan que las verdaderas consecuencias del uso del Glifosato son sufridas tanto por las poblaciones en contacto con las fumigaciones como por los consumidores de productos agrícolas transgénicos en todo el mundo. El desplazamiento, la contaminación de los ecosistemas, el daño a la biodiversidad y la extrema pobreza de la población colombiana, en medio del conflicto y la presencia guerrillera, se han visto agravados con la inclusión de las fumigaciones aéreas. Los menores y adultos, que nada han tenido que ver con el conflicto o con las actividades delictivas, son los que en realidad han pagado los platos rotos en la lucha anti-narcótica."
"Lo que se conoció como el Plan Colombia, a pesar de exponer grandes resultados en la erradicación de cultivos ilícitos a través de las fumigaciones aéreas, olvidó señalar los verdaderos efectos desbastadores sobre la población civil y recursos naturales colombianos. La fumigación por aspersión es considerada como indiscriminada, a pesar de la utilización de medios tecnológicos para demarcar las plantaciones ilícitas, se ha olvidado en realidad que dentro de esas zonas hay también otro tipo de seres vivos habitando en ella."
"Las aspersiones con Glifosato también han generado conflictos fronterizos. En el año 2008, Ecuador demandó a Colombia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya por los daños ambientales y en la salud de las personas causados por las aspersiones aéreas con este producto sobre la frontera ecuatoriana. En el año 2013 Colombia fue obligada a pagar la indemnización del país vecino por una suma de 15 millones de dólares, para la atención de los afectados materialmente en sus cultivos o salud, adicional a esto el estado colombiano se comprometió a la no fumigación con Glifosato en las zonas cercanas a la frontera de ese país."
El 15 de mayo de 2015, con nueve votos a favor y uno en contra, este último por parte del procurador general de la nación, Alejandro Ordoñez, se ordenó la suspensión de las fumigaciones aéreas con el herbicida Glifosato por parte del gobierno nacional colombiano, luego de que fuera publicada por la OMS, un informe que revelaría las posibles causas cancerígenas del Glifosato en la salud humana.
Cuando leemos el informe elaborado por el Instituto Nacional de Salud, que sirvió de base para esta decisión, podemos observar que en el mismo se incluye la tabla de clasificación de agentes cancerígenos considerados de la OMS y el Glifosato esta clasificado en el rubro 2A (probablemente cancerígeno) y dicho informe no concluye con una recomendación de suspender la fumigación aérea del producto, ya que no hay evidencias suficientes para sustentar esa decisión. Sin embargo, esa misma tabla que mencioné, dice claramente que el Asbesto está clasificado en el rubro N° 1 o sea, que está comprobado que es un Carcinogénico para Humanos. Tristemente también pude verificar, que esa misma institución (en esa época), ese mismo ministerio, ese mismo gobierno, no puso el mismo empeño en prohibir el uso del Asbesto, teniendo una mayor trayectoria de afecciones, a una muchísima mayor cantidad de personas. Me di a la tarea de ubicar alguna solicitud o intento de ese gobierno de prohibir o al menos regular más ferreamente su uso, pero no lo ubiqué en las redes.
En la erradicación de cultivos ilícitos en Colombia usando el Glifosato, se dice que el país ha llegado a gastar decenas de billones de pesos, pero no se ha evaluado conjuntamente al efecto de la contaminación de los suelos y ecosistemas, a causa de las sustancias químicas usadas en el procesamiento de la coca.
La suspensión del uso del Glifosato por aspersión aérea, luce razonable y pareciera ir en línea con lo anunciado por las autoridades mundiales que investigan sobre sus efectos en la salud, aunque los informes no prueban que producto de la aspersión controlada, se cause un daño en los humanos. Una de las razones es que la cantidad de Glifosato que se esparce sobre una persona cuando pasa un avión de aspersión sobre ella, no llega a ser una suficiente para enfermarla, es mínimo el impacto y eso solo ocurre, no más de una vez al año, ya que difícilmente se vuelva a rociar ese mismo terreno dos veces en un breve tiempo. La gran mayoría de las denuncias son por daños a siembras de plantas no prohibidas que están cerca de las plantaciones de coca y marihuana. Esta suspensión se basó en una "posible" afección y ante la duda, se cortó por lo más sano, pero esto permitió un crecimiento exponencial en la cantidad de hectáreas sembradas de coca y por ende de la producción de la cocaína.
Aquí viene una pregunta injustamente inocente. Si se tomó esta decisión con el Glifosato, en cuestión de días, sin ser un tema urgente, luego de un anuncio de la OMS que no modificó sustancialmente lo dicho en informes anteriores, ya que la clasificación del Glifosato no se modificó: ¿por qué no se hace lo mismo con el Asbesto, que si está demostrado que es un producto que según los números, puede afectar a uno de cada dos colombianos, dado que los techos producidos con este elemento, están sobre la cabeza de la mitad de las viviendas de Colombia?
La historia de la construcción en Colombia ha estado estrechamente vinculada a ese material. Según algunos expertos (lo vuelvo a repetir), uno de cada dos colombianos vive, trabaja o lo ha hecho en el pasado, en una edificación con techos fabricados con Asbesto. Debo agregar, que la presencia casi ubicua del Asbesto en las casas de familias de menos recursos, no solo se ha debido a la masificación de los productos por parte de las empresas que fabrican y distribuyen esos techos, también desde el Estado se ha incentivado el uso del asbesto, para el desarrollo de planes de vivienda de interés social.
Según la OMS, el Asbesto es el agente carcinógeno que causa cerca de la mitad de las muertes por cáncer ocupacional en el mundo. Según la EPA, cualquier producto cuya composición de asbesto sea superior al 1 % es riesgoso y debe ser retirado del mercado. Las tejas onduladas producidas y comercializadas en Colombia, contienen entre un 7 y un 10 % de Asbesto.
Chile, Uruguay y Argentina prohibieron el uso y comercialización de asbesto en los años 2002 y 2003. Después lo hizo Honduras en el 2004, seguido de República Dominicana en 2005, Perú en 2011 y Brasil, quien prohibió el uso del asbesto a finales de noviembre del 2017. En Venezuela también se ha dejado de utilizar, pero no existen cifras, ni fechas, para documentar la aseveración, excepto que desde 1.992 el Ministerio de Sanidad de ese país inició un férreo control en su uso.
En el senado de la República de Colombia, se aprobó la ley N° 61 de 2017, conocida como la Ley Ana Cecilia Niño. Ella era una periodista que murió en 2017 (que ironía no, el mismo año), teniendo 42 años, por causa de un mesotelioma pulmonar, relacionado con la exposición al Asbesto. Esta periodista, quien vivió su niñez y parte de su juventud cerca de una fabrica de techos de Asbesto, fue la persona que más luchó por esta causa. La senadora Nadia Blel, a quien me encantaría conocer, ha sido la principal impulsora de esta ley, la cual espera por su discusión en la Cámara de Representantes.
En otro evento ocurrido en marzo de este año 2019, el juez 39 administrativo de Bogotá, Leonardo Galeano, le ordenó al gobierno nacional que, en un plazo de 5 años, sustituya el Asbesto por materias menos nocivas o dañinas; la decisión fue tomada por una acción que data de 2.006, del Sr. Juan Lalinde. Tras la evaluación de numerosas pruebas y de las condiciones de seguridad y de riesgo evaluadas en diferentes empresas, el juez encontró que no hay un uso seguro para el Asbesto. Este juzgado encontró que varios trabajadores mencionados en la investigación murieron y que los mismos habían sido parte de las nóminas de empresas que usan Asbesto. En el expediente se documentó que compañías como Fretec, Toptec, Peldar y Skinco, y parcialmente Incolbest, han sustituido el Asbesto lo que demuestra que en los procesos fabriles de la industria nacional, sí es posible sustituir el Asbesto por otras sustancias.
El juzgado también hizo varias inspecciones a empresas como Eternit, por ejemplo, en donde encontró qué si bien esta firma había tomado medidas adecuadas para controlar las partículas de Asbesto en el aire en su área de trabajo, residentes de zonas cercanas a las plantas de esta empresa aseguraron que en sus barrios dejaban tirados residuos de Asbesto y ante su desconocimiento, la población usaba esos restos para sus construcciones.
Las lecturas necesarias para redactar este escrito, las inicié hace un poco más de dos meses y antes de su emisión, revisé nuevamente diferentes publicaciones, encontrando que Eternit muestra en su página web un anuncio del 07 de marzo de 2019, pero colocado allí posteriormente, donde señala que ya no utiliza el Asbesto desde el año 2015. Esto se ve algo extraño, al compararlo con lo que supuestamente mencionan las investigaciones del juzgado, aunque debo reconocer que no conozco las fechas de esas actuaciones, pero es que salta la duda del porqué no lo publicaron en la misma en que hicieron del cambio.
He visto, en este proceso, que ha sido muy poca la preocupación del Poder Ejecutivo (en especial del gobierno anterior) por este problema. Se que se hicieron muchos intentos para legislar sobre este problema y no fue sino en el 2017, que se inició con el estudio de un proyecto de ley. Las altas cortes de la nación, tampoco se han pronunciado sobre este caso, muy a pesar de que era (es) una “noticia criminis”, dado que, lo dañino de este elemento, ha sido siempre un hecho público, notorio y comunicacional.
He visto, en este proceso, que ha sido muy poca la preocupación del Poder Ejecutivo (en especial del gobierno anterior) por este problema. Se que se hicieron muchos intentos para legislar sobre este problema y no fue sino en el 2017, que se inició con el estudio de un proyecto de ley. Las altas cortes de la nación, tampoco se han pronunciado sobre este caso, muy a pesar de que era (es) una “noticia criminis”, dado que, lo dañino de este elemento, ha sido siempre un hecho público, notorio y comunicacional.
Los habitantes de Colombia o de cualquier otro país donde aun se pueda estar usando el Asbesto y que lean este escrito, deben tomar conciencia de este problema. Yo los invito, que al salir a la calle, miren a su alrededor y verán lo que aquí les he dicho. Busquen esas casas o edificios con techos grises, negruzcos, sucios y ondulados, la gran mayoría son de Asbesto y los tienen muy cerca de ustedes. Traten de recordar como era el techo de esa zona humilde donde crecieron, el de la escuela donde estudiaron, el techo de la iglesia donde hicieron la primera comunión. Cuando vayan al taller mecánico o de frenos, al sitio donde compran los repuestos, al mercado central, también miren sus techos, seguro estoy de que se van a sorprender.
No solo es detener la fabricación, distribución y venta del asbesto, hay miles de millones de metros cuadrados instalados y para mi continúan las inquietudes.
Esto es alarmante, pero lo que aquí escrito no busca causar pánico, la idea es ayudar a crear conciencia sobre el uso de estos materiales y de la oportunidad, de la prontitud con la que deben tomarse acciones para su desuso, desintalación o encapsulamiento, para salvar vidas y sobre todo, detener tanto sufrimiento.
No solo es detener la fabricación, distribución y venta del asbesto, hay miles de millones de metros cuadrados instalados y para mi continúan las inquietudes.
- Que hacemos con los techos que tienen en sus cabezas la mitad de los colombianos?
- Como evitamos que esas fibras sigan volando y entrando en los pulmones de quienes trabajan en los edificios, plantas, bodegas y fabricas que aun cuentan con techos de Asbesto?
- Alguna institución de salud oficial se ha preocupado por evaluar y conocer de verdad los casos de cáncer y demás afecciones que causa el asbesto? Se están generando políticas públicas al respecto?
- Alguien ha cuantificado la exorbitante cantidad de dinero que cubren las entidades de salud en personas enfermas de cáncer generados por este producto, que no están siendo caracterizados adecuadamente y que sin duda se vinculan a este agente mortal? Peor aún, cuantos tienen la enfermedad, cuantos no han sido diagnosticados y mucho menos, están siendo tratados?
- Hemos pensado, que alguno o muchos de nosotros, de nuestros hijos o nietos, probablemente estamos afectados por este mal, por el solo hecho de que el techo nuestro, el de los vecinos, de la escuela o de la cancha deportiva a la que asistimos, están cubiertos por Asbesto?
Esto es alarmante, pero lo que aquí escrito no busca causar pánico, la idea es ayudar a crear conciencia sobre el uso de estos materiales y de la oportunidad, de la prontitud con la que deben tomarse acciones para su desuso, desintalación o encapsulamiento, para salvar vidas y sobre todo, detener tanto sufrimiento.
Eduardo J. León Hernández
Barranquilla
Abril 14, 2019