martes, 25 de marzo de 2025

Psicoanálisis, Epigenética y Constelaciones Familiares.

En este mundo tan convulsionado, el tema sicológico y las afectaciones mentales están cada vez más a la orden del día. El estrés, las preocupaciones, los celulares, la inseguridad, la falta de empleo y de dinero, tantas carencias y las infaltables dificultades entre los seres humanos, mantienen esta sociedad sórdidamente exasperada como nunca y si a eso le sumamos las guerras, los desastres naturales y los políticos desquiciados, es difícil tener tranquilidad y cordura. 

Parte de lo anterior lleva a cierta parte de la población a buscar ayuda profesional, aunque solo lo puede hacer una porción que cuenta con los recursos para pagarlos. Con contadísimas excepciones, no es muy usual en nuestros países tener ese tipo de servicios de forma gratuita en los sistemas de salud, aún no se consideran un problema de salud pública. 

Todos sabemos lo que es el psicoanálisis, pero podemos decir que es un estudio que intenta develar o conocer los contenidos psicológicos del comportamiento humano y de su personalidad, para así poder tratar los trastornos psicológicos. Pero es que estudiar la cabeza es la vaina más complicada que hay, porque son como las huellas digitales, ninguna es igual a otra. Sin embargo, si hay avances en descubrir patrones conductuales, considerando estilos de vida, ubicaciones geográficas, similitudes culturales y hasta por el tipo de ingesta alimentaria o de bebidas. 

El Instituto Nacional del Cáncer de USA, define la Epigenética como el estudio de los cambios que activan o inactivan los genes sin modificar la secuencia del ADN, a causa de la edad y la exposición a factores ambientales (alimentación, ejercicio, medicamentos y sustancias químicas). Estos cambios modifican el riesgo de enfermedades y a veces pasan de padres a hijos. 

Para entenderlo un poco mejor y ver como puede este estudio ayudar al ser humano a desenredar sus problemas mentales, transcribo lo que encontré en una publicación del Correo Gallego de noviembre de 2019, que reza: “La diferencia entre genética y epigenética, probablemente puede compararse con la diferencia que existe entre escribir y leer un libro. Una vez que el libro ha sido escrito, el texto (los genes o la información almacenada en el ADN) será el mismo en todas las copias que se distribuyan entre los lectores. Sin embargo, cada lector podría interpretar la historia del libro de una forma ligeramente diferente, con sus diferentes emociones y proyecciones que pueden ir cambiando a medida que se desarrollan los capítulos. 

Al profundizar en el estudio de cualquiera que asista a una consulta medica por problemas de salud mental (que no significa que esté loco, ojo) el facultativo tratará de conocer rasgos de su vida y de su familia, que tipo de enfermedades padecen o han padecido, cuál es su medio de vida, alimentación, hobbies, si practica algún deporte, costumbres y hasta sus vicios. Es bien importante no ocultar nada a quien se está consultando, ya que algún pequeño factor, hecho o comentario puede definir o marcar el camino a seguir para atender el problema. 

Muchos vivimos con una ansiedad que se mueve como la aguja del tanque de la gasolina, ante la incertidumbre que nos presenta el mundo, la vida, por nuestras propias inseguridades y ese gran defecto de adelantar la presencia de problemas que, según la Dra. Marian Rojas Estapé, en más del 90% de los casos nunca llegan. 

Otros presentamos depresiones, producidas por una mezcla de eventos pasados, culpas, miedos desconocidos, enemistades no deseadas, divorcios, pérdida de alguien muy querido, desempleo, abusos, falta de dinero, o sea, situaciones que ocurrieron, tangibles o no. Hay más condiciones que pueden ser heredadas, como las producidas por cambios en las hormonas, excesos en el consumo de alcohol y drogas, más una larga línea de etcéteras. 

Conocer todo esto ayudará de forma definitiva en el logro de una mejoría, tomando las medidas necesarias para reducir los indeseados efectos tanto de la ansiedad como de la depresión, en ocasiones ayudado solo por un radical cambio de vida o por los fármacos que correspondan. 

En el tema de las constelaciones, asunto muy espinoso, sobre todo desde el punto de vista religioso y definiéndome como cristiano católico practicante, voy a desmenuzar esto muy bien para intentar demostrar que parte de su contenido (de la terapia de las constelaciones) estoy considerando y para ello paso a mostrar una de sus definiciones: “Las constelaciones familiares son un método terapéutico, especialmente indicado para ampliar la comprensión de las relaciones que se dan en el seno de una familia, así como para tomar consciencia de determinadas dinámicas transgeneracionales que se repiten en una familia a lo largo del tiempo” 

Continúa lo dicho en www.elle.com , “por lo tanto, entendemos que las constelaciones familiares se basan en la creencia de que determinados conflictos y problemas que vivimos como individuos en el presente pueden venir del pasado, y haber sido "heredados" de generación en generación a través de nuestros lazos familiares”, lo dejamos hasta aquí. 

Lo anterior quiere decir que, algunos, pocos o muchos de nuestros problemas, pueden derivar de lo que hemos recibido de nuestros padres, por vía genética o epigenética y pasamos a revivirlos. 

Ciertamente, el ser humano tiene una altísima e inimaginable capacidad de almacenar información, en el cerebro y también en la amígdala, los intestinos y el corazón, según ya lo ha probado la ciencia, donde según Paul Reber, psicólogo de la Universidad Northwestern, de manera conservadora, se pueden almacenar más de 2,5 Petabytes, aunque hace énfasis de que es algo imposible de calcular, puesto que hay procesos de manejos de información neuronal que aún no conocemos.   

Ese mismo fenómeno se repite en los recipientes de información que nos trasladan los genes de nuestros padres, es tanta alta la capacidad de almacenaje, que no es de dudar que podemos recibir información no solo genética en cuanto a nuestros rasgos físicos y biológicos, sino también recuerdos y vivencias de nuestros antepasados. 

Los estudiosos de las constelaciones señalan que buena parte de esas “herencias”, vienen por vía materna, cosa que por simple referencia tiene sentido, ya que un óvulo es diametralmente más grande que un espermatozoide y por simple deducción puede contener mayor cantidad de información. Además de que viene de una mujer, que siempre es capaz de manejar y guardar mucha más información que un hombre, o no? 

Siendo así, considerando la posibilidad de que podamos recibir no solo formas y condiciones biológicas, sino también imágenes, palabras y con ello conocimientos, pensamientos y en especial experiencias, no es descartable que puedan afectarnos. De allí también pueden venir esas imágenes o pensamientos que a veces recibimos, para los que no tenemos explicación, que parecen inventados por nuestra imaginación o un dejavú.    

Yo he tratado de aprender a tocar la guitarra de manera intuitiva, por oído y apenas sé hacer sonar algunas canciones, pero hace poco vi a un niño de apenas 7 años que se sentó en un pequeño teclado y literalmente repitió las notas musicales que recién había escuchado en la televisión. Esos son conocimientos, habilidades heredadas, que aclaro, no quiero decir que no puedan ser aprendidas y ejecutadas magistralmente, pero a esa edad es imposible. 

Algunos de los que leen esto, también seguro tienen amigos, familiares, donde más de uno heredó la facilidad musical de alguno de sus padres, tíos, abuelos o cualquier otra actividad que pueda ejecutarse con las manos, como la pintura o la carpintería, pero también aplica para la lectura, la escritura, el manejo de los perros o los caballos, y es que en esas actividades hay “recursos intuitivos” no biológicos, que asemejan a una persona con alguno de los antecesores. 

Sumemos a lo anterior que en nuestra mente los factores de recuerdo son muchos y hay un proceso de captación especial durante el sueño que los trae del subconsciente, esa parte que actúa de manera independiente y sin control del ser humano. 

Por esa capacidad independiente es que puede ser posible que se extraigan esos recuerdos, imágenes y vivencias, que no son nuestras, pero que están almacenadas allí, como parte del paquete original de datos que vino con nuestra formación. Que los activa? Cómo esos datos pueden afectar nuestras vidas? Esas vivencias desagradables, los sentimientos de culpa o los “no arrepentimientos” pueden influir de manera inconsciente en nosotros y generar angustias y depresión? Pueden esos mismos eventos llevarnos a repetir comportamientos? Ningún estudio científico lo niega de manera rotunda, así como tampoco lo afirma, pero aplicando un poco de lógica podemos tomarlos en consideración. 

¿Podemos entonces o no, recibir de nuestros ancestros sus vivencias, que pueden estar representadas como dijimos antes en recuerdos, imágenes, olores, sabores, gratos momentos, pero también insatisfacciones, tragedias y “situaciones muy incomodas” como esas que en ocasiones soñamos y no tenemos idea de dónde vienen? Yo creo que sí. 

En las familias modernas se ha ido perdiendo significativamente la costumbre de desayunar, almorzar o cenar juntos, o al menos compartir tiempo, dándose el espacio para conversar y conocer la historia de los suyos, de indagar sobre lo ocurrido a los padres, abuelos, bisabuelos y más atrás, que hicieron, como se conocieron esas parejas, como fue su crianza, su vida en general y que eventos sublimes o delicados tuvieron que vivir. 

Conocer esos datos, además de unirnos y pasar tiempo de calidad, nos puede ayudar a identificar conductas y eventos que podemos estar repitiendo, afectando seriamente nuestra vida. Muchas veces conocemos mejor la vida de nuestros amigos, artistas favoritos y de los influencers que la de nuestra propia gente. 

El estudio de las constelaciones fue iniciado en la década de 1970 por el psicoterapeuta alemán Bert Hellinger, tiene una gran creciente cantidad de seguidores quienes defienden que “Es una herramienta terapéutica que contribuye a detener la repetición inconsciente de determinados patrones emocionales y de conducta que generan limitación o sufrimiento, y que tienen en ocasiones su origen en sucesos del pasado, incluso varias generaciones atrás”. “De la mano de este método, su identificación y resolución podrían tener un impacto positivo en el presente de la persona que busca ayuda.” 

Hasta esa declaración personalmente no tengo problemas, porque conociendo lo que nos pueda estar afectando, así como su origen, es lo que probablemente nos ayudará a lograr una sanación o superación, que es la base del psicoanálisis; pero cuando ya se empiezan a utilizar piedras, cristales y otras figuras es donde yo me separo. 

Si en la terapia a la que esté sometida el individuo, se decide utilizar el hipnotismo, que consiste en llevar al paciente a un estado mental en el que se reducen los pensamientos que distraen y se alcanza estar tranquilo y relajado, permitiendo escudriñar en las profundidades de la mente, es posible identificar esas ideas o comportamientos, propios o heredados, viva Dios; debería ser la vía a utilizar, siempre contando con profesionales especializados en este tema. 

Aunque de que vuelan, vuelan, como dicen por allí, como lo mencioné antes, por mi convicción religiosa, no puedo aceptar el uso de cierta parte de la terapia de las constelaciones, sin llevarla al mundo de la astrología, del cual no formo parte. 

Creo firmemente que la única acción divina viene de Dios y es por ese canal que debemos buscar la solución de los problemas que la ciencia aun no logra superar. 

Conozcamos a la familia, de verdad. Compartamos quienes somos y que hemos hecho. Digamos a los nuestros esos pequeños secretos que tenemos guardados, que además de liberarnos a nosotros, también podrán ayudar a quienes nos siguen en la vida, para que tal vez puedan eliminar de las suyas, esas cargas que les hemos podido transmitir. 


Eduardo J. León Hernández 

Barranquilla 
Marzo 25, 2025

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