Mi país parió y preparó muchos profesionales en esta
materia. Muchos estaban en la extinta Policía Técnica Judicial, mejor conocida
como PTJ, catalogada en sus tiempos,
como una de las mejores policías científicas del mundo, a mí me consta. Tengo amigos y
compadres que se formaron allí, algunos ya se fueron de este mundo y se lo que
hacían y hasta como, son parte de mis vivencias. No eran ni son santos, excepto
por el Mozo, creo que él era un PTJ único, diferente.
El hecho es que los integrantes de este cuerpo, siempre
sobresalían en su actuar, algunos fueron terribles y malos seres humanos, como
en toda organización que se compone de hombres, pero en su mayoría trabajaban "dentro de la Justicia", otro día hablaremos de eso.
Tuve la oportunidad de conocer muy de cerca a algunos PTJ
que destacaron en su época, algunos de ellos expertos en secuestros y
extorsiones, de quienes algo aprendí, escuchándolos y siguiendo sus
actuaciones.
En un secuestro clásico hay tres actores básicos: La
víctima, el secuestrador y un tercero que participa para resolver el problema,
bien sea pagando el rescate exigido o liberando al secuestrado. Puede haber
muchísimas variantes, dependiendo de las motivaciones del evento y la cualidad
de los involucrados.
Recuerdo varios secuestros famosos de entre tantos: El del Urológico San Román, en Caracas (Enero 1991), el avión de Air France secuestrado y llevado a Entebbe, Uganda (Junio 1976) y la toma de la casa del embajador de Japón en Lima (Diciembre 1996). Estos tres eventos con diferentes motivaciones, con actores de niveles e intenciones de liberación mucho más claras en unos casos, así como apoyos y representatividades bien definidas.
Recuerdo varios secuestros famosos de entre tantos: El del Urológico San Román, en Caracas (Enero 1991), el avión de Air France secuestrado y llevado a Entebbe, Uganda (Junio 1976) y la toma de la casa del embajador de Japón en Lima (Diciembre 1996). Estos tres eventos con diferentes motivaciones, con actores de niveles e intenciones de liberación mucho más claras en unos casos, así como apoyos y representatividades bien definidas.
El secuestro en San Román, fue una desgracia que se produjo
después de un intento de robo a una residencia. Dos ladrones aprovecharon la
puerta abierta de una casa e irrumpieron en ella, mientras un cómplice
permanecía en el vehículo fuera de la vivienda. Una vecina se da cuenta de lo
extraño de la situación, trata de comunicarse con los propietarios de la casa y
ante la imposibilidad de lograrlo, llama a la policía la cual acude al sitio. El
conductor del vehículo, al ver una patrulla de la policía entra en pánico y
abandona el lugar a pie. Los que
están dentro, también detectan a los “pacos” y deciden salir por la puerta
trasera, tomando un sendero que los lleva al Urológico,
donde toman como rehenes a cinco mujeres al no poder escapar.
La policía ya estaba en el lugar, andaba cerca buscando llegar a la casa, tal vez por la misma vía tomada por los malandros y comienza la función. En
principio hubo algunos disparos que no causaron ningún daño. Luego los
secuestradores empezaron sus exigencias, pidiendo un vehículo y la presencia de
un fiscal del ministerio público.
Tras muy pocas horas de negociar, les entregaron un primer vehículo rústico de dos puertas, el cual abordaron los dos delincuentes, usando como protección el cuerpo de las cinco rehenes, pero no pudieron encender el vehículo, no era la llave correcta; se había hecho así a propósito, para ganar tiempo, dijo uno de los funcionarios posteriormente entrevistado. Minutos más tarde, que se convirtieron en horas para todos, ya que esos eventos estaban siendo transmitidos en vivo por la televisión, el Comisario Alberto Morales les llevó otro vehículo, esta vez de cuatro puertas y de nuevo las siete personas se metieron en esa caja con ruedas.
Tras muy pocas horas de negociar, les entregaron un primer vehículo rústico de dos puertas, el cual abordaron los dos delincuentes, usando como protección el cuerpo de las cinco rehenes, pero no pudieron encender el vehículo, no era la llave correcta; se había hecho así a propósito, para ganar tiempo, dijo uno de los funcionarios posteriormente entrevistado. Minutos más tarde, que se convirtieron en horas para todos, ya que esos eventos estaban siendo transmitidos en vivo por la televisión, el Comisario Alberto Morales les llevó otro vehículo, esta vez de cuatro puertas y de nuevo las siete personas se metieron en esa caja con ruedas.
Antes de poder encender el motor, se produjo una
balacera, quedando los dos secuestradores muertos. Pero también dos de las
rehenes, una en el acto y otra después de días de agonía, igual que dos
funcionarios policiales.
En el hecho puede apreciarse que reinaba la confusión (hay vídeos en youtube) y
las investigaciones arrojaron que dada la improvisación e intervención de
tantos organismos policiales, la operación de rescate había fallado. Gente no preparada que
estaba en el sitio actuó sin estar autorizada y algunos que conocían bien este
tipo de situaciones y tenían el valor y "el equipo" para enfrentarlas, no fueron
escuchados. Es el mejor ejemplo de como un diálogo o negociación, llevado a
cabo por gente no preparada para ello, puede traer consecuencias fatales. El
interés personal, el protagonismo y la falta de sindéresis tuvo mucho que ver en
esto.
En el caso de Uganda, un grupo de fanáticos del frente
palestino de liberación, parte del ala extremista de la OLP, secuestraron un avión que iba de Tel-Aviv a París; primero fue desviado a Libia y finalmente llevado a Entebbe, Uganda, país que
manejaba el tirano idi amin (todos los nombres de tiranos y grupos de asesinos,
yo los escribo en minúscula). Iban 248 pasajeros y 12 tripulantes, a quienes retuvieron en el aeropuerto; finalmente liberaron una gran
cantidad, dejando solo a 105 ciudadanos Israelíes y judíos de otras nacionalidades.
Las exigencias de los secuestradores, que se estiman llegaron a ser unos ocho (habían cuatro provenientes de las fuerzas pro-palestinas apoyadas por amin, que se unieron en el aeropuerto), e incluían, entre otras, la liberación de varios terroristas presos, principalmente en Israel y en otros cuatro países.
Las exigencias de los secuestradores, que se estiman llegaron a ser unos ocho (habían cuatro provenientes de las fuerzas pro-palestinas apoyadas por amin, que se unieron en el aeropuerto), e incluían, entre otras, la liberación de varios terroristas presos, principalmente en Israel y en otros cuatro países.
Este secuestro se inició el 27 de junio y finalizó el de 04
de julio de 1.976. La noche de ese día, más de 100 hombres debidamente entrenados
del ejército Israelí, junto a vehículos y equipos médicos, fueron transportados
en varios aviones, algunos de los cuales servirían de transporte para los
rehenes al ser liberados. El viaje fue hecho directamente desde Israel a
Uganda, volando a la más baja altura posible. En el ataque directo participaron
29 comandos, liderados por el Teniente Coronel Jonatán Netanyahu, hermano del
actual primer ministro de Israel, siendo este el único militar israelí muerto
durante la operación. Tres de los rehenes fallecieron y otros diez resultaron
heridos. La operación completa duro 53 minutos, el asalto solo 30 minutos, siete
secuestradores presentes murieron junto a unos 45 soldados ugandeses que
custodiaban el aeropuerto. Durante el rescate 11 cazas MiG-17 de la Fuerza
Aérea de Uganda, fueron destruidos en tierra.
La diplomacia fue utilizada en este secuestro, varios países
que podemos llamar neutrales trataron de interceder, la ONU hizo lo propio
(¿?), pero finalmente, ante la amenaza inminente de muerte de los rehenes y la
imposibilidad de liberar a los terroristas presos, Israel decidió rescatar a
sus ciudadanos de las manos de sus secuestradores. Nunca hubo diálogo directo.
El dictador ugandés ante la ONU, pidió castigar a Israel por
haber entrado a su territorio. A su vez, en su discurso ante el Consejo de
Seguridad, el embajador israelí Chaim Herzog dijo:
- Nosotros venimos con un simple mensaje para este Consejo: estamos orgullosos de lo que hemos hecho porque demostramos al mundo que para un país pequeño en las circunstancias de Israel, las cuales a los miembros de este consejo les son por ahora muy familiares, la dignidad del hombre, la vida humana y la libertad constituyen los valores más altos. Estamos orgullosos no solo porque hemos salvado la vida de más de cien personas inocentes - hombres, mujeres y niños - sino también por el significado de nuestro acto para la causa de la libertad humana.
En la residencia del embajador de Japón en Lima, el día 17
de diciembre de 1.996, catorce terroristas del movimiento túpac amarú tomaron a
más de 800 personas como rehenes, quienes estaban allí como invitados del embajador para una celebración especial. Al final de esa misma
noche, solo 72 personas quedaron como rehenes, ya que fueron liberados los
demás, incluyendo a todas las mujeres. El secuestro duró 125 días, el
día 22 de abril de 1.997, las fuerzas del ejército peruano, tomaron por asalto
la residencia en cuestión, liberando vivos a 71 de las personas secuestradas,
una de ellas murió en el evento. En el ataque fallecieron dos comandos y todos
los terroristas.
Entre los setenta y dos rehenes que vivieron ese cautiverio,
había siete miembros del poder judicial, seis congresistas, once miembros del
poder ejecutivo, veinte empresarios y académicos, veinticinco embajadores y
diplomáticos de más de 19 países, entre los que destacan Canadá, Austria,
Alemania, Bélgica y por supuesto el anfitrión Japón. También un sacerdote
jesuita de nombre Juan Julio Wicht Rossel, quien decidió quedarse a pesar de
haber sido liberado por los terroristas.
Durante esta crisis de rehenes, que duró un
poco más de tres meses, hubo muchos diálogos, en ellos participaron diferentes
países y actores. Era una situación complicada, porque a pesar de que el evento
ocurría en suelo peruano, el área era parte de Japón, por la cobertura de la
legislación que ampara las relaciones diplomáticas.
Perú no podía actuar por sí solo, tenía
que conversar con el dueño de la casa. Finalmente, luego de muchos intentos
diplomáticos, de lo que hizo la Cruz Roja y muchos otros actores, al no lograr
una solución pacífica y haber preparado el terreno para una incursión militar,
esta se llevó a cabo, con los resultados que ya leímos arriba.
Mucha de la información detallada en este escrito fue tomada
de la lectura de prensa de la época, de Wikipedia y de otros medios, como
vídeos y declaraciones de muchos funcionarios.
En ninguno de los casos tomo partido, ya que obviamente no tuve nada que
ver en ellos, pero si son mías las calificaciones de malandros, tiranos,
dictadores y terroristas a quienes considero que lo fueron y lo son.
Mi interés en esta narrativa es mostrar tres ejemplos, tres diferentes tipos de secuestro.
Uno que se resolvió el mismo día, pero de manera para mi improvisada,
sin ayuda, sin atender a las prácticas recomendadas para ello. Un evento que
podía y debía ser dirigido por gente conocedora del tema, sin interés de ser
protagonistas, de querer ganar privilegios a cuesta de lo que sea; allí
había gente que sabía lo que debía hacerse y no se le permitió participar o fue ignorada.
Hay que reconocer que algunos policías hicieron muy bien su trabajo y hasta dieron allí la vida, otros la
arriesgaron por su pasión y el interés de salvar a los
rehenes. No hubo tiempo de diálogo? No se podía hacer otra cosa por las
condiciones que prevalecían? Era mejor esperar y tratar de seguir ganando
tiempo? Yo no lo sé, no lo viví, solo sé que murió la mitad de los rehenes. También
pudieron haber muerto todos a manos de los secuestradores.
En el caso de Entebbe, el gobierno de Israel sabía que su gente estaba en manos de fanáticos y era un tema de enfrentamiento de países, una guerra histórica, un asunto de orden religioso. Además, por ser imposible cumplir con lo exigido por los terroristas, para Israel la muerte de los rehenes era prácticamente un hecho; los que hemos leído un poco sabemos quién era idi amin y lo que era capaz de hacer. Solo como corolario: Dora Bloch, una inmigrante judía británica de 75 años, hospitalizada en un centro de salud de Kampala, capital de Uganda, fue sacada a rastras de su cama y asesinada por orden de ese tirano en venganza a la acción de liberación. Igualmente sabemos que el ala terrorista de la OLP era implacable, fanática y sus miembros unos fundamentalistas completamente desquiciados.
En el caso de Entebbe, el gobierno de Israel sabía que su gente estaba en manos de fanáticos y era un tema de enfrentamiento de países, una guerra histórica, un asunto de orden religioso. Además, por ser imposible cumplir con lo exigido por los terroristas, para Israel la muerte de los rehenes era prácticamente un hecho; los que hemos leído un poco sabemos quién era idi amin y lo que era capaz de hacer. Solo como corolario: Dora Bloch, una inmigrante judía británica de 75 años, hospitalizada en un centro de salud de Kampala, capital de Uganda, fue sacada a rastras de su cama y asesinada por orden de ese tirano en venganza a la acción de liberación. Igualmente sabemos que el ala terrorista de la OLP era implacable, fanática y sus miembros unos fundamentalistas completamente desquiciados.
En Perú la cosa cambia, hay una acción, quirúrgicamente
realizada, pero en cooperación y con la ayuda de los países cuyas fuerzas armadas tienen las destrezas. Había muchos países representados allí dentro de esa mansión.
Muchos funcionarios del gobierno, congresistas y empresarios. Hasta uno que fue presidente
del Perú posteriormente estaba allí dentro. También un cura, que se quedó a
orar por todos, prefirió "darse", sin miedo, a pesar de haberse podido ir. Era
una decisión muy difícil de tomar, Fujimori agotó los diálogos posibles,
preparó a su gente para lo peor y al tener la luz verde de todos, actuó.
Tres secuestros, tres actuaciones, diferentes
circunstancias, finales similares. Unos con más pérdidas de vida que otros. En
todos cayeron los malandros, los secuestradores, los terroristas, los que
quisieron alcanzar algo, usando como mercancía, tomando como escudo, la vida de
seres inocentes.
Tratar con malandros, narco-dictadores, terroristas, tiranos,
no es cosa fácil. Mas si tienen poder económico, armas y cuentan con el apoyo
de países que viven de la intriga, que son chulos revolucionarios. Un narco-estado que cuenta con una fuerza militar interna comprada, que tiene el apoyo
de la narco-guerrilla más poderosa y rica del mundo y una pequeña parte de la población
embrujada, a la cual le han sembrado el odio en su corazón, difícilmente va a
cambiar su actitud y reconocer sus errores en un diálogo.
Estos no solo son
malandros, son fundamentalistas algunos, temerarios asesinos otros, practicantes
de la brujería la mayoría, son muy ricos todos los de la élite, tienen sus cuentas
muy buchonas, como diría un maracucho, le cogieron el gusto a los placeres de los oligarcas. Esperan eternizarse en el poder, crear una narco-monarquía, con varios virreinatos
en el mismo país. Ellos hoy se sienten dioses, pero en el fondo saben que son unos
demonios y lo disfrutan, muchos también saben y sienten, que de una u otra
forma, más temprano que tarde lo van a pagar. I hope so.
Negociar un secuestro no es tarea fácil. Dialogar con enfermos,
con mentes muy hábiles y retorcidas, con individuos que si han sido entrenado
para hacer el mal, sin ceder, manipulando por todos los medios y con la habilidad
de poder mantener cualquier mentira sin inmutarse, es de verdad complicado. Un dialogo con ellos, sencillamente es solo un show, donde te van
a enseñar la llave de un rustico de dos puertas, que tu sabes que no te van a entregar y
si la llegas a recibir el carro no va a prender, de hecho, ya eso lo han hecho.
Dialogar con esos delincuentes, que ya están a nivel de los dementores “las fantasmagóricas criaturas más nauseabundas del mundo. Que infestan los
lugares más oscuros y sucios. Disfrutan con la desesperación y la destrucción
ajenas, se llevan la paz, la esperanza y la alegría de cuanto los rodean. Si
alguien se acerca mucho a un Dementor, este le quitará hasta el último
sentimiento positivo y hasta el último recuerdo dichoso. Si puede, el Dementor
se alimentara de él hasta convertirlo en su semejante: un ser desalmado y
maligno. Lo dejara sin otra cosa que las peores experiencias de su vida” (Tomado
de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban), es muy peligroso. No puedes hacerlo
solo, tampoco acompañado de gente que no tenga la fuerza y la sabiduría
necesaria, hace falta la verdadera fe del sacerdote del Exorcista, la inteligencia
y buen corazón de Harry Potter, la fuerza y valentía de Bruce Willis en Duro de
Matar y la locura y entrega de Mel Gibson en Arma Mortal.
Si, parece una película y es lo que estoy describiendo. Una
terrible película que se filma cada día, pero que contiene actores reales, que
siguen muriendo a manos de tiranos locos, que pueden bailar sobre los cadáveres de
sus rehenes, sin tener ningún tipo de remordimiento. Que pueden asesinar a una anciana sin
tener que sacarla de la cama de un hospital, como idi amin, que también son
capaces de jugar fútbol y divertirse frente a sus rehenes, como hacían los terroristas
en Perú cada tarde.
Celebran y bailan sobres los muertos el día de su cumpleaños, pero todos los malos, al final, caen como los secuestradores. Creo que en su momento, no habrá de otra.
Celebran y bailan sobres los muertos el día de su cumpleaños, pero todos los malos, al final, caen como los secuestradores. Creo que en su momento, no habrá de otra.
Eduardo J. León Hernández
Barranquilla
Noviembre 28 de 2.017
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