miércoles, 27 de diciembre de 2017

NEGRA !!



Mi mamá es una mujer blanca, muy blanca, con pecas, pero mi padre la llama Negaaa; no, no falta la R, es que él tiene frenillos en la lengua y no la puede pronunciar. Cuando habla dice: jojo, jatón, fejocajil y como le mamamos gallo por eso. Me cuentan que un día, el veía en la televisión una competencia de fórmula uno donde hubo un terrible accidente, él fue a decirle a la gente que estaba en la casa: "En la cajeja hubo un tejible choque, un fejaji coloj jojo ajastjó a un poco de gente"; fue una vaina genial, inolvidable, pregúntenle a mi Tiabe!  Pero eso es muy natural para nosotros, es parte de nuestra cotidianidad, nos reímos de lo que cada uno de nosotros somos y no nos sentimos mal por eso; mucho menos nos ofendemos.

Molestamos al barrigón, al que le cortaron mal el cabello y le dejaron un hueco o le quedó una patilla más larga que la otra. La apariencia externa, no nos importa. Bueno, mi papá ya está llegando a los 80 en unos meses, él a veces si se molesta, ya es la edad; pero seguro lo joderemos hasta que se muera, somos así, además él mismo nos enseñó eso.

Tengo muchos amigos trigueños, morenos y negros, de ambos sexos, por supuesto, lo aclaro por ese afán de ahora querer separar todo entre femenino y masculino, enreda mucho las cosas. Hay una negra hermosa, María Lourdes, que ha vivido al fondo de mi casa paterna por más de cuarenta años, es una de las personas más importantes de mi vida; no se lo digo seguido, pero ella lo sabe. Mi compadre Hernán, mi vecino Jairo Peralta, mi hermano Marcos Romero, Luguito; compañero de tantas parrandas, Edgar “Whiche”; mi pana, el guitarrista de siempre, Ada Quiñonez; una morena preciosa que es como mi hermana, era la única “negrita” que mi abuela María Vivas quería, mi difunto primo; el negrito José, son tantos los negros, trigueñas, morenos, mulatas, como quiera que los queramos llamar, los que hay en mi vida, como los hay en la de todos y son personas excepcionales. Mi hijo menor Eduardo José, también es moreno y es mi hijo, mosca. Mi bisabuelo era bastante moreno.

Cada vez que veo esos modismos de nuestro lenguaje, como el mencionado y exacerbado uso de la clasificación feminista y machista, tratando de darle genero a todo, como si ya no estuviera bien claro en las bases de nuestro lenguaje; me pregunto si eso lo genera gente que no tiene otra vaina más útil que hacer o es que venden tinta y así nos para obligan a escribir más palabras. Lo mismo ocurre con el uso de la palabra afrodescendiente. Se jodieron las negras, los trigueños, las morenas, los mulatos y los moros. Se jodieron también las canciones y poemas románticos, donde esa palabra no cabe.

Por un momento piensen en esa famosa canción, Embrujo de Amor, que empieza: “No se mi Negrita Linda que es lo que tengo en el corazón” y sigan cantándola. Ahora que la recordaron y cantaron, sustituyan Negrita por Afrodescendienta (osea con a, por que es femenina), suena igual? Hagan lo mismo con esa otra famosa melodía de Ismael Rivera: Mi Negrita me Espera, donde Maelo pronuncia negra o negrita varias veces y procedan a hacer la misma sustitución; es una vaina horrible, o no?

Piensen ahora, ustedes las mujeres, cuando están en la cama o haciéndole algún cariño a su marido, algo morenito él, la vaina sonaría así: Hola mi Afrodescendiente lindo, o Te amo Afrodescendiente de mi Corazón, o con mas fuerza, Dale duro mí Afrodescendieennteee. Si a mí me hablan así me voy para otro lado. Esa vaina le tumba la libido a cualquiera.

Pero es lamentable ver como a estas alturas de la vida aún hay separaciones por color, razas, credos y nivel económico. Es muy triste de verdad y pareciera que en lugar de disminuir, va en aumento. Las guerras religiosas, los enfrentamientos entre “pobres” y ricos, auspiciados por los propios desgobiernos, como el de mi país, donde la siembra de odio separatista ha sido tan infame. El uso de estas frases, para mí, es generadora de más divisiones.

Se es afrodescendiente por que los negros vienen de África y cada negro tiene que definirse así? Entonces hay afroamericanos, afroargentinos y afrovenezolanos. En mi caso, que soy (supuestamente) descendiente de españoles, italianos y noruegos, debo llamarme espitaruegovenezolano; que vaina tan estúpida. Imaginen si llevamos eso a la comida, porque si aplica para una vaina se usa en la otra. Llego a un restaurant y me provoca un Pabellón Criollo, que trae caraotas (frijoles) negras y le digo al mesonero: Tráeme, por favor, un pabellón, pero las caraotas Afrodescendientas las quiero refritas. Con seguridad el carajo me contesta algo así: Mira, de vaina, y si es que hay caraotas, probablemente las trajeron de Nicaragua.

O cuando nos toque comprar unos zapatos o una camisa de ese color y pidamos una Guayabera Afrodescendienta o un Liquiliqui Afrodescendiente, se podrán imaginar la cara del vendedor maracucho diciendo: Vertale hermano las guayaberas que tengo son chinas y me gustaría ver un llanero que sea de esos lados, tendréis una foto pa´ ver que te consigo en el almacén?. Coño, la canción de Juanes: Tengo la camisa Afrodescendiente, como Afrodescendiente tengo el alma!! No, no, no, esto es una locura.

Pero a qué viene esta repentina explosión contra “The new wave of my language”, realmente nada tengo contra mi idioma y sus usos, en contra quienes por motivaciones políticas absurdas, quieren desvirtuar el uso de algunas palabras, para crear más separación y odio. Pero también porque hoy es el día de un Santo Negro, San Benito de Palermo. El nació en Sicilia, Italia, sus padres italianos y sus abuelos africanos y seguro no le gustaría que le llamaran Italoafricano, yo creo que le encantaría seguir siendo el Negro.

San Benito de Palermo, fue en esa ciudad donde murió, es un santo que se destacó por su humildad y caridad, su pasión fue la cocina; aunque muchos dicen que ese oficio lo realizó más por su poca formación que por otra cosa, pero fue por ese medio que realizó muchas de sus curaciones, muy milagrosas. En la cocina lo visitaron quienes con él querían hablar, hasta un Virrey llegó allí. Sin ser sacerdote, en un momento de su vida, por su sabiduría, fue nombrado superior de una de las órdenes a la cual perteneció. La gente lo rodeaba cada vez que salía a la calle para besar sus negras manos, en busca de salud, de paz y sanación. Se destacó por su don de palabra, por sus buenos y acertados consejos, dicen que tenía una palabra iluminadora; osea un negro que emanaba luz. Por revelación divina supo exactamente el día y la hora en la que iba a morir y sus últimas palabras fueron “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.

San Benito, cuya fiesta oficial es en el mes de Abril, su día es celebrado en varias fechas, en diferentes partes del mundo. En Venezuela, dependiendo de la zona, se celebra principalmente el 27 de diciembre, el 1° de enero o el 6 de enero. La celebración es una gran fiesta, la cual incluye una procesión que en algunas ciudades es muy concurrida, dados los milagros que la gente reconoce ha recibido de él y la gran devoción que despierta en el pueblo. Por muchos años fui un asiduo visitante de su templo en La Concepción, una pequeña ciudad cercana a mi Maracaibo.

San Benito es tan especial para mi gente, que tiene hasta una forma especial de “bailarlo”, es común ver los chimbangles, que es un grupo de hombres que tocan unos tambores, cada uno con un sonido muy particular y el ritmo es muy cadencioso, muy propio de ese baile. Hay quienes les han puesto letras, frases muy cortas para identificar cada uno de los repiques, pero que no se pueden escribir; además de que no serviría de mucho, igual no se entendería, hay que escucharlo. Los chimbangles en esas zonas, son tan famosos como los mariachis, de hecho los contratan para algunas fiestas.

Cuentan algunos registros escritos, que la costumbre de hacer este baile proviene de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, especialmente de Cabimas, donde la indetenible erupción de un pozo petrolero, específicamente el Barroso II, que desde el 14 de diciembre de 1922 estuvo lanzando petróleo al aire, ponía en peligro a las comunidades vecinas. No había manera de colocarle el cabezal al pozo para dominar el fluido y un habitante de la zona le pidió permiso a los operadores para bailarle a San Benito, frente al pozo; paso seguido, el flujo disminuyó, pudiéndose controlar el Oro Negro que fluía de la tierra. Este reventón fue el que dio origen a la industria petrolera venezolana. Detalle curioso, San Benito no tomaba licor, pero en sus fiestas es normal que la gente le lance ron a la imagen del Santo (claro está que también se lo toman), se dice que eso mismo es lo que hicieron los obreros cuando celebraban el milagro del Barroso. 

Negros famosos es lo que sobran. Desde mi admirada Whitney Houston, todas las negras que cantaban las mejores melodías de los años 60 y 70. El Negro Ricardo Aguirre, interprete inmortal de nuestra gaita zuliana, Los Ángeles Negros, Barry White (curioso su apellido), Nat King Cole, The Jackson Five (uno se “hizo” blanco y se murió), Tierra, Viento y Fuego y esa gran mayoría de exponentes del Blues y del Jazz. Y ni hablar de mi bella Halle Berry, de Whoopi Goldberg y Oprah Winfrey, dupla que debutó y se hicieron famosas en The Color Purple Color. Los Obama, Martin Luther King y Henry Stephen, con su limón limonero. No podía faltar uno de muy reciente aparición, el Negro del Whatsapp, me imagino lo que me escribirán en el grupo mis amigos Luis Dautant y Jorge Gómez, cuando lean esto.

El color no es un estigma, somos nosotros los que estigmatizamos por lo que nos da la gana, por gusto, por odio, por mamar gallo, por joder. Es esa parte macabra de nuestra naturaleza que nos lleva a querer marcar a los demás, pero también es culpa de nosotros mismos, los que nos dejamos marcar; sentirnos mal por lo que realmente somos, no tiene ningún sentido. El judío se burla del católico, el rico del pobre, el flaco del gordo, el blanco del negro, el que tiene la ropa limpia del que anda sucio, el simpático del feo; pero, quien es el que realmente está mal?.

Algunos dicen que el color negro es la falta de luz y que el blanco refleja precisamente la belleza de luminosidad. Esas podrán ser definiciones físicas, pero me gustaría saber, de sus inventores, como estarán sus almas.

“Pintor nacido en mi tierra, con el pincel extranjero, pintor que sigues el rumbo de tantos pintores viejos, aunque la Virgen sea blanca, píntame angelitos negros.

¿No hay un pintor que pintará angelitos de mi pueblo? Yo quiero angelitos blancos con angelitos morenos. Ángel de buena familia no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos, si queda un pintor de cielos, que haga el cielo de mi tierra, con los tonos de mi pueblo, con su ángel de perla fina, con su ángel de medio pelo, con sus ángeles catires, con sus ángeles morenos, con sus angelitos blancos, con sus angelitos indios, con sus angelitos negros, que vayan comiendo mango por las barriadas del cielo.”  (Tomado del poema de Andrés Eloy Blanco).

Feliz Día de San Benito, de nuestro Santo Negro.       


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla

Diciembre 27, 2.017

martes, 26 de diciembre de 2017

HERODES NICOLAS

El nacimiento de Jesús trajo claras consecuencias para la humanidad. Para muchos ha sido una gran alegría, pero para algunos, una gran preocupación. El rey Herodes Nicolas, la historia no lo dice, pero creo que le combina ese como su segundo nombre, se preocupó muchísimo cuando recibió la noticia de que había nacido el Salvador y cuenta la palabra que, ante la imposibilidad de conseguir exactamente al niño que había nacido y que sería su gran dolor de cabeza, decidió ordenar la matanza de todos los niños de Belen. Esto anterior es parte de ese pasaje bíblico, bastante conocido por nosotros y que es la razón de la próxima celebración del día de los Santos Inocentes.

En todas las épocas han habido indignos herederos de Herodes, que han masacrado inocentes, de diferentes edades, con fines absurda y criminalmente políticos, con tal de mantenerse en el poder. Eso es lo que que ha hecho y continua haciendo el herodes nicolas que desgobierna mi patria y la cuerda de miserables que lo secundan.

Los niños, las viudas y los ancianos siempre fueron los protegidos de Jesús, fue por quienes primeramente abogó; en especial los primeros, ellos eran sus predilectos. La frase "Dejen que los niños vengan a mi", es la que más me llega. Es la opción primaria de permitir a los niños acercarse para obtener cariño y la de nosotros para dárselo; la ternura de un niño es algo único, angelical. 

Los niños no mienten, son espontáneos y luego de alguna pelea con otro niño, son capaces de reconciliarse y dejar a un lado esa diferencia, ya que no guardan rencor. Son lo más sublime de la naturaleza, son el ejemplo de la pureza y en ellos está el futuro de la humanidad, de allí la importancia de cuidarlos y educarlos.

Pero a herodes nicolas eso poco le importa, por encima de esas cualidades anteriormente mencionadas, pone a un lado el mandato de Jesús y asesina niños y ancianos de hambre. Él y la corte de miserables que lo acompañan.

La cantidad de niños desnutridos en mi país alcanza una cifra incalculable y sería irresponsable de mi parte señalar alguna, pero por eso no deja de ser cierto. Solo basta darse un recorrido por las calles de cualquier ciudad, pueblo o caserío y podremos ver esta cruda realidad. Por otro lado, el regreso de enfermedades que ya estaban erradicadas, la falta de medicamentos, la insalubridad y la no atención de niños con cáncer y otras terribles patologías, no son cosas difícil de encontrar.

Los otros inocentes que padecen este terrible cáncer que destroza a mi país, son los ancianos. Esos seres que entregaron sus vidas trabajando, levantando a sus hijos, luchando por un futuro mejor; hoy día mueren de mengua, haciendo filas para comprar alimentos y medicamentos que no hay y para poder cobrar su pensión en un banco, si es que la tienen.

Es doloroso y tampoco hace falta más que un paseo por las entidades bancarias, para ver a esos seres flacos, enfermos y desnutridos, durmiendo en los frentes para poder ingresar a ellas al momento de abrir. Algunos pasan hasta tres días, he escuchado sus testimonios, ya que cuando no pueden entrar, bien sea por la gran cantidad de personas que acude a retirar la miseria que les entregan, es porqué no hay dinero en efectivo. Es una verdadera desgracia. 

Todo lo anterior es parte de los efectos de la corrupción, el erróneo manejo del país y el miserable interés de dominar al pueblo, haciéndolo pobre para que sea el desgobierno su único salvador. Esta es una política ya conocida en otros países, es una estrategia de estado, la más infame de todas, con el único propósito de mantener el control de un país y de sus riquezas. Ya esto no es una cuestión ideológica, es una cadena de asesinatos, premeditados y fríamente calculados. 

No estoy inventando aquí el agua tibia, no es algo nuevo, muchos sobre esto escriben, es denunciado a diario y lo dan a conocer. Yo también tengo la responsabilidad de seguir denunciando este ultraje, este crimen, esta barbarie, que se comete cada día en mi pueblo y para la cual no veo acciones concretas, ni internas, ni externas.  

Parece que quienes pueden hacer algo, quienes tienen el poder de cambiar estas terribles cosas, al igual que cierta parte de mi pueblo, se ha tomado una tregua para disfrutar la navidad. Los inocentes, que esperen un poco más, que pasado mañana celebren su día y después de Reyes, allí veremos que hacemos.

La inocencia no la da la edad, sino la pureza del alma. Hasta cuando veremos morir a los niños, hasta que momento permitiremos que sigan asesinando a lo más puro de nuestra sociedad? 


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Diciembre 26, 2.017  

lunes, 25 de diciembre de 2017

POR QUÉ JESÚS NO FUE MUJER?


En estos días de navidad, donde leemos y escuchamos sobre el nacimiento del Niño Jesús, por esas vainas raras que a uno le pasan por la cabeza, me preguntaba por qué Dios no envió a una hembra en lugar de un varón. Si Dios no tiene una tipología sexual que lo identifique, si Él es Padre y Madre, por que tuvo preferencia por un varón. En mi tierra dicen que Dios es más grande que una mata de coco y Él sabe muy bien lo que hace.

Lo que si es cierto es que Adam fue quien nos metió en este lío, no pudo contenerse y le siguió el juego a Eva; como siempre y desde el inicio, las mujeres demostrando quien tiene el poder.

Por eso a Jesús lo conocemos como el nuevo Adan, al que le tocó enmendar la comidita de la manzana, a través de la cual entró el pecado al mundo. Le tocaba a alguien del mismo sexo arreglar el entuerto y traernos el mensaje de salvación; pero que tal si hubiese venido una mujer, aun cuando en los libros escritos antes de la llegada del Redentor, ya se sabía que sería un varón. Ese era el plan de Dios.

Desde los orígenes del mundo, hemos visto que ha sido el hombre y no la mujer, quien ha protagonizado la historia, aunque no son ellos solos los que han hecho todo el trabajo y sin las mujeres no seríamos nada; de hecho sin ellas la humanidad no existiría. Pero se imaginan a Marijose, que así pudo haberse llamado la Redentora, a esa "treintona" tratando siquiera de entrar a un templo en el siglo primero, tomando un papiro y proclamando la palabra. O a Pedro y a su hermano Andrés, parados al lado de su barca y dejándolo todo para seguir a una mujer? A lo mejor la hubiesen seguido, pero buscando otra cosa. Traten de imaginarse esas escenas.

Casi todos los profetas, cuyos libros están en la biblia, son hombres o digamos varones para manejar el término correcto, solo tres hembras aparecen en la lista de los libros que componen el antiguo testamento, Ester, Judit y Rut, para ser más exactos; por supuesto no hay ninguna evangelista. Es que es complicado imaginarse a una mujer hablando con la Samaritana, se imaginan como hubiese sido ese encuentro, de qué manera hubiese empezado la conversa y como habría terminado en cuanto Marijose le dijera todo lo que sabía de ella?. La golpiza entre ambas hubiese sido terrible. Igual pienso en el momento del intento de apedreamiento de la pecadora, al pronunciar la frase “quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra”, seguro hubiesen sido lapidadas las dos.

Creo que la forma de como Dios condujo este evento fue para dejarnos muchas lecciones que a veces no vemos, o no queremos ver. Por ejemplo, el comportamiento de José, el padre del Redentor, fue también parte de ese plan para hacernos ver a los varones, que no siempre hay que robarse el show para ser importantes. José tuvo tanta fe y confianza en Dios como María; de hecho, a esta última se le apareció un Ángel y le explicó la película en vivo, con José fue una transmisión radial, puro sonido y para hacérselo más complicado, escuchó todos los mensajes estando dormido. Seguro no fue nada fácil, sin embargo entendió clarito lo que debía hacer. José escuchaba a Dios con su corazón, no necesitaba verlo. En su papel de padre en la Biblia aparece muy poco: cuando el Redentor es concebido, al moverse a Belén, en el nacimiento, en la huida a Egipto, el retorno a Israel, en la presentación del niño y luego, cuando el travieso Jesús se queda en el templo. De allí en adelante nada más dicen de él las escrituras, pero la educación que le dio a su hijo, (que por cierto no era de él) fue ejemplar, de eso no hay duda. El ejemplo de José, no es precisamente el que los varones hemos seguido, hablo de la inmensa mayoría. Pero también les digo que hay muchos varones como José en la tierra, precisamente por hacer su trabajo y dejar la publicidad a un lado, no los conocemos; como que no nos interesan.

María si vio, escuchó el pedido y lo aceptó, había sido preparada para eso, pero además su corazón estaba claro de lo que quería. María salió corriendo a casa de su prima Isabel cuando supo que estaba embarazada y no era en la calle de al lado, aunque seguro tuvo compañía y protección, llevaba en su vientre al Hijo de Dios. No tuvo el menor reparo en ir a atender a su anciana prima, que también iba a traer al mundo a alguien especial. Esta escena me lleva a imaginarme de nuevo a Marijose (la Redentora) en campaña por tres años, de pueblo en pueblo, junto a una cuerda de carajos barbudos, sin bañarse a diario y echándose tragos. Jesús no tenía problemas para ir al baño rapidito a un lado del camino, pero se imaginan a una hembra tratando de hacer lo mismo?. Cuando estuviese en sus días, con los dolores mensuales (si está bien escrito), el tema de la limpieza, de la ropa, el pelo, el baño diario y el maquillaje. Habría sido muy complicado, no había baños públicos en los caminos que ella hubiese podido usar.

El asunto de la estadía en cualquier carpa en el campo, en tantos y diferentes pueblos o el dormir dentro de una barca. Cuantos tipos no habrían intentado abusar de Marijose, que siendo hija de Dios seguro hubiese sido bellísima. Cuantas historias habrían sido inventadas por muchos (y por muchas) contando de sus supuestos amores con ella, de lo que le hacían, con el ánimo de desprestigiarla; cuantos hijos le habrían achacado. La mujer en esa época era prácticamente considerada como un accesorio del hombre, casi un animalito con un poco más de valor, eso era para algunos. Yo he notado que la dupla madre-hijo, se entiende mejor que la de madre-hija, Dios también estaba muy claro en eso.

María demostró (demuestra) a los varones lo que es la entereza, el valor y el verdadero amor, fue capaz de acompañar a su hijo durante su peregrinar, persecución y muerte, nunca lo abandonó, mucho menos lo negó, como si hicieron algunos fuertes y supuestamente valientes. Además, le da una lección a las mujeres, sobre todo a esas que les encanta darle a la lengua (tranquilas, varones hay también), guardando en su corazón todas esas cosas que ocurrían y que debían ser conservadas en secreto. Conozco a varias, que en el supuesto negado de que se les apareciera el Ángel, pondrían una foto en el Facebook antes de escucharlo hablar. Y vaya que María sabía cosas.


Cuantos eventos especiales debió haber visto al lado de Jesús, cuantas travesuras santas y milagrosas habría hecho de muchacho. El milagro del vino en las bodas, fue su primero; yo no dudo que hubo muchísimos más en privado, antes de ese. La respuesta de Jesús a su madre fue: aun no es el tiempo (en público) y ella dijo: hagan lo que Él les ordene; seguro ya María le había visto hacer muchos milagros antes, conocía de sus capacidades, lo tuvo al lado por 33 años.

Dios sabía y sabe muy bien lo que hace y no creo que decidió que fuese Jesús, en lugar de Marijose, por un simple capricho. Él no necesita demostrar nada a nadie, también en la elección del hogar son muchas las cosas que nos enseña. Nos muestra a un hombre humilde, sencillo, callado y nada egoísta. También a una mujer muy valiente, sincera, amable y discreta. Un inmejorable par de personas que tuvieron la misión de recibir, educar y acompañar, nada más que a Jesús al Hijo de Dios. Esa es la dupla a imitar.

Ayer fue el cumpleaños de Jesús, la celebración de esa noche en la que llegó el Salvador y no importa si fue hombre o mujer, ya que fue Dios mismo hecho carne, que bajó a este mundo a mostrarnos muchas cosas, a enseñarnos con sus propias palabras, pero también con sus actos, cuál debe ser nuestro comportamiento, con los demás y con nosotros mismos. A enseñarnos a través de José como debe ser el padre ideal y por medio de María, todo lo que una mujer es capaz de hacer por su hijo, por todos sus hijos, por su familia. Como ser pura y santa, además de no llegar  a convertirse en alguien pedante, por el poder que se ostenta. María tuvo todo el poder del mundo, su hijo haría lo que ella le pidiera, pero justamente por tener el corazón amoroso que tiene, nunca se excedió en lo que eran sus deberes.

Ayer llegó de nuevo el Niño Jesús a nuestro corazón, a recordarnos que la navidad es un tiempo de reflexión y de paz. También vino a decirnos lo que no es la navidad, ya que nosotros, en una gran mayoría, no hacemos sino beber, comer y gastar, cosa que en esencia no es mala, puede ser parte de la alegría, pero no el centro de estas fiestas.

Imitemos a la familia de Nazaret y a su hijo Jesús. Ser bueno no es fácil, como nos cuesta; pero tampoco es imposible. Nuestra naturaleza en ocasiones nos lleva a comer lo que no debemos, a mirar para otro lado cuando no nos conviene lo que vemos, a caminar en la ruta equivocada, sabiendo que vamos mal; pero si tenemos fe, si pedimos a Dios su apoyo, al Santo Espíritu su guía, seguro nuestra senda será la adecuada, aunque no libre de obstáculos, como la vida de Jesús.

No importa si fue Jesús o si pudo ser Marijose, lo cierto es que Él ya estuvo aquí y se quedó: lo hizo por ti y por mí.

Feliz Navidad a todos.


Eduardo J. León Hernández
Barranquilla
Diciembre 25, 2.017

martes, 12 de diciembre de 2017

LOS HÉROES OLVIDADOS


Un Héroe, “es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor”. Esta es una de las tantas definiciones que podemos encontrar en los diferentes diccionarios y vemos que destaca dos aspectos. Que realiza hazañas extraordinarias, o sea que hace algo inusual, fuera de lo normal, más que ordinario y además, le echa ganas, vence el miedo o el temor y enfrenta la situación. Fíjense que la definición no hace referencia a ganar o perder, no menciona que es una lucha con nadie, sencillamente requiere decidirse y tenerlas bien puestas.

No coloqué heroína, porque aun y cuando define a las mujeres que cumplen con las mismas características, se confunde con este otro significado: Droga adictiva, en forma de polvo blanco y amargo, con propiedades sedantes y narcóticas. No todas las mujeres son amargas, pero la mayoría si pueden ser sedantes y narcóticas, y de seguro son adictivas.

Hay súper héroes, esos fantásticos hombres y mujeres que conocimos a través del cine, la televisión y los cuentos, que son tan seguidos por los niños (por muchos adultos también) y que salvan al mundo de los malos, de los monstruos, de los ataques alienígenas o de los desastres naturales. También hay héroes silenciosos, que no hacen bulla, ni publicidad y son los que, cada día, realmente salvan al mundo.

Hay unos héroes que normalmente son olvidados. Esos que acompañan cualquier campaña que esté en consonancia con sus principios y salen a luchar, sobre todo contra aquello que atenta contra la libertad y el bienestar de la sociedad.

Hay muchos héroes, repito, de cada día. El maestro que no gana lo que debería, pero aun así se entrega por su pasión; o el misionero, que se va a los sectores más desasistidos para procurar el bien de los demás, en detrimento muchas veces de su propio bienestar, inclusive, arriesgando su propia vida. Eso es más común de lo que pensamos, pero esos héroes, no tienen nuestra atención, esos son "héroes normales". Para que se metieron a eso, dirán muchos. Y realmente, nuestra atención es lo menos que a ellos les importa, lo hacen porque les nace del corazón y punto.

Pero hoy quiero referirme a los héroes olvidados, específicamente a los olvidados de mi patria. En los hechos de protesta acaecidos a mediados de este año, más de ciento cuarenta personas, entre jóvenes, hombres y mujeres, murieron. Pero son muchos más, considerando los que murieron antes y siguen muriendo hoy, por enfrentarse a la nacotiranía.

Hay algunos que pudiéramos llamar son famosos, que tuvieron centimetraje en los medios, porque en la acción en la cual perdieron la vida, había cobertura noticiosa. La ciudad donde se encontraban o las características propias de esos hechos, ha permitido tener sus nombres en la avenidas donde murieron o en la plaza donde cayeron abatidos, por las armas de los miserables represores. Eso está bien, pero lamentablemente serán olvidados muy pronto, así es la vida, así somos de desagradecidos.

Nuestra historia está llena de jóvenes que entregaron sus vidas por su país. En la Batalla de La Victoria, ocurrida en la época de nuestra independencia, centenares de jóvenes salieron a pelear, no habían soldados y ellos decidieron  hacerlo; el prócer José Félix Rivas, según la historia, los lideró y ganaron esa batalla, muy importante para la gesta independentista. Pero no sabemos el resto de los nombres, probablemente están en algún sitio anotados, yo no lo sé. Pero es solo a uno a quien se recuerda por ese hecho.

En mi país, tenemos la lista de los caídos, yo la he visto publicada, hay inclusive artistas plásticos que con mucho amor y dedicación, los han inmortalizado en lienzos y pinturas digitales, pero ellos no son todos. Ellos murieron y ha sido terrible que eso ocurriera y que siga ocurriendo. Pero hay muchos otros, centenares, yo diría miles, que no tuvieron la “fortuna de morir”.

Esas últimas tres palabras tal vez suenen muy duras y hasta se vea feo e inhumano, podrán hasta decir que no son palabras de un cristiano, pero algunos de los heridos, hoy preferirían haber muerto. Yo no estoy ni en sus cuerpos ni en sus mentes, es lo que ellos mismos dicen y quien soy para juzgarlos.

Estar enfermo en mi país en estos momentos es una terrible condición, pero es peor aún, estar en esa condición por salir a luchar por el país. Sí, es cierto, salir a luchar fue una decisión personal (aunque en algunos casos no, fueron heridos que llaman colaterales), no es justo que hayan quedado abandonados, sin medicinas, sin recursos, en un país con uno de los peores sistemas de salud del mundo, por una falta de insumos y recursos médicos inaudita. Es impresionante la cantidad de jóvenes para los que se piden ayudas en las redes, a mí en lo particular me golpea constantemente esa situación.

Pero hay otro grupo, que también se siente olvidado. Los que están presos por defender la libertad y aquellos que están presos sin haber hecho nada, solo por el hecho de estar en el lugar equivocado, en el momento menos oportuno. Ellos también son héroes olvidados. Solo algunas personas (muy contadas), ciertos integrantes de partidos políticos y organizaciones de derechos humanos, donde destaca el Foro Penal Venezolano, hacen grandes esfuerzos para lograr su libertad, para buscar ayudas económicas, médicas y alimenticias.

Hago un aparte para reconocer la labor del Foro Penal Venezolano, hace ya unos dos años, tuve la oportunidad de acompañar a una amiga, que tratando de ejercer sus derechos en un país sin justicia, introdujo una denuncia para proceder a una demanda y el abogado que nos acompañaba en esa gestión, forma parte del foro penal, mi aporte en esa causa era de otro tipo.

Los tres días que pasamos juntos entre Caracas y Puerto La Cruz, me permitió ver como ese abogado no dejaba de recibir llamadas de madres, familiares y amigos de muchos detenidos por parte de la dictadura. Gente sin recursos económicos, sin maneras para defenderse y este señor, nunca decía que no. De hecho, en uno de esos días, tuvimos que suspender una importante reunión, ya que él necesitó desplazarse para ayudar a unos detenidos. Esa labor es gratuita y solo les da trabajo, dolores de cabeza y un gran riesgo personal. Ellos son otros héroes.

Los presos políticos o presos de libertad, son muchos. Algunos de ellos con daños corporales y mentales que son irreversibles. Otro tanto, hoy podrán lucir en un regular estado físico y psicológico, pero ese cautiverio, el trato vejatorio y los abusos que sufren, tarde o temprano les cobrará algo, seguro les restará vida.

Por eso escribo esto, para llamar la atención de todos nosotros, para que reconozcamos a estos héroes olvidados, que les demos nuestra ayuda, que nos acerquemos a ellos, debe haber algún medio para darles una mano, a estos Venezolanos que no dudaron ni un momento y salieron a luchar.

Visitar a un preso o a alguien en su lecho de enfermo, es la obra mas digna que un ser humano puede hacer. Sin querer ser héroes, ahora lo son, pero ya los tenemos olvidados.

Dios los bendiga y les de la fuerza necesaria para salir adelante.

Eduardo José León Hernández
Barranquilla
Diciembre 12, 2.017
   

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Y TU, CUANTOS MILAGROS HAS HECHO?


La palabra milagro la tenemos en nuestro léxico como grabada a fuego, pero parece que no creemos en ellos. Los milagros han estado en nosotros desde que éramos niños y en nuestros oídos ha retumbado esa palabra, desde que fuimos concebidos. De hecho, todos somos un milagro de la naturaleza, pero quiero es hablar de esos milagros que cada uno ha logrado hacer alguna vez, que hacemos y podemos hacer, cada día. Si, aunque no lo creas, tú  tienes ese poder y no te has dado cuenta, pero te voy a ayudar. Te voy a contar una historia, mi historia sobre el primer milagro del que tengo memoria que participé y que tengo grabado en mi mente y en mi corazón.

Hace ya unos cuantos años, me fui con mi compadre Ascanio Calles a buscar camarones y pescados en Los Puertos de Altagracia, como a unos cuarenta minutos de Maracaibo. Fuimos a la casa del personaje que nos ofreció el asunto, pero nos “embarcó”, no lo conseguimos. Sin embargo, para no perder el viaje decidimos visitar a unos amigos que teníamos en esa zona y nos fuimos a la casa de Cayuco.

Antes de continuar, les explico que Ascanio, era una persona genial, era amigo de todos, muy hábil en relacionarse con la gente y con una memoria fotográfica para recordar caras, nombres, apellidos y esos detalles que ayudan a identificar a la gente; además de ser un mamador de gallo único en su especie. Mi compadre siempre me cambiaba de profesión, dependiendo de las circunstancias y de su interés, yo podía ser abogado, ingeniero, veterinario, policía, en fin, cualquier profesión que él le convenía; la cosa iba en función de lo que estuviese hablando o tramando, que eran no trampas, por cierto. Fue un hombre honrado, como pocos. Lo único que era capaz de robarte eran sonrisas y carcajadas. 

Al llegar a casa de Cayuco (no me pregunten el nombre, nunca lo supe, ni lo pregunté), él era el esposo de Ana Julia, bajamos del carro y nos encontramos a alguien acostado en un chinchorro, era tan pequeño, qué parecía un niño. La casa de Cayuco, estaba en un caserío de la zona que se llamaba el Caimán, era una vivienda fabricada con materiales económicos, más o menos grande, con un terreno bastante amplio y no tenían cerca, ni protecciones; no les hacía falta.  El chinchorro estaba colgado entre dos árboles al lado de la casa y había un círculo de humedad en la arena debajo de él. Nos acercamos, ya que nadie contestó el saludo y al abrir el chinchorro, vimos a un señor, que como dijo mi compadre, se veía más viejo que Moisés; si, ese que habló con Dios.

Quien dormía en ese pedazo de tela tejida, era el papá de Ana Julia, estaba muy enfermo y como el mismo nos dijo, andaba visitando a sus hijos para despedirse. Con mucho cuidado Ascanio y yo ayudamos al Señor a medio sentarse en esa pequeña cama colgante y nos dispusimos a conversar con él. Se le veía muy triste, con la mirada a veces perdida. Nos dijo que desde hace años, cuando su viejita murió, él se sentía perdido en el mundo. En ese momento, sale una hija de Ana Julia, que tendría unos 18 años, pero se veía más adulta, ella estaba bañándose cuando llegamos y por eso no nos recibió; era la encargada de cuidar a su abuelo mientras su madre no estaba en casa. María, creo que así se llamaba (y si no, es su nombre en esta historia), nos refirió que su abuelo ya no quería comer, por lo que había perdido mucho peso, lo habían llevado al médico, no le habían diagnosticado nada, pero igual era necesario hacerle otros exámenes. El Señor tenía 78 años, pero parecía tener más de 90.

Justo en ese momento salió mi compadre y le dijo al Señor, “Coño viejo, vos si tenéis suerte, este que está aquí, señalándome a mí, es mi Compadre Eduardito (solo él y los de su casa me llaman así), es uno los Médicos más brillantes de este país, con Especializaciones y hasta Doctorados en Gerontología y Geriatría; acaba de llegar de Alemania hace unas semanas y mientras estuvo allá, él inventó allá una pastilla especial para los viejitos enfermos”. Se podrán imaginar la cara que puse. Era la más alta graduación que había logrado, por parte de mi tutor profesional personal hasta ese momento. Para quienes me leen y no me conocen, yo soy Contador Público de profesión.

De inmediato, luego de asumir mi nuevo rol y siguiéndole la corriente a mi Compadre, agarré la mano del viejito para tomarle el pulso, le miré los ojos, bajándole un poco el parpado inferior (se veía que estaba anémico, para eso no hace falta ser médico) y le pregunte que sentía. El Señor en pocas palabras me dijo que le dolía hasta el pelo y que se sentía muy, pero muy cansado, como si fuera a morir. Estuvimos un buen rato hablando con este viejito, escuchando algunas de sus historias y nos dimos cuenta que sentía una soledad muy grande. De inmediato mi Compadre me dijo: Este es otro caso para tu pastilla mágica, cuantas le traigo?

Mi cara quedó congelada y entre casi en pánico pensando, que le ira a dar este carajo a este Señor?. Ascanio fue hasta el carro, arrancó una hoja de papel de una libreta grande que tenía y en ella metió unas 20-25 pastillas de Litrison (él siempre cargaba un frasco enorme que vendían antes y contenía 100 unidades), un excelente vitamínico, complejo B le llamaban, muy utilizado por los tomadores de licor para aminorar sus efectos y proteger el hígado. De inmediato pasé a darle las instrucciones, el récipe pues, pero de manera verbal y se lo explique también a su nieta: Tomar una pastilla con cada comida, tres veces al día por una semana. Les explique que no podía tomársela sin comer, porque le haría daño y en vez de mejorar, se podía poner peor.

Pasando unos minutos, llegó Ana Julia, nos tomamos un café con ella y nos fuimos. Al montarnos en el carro, le armé un lío a mi Compadre y su respuesta fue una enorme carcajada que aún recuerdo.

Después de esa oportunidad, no pude visitarlos de nuevo, hasta unos dos años después que mi Compadre se apareció en mi casa. Era fin de semana, yo había llegado de la firma, había subido al cuarto a dormir, tenía cansancio acumulado y le pedí a las hijas que no hicieran ruido; que si alguien llegaba, le dijeran lo mismo, que por favor no me molestaran. Pasados apenas unos minutos, mi esposa subió al cuarto y me dijo: “Allá abajo está Ascanio, de flux y corbata, que quiere hablar con vos. No le pregunté qué quería, debe ser algún amigo de ustedes que se murió y te viene buscar para ir al funeral, porque nunca lo había visto vestido así un domingo, a la una de la tarde”. En seguida abrí los ojos y le pedí le dijera a Ascanio que subiera al cuarto. El muy desgraciado al entrar me gritó: Compadre levántese que tenemos un matrimonio y usted es el padrino.

María, la hija de Cayuco y Ana Julia se casaba y habían decidido que yo fuera el padrino de la boda, pero a mi Compadre se le había olvidado decírmelo. A él era prácticamente imposible decirle que no y además, el hijo que es llorón y la madre que lo pellizca, después de pensarlo mucho, como unos dos minutos, me bañe, me puse el traje más fresco que tenía y salimos. 

Por ser domingo no había mucho tráfico y llegamos a Los Puertos de Altagracia bastante rápido, nos tomamos unas frías en la vía y al llegar nos fuimos al Mango Hilton, la casa de Tolía. Un familiar de Ana Julia que vivía cerca de la playa y en el patio tenía varias, enormes matas de mango, que casi no permitían la entrada de los rayos del sol. Yo iba manejando y me estacioné al frente y al mirar al porche de la casa, yo no podía creer lo que mis ojos veían. El viejito del chinchorro, el moribundo, estaba allí parado, con un liquiliqui blanco; había pasado buena parte del día esperándome, para darme un abrazo y las gracias.

Cuando estuve a su lado, me dijo: “Coño gracias a Dios que llegó mi Doctorcito”. Yo tendría en esa época unos 26 años y lloré como un niño de la alegría, abrazado al viejito por un rato; hasta que fuimos interrumpidos por otros pacientes que también me esperaban. Allí si entré en pánico y dije, que paso aquí?. En ese momento llegó Ana Julia y me abrazo, ella me conocía muy bien y sabía que yo no era ningún médico, me tomo del brazo y le dijo a la gente: “El doctor vino como invitado especial, él es el padrino de la boda (se casaban solo por el civil) y hoy no va a pasar consulta, después hacemos una jornada.” Al escuchar eso me entró un alivio, pero también una gran curiosidad: Que carajo pasó aquí?, fue de nuevo mi pregunta y me fui hasta la mesa especial que nos tenía reservada Ana Julia, me senté con ella y mi compadre y les dije ambos: aclárenme esta vaina.

Luego de una semana de nuestra visita inicial a casa de Cayuco (les recuerdo que fue dos años antes), mi Compadre pasó por casa de Ana Julia, para ver como seguía el viejito. Le informaron que después de nuestra visita, el Señor había empezado a comer y a tomarse la “pastilla milagrosa”. Como le habíamos dejado dosis para una semana, Ascanio se devolvió al carro, sacó su frasco gigante y se lo dejó completo. Le dijo que le bajarán la dosis, solo dos al día, y después de quince días, solo una capsula en el almuerzo. También se metió a médico.

Ana Julia sabía muy bien lo que Ascanio y yo habíamos hecho, sabía que no éramos médicos, pero habíamos logrado “el milagro” de que su papá comiera y que se tomara la vitamina. Eso generó un círculo virtuoso, ya que al comer agarró fuerzas, las vitaminas le ayudaban, también le generaron un gran apetito y poco a poco el Señor se fue recuperando y empezó a caminar e inclusive a cantar y bailar.

Yo nunca había bailado con un viejo hasta ese día (ojo con los mamadores de gallo, esa ha sido la única vez), por suerte el día lunes siguiente era festivo y pude quedarme toda esa noche, de hecho dormimos en el Mango Hilton, en dos excelentes hamacas que nos prestaron. Fue una noche mágica, dentro de la humildad y la pobreza de esa gente, podías agarrar con tus manos la alegría que había en el ambiente; por la boda de María y la salud del viejito. Este Señor duró ocho años más desde ese último día que lo vi, no pude asistir a su entierro por estar fuera de la ciudad.

Los milagros no los hacemos nosotros, somos el medio para que ocurran, es Dios quien decide ayudar al prójimo, a nuestros hermanos y a nosotros mismos, cuando tenemos fe; en otras palabras, tenemos que buscarlos. 

El viejito confió en mí, pero más confió en Ascanio, quien “lo engañó” diciéndole que yo era médico, geriatra y con doctorados, además de que había inventado una pastilla mágica. Pero también Ana Julia confió en lo que habíamos hecho. Eran muchas las oraciones que seguro hizo para que su padre comiera, que de alguna forma superara esa tristeza, ese vacío que tenía dentro y lo estaba matando. La oportunidad de sentarnos, de escuchar a ese Señor, que nos contara un pedacito de su vida, que se desahogara, fue lo único que nosotros hicimos; escucharlo con atención.

Ascanio hacía mucho esto, por su trabajo viajaba frecuentemente a pueblos y caseríos, visitaba a la gente más necesitada; pero sobre todo, los escuchaba. No tenía problemas en sentarse a conversar sobre una banca de madera para saber de “su gente” y si había un café o una cerveza fría, mucho mejor. Trabajaba con un organismo público que ofrecía ayuda para mejoras y construcción de casas, escuelas y centros de salud. Nunca le negó nada a nadie y fueron muchos los que lo olvidaron.

Hoy mi Compadre Ascanio estuviera cumpliendo 76 años. Hace muy poco que se nos fue, y en honor a él, a ese genial mamador de gallo, a ese gran amigo, a ese ser que siempre te decía lo que te convenía escuchar, lo que era bueno para ti, a él, que siempre estuve dispuesto a escucharme, escribo esta historia.

Como dije al inicio de este escrito, tú también puedes hacer milagros, sonriendo y escuchando a quien necesita ser escuchado, ayudando a quien necesita un abrazo. Tú mismo, puedes ser la “pastilla mágica”, esa que tu prójimo necesita.        


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Diciembre 05, 2017       


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