Un Héroe, “es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor”. Esta es una de las tantas definiciones que podemos encontrar en los diferentes diccionarios y vemos que destaca dos aspectos. Que realiza hazañas extraordinarias, o sea que hace algo inusual, fuera de lo normal, más que ordinario y además, le echa ganas, vence el miedo o el temor y enfrenta la situación. Fíjense que la definición no hace referencia a ganar o perder, no menciona que es una lucha con nadie, sencillamente requiere decidirse y tenerlas bien puestas.
No coloqué heroína, porque aun y cuando define a las mujeres que cumplen con las mismas características, se confunde con este otro significado: Droga adictiva, en forma de polvo blanco y amargo, con propiedades sedantes y narcóticas. No todas las mujeres son amargas, pero la mayoría si pueden ser sedantes y narcóticas, y de seguro son adictivas.
Hay súper héroes, esos fantásticos hombres y mujeres que conocimos a través del cine, la televisión y los cuentos, que son tan seguidos por los niños (por muchos adultos también) y que salvan al mundo de los malos, de los monstruos, de los ataques alienígenas o de los desastres naturales. También hay héroes silenciosos, que no hacen bulla, ni publicidad y son los que, cada día, realmente salvan al mundo.
Hay unos héroes que normalmente son olvidados. Esos que acompañan cualquier campaña que esté en consonancia con sus principios y salen a luchar, sobre todo contra aquello que atenta contra la libertad y el bienestar de la sociedad.
Hay muchos héroes, repito, de cada día. El maestro que no gana lo que debería, pero aun así se entrega por su pasión; o el misionero, que se va a los sectores más desasistidos para procurar el bien de los demás, en detrimento muchas veces de su propio bienestar, inclusive, arriesgando su propia vida. Eso es más común de lo que pensamos, pero esos héroes, no tienen nuestra atención, esos son "héroes normales". Para que se metieron a eso, dirán muchos. Y realmente, nuestra atención es lo menos que a ellos les importa, lo hacen porque les nace del corazón y punto.
Pero hoy quiero referirme a los héroes olvidados, específicamente a los olvidados de mi patria. En los hechos de protesta acaecidos a mediados de este año, más de ciento cuarenta personas, entre jóvenes, hombres y mujeres, murieron. Pero son muchos más, considerando los que murieron antes y siguen muriendo hoy, por enfrentarse a la nacotiranía.
No coloqué heroína, porque aun y cuando define a las mujeres que cumplen con las mismas características, se confunde con este otro significado: Droga adictiva, en forma de polvo blanco y amargo, con propiedades sedantes y narcóticas. No todas las mujeres son amargas, pero la mayoría si pueden ser sedantes y narcóticas, y de seguro son adictivas.
Hay súper héroes, esos fantásticos hombres y mujeres que conocimos a través del cine, la televisión y los cuentos, que son tan seguidos por los niños (por muchos adultos también) y que salvan al mundo de los malos, de los monstruos, de los ataques alienígenas o de los desastres naturales. También hay héroes silenciosos, que no hacen bulla, ni publicidad y son los que, cada día, realmente salvan al mundo.
Hay unos héroes que normalmente son olvidados. Esos que acompañan cualquier campaña que esté en consonancia con sus principios y salen a luchar, sobre todo contra aquello que atenta contra la libertad y el bienestar de la sociedad.
Hay muchos héroes, repito, de cada día. El maestro que no gana lo que debería, pero aun así se entrega por su pasión; o el misionero, que se va a los sectores más desasistidos para procurar el bien de los demás, en detrimento muchas veces de su propio bienestar, inclusive, arriesgando su propia vida. Eso es más común de lo que pensamos, pero esos héroes, no tienen nuestra atención, esos son "héroes normales". Para que se metieron a eso, dirán muchos. Y realmente, nuestra atención es lo menos que a ellos les importa, lo hacen porque les nace del corazón y punto.
Pero hoy quiero referirme a los héroes olvidados, específicamente a los olvidados de mi patria. En los hechos de protesta acaecidos a mediados de este año, más de ciento cuarenta personas, entre jóvenes, hombres y mujeres, murieron. Pero son muchos más, considerando los que murieron antes y siguen muriendo hoy, por enfrentarse a la nacotiranía.
Hay algunos que pudiéramos llamar son famosos, que tuvieron centimetraje en los medios, porque en la acción en la cual perdieron la vida, había cobertura noticiosa. La ciudad donde se encontraban o las características propias de esos hechos, ha permitido tener sus nombres en la avenidas donde murieron o en la plaza donde cayeron abatidos, por las armas de los miserables represores. Eso está bien, pero lamentablemente serán olvidados muy pronto, así es la vida, así somos de desagradecidos.
Nuestra historia está llena de jóvenes que entregaron sus vidas por su país. En la Batalla de La Victoria, ocurrida en la época de nuestra independencia, centenares de jóvenes salieron a pelear, no habían soldados y ellos decidieron hacerlo; el prócer José Félix Rivas, según la historia, los lideró y ganaron esa batalla, muy importante para la gesta independentista. Pero no sabemos el resto de los nombres, probablemente están en algún sitio anotados, yo no lo sé. Pero es solo a uno a quien se recuerda por ese hecho.
En mi país, tenemos la lista de los caídos, yo la he visto publicada, hay inclusive artistas plásticos que con mucho amor y dedicación, los han inmortalizado en lienzos y pinturas digitales, pero ellos no son todos. Ellos murieron y ha sido terrible que eso ocurriera y que siga ocurriendo. Pero hay muchos otros, centenares, yo diría miles, que no tuvieron la “fortuna de morir”.
Esas últimas tres palabras tal vez suenen muy duras y hasta se vea feo e inhumano, podrán hasta decir que no son palabras de un cristiano, pero algunos de los heridos, hoy preferirían haber muerto. Yo no estoy ni en sus cuerpos ni en sus mentes, es lo que ellos mismos dicen y quien soy para juzgarlos.
Estar enfermo en mi país en estos momentos es una terrible condición, pero es peor aún, estar en esa condición por salir a luchar por el país. Sí, es cierto, salir a luchar fue una decisión personal (aunque en algunos casos no, fueron heridos que llaman colaterales), no es justo que hayan quedado abandonados, sin medicinas, sin recursos, en un país con uno de los peores sistemas de salud del mundo, por una falta de insumos y recursos médicos inaudita. Es impresionante la cantidad de jóvenes para los que se piden ayudas en las redes, a mí en lo particular me golpea constantemente esa situación.
Pero hay otro grupo, que también se siente olvidado. Los que están presos por defender la libertad y aquellos que están presos sin haber hecho nada, solo por el hecho de estar en el lugar equivocado, en el momento menos oportuno. Ellos también son héroes olvidados. Solo algunas personas (muy contadas), ciertos integrantes de partidos políticos y organizaciones de derechos humanos, donde destaca el Foro Penal Venezolano, hacen grandes esfuerzos para lograr su libertad, para buscar ayudas económicas, médicas y alimenticias.
Hago un aparte para reconocer la labor del Foro Penal Venezolano, hace ya unos dos años, tuve la oportunidad de acompañar a una amiga, que tratando de ejercer sus derechos en un país sin justicia, introdujo una denuncia para proceder a una demanda y el abogado que nos acompañaba en esa gestión, forma parte del foro penal, mi aporte en esa causa era de otro tipo.
Los tres días que pasamos juntos entre Caracas y Puerto La Cruz, me permitió ver como ese abogado no dejaba de recibir llamadas de madres, familiares y amigos de muchos detenidos por parte de la dictadura. Gente sin recursos económicos, sin maneras para defenderse y este señor, nunca decía que no. De hecho, en uno de esos días, tuvimos que suspender una importante reunión, ya que él necesitó desplazarse para ayudar a unos detenidos. Esa labor es gratuita y solo les da trabajo, dolores de cabeza y un gran riesgo personal. Ellos son otros héroes.
Los presos políticos o presos de libertad, son muchos. Algunos de ellos con daños corporales y mentales que son irreversibles. Otro tanto, hoy podrán lucir en un regular estado físico y psicológico, pero ese cautiverio, el trato vejatorio y los abusos que sufren, tarde o temprano les cobrará algo, seguro les restará vida.
Por eso escribo esto, para llamar la atención de todos nosotros, para que reconozcamos a estos héroes olvidados, que les demos nuestra ayuda, que nos acerquemos a ellos, debe haber algún medio para darles una mano, a estos Venezolanos que no dudaron ni un momento y salieron a luchar.
Nuestra historia está llena de jóvenes que entregaron sus vidas por su país. En la Batalla de La Victoria, ocurrida en la época de nuestra independencia, centenares de jóvenes salieron a pelear, no habían soldados y ellos decidieron hacerlo; el prócer José Félix Rivas, según la historia, los lideró y ganaron esa batalla, muy importante para la gesta independentista. Pero no sabemos el resto de los nombres, probablemente están en algún sitio anotados, yo no lo sé. Pero es solo a uno a quien se recuerda por ese hecho.
En mi país, tenemos la lista de los caídos, yo la he visto publicada, hay inclusive artistas plásticos que con mucho amor y dedicación, los han inmortalizado en lienzos y pinturas digitales, pero ellos no son todos. Ellos murieron y ha sido terrible que eso ocurriera y que siga ocurriendo. Pero hay muchos otros, centenares, yo diría miles, que no tuvieron la “fortuna de morir”.
Esas últimas tres palabras tal vez suenen muy duras y hasta se vea feo e inhumano, podrán hasta decir que no son palabras de un cristiano, pero algunos de los heridos, hoy preferirían haber muerto. Yo no estoy ni en sus cuerpos ni en sus mentes, es lo que ellos mismos dicen y quien soy para juzgarlos.
Estar enfermo en mi país en estos momentos es una terrible condición, pero es peor aún, estar en esa condición por salir a luchar por el país. Sí, es cierto, salir a luchar fue una decisión personal (aunque en algunos casos no, fueron heridos que llaman colaterales), no es justo que hayan quedado abandonados, sin medicinas, sin recursos, en un país con uno de los peores sistemas de salud del mundo, por una falta de insumos y recursos médicos inaudita. Es impresionante la cantidad de jóvenes para los que se piden ayudas en las redes, a mí en lo particular me golpea constantemente esa situación.
Pero hay otro grupo, que también se siente olvidado. Los que están presos por defender la libertad y aquellos que están presos sin haber hecho nada, solo por el hecho de estar en el lugar equivocado, en el momento menos oportuno. Ellos también son héroes olvidados. Solo algunas personas (muy contadas), ciertos integrantes de partidos políticos y organizaciones de derechos humanos, donde destaca el Foro Penal Venezolano, hacen grandes esfuerzos para lograr su libertad, para buscar ayudas económicas, médicas y alimenticias.
Hago un aparte para reconocer la labor del Foro Penal Venezolano, hace ya unos dos años, tuve la oportunidad de acompañar a una amiga, que tratando de ejercer sus derechos en un país sin justicia, introdujo una denuncia para proceder a una demanda y el abogado que nos acompañaba en esa gestión, forma parte del foro penal, mi aporte en esa causa era de otro tipo.
Los tres días que pasamos juntos entre Caracas y Puerto La Cruz, me permitió ver como ese abogado no dejaba de recibir llamadas de madres, familiares y amigos de muchos detenidos por parte de la dictadura. Gente sin recursos económicos, sin maneras para defenderse y este señor, nunca decía que no. De hecho, en uno de esos días, tuvimos que suspender una importante reunión, ya que él necesitó desplazarse para ayudar a unos detenidos. Esa labor es gratuita y solo les da trabajo, dolores de cabeza y un gran riesgo personal. Ellos son otros héroes.
Los presos políticos o presos de libertad, son muchos. Algunos de ellos con daños corporales y mentales que son irreversibles. Otro tanto, hoy podrán lucir en un regular estado físico y psicológico, pero ese cautiverio, el trato vejatorio y los abusos que sufren, tarde o temprano les cobrará algo, seguro les restará vida.
Por eso escribo esto, para llamar la atención de todos nosotros, para que reconozcamos a estos héroes olvidados, que les demos nuestra ayuda, que nos acerquemos a ellos, debe haber algún medio para darles una mano, a estos Venezolanos que no dudaron ni un momento y salieron a luchar.
Visitar a un preso o a alguien en su lecho de enfermo, es la obra mas digna que un ser humano puede hacer. Sin querer ser héroes, ahora lo son, pero ya los tenemos olvidados.
Dios los bendiga y les de la fuerza necesaria para salir adelante.
Eduardo José León Hernández
Barranquilla
Diciembre 12, 2.017
Diciembre 12, 2.017
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