El apagón más grande de la
historia se registró en India los días 30 y 31 de julio de 2012. El número
de perjudicados llegó a 700 millones de personas. Según las autoridades, se
originó por un exceso de demanda eléctrica en ciertos estados. Los débiles
corredores de transmisión de energía entre las regiones no fueron capaces de
estar a la altura. En Italia el 28 de septiembre de 2003 sufrieron un apagón
que duró entre 3 y 18 horas, dependiendo del lugar. El accidente afectó a casi
toda la población del país, prácticamente 60 millones de personas, y se debió a
la caída de unos árboles sobre una línea de alta tensión durante una tormenta.
El 13 de julio de 1977, durante casi 24 horas, los habitantes de New York, unos
9 millones de personas, se vieron afectadas por un incidente que desencadenó
graves oleadas de saqueos y atracos. 1.600 tiendas dañadas y 1.000 incendios
provocados por actos vandálicos. Un rayo afectó a la red eléctrica. Se cuentan
de muchos otros apagones causados por huracanes o tifones, como el acontecido
el año 2.017 en Puerto Rico, llevando a casi toda su población a quedarse sin
electricidad por meses. Esto también ocurre en muchas islas o zonas que están
cercanas a las áreas donde se desarrollan esos fenómenos naturales.
La información señalada en párrafo anterior, ha sido tomada de internet y verificada en varios sitios, relata brevemente los detalles de los más famosos apagones ocurridos en nuestra historia reciente, producto algunos de eventos fortuitos o por la mala gestión de hombre. La magnitud de los mencionados, causaron muchísima presión sobre los gobiernos y las autoridades que manejan el sistema eléctrico, quienes debieron atender esas emergencias de forma inmediata. En el caso de Puerto Rico la ayuda llegó principalmente del gobierno federal de los Estados Unidos y la demora en su recuperación, se ha producido por el gran deterioro que tenía su sistema de transmisión y distribución de la energía. Pero que pasa en Venezuela, que más podría pasar?
A pesar de estar bastante de lejos de fuertes huracanes, en
Venezuela se han presentado continuos apagones, producto de la terrible gestión de quienes manejan el servicio de energía eléctrica. Todos sabemos que no son nuevos y que sencillamente
reflejan el final de una muerte anunciada de este sector, al igual que ocurre
en los demás sectores de la vida de nuestro país, como son el petrolero, salud,
educación, alimentos, transporte, etc; todos han ido falleciendo, producto de su
destrucción sistemática, a manos de la narcotiranía.
Quien escribe no es un experto en el área eléctrica, ni pretendo
erigirme en ello. Tampoco mi interés es causar más angustia de la que ya
existe, pero haciendo un símil de esto con el funcionamiento de nuestro cuerpo,
es muy triste padecer de una ceguera parcial y progresiva y no conocer a
profundidad la causa; mucho menos si uno se va a quedar ciego, pudiendo hacer
algo. La crudeza de la situación y el posible desenlace de estos
acontecimientos, es terrible y pido a Dios que no ocurra, pero como una muela
careada, el dolor se va haciendo insoportable y solo se curará cuando sea
extraída y sustituida, al menos por un implante.
El gran sistema eléctrico Venezolano fue diseñado en tiempos de la
democracia, aunque algunas compañías de electricidad datan de finales del siglo
XIX, como es el caso de Enelven en el estado Zulia, que convirtió a Maracaibo en
la primera ciudad con un sistema masivo de generación y distribución de
electricidad y una de las primeras del continente americano. Tristemente la capital zuliana es la
ciudad que más padece del pésimo servicio eléctrico, con apagones y racionamientos de más de 12 horas,
llegando hasta 36 en algunas zonas.
El estado Zulia, según los cálculos de algunos entendidos en la
materia a quienes tengo acceso y de quienes me consta su experiencia en el área
por conocer su desempeño desde hace muchos años, además de ser algunos amigos personales desde
mi infancia, es la entidad federal con mayor cantidad de habitantes y para
hacer más entendible el asunto les muestro las siguientes cifras:
La capacidad nominal es el máximo técnico que puede generarse o
recibirse. La capacidad actual es lo que realmente se está produciendo o recibiendo. Como se puede ver, ya tenemos un déficit importante, de más de un 40% de lo necesitado. Estas cifras son referencias obtenidas de terceros, ya que no hay cifras oficiales creíbles y podrán haber algunas diferencias con los números reales, pero la deficiencia notoria del servicio las sustentan.
La cifras de la planta Ramón Laguna, no necesitan ninguna
explicación, sencillamente no está operativa. Una planta que fue orgullo de
nuestra región, por el excelente servicio que prestaba Enelven, la han
destruido por malos manejos y peor gerencia.
Termozulia, es un proyecto mucho más nuevo, sus inicios datan del
2.003 y se proyectaba que tuviese más de 1.200 Megavatios, pero en la práctica
no excede los 800 MW arriba señalados. Los equipos adquiridos para este complejo no son de las marcas más recomendadas y hay una buena cantidad de ellos que son
re-manufacturados y hasta usados. La mala gerencia, falta de mantenimiento, de equipos y repuestos, así como de personal calificado, ha generado la notoria disminución en la producción de energía.
La electricidad que viene del Guri, como se ve en el cuadro, está
restringida a 800 MW, porque no hay suficiente capacidad de recepción y transformación
y se ha ido reduciendo en el tiempo. Una parte de esa energía llega a Maracaibo
por dos cables submarinos ubicados en el área del Puente Sobre el Lago de
Maracaibo, uno de los cuales está inactivo y no han podido repararlo; el otro
solo puede manejar una parte de la carga. La carga eléctrica restante de unos
600 MW, llega al Zulia por una conexión aérea que atraviesa el lago de
Maracaibo y entra a la zona norte de la ciudad y es aquí donde está el más
peligroso detalle, las catorce (14) torres que están enclavadas en el lago de Maracaibo. El
diseño y fabricación de las mismas, se basó en la utilización de acero al
carbono, con un galvanizado posterior, contrariando las voces de los expertos,
entre ellos los de La Universidad del Zulia, quienes en principio recomendaron
que ese cruce se realizara mediante un cable submarino y que en el caso de
insistir en el uso de torres metálicas, se fabricaran con aluminio estructural,
para evitar los efectos de la alta corrosión. Todos estos consejos fueron
desechados y se instalaron las torres de acero galvanizado, las cuales ni
siquiera fueron pintadas para mitigar el efecto del viento, recomendación dada por los expertos, para extender un poco más su vida útil. Hoy día, esas torres tienen altísimos niveles de
corrosión. Esos efectos se presentaron a los tres años de haber sido instaladas
y solo se aplicaron algunos “pañitos calientes” que obviamente no surtieron
efecto alguno. El año pasado, se habló en la prensa de la sustitución de las
mismas y de finalmente proceder a la instalación del cable submarino (de quien será ese negocio ?), pero el asunto se quedó en el papel.
Los vientos en esa parte del Lago de Maracaibo son de una fuerza
elevada y en cualquier momento, Dios no lo permita, una de esas torres podría
ceder en esas partes altamente corroídas y el apagón que se generaría, duraría al menos, varias semanas o meses, colapsando totalmente la región.
Lo anterior no es una aseveración hecha al boleo. Si no hay
generación en las plantas de la zona, porque están dañadas y los medios de
transmisión no estarían disponibles, por donde llegaría la energía, piénsenlo. Además, sin luz no hay agua, no hay manera de hacer el bombeo.
En el resto del estado hay algunas pequeñas plantas que funcionan
con hidrocarburos, pero las mismas atienden pequeñas ciudades, con eso no
podrían ni siquiera suministrar el 3% de lo requerido en Maracaibo.
Como información adicional, en todo el estado hay unas 70
subestaciones que son las encargadas de distribuir la energía a los diferentes
circuitos eléctricos, por suerte las mismas fueron diseñadas por los técnicos
de Enelven, muchos años antes de que la maldad roja llegara al poder y cuentan,
repito, por diseño, con el doble de los transformadores necesarios en la
operación. En otras palabras, redundan en el funcionamiento de dichas
estaciones de transformación (como si le pusieran dos baterías a un vehículo) y
es lo que ha permitido que no se paralicen por completo las subestaciones que
han sufrido daños y explosiones en los últimos tiempos.
Los funcionarios responsables del sector eléctrico, señalan que
los daños ocurridos ya no son culpa de las “iguanas”, ahora son saboteadores
políticos de oficio, que buscan deteriorar la imagen del narcogobierno, robando
cables o destruyendo las instalaciones. Yo me pregunto: si solo son
aproximadamente 45-50 las subestaciones que están en la ciudad de Maracaibo y
son instalaciones vitales para el adecuado funcionamiento del sistema
eléctrico, por qué no son protegidas adecuadamente? No es más conveniente poner
tres (3) guardias nacionales o soldados del ejército en cada una de ellas, que
no sumarían más de 200 militares, si los dejan 8 horas y se incluyen sus
relevos? Pero no, eso no es posible, los militares están destacados, por
centenares, en las rutas de contrabando entre Venezuela y Colombia, en los
seudo-sistemas de distribución de alimentos o en los puntos de matraqueo que
han diseminado por todo el estado. Si esa fuera la solución, alguien estaría
cuidando las estaciones.
Otro comentario al margen, pronto deben llegar las lluvias. En días pasados cayeron unas gotas y se inició una serie de explosiones de los transformadores que en algunas zonas de la ciudad, producto de la misma falta de mantenimiento, se imaginan cuando llueva con ganas?
La solución de los problemas eléctricos no va a llegar a corto
plazo, son problemas estructurales que ameritan tiempo, varios años y una alta
inversión. Y no hay ni interés político, ni dinero para ello, mucho menos
personal técnico capacitado para realizarlo, la situación no pinta nada
bien.
Esta situación se nota más crítica en el Zulia, por la destrucción
de las plantas de generación que funcionan con hidrocarburos y la lejanía
de la energía que viene del Guri, al otro lado del país donde se produce,
pero el resto del país también está en una terrible situación. Los
sistemas de generación y transmisión desde Guri y el resto de las plantas de
generación en el resto del país están en pésimas condiciones, así como las líneas
de distribución desde los transformadores principales hasta las subestaciones
que llevan el fluido a los circuitos finales. Todo ha sido descuidado, por
desconocimiento, incapacidad gerencial y en especial, por el sistema de
corrupción que ha sido el factor fundamental que ha privado en la toma de
decisiones en el sector eléctrico en Venezuela, durante los 18 años que ha
durado esta desgracia.
No es mi intención causar más desaliento y preocupación en la
población, suficiente con lo que se padece actualmente, pero es que no podemos
seguir actuando de una forma tan pasiva ante estos hechos. Todo lo aquí señalado
puede verificado con solo entrar al internet y respaldarlo con las opiniones
que han emitido la Universidad del Zulia, el Colegio de Ingenieros y algunas
personas conocedoras del tema, en los últimos años, porque repito, esto no es
nada nuevo y ya no caben más mentiras.
A quienes pelean e insultan a los trabajadores que asisten a
tratar de reparar los problemas en sus barrios y urbanizaciones (en muchos
casos con razón, por que abusan pidiendo dinero para hacer las reparaciones),
les recuerdo que ellos no son los culpables. Esa gente trabaja sin
herramientas, no cuenta con los repuestos o las piezas que hay que sustituir,
no tienen equipos de seguridad necesarios y ganan una miseria, como la gran
mayoría de los asalariados de mi país.
El Blackout, el gran apagón, puede estar muy cerca, pero no muy lejos, dependerá de la voluntad de Dios o de la naturaleza, si evita que se presenten vientos fuertes que derriben esas torres, pero poco ya está ocurriendo, cada día hay menos energía que distribuir y atender las necesidades de cada ciudadano. No es diferente al caso de las medicinas, de la comida, de cualquier insumo necesario para la vida, poco a poco se ha acabado su producción y en algún momento desaparecerá. La energía no se puede importar en barcos, tampoco se puede comprar a un país vecino y traerlo de emergencia por las carreteras, es un bien que hay que producirlo y transportarlo por un enjambre de cables y en nuestro caso está destruido.
En cualquier parte del mundo, por mucho menos que esto, ya hubiesen habido protestas descomunales (vayan al primer párrafo), que habrían sacado del gobierno a cualquiera. Creo que la gente de mi país ya pasó del conformismo a la resignación y eso es muy grave, porque estaría dándose por vencida.
No es fácil escribir esto estando fuera, pero es lo que está a mi alcance. Venezuela, por favor despierta, o pronto te terminarás de apagar.
Eduardo J. León Hernández
Abril 27, 2.018
Abril 27, 2.018