Para entender lo que ocurre en Siria y en sus
alrededores, ya que hay varios conflictos en esa parte de nuestro mundo, debemos
señalar que es un país que tiene más de 4.000 años dando tumbos, ha formado
parte de algunos imperios y más recientemente, desde el siglo pasado, fue el producto
del botín a ser repartido finalizadas las guerras mundiales. Siria fue gobernada
desde 1.971 por hafed al-asad, quien llegó al poder por la vía de un golpe de estado
y controló esa nación hasta su muerte en el año 2.000 (si, solo 30 años); lo
sucedió su hijo bashad al-asad quien maneja los hilos de la tiranía desde esa época
(otros 18 añitos solamente). Aunque ha habido elecciones que supuestamente
sustentan a este último en la presidencia de la República Árabe Siria, solo con
mirar los resultados que esos comicios arrojan (99,7% de apoyo), se puede deducir
el origen de su mandato, claro fue una elección de candidatura única.
La historia Siria es muy rica en eventos políticos, religiosos,
artísticos, que tratarlos aquí nos llevaría toda una enciclopedia. Pero si
quiero destacar lo que se inició en el año 2.010 y que conocemos como la Primavera
Árabe, producto del anhelo de los habitantes de diferentes países de esa zona
del mundo, queriendo cambiar sus sistemas de vida y de gobierno. Estos eventos
empezaron en Túnez y se extendieron por Egipto, Argelia, Yemen, Siria y
generaron efectos importantes en muchos otros países de lo que se conoce como
las naciones árabes.
En el caso de Siria, el impacto de las revueltas afectaron
seriamente el poder de bashad al-asad, pero pronto aparecieron Rusia e Irán a “brindarles
su desinteresado apoyo”, suministrándole recursos, armas y apoyo militar. China
también es parte de las naciones que han proveído ayuda al tirano. Esta
cercanía no es casual y aunque no es el objeto de este escrito, si lo es el
hecho de que esas mismas almas caritativas, son las que hoy apoyan a la
tiranía que tiene el poder en Venezuela.
La ubicación geográfica de Siria es excepcional, justo es un
punto de conexión entre el Mar Mediterráneo y el Golfo Pérsico, si se une ese
territorio con Irak y tiene enormes cantidades de petróleo en el noreste del
país. Les suena parecido el tema de la ubicación, con un país que está justo en
norte de Latinoamérica, que tiene más de 2.800 km de costas en el Mar caribe y
el Océano Atlántico y que además posee las más cuantiosas reservas de petróleo del
mundo?, si ese mismo, Venezuela; pues no es mera casualidad. No es por azar que los que
apoyan a al-asad sean los mismos que sostienen, por intermedio de la invasión
cubana, al régimen narco-tiránico de maduro.
Venezuela además ha sido privilegiada con otras muy diversas riquezas naturales, muchas de las cuales son básicas para la carrera armamentística,
como el uranio y el thorium, este último muchísimo más potente que el primero, también con riquezas como oro, coltán y diamantes. Venezuela y Colombia juntas tienen la más extensa y caudalosa fuente de agua potable del mundo. De seguir así, aquí también necesitaríamos otra enciclopedia, pero para enumerar las variadas y completas fuentes de energía,
alimentos y demás recursos necesarios para la vida, pero también para la
muerte, que tiene esta región. Tal vez si Venezuela no fuera tan rica, no estuviera tan pobre hoy.
Los que me conocen saben que siempre he sido un cristiano católico
anticomunista, pero no un "retardatario" que no escucha, sino alguien que es
capaz de apreciar y buscar el sentido en todas las cosas que le ocurren, las
que le lee, las que vive y que le pasan por el frente y tomar una decisión sensata ante
ello. No soy un guerrerista, no me gusta la muerte, mucho menos si ocurre sin sentido, pero no
puedo ser alguien mudo ante tanta barbarie en el mundo y en especial en mi país. Sin embargo, también pienso que, ante la insania de aquellos que no tienen ninguna consideración
humana, ante la alternativa de matar para enriquecerse, para adueñarse del poder
y de la vida de otros seres humanos, para imponer sus ideas o locuras, hay que
actuar con contundencia, así ella lleve a la muerte, que en ese caso si tendrá un
sentido.
El populismo, el narcotráfico y la corrupción que detenta el
poder en mi país, tienen que ser arrasados. Las armas tóxicas que han sido usadas en
Siria, son algo terrible. Ver a niños, mujeres y hombres tendidos en el piso,
temblando y expulsando espuma por la boca, es algo espantoso, nadie debe morir así. Pero igual, ver niños muriendo de hambre, lentamente, con los terribles dolores que la falta de alimentos causa, ver a mujeres y ancianos deambulando
para tratar de conseguir un medicamento o para comprar comida con un dinero que
cada día (cada hora diría yo), vale menos. Ver hombres buscando algo que comer
o que vender, hurgando en la basura, en el país más rico del mundo, es insano y radicalmente inhumano. Todo eso en contradicción con la vida que lleva un
pequeño grupo que se despiertan a diario en medio de la opulencia y el
derroche, que son los reyes de la mentira y del engaño, ofreciendo mejoras,
pero cuando sean reelectos.
El populismo ha hecho tanto daño, que se está metiendo en el adn de algunos venezolanos, quienes de verdad creen que su pobreza es culpa de
los ricos, eso lo he escuchado decir con mis propios oídos, pero es efecto del
odio que genera esa inyección letal que han recibido. La corrupción es de tan
alto nivel, que seguro estoy será necesario llevar a Venezuela jueces y policías
de otros países, a la hora de su recomposición. El puente en que mi país se ha
convertido para el tráfico de drogas es tan fuerte, que tendrá que ser
dinamitado, pero con la encarcelación y extradición de miles de militares, policías y políticos involucrados
en ello.
Todo lo descrito en los párrafos anteriores son efectos
reales que están acabando con mi país, con gente valiosa, con una sociedad que
está siendo desmembrada, producto de la emigración más terrible que ha habido en
esta parte del continente. Venezuela, al igual que Siria, está peligro de
convertirse en un torbellino de miseria que está afectando y va a afectar con
mayor fuerza, a todos sus vecinos y se convertirá en el país centro de la
inestabilidad de América. Ese punto geográfico, que es estratégico para todo, para el bien y para
el mal, es necesario rescatarlo, pero ya.
Hoy escuchaba las declaraciones de varios presidentes en la
Cumbre de Las Américas, todos ofrecían el apoyo a la pueblo venezolano y ante las
preguntas de los periodistas, Sebastián Piñera de Chile, fue contundente al
decir que han acordado aumentar de manera importante las presiones y las sanciones a las narcotiranía
de maduro. Dijo que los asistentes a esta cumbre, estaban muy conscientes de que lo
hecho hasta ahora, no ha dado resultados positivos que lleven a cambiar las
condiciones del país y devolverle la democracia y la salud a nuestro pueblo.
Esas palabras fueron alentadoras, pero se necesitan los hechos. No soy tan cándido
para pensar que mañana van a llegar los cascos azules y mágicamente nos van a
devolver la libertad, pero si soy consciente que ese trabajo es más fácil con
ayuda externa, que a medida de que se presione con mayor fuerza, algunos
militares traidores, por temor a que les quemen el rabo, podrán hacer algo. Que la misma situación de hambre y desesperación lleve al pueblo a alzarse, aun
con el miedo y la desesperanza que lo agobia.
Buscando fotografías para colocar en el encabezado de este
escrito, conseguí muchas de niños sirios mostrando los efectos de los
gases de cloro y de niños con cáncer sin tratamiento, de los miles que tenemos
en Venezuela, pero no pude ponerlas. Al igual que en este momento que completo
estás líneas, mis ojos se llenaron de lágrimas y no creí justo seguir exponiendo
su sufrimiento ante la vista del mundo, que si no ha podido darse cuenta de
ello, es por su indolencia, por su hipocresía o por la incredulidad que los
arropa.
Mundo, despierta, hay países donde la gente está muriendo,
por la mano miserable de asesinos sedientos de poder, pero también por la
indolencia de quienes se creen buenos y no mueven un dedo para evitarlo. Los
que estamos en el medio, que algo bueno tenemos dentro (yo reconozco que no mucho), tenemos
una gran tarea, pero sobre todo recordar a diario: Siria es el dibujo final de un
borrador llamado Venezuela, si no hacemos algo.
Eduardo J.
León Hernández
Abril 14, 2.018
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