Cuando Francisco Franco murió en 1975, mi profesor de Sicologia en el bachillerato, que era español, no fue a darnos clases al día siguiente de la muerte de ese dictador. Nunca había faltado a clases y se excuso diciéndonos con ese acento característico que no se puede repetir: "Ayer he abierto una botella de Champaña, exquisita, que tenia guardada por años esperando este día. No celebre por la muerte de Franco, sino por la vida en el cielo de tantos que han muerto en sus manos, y por la vida y la libertad en mi tierra de tantísimos otros que han sido oprimidos, maltratados y juzgados por razones políticas" Yo recordé eso esta mañana, luego de tantos rumores, que ya uno no sabe si creer, pero por si acaso, voy a comprarme una buena botella de Champaña.
E.J. León
Dic 29, 2012
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