Viendo en las redes las protestas, las noticias y todas esas imágenes de la lucha que se lleva en las calles. Recordaba esa frase de que quien tiene un hijo, tiene todos los hijos del mundo. Yo tengo cuatro hijos y tres nietos, varios sobrinos y muchos sobrinos de segunda generación, por lo que siento que tengo tantos hijos como tiene mi país.
Muchos de los que me leen deben recordar como yo, las protestas de nuestro tiempo, las del liceo y de la universidad, cuando enfrentábamos las injusticias, recibimos varias veces un peinillazo y una que otra bomba lacrimógena, pero nunca con la inclemencia, barbarie y criminalidad, con la que esta dictadura ataca a la gente pacífica que exige un cambio.
Jóvenes, Madres y Ancianos son los protagonistas de estas protestas, son los que tienen el verdadero valor de luchar.
Los jóvenes porque dentro de su “irresponsable valentía”, no les importan las consecuencias y gracias a Dios es así, de no existir ellos, ningún país sería libre.
Las madres, porque son a quienes de verdad le duelen los hijos, esas que son capaces de entregarlo y perderlo todo por sus hijos, por todos los suyos, por su país.
Lo Abuelos, porque entienden que en esos supuestos últimos días, ya no hay nada que pensar, su sapiencia y amor por su descendencia, los lleva a donde deberíamos estar todos, a la calle.
En Venezuela desde hace años hay un largo viacrucis, el suplicio ha sido constante y en crecimiento, pero así como Jesús, padeció y murió para luego resucitar, así mismo mi país da la lucha, con la valiente irresponsabilidad de nuestros jóvenes, que sin ellos nuestra patria estaría perdida.
Venezuela padece, sufre, muere, pero lucha y pronto resucitará.
Dios los bendiga hijos míos y junto a La Virgen les de las fuerzas que necesitan.
Eduardo J. León Hernández
Abril 10, 2.017
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