martes, 27 de diciembre de 2022

LAS LOCURAS DE UN CANDADO

Candado, que no es un perro bondadoso, como diría Kini, el eterno acompañante de Carlos Donoso. Esa es una palabra, que como muchas de nuestro idioma, proviene de transformaciones o deformaciones de otras, como cadnato, que a su vez viene del latín catenatum (encadenado) y este de catena (cadena); todos elementos utilizados para proteger algún bien o evitar el acceso a algún recinto, vivienda o local. En algunos sitios web señalan que el candado, más o menos como lo conocemos, ya existía en la cultura china y otros señalan algunos escritos, de varios siglos antes de Cristo, donde ya mencionaban su uso.

Hay una información bien interesante que se publica en Historia del Candado “Resulta paradójico a propósito de cerraduras, cerrojos, llaves y candados, que, aunque fueron pensados para dificultar la tarea a los ladrones, el robo no estaba castigado en Egipto, región donde primeramente se generalizó el uso de la cerradura. Las autoridades egipcias consideraban el robar como actividad u oficio reconocido. El historiador Diodoro Sículo, del siglo I a.C., cuenta que estaban tan organizados en las ciudades egipcias, que cada uno de ellos (los ladrones) tenía un jefe a quien entregaba el fruto de su «trabajo». Este jefe era quien se ponía en contacto con el dueño del objeto sustraído para ajustar el precio o rescate de lo robado, en caso de que se quisiera recuperar. En Siria fueron de uso frecuente ciertos candados de inspiración griega. También en Esparta, hacia el siglo V a.C., se consideraba el robo un negocio honorable: sólo el ladrón cogido in fraganti era castigado, pero no por ladrón, sino por haberse dejado sorprender.”

De acuerdo con lo anterior, pareciera que la cosa no ha cambiado mucho. El secuestro o retención de bienes, para ser utilizados como medida extorsiva, vemos como tienen un origen muy antiguo. Esto continúa pasando y sector de nuestra sociedad, aun considera un pendejo a alguien que se apropia de algo ajeno y se deja atrapar.

El candado tal y como lo conocemos, se dice que fue inventado y producido en serie desde el siglo XVII, por Christopher Polhem,  considerado el padre de la ingeniería sueca. El candado, así como la cerradura, provistos de su llave, es un símbolo de posesión y control, pero también es la representación de amor y unión. Hay muchos sitios turísticos, especialmente puentes o estructuras de calle, donde las parejas colocan un candado y tiran la llave, es una de las costumbres más regadas por Europa y el mundo. El puente Pont des Arts de París, es un símbolo del amor de dos, donde han colocado miles de candados que son como aquel "corazón grabado en la penca de un maguey", ese de la canción de Vicente Fernández. Este puente recibe tantos candados al año, que en 2015 el gobierno local ordenó retirarlos, por el daño que estaba haciendo a la estructura.
 













El candado se considera seguridad, misterio, protección, censura y bloqueo, pero al mismo tiempo, también es apertura, superación de barreras, desbloqueo y liberación. Hay muchas historias de candados y candados que han hecho la historia. Existen candados digitales, con claves, candados que se abren a distancia vía wifi y hasta poses de candado en el Kama Sutra. Esto último me recordó el tan famoso cinturón de castidad, cuyo candado frontal siempre fue fuente de inspiración para los ladrones de la fidelidad.

En días pasados conocí otra historia, la de un candado muy especial, que voy a tratar de contarles veladamente. En una ciudad del caribe colombiano, esa a la que el novel macondiano llamó la ciudad sin historia, un d'Artagnan costeño, un Lockpicker de nombre Friedrich de la Cuesta, tomó de manera voluntaria la responsabilidad de llevar adelante una misión, con solo un candado; créanlo o no, fue la primera y única herramienta que le entregaron, pero además le dijeron: “De aquí en adelante la responsabilidad de este berenjenal es tuya”. Ese mosquetero se empeñó en su locura y, con ese candado y su llave roja, logró abrir puertas virtuales que encerraban muchos sueños, para convertirlos en realidad, todo en un solo momento. Fridi, como le decimos sus amigos, no hizo todo esto solo, era prácticamente imposible y por eso persiguió como loco a Walt de Lugo (from Cartago), Alla-warja del Pedregal y al Líder Conífero, este último por cierto, ha resultado mejor actor que Jack Nicholson, Tom Hanks y Al Paccino juntos. Sus cualidades histriónicas, demostradas en su capacidad de unir palabras exactas y precisas con sus fabulosos gestos de silencio, así como su perfil quillero, con el que juega entre luces y sombras, crearon una magistral actuación, muy sentida, excepcional. 

Jeni, como también le dicen al Conífero, señalaba que a él y al resto de los mosqueteros, sus familiares y amigos los consideraron locos (hasta medio pendejos), por embarcarse en ese globo aerostático, en esa aventura de descubrimiento, desafío y acción (Cristóbal Colón se quedó en pañales), ignorando que tenían un piso “seguro” donde estaban parados en ese momento. Muchos de esos que les aconsejaron no dejar lo seguro por lo incierto, hoy día han visto como se construye un sueño y muy probablemente, desean estar en ese globo. (Quienes no entiendan o deduzcan los nombres, vayan a Google)

Los globos aerostáticos, normalmente se elevan con aire caliente, producido con propano o butano. Otros usan helio, hidrógeno y hasta amoníaco, pero estos cuatro costeños (Tres de Quilla y uno de la Ciudad Amurallada), lo llenaron con esperanza, una pizca de ingenuidad y mucha alegría, pero también, como dijo Winston Churchill, el gran primer ministro ingles en mayo de 1.940, con sangre, esfuerzo, sudor y lagrimas. Pusieron full ese globo de producción, con su deseo de salir de la comodidad, con sus ganas de progresar y con un enorme miedo de fracasar en la espalda; no olvidemos que muchas veces, la adrenalina que produce ese miedo, es lo que nos hace reaccionar y actuar. Estos modernos personajes de la novela de Alexandre Dumas, también contaron con la visión y la locura "of the two insane minds", que les habían entregado ese curtido candado marca Yale.

Escuchar la historia que dio paso a este escrito, cambió mucho en mí y estoy seguro de que también en las decenas de personas que fuimos conmovidas por las frases, miradas y expresiones. También por el silencio, que regularmente dice mucho más que las palabras, ese genial mutis que vivimos en ese video, magistralmente logrado. Igualmente por las lágrimas, algunas escondidas, pero que todos vimos, como las que no pudo evitar la reina Ana de Chiquinquirá (es Ana de Austria, pero hay que tropicalizar la vaina). En este corto pero sentido acto teatral, que al final levantó a la audiencia para aplaudirles de pie, como se hace con los grandes, también tuvimos la participación de Vx4, un rapero citadino con orígenes del campo quien se unió a los mosqueteros para empujar la carreta y construir caminos. Las palabras del hijo de Abraham y Sara, el primer cazador de escuderos, arqueros y vigilantes de este emprendimiento, fueron igualmente muy emotivas, porque relató como se formaron nuestra Guardia Negra, nuestros Almogávares y en especial la Guardia Varega, igual de aguerrida y certera como los Arqueros Galeses. Todo un ejército compacto, con una pequeña parte reclutada y principalmente formado por soldados y oficiales que, por voluntad propia, decidieron enrolarse a esta causa.

Este emprendimiento, que hace un poco más de un año era algo impensable, hoy día ocupa un excelente y bien ganado segundo lugar en su mercado y con seguridad pasará al primero en muy poco tiempo, cuando se sumen el resto de iniciativas de financiamiento, de apoyo técnico y científico, de asesoramiento continuo, utilizando todos los medios que la tecnología actual permite, para hacer del campo colombiano un verdadero referente de cómo es posible hacer las cosas bien, cuando hay ganas y garras, cuando se cuenta con voluntad y desprendimiento, cuando no se tiene miedo al fracaso.

A buen entendedor, pocas palabras; en este caso, probablemente no me interesa que todo el que lea esto lo entienda. Allí están pintados todos los que son, ellos lo saben y también quienes vimos esa genial presentación en nuestro auditorio, único y especial. En las palabras anteriores, está el resumen de una joven y eterna locura, acompañada de gente valiente, trabajadora a morir, con una ética única y con un verdadero amor por lo que hacen, tan grande como el que sienten por su familia y por su patria. Es para mi un honor y un placer, estar en esta causa, en esta locura, en este berenjenal.



Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Diciembre 27, 2022

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