lunes, 24 de abril de 2017

LA GASOLINERA SECUESTRADA

Ubicado al norte de América Latina, al lado de Colombia y con el Mar Caribe como un espejo en todo su límite Norte, se encuentra Venezuela, el más lindo y rico país del mundo. Eso ya lo sabemos, pero no quiero dejar de escribir esta verdad y resaltarla cada vez que puedo.

La verdad vengo a hablarles de una serie que estoy viviendo. Corresponde a un género que es muy común en el cine y la televisión; los asaltos con secuestros. Se da mucho en bancos y también en gasolineras, esas que están en las grandes vías, que venden de todo. En esa que siempre es una surtidora muy bonita, de grandes marquesinas y señales, en la que de pronto llega un grupo de malandros, locos y asesinos, la toman por asalto y capturan como rehenes a todos los que están dentro.

Esta serie es la historia por capítulos de la toma de esa gran gasolinera, que está excelentemente ubicada, con amplias áreas de comidas, estantes y neveras con toda clase de bebidas, pasa-palos, carnes frías, embutidos, quesos, cerveza, vinos y hasta whisky. La toma o el asalto se hizo en silencio, secuestraron a la hija menor de los dueños y de una extraña forma los bandidos empezaron a administrarla, a su estilo, pareciera que la hubiesen comprado, pero no es así. La gasolinera tiene muchos trabajadores, algunos de ellos vieron el cambio y les gustó, tenían un resentimiento terrible hacia los dueños, porque les exigían trabajar, cumplir con la labor para la cual fueron contratados, pero eso no era lo que ellos querían. El grupo más grande no está de acuerdo con lo que ocurre y otra parte parece que no se han percatado del asalto.

Como les digo en la serie se ve que esto fue hecho de manera muy calculada y silenciosa, con excelentes asesores en este tipo de miserias. En la serie se ve que fue pasando el tiempo y algunos de los clientes y empresas cercanas veían que algo estaba mal, la gasolinera ya no presta el buen servicio que siempre la distinguió, a veces ni hay gasolina; resulta que se la llevan a un pequeño tugurio donde la venden, sin pagar nada por eso. En el pequeño restaurant del establecimiento ya no sirven buena comida, tampoco están surtidas sus neveras y mostradores, la cosa va de mal en peor y empezaron a despedir personal, a contratar gente no calificada y a otros que son felices si les pagan con ron o cerveza. Se conforman con cualquier cosa, inclusive algunos se unieron al asalto, hasta armas les dieron y los convirtieron en soplones.

Pero unos capítulos atrás, los empleados fieles a la patrona, le hicieron frente al gerente que había tomado la gasolinera y se inició un enfrentamiento, hubo golpe, patada y kunfu. Cerraron las puertas y todos los bandidos sacaron sus armas y tomaron de rehén a trabajadores y clientes, fue realmente serio.

Hubo golpes, disparos, inclusive algunos heridos y muertos. Varios de los rehenes pudieron escapar y sacar la noticia. Fuera del local se sabía lo que pasaba, pues como se dijo antes, varios de los vecinos estaban conscientes de lo que ocurría, pero estaban recibiendo gasolina gratis por quedarse callados y tratar de ayudar para que estos bandidos se quedaran con todo lo que había. Otros vecinos estaban esperando más información y fueron tomando su distancia. Las cámaras de vigilancia y los teléfonos fueron cortados para evitar la comunicación externa. Los proveedores ya no se acercaban, no habían podido cobrar lo que les debía la gasolinera, excepto por algunos vendedores intermediarios, que eran una especie de mercenarios y lograban algunos pagos de contado, con excelentes comisiones. Estos ladrones están llevándose las riquezas de la gasolinera para otra parte.

En un capitulo reciente los secuestradores tomaron la decisión de hacer una jugada, unos pocos se fueron a las oficinas de registro y con sobornos quisieron cambiar las reglas del negocio, así como los nombres de los accionistas, para legalizar el robo, pero muchos de los empleados volvieron a dar la alarma y empezaron de nuevo la lucha que se había detenido un poco, además uno de los secuestradores no quiso seguir en el juego y le dijo algo a un canal de televisión que cubría tímidamente la noticia, les comentó lo que pasaba y enseguida voltearon muchas cámaras hacia el negocio. No pudieron hacer el cambio en el registro y se prendió más fuerte el candelero. 

Hoy día la gasolinera continúa sitiada, los secuestradores ya se quitaron las caretas, mostraron su verdadero rostro y dicen que ese negocio lo heredaron de un tío de ellos que ya murió, que tienen las escrituras, pero resulta que ese tipo era otro ladrón más grande y más cobarde por cierto, se murió de un infarto en un robo, lo mataron de un susto, ya se había ensuciado antes los pantalones. 

La policía tiene rodeada la gasolinera, pero como son de diferentes cuerpos están resolviendo de qué manera entran sin causar más muertos, pero el tiempo corre; ya hay fallecidos, muchos heridos y dentro no hay medicinas y tampoco permiten la entrada de los paramédicos.

Solo algunos restaurantes chinos les están llevando comida, es la más barata y únicamente ellos se atreven a despacharles, en la serie se ve que les pagan con gasolina, instalaron una tubería secreta. Los secuestradores son los únicos que beben y comen bien, han reservado la comida para ellos; en ocasiones algunos de sus aliados externos se la llevan, con la anuencia de algunos policías corruptos que están involucrados en la jugada.

La lucha de los últimos días ha sido feroz, en el último capítulo los trabajadores y clientes que están atrapados, lograron tomar una parte del establecimiento y dan la lucha a pesar de no tener armas, algunos han podido escapar por una ventana, mientras los otros les cubren las espaldas. La policía les está recibiendo y dando ayuda afuera, pero a otros, los confunden con bandidos, los están tratando como si realmente fueran delincuentes. 

La lucha continúa, por ratos los dos bandos se cansan y tratan de coger nuevas fuerzas. En las filas malandras ya se nota la merma de fuerzas e inclusive el miedo. Saben que cuando los atrapen algunos van a ser castigados con cárcel perpetua e inclusive les puede tocar la muerte, además sus propias familias están en riesgo. También se están agotando las municiones y saben que si todos los trabajadores se abalanzan contra ellos, no podrán detenerlos, así usen todas sus armas, el número es muy superior y morirían linchados. Los muy miserables siguen gritando con furia, pero ya se les siente el miedo y yo creo que quieren negociar.

Hay negociadores externos que están interviniendo de muy buena fe y con firmeza, pero unos pocos, que se benefician con el secuestro, piden no intervenir y frenan los intentos. La gente adentro está presionando, no ceden en sus esfuerzos, están dispuestos a perder la vida si es necesario, para que sus familias y los demás compañeros, puedan recuperan su sustento y volver a la buena vida que tenían, aunque reconocen que acabando con estos bandidos, habrá que corregir muchas cosas para evitar otro asalto. Mejorar las alarmas, los medios de seguridad y de comunicación

Este evento está en desarrollo, esto está ocurriendo en una gasolinera que tiene las reservas de combustible más grandes del mundo. Unos miserables tienen a la gente secuestrada, tienen todo el poder dentro de esa gasolinera, pero sus propietarios, amigos y trabajadores, están luchando para acabar con este asalto, sin tener que morir en él intento. 

Seguiré “viviendo” esta serie y más adelante les cuento.


Eduardo J. León Hernández
Abril 24, 2.017

sábado, 22 de abril de 2017

LA HUMILDE VIDA DE RUFINA

Hace ya algunos años, conocí a una señora por la que siento un cariño muy especial. Ella se llama Rufina, pero puede llamarse tía Adelina o Sra. Carmen, como cualquier otra buena madre, ya pasa de los 80 años, está casi sorda y aun así, juega bingo.

Dios le regaló a Rufina cinco hijos, la mayoría de ellos mayores que yo, por lo que cuando los conocí algunos ya eran mayores y yo apenas un muchacho. Vivían todos juntos, en una casa grande cerca de la playa y todos comían de lo que hacía su madre, como debe ser, o no?

Hasta aquí, todo normal. Lo anormal era a la hora de comer. La cocina de Rufina, en un día cualquiera, parecía el restaurant de un hotel, sus cinco hijos comían a la carta. El mayor quería chivo, el segundo pescado frito, la hembra macarronada, el cuarto carne frita y el más chiquito quería pollito. Si así como lo leen, ni siquiera un pollo preparado de dos formas, de pronto para unos asado y para otros guisado. Pues no señor, a ellos les daba la gana de comer a la carta. 

Tengo una tía que le decía, “nojoda Rufina dales veneno, hasta cuando te joden esos hijos tuyos, te tienen como una esclava”. Y era muy cierto, ningún ser que quiera a su madre se comporta así y no todas las madres están dispuestas a hacerlo. Era una situación bien extraña. Y yo me preguntaba, por qué esa señora hace eso, por qué los malcría así. Al día de hoy no tengo la respuesta, solo sé que Rufina era feliz haciéndolo.

Esta historia vino a mi mente en estos días, luego de leer algo publicado en las redes por un amigo, donde se describían todas las cosas que disfrutábamos en Venezuela en las fiestas de diciembre, la variedad de platos y la oportunidad que teníamos todos de comerlos, sin mayores sufrimientos para comprarlos o de ubicar los ingredientes para hacerlos. En ese momento me acordé de Rufina.

Como carajo hacía ella para elaborar esos cinco diferentes platos en cada almuerzo. No por la habilidad de hacerlos al mismo tiempo, que ya era complicado, no tenía “mujer de servicio” y sus hijos tampoco la ayudaban, mi pregunta vino por la posibilidad de conseguir y comprar todos los ingredientes para preparar esos variados platos. Rufina, como muchos de esa época, no era millonaria, ni por allí cerquita, no recuerdo de qué vivía, probablemente de algún alquiler, de alguna plata que recibía, pero con seguridad no era mucha, sin embargo ella consentía a sus hijos a diario con un bufé. Eso, ni de vaina hoy podría hacerlo.

Así vivía Rufina y su clan, con comida a la carta. Así vivimos muchos, un altísimo porcentaje d los habitantes de mi país, durante muchísimos años. No con platos individualizados, pero si con una gran variedad durante la semana. La gente más pobre, podía comer arepas, pollo, caraotas y arroz, eso nunca faltaba. Se conseguía en cualquier parte y no costaba mucho, había producción en el país y nadie lo controlaba. Los pobres de mi país podían comer y hasta le brindaban café a todo el que llegaba a su casa.

Hoy día la situación es muy diferente. Un pabellón, un plato tradicional venezolano, que lleva entre otros: carne mechada, arroz y caraotas, en estos momentos es una exquisitez, es bien difícil de ubicar. Carne y caraotas nicaragüenses y arroz brasilero, productos que antes exportábamos. 

Esto es muy complicado, pero va a cambiar, nuestro país ya está cambiando. Se siente el movimiento en la cocina, hay ruidos, los hijos de Rufina y de Venezuela están actuando, quieren retornar a los tiempos de la buena comida y la tranquilidad. Quieren poder ir a la playa y tener que llevar. Quieren vivir tranquilos y volver a jugar con sus amigos, sin temor de ser asesinados para quitarles la plata luego de cantar, Bingo, Tabla Llena!.

Te quiero mucho Rufina.


Eduardo J. León Hernández
Abril 22, 2.017 


ARSENIO, ALBERTINA Y OTROS


Este escrito de hoy es algo muy, pero muy personal, trataré de hacer un pequeño resumen, para que quienes no conozcan a los personajes lo entiendan.

El primer nombrado, es alguien que me conoce, creo que desde que nací, ya hace un poquito más cincuenta años, fue un gran referente para mí. En momentos familiares difíciles, conté con su apoyo incondicional y eso se lo agradeceré, hoy y siempre. En mi casa siempre vimos a Arsenio como un tío, hay cosas mucho más íntimas que lo unen con mi familia, pero este no es el terreno, ni el tema. Él siempre leyó mucho, es muy instruido, no se le puede negar, pero era fanático de josé vicente rangel (los nombres de estos gérmenes siempre se escriben en minúscula) y creo que se quedó pegado allí.

La segunda, una entrañable amiga de la casa, otra hermana para mi mamá. Mujer muy simpática y agradable, buena madre, tan buena que algunos de sus hijos se aprovechaban (algunos aun lo hacen) de su bondad, excepto Gerardo, él siempre ha sido diferente, de muy buen corazón.

Pero a estas dos personas respetadas y muy queridas por todos nosotros, les ocurrió una desgracia, como a muchos venezolanos, votaron por chavez. Lo grave es que además se enfermaron, fueron poseídos por ese engendro, yo no encuentro otra explicación; les aplicaron una vaina, como una bacteria y los queremos salvar, aun no hemos conseguido la cura, pero estamos en eso. 

Arsenio empezó tímidamente acercándose a esta gente, reconozco que no lo hizo por reales, nunca ha sido un hombre rico, ni tampoco ostentoso, aunque le encantaban los dólares, les cuento. A pesar de su bajo sueldo, buscaba ahorrar en moneda gringa (hombre sabio), guardaba al menos un poquito, porque como le gustaba un buen zapato, sobre todo un Florsheim. Él no tenía como, pero se los compraba. Tete, como le decimos sus cercanos, odia al imperio, pero como le gustan las vainas de allá.

Recientemente me enteré de un detalle, ya conocía muchos otros, como el de andar con los atorrantes círculos bolivarianos y malandros, que no dudo esté comandando, yo mismo lo vi y escuché dar indicaciones para joder a los opositores en las elecciones del 2.013, incluyéndome; gracias a Dios nunca lo intentaron, él no es pendejo, sabe con quién se mete. Tete en estos días se equivocó de nuevo y de manera garrafal. Se metió con una sobrina asimilada en la familia, alguien a quien queremos mucho y trató de evitar que ella recibiera la comida que el desgobierno controla. 

Este evento ya me obliga a deslindarme de él y por escrito, ahora si terminé de perderle el respeto; quien carajo te crees Arsenio, para atacar de esa forma a una jovencita, solo por el solo hecho de no ser chavista, era como la pajita que faltaba. No puedo más que llamarte cobarde, eso es despreciable, Vanessa tiene una niña pequeña que necesita comer. Impedir que ella reciba esa “bolsita” es inhumano, ya el hecho de tener que vivir de una miseria es denigrante. Tú, ya pasaste la raya, no eres más que un escupío, como dice alguien de mi pueblo. 

Albertina, ay Albertina, es el caso opuesto. La pobre ya no sabe a dónde va, ni quien realmente es. Pelando bolas hace las colas, habidas y por haber (me salió en verso), para comprar las migajas que “su” gobierno le ofrece y hacer eso en Maracaibo, bajo ese inclemente sol, no es cualquier pendejada. No tiene argumentos para defender su actitud, aparte de que su difunto marido era chavista, no hay una verdadera y real razón para mantener esa posición política; pero allí está, siguiendo como un zombi a esa ralea. 

Hace poco mi madre, quien tiene a un hijo (yo), tres nietas y tres bisnietos fuera de Venezuela, al último que nació apenas lo conoce por fotos, le dijo a Albertina, de manera muy decente pero firme lo siguiente: 

“Hasta cuando tú sigues a esa gente, hasta cuando te calas esta vaina? Por gente como tú es que se mantienen mandando, destruyendo al país, obligando a muchos a irse” (realmente mi madre le debió haber dicho algunas groserías, pero yo no la voy a rayar). 

Ella le contestó: “Pero Iris, nosotras no podemos pelear, somos como familia”. Y allí vino el carajazo.

“Precisamente eso es, lo que por culpa de gente como tú, ya no tengo aquí, a mi familia”. Con esas palabras Iris le replicó. Me cuentan que mi madre realmente terminó esa frase con una palabra muy extraña para su boca, no la escribo, porque nadie que la conoce creería que ella la dijo.

Así como Arsenio y Albertina, hay varios, hay más, gente muy, pero muy cercana, primitos del alma, que aun habiendo estado a punto de morir, por no conseguir medicinas, ni servicios médicos, ni un carajo y sabiendo que sus familiares “opositores” fueron quienes les salvaron, aún siguen con su corazón entreverao, metido en el closet rojo, medio escondido, pero votando suficiente sangre como para identificarlos. Aún siguen apoyando a esta dictadura.

Todos ellos son venezolanos, que también necesitan vivir, como se vivía antes, en paz y con comida, con problemas si, pero con libertad, con oportunidades. Necesitan vivir mucho mejor que antes y lo van a hacer, el tiempo que Dios decida; espero que pronto rectifiquen su actitud. 

No soy quien para juzgarlos, solo muestro los hechos, esas verdades que son mías, esas razones cercanas y que me duelen mucho. Esas bofetadas, como elegantemente cubren en las novelas a los coñazos que a uno le dan en la cara, que me han pegado con su comportamiento, esos seres a quienes yo tanto quiero.

El cambio está próximo, Dios con nosotros, nadie puede vencernos. Seguiré orando por ustedes, algún día aparecerá la cura a ese mal del que padecen, esa bacteria que los carcome, estamos en eso. 


Eduardo J. León Hernández
Abril 21, 2.017



miércoles, 19 de abril de 2017

HOY 19 DE ABRIL, ESTO FUÉ LO QUE VI.







Eso anterior es la foto de como vi lo que ocurrió hoy 19 de Abril de 2.017 en Venezuela. Un grupo de personas, de seres humanos que salió y seguirá, en defensa de su país, de su dignidad; que salió en la búsqueda de un cambio, no importando los riesgos. Otro pequeño grupo de militares, policías, locos, borrachos y mal-vivientes, que representan a quienes reprimen, los grupos de terror y sus dirigentes, los líderes del desgobierno. De último, un grupo reducido, en comparación con la gran mayoría del pueblo, que está atado por vínculos sentimentales a un muerto, que reciben unas dádivas, personas resentidas, gente triste o que sencillamente no saben qué carajo son.


Arriba, en nuestra Bandera de Venezuela, en esas estrellas, están Paola Andreina (24) y Carlos José (17), asesinados hoy impunemente por este régimen, cuyos vasallos y dirigentes, más pronto que tarde, pagarán sus crímenes. Esto es lo más doloroso, es totalmente absurdo, dos jóvenes que prácticamente no conocieron la democracia y lo único que recibieron de esta plaga que nos desgobierna, fue una bala que les quitó la vida. 

Leí en un mensaje de twitter de @hehf24 lo siguiente:

“Nacer para vivir 17 años en comunismo, no conocer nada más y morir de un tiro en la cabeza, suena como a una pesadilla o es el mismísimo infierno”.

No sé cuántos traidores a la patria lleguen a leer esto, o cuántos de esos que aún no hacen nada por defender al país, espero que no les toque la desgracia, luego no se arrepientan de su actitud, no le vayan a preguntar a Dios o a la vida, por qué. Piénsenlo, hagan algo, es por el país, es por nosotros, por el país de todos, es nuestra tierra la que está en juego.

Paola Andreina, Carlos José, Dios los tenga en su Gloria, un fuerte abrazo a su familia y amigos. A todos los heridos y los injustamente detenidos, que mi Jesús, junto a la Virgen de Chiquinquirá, los sane, los proteja.

Eduardo J. León Hernández
Abril 19, 2.017

Gracias Lilian, Gracias Marco, Gracias Jairo.


Estos últimos días han sido una verdadera pesadilla para los Venezolanos de bien, realmente ha sido una sola pesadilla de 18 años, que no nos ha dejado dormir y descansar. Se que muchos no dejamos de pensar en lo que ocurre en mi país. 

Hoy, producto de algunas frases que aparecieron en una permanente conversación que tenemos un grupo de amigos, el cual cuenta con más de cincuenta integrantes y de los cuales una muy buena parte estamos fuera del país, ese permanente conversatorio, en el que a veces parece que hacemos guardias, pero es que hay gente en diferentes usos horarios y otros noctámbulos, nos permite estar en contacto, discutir, opinar y transmitir información relevante, de lo que pasa en el país y de lo que ocurre con cada uno de nosotros. Hoy me di real cuenta de lo preocupados que estamos todos por lo que acontece, del sano interés de estar en contacto, de cómo queremos aportar para salvar al país, pero también de la forma como, a veces, nos vamos de bruces con algunos comentarios. Eso es de humanos y aunque parezca contradictorio, muchas veces nos ayuda, nos permite reflexionar sobre lo dicho y sus repercusiones. 

Nos equivocamos, indistintamente de que todos los integrantes de ese grupo, cosa que digo sin temor de pecar de creído y “echón”, formamos una especie de élite. Somos un pequeño grupo que representa a una casta mucho más numerosa, de cientos de profesionales inteligentes, con profundas raíces éticas y gran capacidad de trabajo, pero sobre todo, buenas personas y excelentes Venezolanos. Esto no es fácil de decir y es mucho más difícil probarlo, pero yo sé de quienes hablo, aun sin conocer a algunos de ellos personalmente o de haber estar alejado por tantos años de otros. Este párrafo es un tributo a esa institución donde nos formamos y un agradecimiento a todos quienes por ella transitamos en los últimos treinta o cuarenta años, los más antiguos, y que hoy día están conmigo en ese grupo. Gracias, por ese amor al país, desde donde quiera que estén. Gracias, por ese amor a su país, indistintamente de donde hayan nacido. Gracias.

Pero también quiero agradecer a Lilian Tintori. Si, a esa muchacha. A Lilian, a quien en lo particular veía, como de manera medio infantil e ingenua, invitaba a ir a las marchas o protestas contra la dictadura, con una clase de bailo-terapia y batiendo unos pañuelitos blancos, que vaina tan ridícula. Eso era lo que yo pensaba, hablo por mí. Esa joven, a la que solo conocíamos por ser una surfista destacadísima y que una vez cruzó, en una de esas tablas, el mar entre Venezuela y Aruba, y que lo hizo en homenaje a su padre (honestamente esto último yo lo acabo de ver en Google). Que se hizo más famosa después por haberse casado con Leopoldo López. Hoy, esta noche, realmente quiero pedirte una gran disculpa y darte miles de gracias Lilian. Tu interés por sacar a tu marido de la cárcel, te ha llevado a las todas las instancias internacionales a las que has podido llegar. 

Te estoy agradecido porque has visitado todos los países a los que te han permitido entrar y has hablado con sus presidentes y congresistas; porque has logrado, junto con tu equipo, ser entrevistada en cuanto programa de televisión y radio que ha estado disponible. En fin, has llegado a donde nadie ha llegado y logrado que hoy día Venezuela esté, en la mente y en la boca de todos aquellos que defienden la libertad y la democracia. No hay ningún defensor serio de los derechos humanos, que no sepa de la triste realidad Venezolana y eso se debe principalmente a ti: la ingenua, medio infantil, pero muy valiente representante mujer Venezolana. Gracias Lilian, gracias. Por todo lo que haces por tu esposo, por tu familia y por ende, por Venezuela.

También quiero agradecerle a Marco, sé que varios del grupo han ido también a las marchas y quiero que se sientan incluidos en este mensaje, aunque no diga sus nombres. Con MR me une una gran amistad, una hermandad y lo admiro por ser una gran persona. La semana pasada, cuando escuchaba su mensaje de voz por el chat, sentí que hacia presencia en estas protestas, sentí que Marco me representaba a mí, a nosotros. Sentí que nuestro pana estaba exponiendo sus pulmones a los gases, pero también su vida a una bala y que lo estaba haciendo por su hijo, por su familia, por su país y también por mi. Gracias hermano, me siento orgulloso de ser tu amigo, tu hermano. Gracias Marco, gracias.

Por último, quiero agradecerle a Jairo Ortiz, el joven de 19 años que murió el pasado 07 de abril en Caracas, a manos de los criminales que reprimen las protestas del pueblo. A ese muchacho, a quien probablemente ninguno de los que le este leyendo este escrito llegó a conocer, pero que ahora sabemos que tenía lo que se me ha dado por llamar, una irresponsable valentía, que contrasta con la muy racional cobardía de otros a quienes no les duele el país y tratan de destruirlo o simplemente no hacen nada por defenderlo. Gracias Jairo, no estás aquí para poder decírtelo, a ti y a todos los otros, que han muerto en estos días de protesta y en todas las protestas anteriores, que este régimen miserable ha provocado. También a los heridos y a los presos políticos quiero darle las gracias. Es enorme la cantidad de heridos que hay y que a veces ni siquiera son nombrados; gente que ha perdido buena parte o toda su movilidad corporal, la vista, la audición o que han quedado seriamente perjudicados, física y mentalmente, por los tratos infames de los esbirros del régimen. 

Ninguna madre, padre, hijo o hermano va a revivir o a aliviar a su ser querido con estas gracias que les doy, pero al menos espero que sientan que su sacrificio no haya sido en vano y que Dios les premie con el cielo a los que han muerto, y con la paz y la libertad a los heridos, a los presos y a sus familias. Para ustedes gracias, en especial a Jairo, quien representa a nuestra irresponsablemente valiente juventud. Muchas gracias por tu coraje. Gracias por tu amor a Venezuela. 

Justo en el momento en el que termino de escribir estas líneas, comienza el día miércoles 19 de abril, fecha en la cual están convocadas diferentes protestas en todo mi país. No sé lo que va a pasar, no soy, ni pretendo ser adivino, pero mi alma y mi corazón quieren que sea el paso decisivo para la libertad de Venezuela. Estoy muy consciente de que la tiranía va a tratar de acabar con mi Bravo Pueblo, y este último no se va a dejar joder. En la refriega probablemente algunos caerán muertos y otros tantos, tal vez muchos, serán heridos, esa es la intención del régimen, matar o herir para crear mas terror. Por todos ellos no puedo hacer más que orar y darles mi eterna gratitud por su valor, agradecerles por su decidido sacrificio.

Pido a Dios y a Jesús mi Señor, que envíen al Santo Espíritu para que acompañe al pueblo de Venezuela, en esta triste y muy lamentable, pero a la vez necesaria, lucha que hoy enfrenta. Chinita amada, ruega e intercede por todos tus hijos.

Gracias a todas las Lilian, a todos los Marco y a todos los Jairo. Gracias a todos los de mi grupo, que seguro estoy, estén donde estén, también oran y rezan por mi Venezuela.


Eduardo J. León Hernández
Abril 19, 2.017 



viernes, 14 de abril de 2017

Y JUDAS, CUANTO SUFRIÓ?

La noche en la que Jesús fue apresado, se llevó varias decepciones de sus discípulos. Leyendo el evangelio de San Lucas, en su capítulo 22, podemos ver como Él les anuncia a los apóstoles que esa sería su última cena con ellos, que moriría muy pronto. Los apóstoles en lugar de preocuparse por ÉL, empiezan a pelear por quien ocupará su puesto al morir, parece que seguían en la campaña política (se acuerdan de la mujer de Zebedeo), no había muerto y ya estaban buscando sustituto. Jesús los reprende por esa mezquina y triste actitud, ellos aún no habían entendido. Luego de cenar y haber dicho que iba a ser traicionado, se va a orar y llora amargamente, llora lágrimas de sangre pidiéndole al Padre que lo libre de ese sufrimiento que padecerá, pero que acepta, si es esa su voluntad. A los discípulos que esa noche lo acompañaron, Él les dice que oren para no caer en tentación, para no pecar, pero se quedan dormidos en la vigilia, no fueron capaces de cuidarlo. Después que es entregado por Judas, con ese beso que se convirtió en la clásica marca de la traición y es llevado a juicio, en ese ínterin, Pedro lo niega tres veces.

En resumen: 1.- Se pelean por su puesto. 2.- Se quedan dormidos en lugar de protegerlo (Pedro entre ellos). 3.- Judas lo entrega con un beso para que lo maten. 4.- Después, como decimos en criollo, “le sacan el cuerpo”, lo abandonan. Pedro niega conocerlo, mucho menos reconoce que es su amigo (otra vez Pedro), nada más que tres veces. 5.- Ninguno de sus apóstoles se sabe que estuvo ni cerca en los momentos cruciales. Marcos en 14,50 dice que todos los que estaban con Jesús huyeron y lo abandonaron. Solo Pedro andaba siguiéndolo de lejitos; creo que mejor no lo hubiese hecho. Juanito aparece en la escena, pero al otro día. De verdad que ese no fue un día nada esplendido para Jesús, no fue precisamente un viaje de montaña y esquí, con picnic incluido, con sus mejores amigos. Nuestro Señor se debió sentir traicionado por todos, no solo por Judas. 

Pero a Judas le tocó. Desde el antiguo testamento ya se dice que el Mesías, el Hijo de Dios sería asesinado. Apenas unos días después de nacido, ya a su Madre le dirían que una lanza le atravesaría el alma. El propio Jesús lo anunció, varias veces, pero no fue sino al final que se devela un nombre, Judas, el traidor, a quien satanás poseyó.

Durante la captura de Jesús se da un hecho para mi interesante, Judas lo identifica con un beso, como si hiciera falta identificarlo. El propio Cristo le dice a sus captores: “Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes en el Templo?. Es cierto que en esa época todos vestían de forma similar, pero reconocer a Jesús, no debió haber sido difícil, aun en la oscuridad. En alguna parte se deja ver que la idea era atraparlo sin que estuviese presente el pueblo, para evitar revueltas, pero igual, era tan difícil reconocerlo? Obligatoriamente tenía que ser señalado por otro? Creo que era necesario echarle la culpa a alguien. Eso pasa por mi mente ahora escribiendo, pero realmente yo no lo sé. Solo Dios puede, fue su decisión. 

Lo que es un hecho revelado en Mateo (Marcos, Lucas y Juan no lo describen), es que Judas recibió treinta monedas por señalar a su amigo, a aquel con quien comió muchas veces. Le pagaron a un soplón para que señalara al objetivo; pero luego, no pudo con la carga, fueron enormes los remordimientos, devolvió la plata y se suicidó. 

Por la mente de Judas, solo Dios podría decirnos que pasó en esos momentos, o que habría pasado antes. Es muy poco nombrado en los evangelios y cuando se hace ya es señalado como “el que lo traicionó”, su mención culmen es justo en la entrega de Jesús, parece que solo entró en este club para eso; era el designado. El demonio lo atrapo para este trabajo. Pero miren lo que dice Juan en 14, 26-27: Jesús le respondió «Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato». Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: «Realiza pronto lo que tienes que hacer». Esto se lo dice el propio Jesús a Juanito, ósea que nadie se lo contó de lejos, lo escucho de su Señor.

Judas fue escogido directamente por Jesús, no llegó allí por azar, como por cierto si llegó su sustituto Matías, según se revela en Hechos 1,26. Para no enredar la comprensión de este último hecho, la historia es que hubo dos candidatos para sustituir a Judas, luego de su muerte. Uno llamado José (también Barsaba) y Matías, ambos fueron presentados por los once apóstoles en oración al Señor y pidieron que les iluminara porque consideraban que ambos eran muy buenos candidatos para cubrir la vacante, finalmente lo tuvieron que echar a la suerte, ambos eran dignos del puesto y quedó Matías. Ambos también estuvieron en el círculo de Jesús, eran parte de los setenta y dos.

Judas, como se dice por estos predios, la embarró, lo echo a perder, traicionó nada más y nada menos que al Hijo de Dios y pasó a la parte más oscura de la historia como el máximo traidor, la peor referencia de algún cercano al Señor. Cuando hablamos de traición, su nombre viene automáticamente a nuestra mente.

Pero, siempre hay un pero. Cuántas veces hemos nosotros traicionado a Jesús, pocas veces nos hacemos esa pregunta; creemos que nosotros no somos malos como Judas. A este último creo que simplemente le tocó, no tenía escapatoria. Él estaba marcado para hacer ese “trabajo sucio”, creo que era parte del plan, para que tuviéramos nosotros como referencia de cómo se mata al Maestro, al Profeta, al Salvador, pero también de cómo se mata al hermano. 

Cada vez que nos comportamos como Pedro, negando nuestra amistad a quien nos necesita; cada vez que “peleamos” para destacarnos y tomar la posición de alguien que cae en desgracia (o a quien hasta empujamos a ella); cada vez que nos quedamos dormidos o hechos los pendejos, ante cualquier injusticia cometida hacia nuestro prójimo; cuando cruzamos la calle y nos ponemos en la otra acera y vemos de lejitos lo que le pasa a nuestro hermano, estamos traicionando a Jesús. “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí”. Bueno o malo, lo que hagamos a nuestro prójimo, se lo estamos haciendo a Jesús, es lo que Él mismo nos dice en sus parábolas, específicamente en Mateo 25,40.

Jesús lloró lágrimas de sangre y un Ángel bajó a consolarlo, lloró por Él mismo, pues también era humano. Judas se arrepintió de lo que hizo y seguro también lloró, probablemente nunca pensó que la detención de Jesús desembocaría en la muerte y al ver lo que hizo, se quitó la vida. Jesús también pudo haber llorado porqué sabía lo que pasaría con Judas, que le fue muy cercano, Él mismo lo escogió, pero al darle el pan lo marcó, satanás tomó a Judas para él, era parte del plan de Dios, pero a Jesús, no dudo que le dolió.

Queremos seguir nosotros traicionando a Jesús? Tanto sufrimiento, ya no es suficiente? Hoy Viernes Santo conmemoramos la muerte de Jesús y recordamos la traición de Judas, completada con su suicidio, pero nosotros no podemos seguir siendo cómplices de toda esta historia de dolor y muerte. Cambiemos nuestra suerte, confiemos en Jesús y no lo traicionemos de nuevo. Judas fue un traidor, cometió un gran pecado, se ahorcó, el mismo se lanzó la primera piedra, podemos nosotros tirar la segunda. Yo, no creo.


Eduardo J. León Hernández
Abril 14, 2.017

jueves, 13 de abril de 2017

LA ANASTASIS DE JESUS

En el almanaque católico, la Semana Santa tiene un período que le precede llamado cuaresma (40 días), que se inicia el miércoles de ceniza, justo después del carnaval. Los días propios de la Semana Santa, que aunque se cuentan normalmente desde el Domingo de Ramos, comienzan el Lunes Santo y terminan el Domingo de Resurrección y es seguida por la Pascua de Resurrección, que son otros cincuenta días. De este último periodo, el cuadragésimo día corresponde a la Ascensión del Señor y finalmente Pentecostés, que es la venida del Espíritu Santo. La resurrección tiene que celebrarse entre el 22 de marzo y el 25 de abril, según lo dispuesto por la Iglesia hace unos 17 siglos. 

En la Semana Santa o también conocida como Semana Mayor, repasamos o “revivimos” la pasión, muerte y resurrección de Jesús, nuestro redentor. Pero realmente que es lo que ocurre en este período de tiempo, quien es el que debe morir y volver a nacer, luego del calvario?

El término Anastasis simboliza, en la lengua griega, levantamiento o alzamiento. Que podría ser el momento en el cual colocan en alto la cruz con Jesús clavado a ella o su subida a los cielos, cualquier idea cabe en esta interpretación y ambas son convenientes para lo que vamos a analizar. Lo que si queda claro es que Jesús murió y resucitó una sola vez, tuvo una sola Anastasis. Cuantas hemos tenido nosotros?

La lectura de la palabra de Dios durante todo el año, tiene, entre otras, la finalidad de que quien asista a la misa, pueda escucharla prácticamente toda completa, para ello requeriría una asistencia diaria durante tres años seguidos. Las festividades de Navidad y de Semana Santa, son dos épocas puntuales donde se resaltan el nacimiento y la muerte y resurrección del hijo de Dios. Pero que se busca con esas celebraciones especiales, y en especial, que es lo deseable que ocurra en la Semana Mayor? Son días de mucho movimiento en nuestra iglesia católica, siendo las fechas en la que la afluencia a los templos es mayor, pero estamos haciendo lo que debemos?

Como se mencionó antes, Jesús murió y resucitó una sola vez y para siempre, mostrándonos durante su vida santa y profética, con palabras y hechos, lo que fue y es capaz de hacer como hombre y como hijo de Dios. Hizo los más grandes prodigios y nos dejó grandes verdades que necesitamos, para vivir de manera honesta, y sobre todo feliz. Pero, repito mi pregunta, estamos nosotros haciendo lo que debemos? A veces creo que no, hablo por mí.

Es complicado para nosotros, que conocemos a Jesús solo por la “historia”, por lo escrito en la palabra de Dios y lo que nos han dicho nuestros padres y abuelos. Los que lo conocieron y “vivieron” lo que Él hizo, no le creyeron, como hacemos nosotros casi veinte siglos después de su muerte para entender este misterio?

Es bien difícil contestar las interrogantes con las que terminan los párrafos anteriores, sin creer en Jesús, y más importante, sin confiar en Él. La Semana Santa y todos los días que le preceden y le siguen, nos dan la oportunidad de mejorar, de ser felices, de buscarlo a Él, esa es la meta. Ese periodo de casi cien días, debemos dedicarlos a revisarnos, a ver como hemos cambiado; el tiempo siempre cambia algo en nosotros, eso es inevitable. Ver si esos cambios han sido convenientes o no para nuestras vidas; hacernos un examen minucioso de cómo está nuestra alma; verificar de manera honesta (podemos engañarnos nosotros mismos, pero es infame y absurdo hacerlo) si nuestro corazón se ha endurecido o por el contrario es más amoroso y cercano a nuestro prójimo; hacer un recorrido por lo que ha sido nuestra vida, lo que es hoy y lo que esperamos sea mañana. Es necesario hacer un real examen de conciencia, a la luz de la palabra de Dios, ver quiénes somos, en que nos hemos convertido y qué debemos cambiar. Después de todo esto, viene el tiempo de corregir, de perdonar y de enmendar lo que sea necesario y decidir ser feliz. 

Para todo lo anteriormente expresado, créanlo o no, hay un manual de vida que Dios nos regaló, los textos donde está su palabra. En ese manual hay una clave, un aspecto básico, el amor. Donde hay amor, no hay maldad. San Agustín decía “Ama y haz lo que quieras”. “El amor no actúa con bajeza, ni busca su propio interés”, dice San Pablo en primera de Corintios. Esa es la clave, ese gran mandamiento que nos dejó Jesús, que no sustituye a los primeros diez que Dios dio a Moisés, si no que los arropa. Quien ama, no hiere, no hace el mal. Esa es la mejor guía y es la base sobre la que debemos revisarnos. El amor es la referencia de cómo debemos ir muriendo al pecado, al mal vivir, a la tristeza.

Cada Semana Santa, en los tiempos previos a ella, estamos llamados a reconciliarnos con el prójimo, con nosotros mismos y con Dios. Debemos vivir en silencio nuestra pasión, dejando atrás poco a poco lo pesado de esa cruz que nosotros mismos nos hemos puesto y morir a lo que no nos conviene. Solo después de esto, podremos alcanzar nuestra propia Anastasis, para resucitar y levantarnos con el Señor y poder vivir el encanto y la felicidad de nuestra propia pascua.

Jesús murió y resucitó una sola vez, a Él no le hizo falta repetir ese acto. A nosotros en cambio, por lo menos una vez al año nos toca. 


Eduardo J. León Hernández
Abril 12, 2.017.

lunes, 10 de abril de 2017

JUVENTUD: INSENSATA, REBELDE E IRREVERENTE, PERO MUY VALIENTE

Viendo en las redes las protestas, las noticias y todas esas imágenes de la lucha que se lleva en las calles. Recordaba esa frase de que quien tiene un hijo, tiene todos los hijos del mundo. Yo tengo cuatro hijos y tres nietos, varios sobrinos y muchos sobrinos de segunda generación, por lo que siento que tengo tantos hijos como tiene mi país.

Muchos de los que me leen deben recordar como yo, las protestas de nuestro tiempo, las del liceo y de la universidad, cuando enfrentábamos las injusticias, recibimos varias veces un peinillazo y una que otra bomba lacrimógena, pero nunca con la inclemencia, barbarie y criminalidad, con la que esta dictadura ataca a la gente pacífica que exige un cambio. 

Jóvenes, Madres y Ancianos son los protagonistas de estas protestas, son los que tienen el verdadero valor de luchar. 

Los jóvenes porque dentro de su “irresponsable valentía”, no les importan las consecuencias y gracias a Dios es así, de no existir ellos, ningún país sería libre.     

Las madres, porque son a quienes de verdad le duelen los hijos, esas que son capaces de entregarlo y perderlo todo por sus hijos, por todos los suyos, por su país. 

Lo Abuelos, porque entienden que en esos supuestos últimos días, ya no hay nada que pensar, su sapiencia y amor por su descendencia, los lleva a donde deberíamos estar todos, a la calle. 

En Venezuela desde hace años hay un largo viacrucis, el suplicio ha sido constante y en crecimiento, pero así como Jesús, padeció y murió para luego resucitar, así mismo mi país da la lucha, con la valiente irresponsabilidad de nuestros jóvenes, que sin ellos nuestra patria estaría perdida. 

Venezuela padece, sufre, muere, pero lucha y pronto resucitará.

Dios los bendiga hijos míos y junto a La Virgen les de las fuerzas que necesitan.

Eduardo J. León Hernández
Abril 10, 2.017

domingo, 9 de abril de 2017

MÉDICOS INTERNOS, SE CALLAN LA BOCA !!


Porqué la vida quiso que fuera así, tengo la suerte de tener al menos 200 “hijos”, entre propios y adoptados, que se graduaron de Médicos Cirujanos en 2.006, otras decenas que posteriormente obtuvieron su título de Cirujano General, y a muchísimos otros de los que hicieron sus especialidades durante años en el Hospital Universitario de Maracaibo y en muchos otros, todos bajo la tutela de mi gloriosa Universidad del Zulia.

Antes de continuar, los invito a leer este comunicado que está a continuación. El mismo lo recibí de forma electrónica de alguien que es de mi entera confianza, no tiene fecha pero es reciente y lo transcribo tal y como fue emitido. 


COMUNICADO DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y LA DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS

Coordinadores y Miembros de Comités Académico

En vista de los sucesos acontecidos recientemente en algunos centros hospitalarios, donde ha existido algún tipo de enfrentamiento entre miembros de los cuerpos de seguridad de los hospitales y nuestros alumnos y con el objetivo de evitar males mayores, les sugerimos orientar a sus residentes a EVITAR CUALQUIER MANIFESTACIÓN O PROTESTA DENTRO DE LAS INSTITUCIONES HOSPITALARIAS, ESPECIALMENTE EN LAS ÁREAS DE EMERGENCIAS Y CUIDADOS CRÍTICOS.

Conocemos muy de cerca la situación de todos nuestros hospitales, sabemos de la escasez de insumos, de la falta de pago de salario y bonos nocturnos, la inseguridad y del maltrato al que son sometidos a diario algunos de nuestros alumnos.

Por ende la Dirección de Posgrado y el Decanato de la Facultad de Medicina los apoya totalmente en el justo reclamo por la mejoría de estas situaciones tan preocupantes para todos los venezolanos, pero orientemos a nuestros estudiantes de forma adecuada y evitemos enfrentamientos dentro de las instituciones prestadoras de salud.

La responsabilidad penal es individual y el hecho de ser estudiantes no les exime de tener responsabilidad en cualquier hecho o desgracia que se presente como consecuencia de una manifestación dentro de hospitales.

Estamos a la orden para cualquier orientación de forma directa.

Dr. Sergio Osorio Morales
Decano

Dr. Freddy Pachano Arenas
Director de Posgrado Medicina

MgSc Juana Benítez
Secretaria Docente de Posgrado

Esto anterior, es uno de los más tristes y cobardes comunicados que he leído en mucho tiempo y les doy solo cuatro razones, por las cuales creo que los Dres. Osorio Morales y Pachano Arenas cometen una traición al país, a la Universidad del Zulia y a su propia profesión. A la MgSc no la incluyo, ni idea de quién es, ni de donde viene. 

1.- El médico es a su hospital, como el sacerdote a su iglesia. Nadie, absolutamente nadie, puede decirle a un Médico Interno que está atendiendo pacientes, que no puede protestar dentro las instalaciones hospitalarias, ellos están obligados a decir y hacer lo que es justo y necesario, tienen que decir la verdad.

Estos seres humanos, el único sitio donde están despiertos, es en el hospital, prácticamente viven allí. Yo pregunto: Donde quieren que protesten, en sus casas? Quienes están viendo morir a la gente por la falta de insumos, ustedes? Quienes les dan la cara a los familiares de los pacientes?. Hacen lo que pueden y más, y ustedes les vienen a decir que no pueden protestar en el hospital, porque los que ustedes, tristemente, llaman “cuerpos de seguridad” se molestan? No me jodan. Son esos “cuerpos” los que roban y manejan las mafias que existen en los hospitales de Venezuela. 

Son esos grupos de mal vivientes los que han despojado de equipos y materiales, bajo el amparo de las propias autoridades que manejan los hospitales y que han ido a parar a clínicas de algunos pocos de sus propios colegas, o no es así? Todas las ciudades tienen su Doctor Valerio, o es que no saben que hay uno por allí, con una clínica cada vez más grande, a cuenta de estos y de los otros. Si ese mismo, enchufadísimo. 

2.- Se ve en el comunicado, un tímido y diminuto reconocimiento de la situación de nuestros hospitales y se indica que los estudiantes han sido maltratados. Corrijo, no solo maltratados, han sido vejados, asesinados, heridos, secuestrados, atracados, golpeados, amenazados y cualquier otro sinónimo que signifique daño, muchas veces (por no decir todas), por los propios “cuerpos de seguridad de los hospitales”. No he visto ninguna reunión, comunicado, queja pública, declaración de prensa, nada, ni una sola acción valiente, de un representante de la Facultad de Medicina, de La Universidad del Zulia, ante esta situación. Tampoco los he visto en la calle. Tienen miedo, o es que no les duele el país?

3.- Cual es el apoyo que les da la Dirección de Posgrado y el Decanato de la Facultad de Medicina ante esta situación; el comunicado en una hoja de papel bond tamaño carta? Con eso ellos resuelven su problemática personal y de seguridad, y más importante aún, con ese pedazo de papel se arreglan las condiciones del hospital y por ende, de los venezolanos que asisten a ellos?

4.- Es bien miserable tratar de amedrentar a los internos con la fulana responsabilidad penal individual que se menciona en el último párrafo, es que acaso ya no corren, no un riesgo penal, sino uno peor, un riesgo mortal? Ustedes si son cara dura. Recientemente casi pierde la vida una interna en el HUM, herida en el cumplimiento de sus funciones, en su puesto de trabajo. Donde estaban ustedes? Donde estaban “los cuerpos de seguridad”? O es que ellos tuvieron que ver algo en eso? Ese es solo uno de los casos, ustedes saben que hay cientos, solo en Maracaibo.

Lo que falta en el comunicado, es ofrecerles como opción a los internos, que les ayudan con el papeleo para que se terminen de ir del país y así engrosar la diáspora de Médicos, gremio perjudicado y maltratado como ningún otro por la dictadura.

Sin embargo, tengo entendido que detrás de esto, aparte de un dejo de cobardía implícita y la falta de ética, (cosa que por cierto me sorprende del Dr. Freddy Pachano Arenas, a quien conozco como un profesional a carta cabal y dedicado a sus pacientes, quien de pronto no le pudo decir a su jefe que no ponía su nombre en ese comunicado. Si otros lo hicieron, le pido disculpas Dr. Pachano) es muy probable que esté la hermandad, amistad o conveniencia, tan conocida en estos tiempos de robolución, con el Secretario de Salud de la Gobernación del Zulia, compañero de promoción del ciudadano Decano. 

Todo en esta vida se sabe, la verdad saca a la mentira hasta debajo de las piedras. Doctores Osorio Morales y Pachano Arenas, no se puede jugar para los dos bandos, no traten de quedar bien con Dios y con el diablo. Dios los va a agarrar en la mentira, eso júrenlo, y el diablo, ese si no los traiciona, los hace pecar. Y otra cosa, los Médicos Internos, no son pendejos, son Profesionales, no son mic (escrito en minúsculas a propósito). Si quieren ayudar a Venezuela y al gremio médico, denle un parado a la dictadura, no a los Médicos Internos. Enmienden la plana, aún están a tiempo.

A la MgSc, perdone que la ignore, como le mencioné antes, no la conozco, pero si usted está del lado correcto, no ponga su nombre en esas vainas.


Eduardo J. León Hernández
Abril 09. 2.017

sábado, 8 de abril de 2017

LA MUJER DE ZEBEDEO Y EL REINO DE JESÚS

Cuenta la palabra que camino a Jerusalén, Jesús comentaba a sus apóstoles y seguidores lo que le ocurriría al final de ese viaje. Que sería puesto prisionero, enjuiciado, golpeado y crucificado hasta morir. Ya esas palabras estaban escritas en el antiguo testamento, ya el destino del Cristo era conocido, Jesús mismo se las había repetido antes a sus apóstoles, pero pareciera que ellos no lo entendían, no terminaban de asumir este inevitable hecho y Jesús sencillamente se los recordaba.

En ese viaje, la madre de los hijos de Zebedeo, se acerca a Jesús y le dice: “Señor, quiero pedirte que cuando llegues a tu reino, pongas a estos mis hijos (Santiago y Juan) uno a tu izquierda y otro a tu derecha”, Jesús la mira y le dice, “Sabes tú lo que me estás pidiendo?”

Para esta mujer ese lucía algo sencillo. Jesús era el mesías e iba camino a ser el Rey, así lo veía la gente. Esta madre le estaba pidiendo a un candidato, que al llegar a ganar la presidencia, pusiera a sus hijos en los mejores puestos de su gabinete. Era una petición válida, si suponemos que en las lides políticas,  quien más se destaca, es quien recibe la mejor ubicación en el poder. Bueno, eso no es necesariamente cierto en la política que nosotros conocemos.

Pero además, obviando a propósito el resto de las palabras pronunciadas por Jesús en ese pasaje, los demás apóstoles escucharon esa petición y no les pareció muy buena. Esos dos les estaban ganando, su madre les gano en velocidad, como dirían por allí, al hacer esa petición. Los otros diez apóstoles se molestaron, ellos también creían haber hecho muy bien su trabajo durante la “campaña” de Jesús y consideraban que tenían los mismos derechos a ocupar esos puestos. Jesús luego les aclara que el Reino al que Él va, no está en Jerusalén, que para llegar a su Reino tendrá que pasar una prueba de muerte y además, que es su Padre quien decide quién va a la derecha y a la izquierda.

Muchas veces ese es nuestro comportamiento, acompañamos una causa, pero solo buscando el beneficio personal, no voy a ser hipócrita, siempre que hacemos algo, queremos ser los primeros en la repartición del pastel, pero no nos damos cuenta del daño que hacemos al no considerar el efecto que causa, cuando nos la damos de vivos, buscando privilegios, al querer ser los primeros en ser ubicados y en los mejores puestos.

Me preguntaba al escribir esto, como sería la cara de Pedro a quien ya Jesús le había dado su puesto y la de Tomas, que tenía sus propias dudas sobre muchas cosas. Esta es otra faceta que nos muestra este evento, el impacto que causamos a otros con nuestros actos o de alguien cercano que, aprovechando sus influencias, quiera resolvernos a nosotros la vida.

La mujer de Zebedeo no tenía idea de lo que pedía y especulando un poco, me imagino que después de ver lo que finalmente ocurrió con Jesús, debió haberse arrepentido del pedido que le hizo. A diferencia de Juan, quien probablemente pudo estar apenado por la conducta de su madre, quien si entendió perfectamente a donde iba Cristo, cuál sería su destino terrenal, él si aprendió bien las lecciones que su Maestro les enseñó durante esos tres años de juntos caminar y lo acompañó hasta el último momento. Algo curioso que aquí ocurre, Juan recibe a María como su madre a petición del propio Jesús y sabemos que se queda con ella, de su propia madre no tenemos historia posterior.

Debemos estar claros en lo que pedimos, a donde queremos llegar y por cuales vías. Debemos tomar las riendas de nuestras propias vidas y no permitir que sean otros quienes decidan por nosotros. La mujer de Zebedeo, estoy seguro que no hizo este pedido con maldad, ya que considero que todas las madres desean lo mejor para sus hijos, pero no necesariamente esos deseos sean los que más les convienen. 

Pretender llegar al “reino de los hombres”, es una cosa, pero al Reino de los Cielos, es algo totalmente diferente; requiere de entrega, de aprender a llevar cargas y de ayudar a los demás con las de ellos, de soportar iniquidades, de tener la capacidad de sacrificarse por el prójimo, de aceptar la voluntad de Dios, de creerle y sobre todo, confiar en Él.

Difícilmente podamos acercarnos a lo que Jesús hizo por nosotros, cuando, como la mujer de Zebedeo, pero dos mil años después, no lo hemos aceptado aún, no entendemos el misterio de su muerte y resurrección. Este próximo Domingo de Ramos, recordemos este pasaje y si somos capaces, imaginemos el valor que tuvo Jesús para, montado en un humilde burrito, asistir a esa cita fatídica, obedeciendo a su Padre, para nuestra salvación.


Eduardo J. León Hernández

Abril  08, 2017

viernes, 7 de abril de 2017

LOS DESPLAZADOS

Según la REA, un desplazado es una persona inadaptada, que no se ajusta al ambiente o a las circunstancias. Otras definiciones más detalladas señalan, que un desplazado es alguien forzado a dejar su hogar, pudiéndose mantener o no, dentro de las fronteras de su país. Las causas más frecuentes para que se propicie este fenómeno son: la violencia generalizada, conflictos armados y violaciones a los derechos humanos. En muchos casos los desplazados son amparados por su gobierno y en otros el mismo gobierno es el causante del desplazamiento. Se estima que en el mundo, los desplazados actuales, alcanzan más de 80 millones de personas, un poco más el 1% de la población de la tierra.

Hablando específicamente de América Latina, tenemos dos corrientes: los desplazados y los emigrantes, entendiendo a estos últimos, como aquellos que impulsados por la pobreza, el desempleo o por su propio interés de buscar una vida mejor, se van a otros lugares. En este caso vamos a hablar en particular de los ciudadanos colombianos y venezolanos que han estado inmersos en ambas corrientes de manera constante. 

El caso de Colombia, es el más antiguo, ya que ha ocurrido durante las últimas seis décadas, producto de conflictos armados, ataques de grupos de narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares y de miembros de algunos gobiernos, que buscando apoderarse de sus tierras, ejercieron presiones inhumanas sobre la población campesina, sobre los más pobres. El principal reducto o receptor de desplazados de Colombia ha sido Venezuela, por la propia cercanía y la historia común de ambos pueblos. Se estima, que al menos un quinto de la población venezolana está formada por un colombiano de origen o por alguna persona con vínculos con este país.

En la última década, el flujo de desplazamiento y emigración ha cambiado, son los venezolanos quienes han inclinado la balanza. Una buena parte ha ido a los Estados Unidos, país con el cual ha habido siempre un contacto directo, siendo uno de los principales receptor de emigrantes venezolanos en la historia, pero el mayor contingente se ha ido a Colombia, por la cercanía limítrofe y por la afinidad cultural y de idioma.

Hay tres corrientes o tipos desplazados de Venezuela a Colombia, muy claramente definidas.

  1. Los venezolanos sin vínculos con Colombia. 
  2. Los colombianos por nacimiento que vivían en Venezuela y cuyos descendientes nacieron allí. 
  3. Los hijos de colombianos, nacidos en Colombia, pero que por diversas razones su documentación legal los acredita como venezolanos y que ahora no pueden probar su nacionalidad colombiana. 
Los primeros, muchos de ellos han ido a Colombia con su documentación en regla, algunos con visa de trabajo, otros con la visa Mercosur, que por cierto ya no está vigente. Otros no tienen un estatus migratorio legal, por lo que son susceptibles de deportación y con serias dificultades para encontrar un trabajo. Los segundos, no tienen problemas legales, ya que pueden vivir en Colombia de forma legal, sin mayores trabas migratorias. Y los últimos, que me atrevería a decir que son la mayoría y también los que están pasando por la peor situación, ya que en su mayoría tienen el derecho a estar en Colombia, pero no tienen recursos para obtener la documentación que corresponde. Se debe reconocer al Gobernador del Atlántico, quien tiene raíces venezolanas, quien ha demostrado una gran preocupación por estos últimos y a la Iglesia Católica que también ha hecho un gran aporte, para tratar de paliar esta situación.

El desempleo en Colombia ha aumentado sensiblemente en los últimos años y quedando gente desempleada, por supuesto complica la posibilidad de emplear a los desplazados, aun teniendo documentos. Los manejos de la política migratoria, empezando por los lineamientos para poner reducir o controlar la emisión de nuevas visas de trabajo, inclusive en áreas donde hacen falta profesionales, como es el caso de los médicos, ya que hay un gran déficit en especialidades claves y por la persecución por parte de autoridades migratorias en ciudades como Barranquilla, donde se ha salido a la calle a buscar ilegales, complica aun mas la situación. Esto es último es bien triste, ya que los gobiernos democráticos de Venezuela, nunca tuvieron esta política, los deportados eran capturados en los caminos verdes, pero nunca en redadas en las ciudades. El único que maltrató a colombianos y los obligó a cruzar la frontera, fue el actual dictador venezolano.

Pero hay, a mi forma de entender, algo más grave aún, que es la falta de apoyo a estos pueblos. No es, ni ha sido, un secreto para el gobierno de Colombia, ni para ningún otro gobierno de la región o del mundo, con representación consular en Venezuela, que en ese país hay hambre, violencia y muerte, desde la mala hora que chavez tomo el poder. Las dificultades para conseguir comida, medicinas y cualquier otro artículo o servicio básico, lo padecen también los funcionarios y empleados consulares. Por allí todos tienen muy claro lo que ocurre en Venezuela. 

Y aquí es donde llegamos al llegadero, y es donde las políticas públicas y la política exterior frente a gobiernos dictatoriales deben ser coherentes. Los más afectados por la tiranía, aparte de los venezolanos, son los propios colombianos. Los que viven en Venezuela, los que se han desplazado hacia Colombia y claramente identificados anteriormente y los propios nacionales que ven amenazados los pocos empleos disponibles. Yo puedo entender la “necesidad” del gobierno colombiano de ser diplomático con el des-gobierno venezolano, ya que eran parte de la discusión del acuerdo de paz, pero no es justo sacrificar a su propio país y a muchos de sus coterráneos por un apoyo político. 

El dictador y muchos de los funcionarios del desgobierno venezolano, son narcotraficantes, Colombia lo sabe y han dado un apoyo incondicional a la guerrilla, pero ya esto tiene que parar. El gobierno de Colombia utilizó al dictador para hacer el arreglo con la narco-guerrilla colombo-venezolana y ya se firmó el acuerdo de paz. Ahora toca defender al pueblo que sufre, al pueblo que padece, al pueblo hermano de Venezuela, a ese "mellizo", donde también viven millones de colombianos. 


Eduardo J. León Hernández
Abril 06, 2.017

martes, 4 de abril de 2017

LAICO, POLÍTICO Y OPOSITOR


El título a algunos tal vez le suena extraño, pero vamos primero a definir claramente a cual Laico me refiero aquí. Según el diccionario de la Real Academia Española, Laico: 1.- adj. Que no tiene órdenes clericales. 2. adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa.

El primero se refiere a quien no es Sacerdote o Religioso y el segundo es todo aquel que no tiene vínculo con ninguna religión. También está el Estado Laical, referido a aquella nación en cuyo texto constitucional, no obliga, apoya o niega religión alguna, sus ciudadanos pueden pertenecer o no a la religión que deseen y eso no afectaría sus derechos.

Vamos a quedarnos con la primera. En la religión Católica, el Laico es aquel que no tiene ningún rango jerárquico oficial dentro de su estructura, pero que si tiene obligaciones definidas por la propia iglesia. Que las cumplamos, esa es otra cosa. Cabe destacar que en algunas órdenes religiosas católicas, hay organizaciones laicales que tienen su propia jerarquía muy específica, son considerados a la hora de tomar decisiones y actúan de manera independiente, bajo la autorización de la Iglesia.

Igualmente según la RAE, Política es la actividad que ejerce un ciudadano cuando interviene en asuntos públicos con su opinión, con su voto o de cualquier otro modo. Ampliando un poco, la política es la ciencia de la gobernación de un estado o nación, y también un arte de negociación para conciliar intereses. El término proviene del latín politicus y este término del griego politiká, una derivación de polis que designa aquello que es público, o politikós, que significa 'civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano'. El significado de política es muy amplio y está relacionado, en general, a lo que se refiere al espacio público.

Opositor es sencillamente todo aquel que se opone a una causa, acción o pensamiento. En palabras criollas: Es aquel a quien no le gusta una vaina, lo dice y hace lo posible por cambiarla, si ese es el caso, dependiendo del nivel de afectación personal o colectiva. Definición mía pendiente de patente. Entonces si somos Laicos y no nos gusta una o varias situaciones en nuestra sociedad tenemos el deber y la obligación de ser Políticos Opositores, sin miedo, sin pruritos y con honradez ante estas situaciones.

Dejando claro los términos, busquemos algunas opiniones de la propia jerarquía de la Iglesia Católica.
  • A.- Concilio Vaticano II. Los laicos tienen un antes y un después de este concilio y dejó bien claro que el Laico es parte esencial de la iglesia, que no son simples espectadores, sino actores principales al lado del clérigo. “Todos los laicos como pueblo de Dios, están llamados en la misión evangelizadora de la Iglesia que hoy es urgente e incluso, más necesaria que nunca. La autonomía de nuestra sociedad crecientemente secularizada; la separación, pretendidamente justificada, entre la fe y la vida diaria, pública y privada; la tentación de reducir la fe a la esfera de lo privado; la crisis de valores; pero también la búsqueda de verdad y sentido etc., son otros tantos desafíos que urgen a los católicos a impulsar una nueva evangelización, a contribuir a promover una nueva cultura y civilización de la vida y verdad, de la justicia y la paz, de la solidaridad y el amor” (Cristianos Laicos, Iglesia en el mundo, núm. 43)
  • B.- Los límites siempre son difíciles de definir, sin embargo se debe de trabajar en armonía con la Iglesia jerárquica. El laico tiene que hacer énfasis y defender su laicidad, porque el laico no es un cura a medias. Debe de ser consciente de las tareas que no le corresponden, sino que debe vivir su ser cristiano como laico en los ámbitos donde desarrolla su vida, su labor profesional, en su familia, en el congreso en la república, en los medios de comunicación, etc., es ahí donde se juega la vida de las personas. Imprimir los valores del evangelio ahí donde está, ser la sal del mundo. Y  trabajar en armonía con la iglesia Jerárquica (Entrevista Hno. Francisco Sáez de Maturana SC)
  •  C.- Los obispos que constituyeron el Sínodo sobre los laicos reiteraron que “el campo propio de su actividad evangelizadora es el dilatado y complejo mundo de la política, de la realidad social, de la economía; así como también de la cultura, de las ciencias y de las artes, de la vida internacional, de los órganos de comunicación social; y también de otras realidades particularmente abiertas a la evangelización, como el amor, la familia, la educación de los niños y de los adolescentes, el trabajo profesional, el sufrimiento etc. (Oficina de Prensa de la Santa Sede actualización del 06-10-2.012).
  • D.- No tengan miedo. San Juan Pablo II.
  • E.- Jóvenes del mundo, formen líos. Papa Francisco.

Tal vez me extendí un poco en definiciones, conceptos y artículos de referencia, pero creo que es necesario para tener claro el contexto. Ahora hablemos en criollo.

En los años que tengo en la Iglesia he visto de todo, diferente a lo que los no creyentes piensan, la Iglesia no es para Santos, allí vamos los que necesitamos a Dios, allí estamos los pecadores que buscamos día a día la ayuda de Jesús y la sabiduría del Espíritu Santo. He visto gente activa y gente muy apática, y también he visto gente qué cree y pregona que el cristiano no se mete en política, craso error. Si revisamos todas las definiciones y referencias anteriormente mencionadas, se demuestra que están totalmente equivocados. Todos y en especial los Laicos Comprometidos, estamos obligados a estar en la calle, tenemos por delante una gran labor pendiente, que es adecentar la maltratada y ultrajada política, que estoy de acuerdo, es un área que ha sido totalmente prostituida por los gobernantes, pero que nosotros tampoco hemos defendido.

Somos flojos a la hora de trabajar por los demás y lo triste es que a eso hemos sido llamados. No es  ir a la iglesia a figurar, para que nos vean como a los Fariseos en los templos de la antigüedad, hemos sido llamados para dar a conocer el rostro de Jesús en el mundo, a cuesta de lo que sea. Trabajando por los más necesitados, ayudándolos, protegiéndolos, defendiéndolos. He trabajado con Laicos muy comprometidos que entregan su tiempo para orar y honrar a Dios, pero que también, calladitos, hacen grandes labores en su parroquia, se preocupan por el templo, sus facilidades, ayudan al párroco, consiguen recursos, colaboran en la administración, dictan charlas, evangelizan niños y adultos, etc., etc., pero son pocos son los que se activan en la gestión pública, civil y política.

Tal vez sea el paradigma al que la propia Iglesia nos ha llevado, a través de sacerdotes que no han entendido la función del Laico y que nos ven como un simple apoyo, pero es responsabilidad nuestra aclarar y enderezar ese entuerto, con habilidad y mucho amor. Tampoco es para que actuemos como algunos que se creen dueños del templo y que quieren tener más poder que el párroco, esos son unos fanáticos. El párroco es el encargado, el responsable de la Iglesia y él decide lo que se hace, “nuestra labor es la de colaborar a su lado, no debajo, pero tampoco encima de él” y conversar con él de sus errores, como a cualquier otro hermano cuando en ellos incurre. Los párrocos también son seres humanos.

Si los Laicos Comprometidos o un buen Fiel Cristiano, que tiene respeto por sus hermanos, por sus semejantes, que tiene claros sus principios, que confía en Dios y pide constantemente sabiduría al Espíritu Santo, que sabe como “huir” de las tentaciones (mi amigo, que ya está con Dios, el Padre Ángel Leonardo Villalobos decía: “A las tentaciones no se combaten, se les huye, solo Jesús pudo vencerlas”), que no necesita poder, ni dinero mal habido, si esa persona normal, porque las mencionadas características las tienen muchas personas que conozco, participaran en política y siempre fueran opositores al maltrato, la corrupción y las injusticias, este sería un mundo mejor.

El problema no es lo malo que hacen las personas malas, que son minoría, el verdadero problema está en la mayoría, que son los buenos, pero que no lo demuestran con acciones.


Eduardo J. León Hernández
Barranquilla
Abril 04, 2.017
   

lunes, 3 de abril de 2017

DIOS NUNCA LLEGA TARDE

Todos, en algún momento, unos con más frecuencia que otros, pedimos a Dios que nos resuelva algún problema o nos haga un milagrito, pero si se tarda o no aparece cuando nosotros queremos, empezamos a renegar o decimos que Dios nos ha olvidado. Con qué frecuencia nosotros lo buscamos a Él, solo cuando lo necesitamos? Realmente le creemos y confiamos en su misericordia? No sé, cada quien que se responda.
                    
Es histórico el abandono que el hombre hace de su espiritualidad y por supuesto de su fe, podemos verlo en la literatura, en la propia biblia, el comportamiento del hombre casi siempre ha sido de duda y desesperanza ante Dios. Veamos lo que ocurre en el pasaje donde el apóstol Juan habla sobre la resurrección de Lázaro, amigo de Jesús, al igual que sus hermanas Marta y María, este evento nos da un ejemplo de confianza en Dios, pero también de incredulidad, de desconfianza.
                              
A Jesús le comentan que su amigo Lázaro estaba muy enfermo, a punto de morir y Él les dice que no se preocupen, que Lázaro no morirá y muy por el contrario, lo que va a ocurrir será para confirmar el plan de Dios. Jesús se tarda dos días mas y finalmente decide volver hacia Betania, situada en el área donde ya habían querido acabar con Él, su discípulo Tomas, dice: acompañémoslo, para morir con él. De quien habla Tomas? Morir con Jesús o con Lázaro? No lo dice la escritura, pero para él, alguien moriría.

Al llegar cerca del pueblo de Lázaro, Marta lo alcanza antes y le dice: Señor si hubieses estado aquí, mi hermano no hubiera muerto, lo mismo le dice María quien vino un poco después a recibir a Jesús. Juntos se van a la tumba donde reposa el cuerpo y los acompañan los que les estaban dando el pésame. Lo demás es conocido, Jesús le pide a Lázaro que salga de la tumba y este, atado de pies y manos, con un sudario en la cara, camina y abandona la cueva, resucita por obra de Dios. Llegó tarde Dios?, pues no, Él llegó a tiempo, a su tiempo y cumplió con su amigo y con su familia.

Se me antoja decir que algo así nos pasa con frecuencia, como las cosas no ocurren como nosotros queremos y en el tiempo que nos gustaría, algunos perdemos la esperanza, otros renegamos de Dios y el resto buscamos otras vías. Un grupo, con cierta resignación y confortados, decimos como Marta, no llegaste a tiempo, pero mi hermano va a estar bien; otros como dijo Tomas, vamos a morirnos con él, ósea no esperamos nada bueno; algunos vamos como curiosos, a ver qué pasa; y por último, dice la palabra que muchos creyeron, no dice que "todos" creyeron, porque así éramos y seguimos siendo. Vemos los milagros, sabemos que pueden ocurrir, que ya antes los hemos recibido, pero aun así, no creemos, mucho menos confiamos.

Mi pueblo está igual, a un paso de lograr ser resucitado, pero está muy desesperanzado. Laureano Márquez, el gran humorista y politólogo venezolano, dice que una vez el diablo vendió todas sus herramientas, menos la desesperanza, esa capacidad mal sana que el demonio utiliza para dejarnos vacíos y llevarnos a no creer en nada, a perder la confianza y la esperanza en Dios, en nuestros semejantes y en nosotros  mismos. Esa vieja herramienta, muy desgastada por su uso, pero fabricada con un endemoniado material, que al unirse con nuestra falta de fe, se potencia, se reactiva y corta más que un bisturí de diamantes. Esa desesperanza es la que está matando a mi pueblo.

Esa actitud derrotista, indiferente, mediocre e indolente es la que no permite, que el más rico y bello país de la tierra, donde Dios se lució y entrego todo lo mejor que tenía, hoy esté sumido en la más terrible miseria y nosotros, su pueblo, esperando que Dios o cualquier país, organización, persona y algunos, creo que hasta aspiran, que vengan seres extraterrestres a salvarnos, porque no tenemos fe en Dios, no confiamos ni siquiera en nosotros mismos.

Lázaro murió, sus hermanas que creían y confiaban en Dios, le imploraron a Jesús y en el momento que correspondía ocurrió el milagro, pero aun así, algunos no creyeron.

Hermanos, paisanos, coterráneos, amigos míos, por favor, despertemos y ayudemos un poco a Dios. Permitamos que Él vea que tenemos confianza, que sentimos que Jesús también es nuestro amigo, dejemos la desesperanza, que a veces también se confunde con la pereza, quitémonos las ataduras de pies y manos, removamos el trapo que cubre como nuestro rostro y no nos permite ver, que nos asfixia, que nos enmudece y al igual que Lázaro, salgamos de esa tumba, que ya tiene un desastroso olor a muerte.

Dios nunca llega tarde, los impuntuales somos nosotros.

                                           

Eduardo J. León Hernández 
Barranquilla
Abril 03, 2017 


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