jueves, 30 de noviembre de 2017

HUIR, ESCAPAR O BUSCAR UNA SALIDA


Estas frases parecen lo mismo, pero no lo son.

Huir: Alejarse precipitadamente de un lugar o de una persona, por miedo o para evitar un daño o un peligro. 
Escapar: Salir de un lugar en que se está privado de la libertad o en peligro. 
Buscar una salida: Pasar del interior de un lugar al exterior.

En los últimos tiempos se ha hablado de la condición y razones de los muchos venezolanos que hemos salido del país. Algunos dicen que huimos, otros que escapamos, yo digo que buscamos una salida.

Para definir un poco mejor lo que yo entiendo como huir y cuando ocurre esto, traigo un ejemplo. En una oportunidad un sacerdote muy amigo, hablando en la celebración eucarística sobre la tentación, dijo a los feligreses lo siguiente: "Le pregunto a los hombres que están presentes, mujeres, ustedes no se preocupen, solo ellos pueden caer en tentación (la cara de ironía que puso era genial). Si en algún momento, ustedes se encuentran en la calle con Norkys Batista y ella los invita a montarse en su Mercedes descapotable, para fugarse los dos solitos a un hotelito escondido en las montañas de los andes y pasar allá un fin de semana, que harían? "

En ese momento un pendejo cayó en el juego del padre y le dijo: "Yo le pediría fuerzas al Espíritu Santo para alejar esa tentación. Otro mencionó: Nunca le he sido infiel a mi mujer y no sería esa tipeja la que me haría pecar. Antes de que siguieran las sandeces y con el ánimo de no volver aquello en una gallera, el padre les dijo: Saben cómo es la vaina, les voy a dar un consejo. Ustedes no son Jesucristo que venció a las tentaciones del diablo. Si eso les pasa, cosa que dudo, pero bueno, es solo una suposición, un ejemplo; lo mejor es que huyan como unos cobardes. Primero porque esa es una tentación terrible de vencer y segundo, porque si caen, en especial vos viejito, le dijo señalando al mayor de los que habló, lo que vais es a pasar pena". Se reventó una carcajada brutal de entre los más de 400 presentes. Ese es un ejemplo de cuando es el momento en el que se debe huir sin pensarlo, de cuando verdaderamente es mejor actuar como un cobarde.

Escapar, es lo que hizo Antonio Ledezma en estos días, que se le piró a la narco-dictadura. Es lo que hace un secuestrado que ha sido privado de su libertad, cuando tiene la primera oportunidad y puede aprovechar el descuido de sus raptores. Es la acción riesgosa que emprende alguien para evadirse de una prisión y de un posible daño.

Buscar una salida, es otra cosa. Es analizar y pensar que hacer, evaluar a donde ir, de qué forma actuar para irse a otro lado. Con temor, pero sin miedo. El temor te pone alerta, agudiza tus sentidos, el miedo, a veces te paraliza; aunque la línea entre ambos es muy delgada y no sabes en qué momento se pasa de uno al otro. Se buscan opiniones de quienes ya lo han hecho, se evalúan costos y requisitos. En fin, es parte de un plan, que lamentablemente no siempre es exitoso, pero siempre muy doloroso.

Dejar su país y especial el nuestro, es una vaina bien complicada. Duele en el alma, así tengas el mejor trabajo y excelentes ingresos estando afuera. Muchos de los que hemos salido, dejamos allá a nuestros padres. Quienes normalmente es gente ya mayor, que hoy día sufre buscando, sin poder conseguir muchas veces, comida y medicamentos; algo básico para cualquier ser humano de la edad adulta prolongada (mi mamá se molesta cuando le dicen que es de la tercera edad). 

Saben que es duro, que me duele cada día, cuando pongo comida en mi boca o me tomo cualquier bebida, que pude comprar donde me dio la gana. Siento mucha tristeza pensando que quienes me dieron el ser, a lo mejor esa noche no hayan podido probar bocado y que no te lo van decir, cuando puedas hablar con ellos por teléfono. Se aguantan el comentario y su hambre, solo para no preocuparte. Ese es un solo ejemplo de lo que padecemos quienes tomamos esta salida. 

Muchos que viven fuera, son muy criticados porque se toman fotos a cada rato y las publican en las redes, ellos tienen todo el derecho de hacer eso. En especial si tienen niños; si los sacaron de ese infierno, no deben obligarlos a vivir en otro, pero ciertamente hay que tener mesura. Nuestro país vive de luto, muchos mueren cada día por la terrible condición del país, a muchos de nosotros, gracias a Dios, no nos ha tocado eso, aun. También esas fotos, en ocasiones, han servido para extorsionar a los que quedaron en Venezuela, los malandros saben, por esas mismas fotos, que en muchos casos reciben ayuda desde afuera. Eso ocurre con más frecuencia de lo que se piensa.

En meses pasados, cuando tuvimos las fuertes protestas protagonizadas por los valientes jóvenes guerreros, donde muchos perdieron la vida, resultaron heridos o fueron tirados a una cárcel, alguien me invitó a un sitio, a un festejo y le dije que no iba, que no me sentía con ganas de ir; que para mí no era fácil divertirme de esa manera cuando había luto en mi país. Esa persona me dijo, que me dejara de esa falsa moral, que tenía que aprender a vivir con eso. En ese momento no supe si meterle un coñazo o darle un abrazo por su franqueza; aún hoy no lo sé. No pude aclararlo a tiempo, sencillamente me fui.

Viendo la vaina desde otro lado, se estima que somos unos dos millones las personas que estamos fuera del país, pregunto: si todos estuviéramos allá, no sería más crítica la hambruna? Además, si como mencioné antes, le restamos la gran cantidad comida y dinero que han estado enviando los venezolanos desde el exterior, no sería mayor el caos?. En los estados Unidos y otros países donde está concentrada la diáspora venezolana, se han creado nuevas empresas solo para cubrir ese nicho de servicios, al igual que lo han hecho algunas empresas del área farmacéutica.

También son invaluables las informaciones, hechos y eventos que ocurren en nuestro país, que se han dado a conocer en el resto del mundo, gracias a lo que expresamos quienes estamos fuera, quienes queremos a nuestro país libre de nuevo. 

Yo no sé si será el hambre o el miedo, si serán las ganas de huir (aunque hay muchos que huyen de esa realidad metiendo la cabeza en un hueco como el avestruz) o el querer escaparse de esa tiranía, lo que hará despertar al pueblo. Yo pido a Dios cada día que nos ayude a todos, a los que están adentro sufriendo y a quienes también sufrimos desde afuera; siempre le pido la claridad para buscar y conseguir, una salida de esta real y cruel pesadilla.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 30, 2.017

martes, 28 de noviembre de 2017

COMO SE NEGOCIA UN SECUESTRO


Mi país parió y preparó muchos profesionales en esta materia. Muchos estaban en la extinta Policía Técnica Judicial, mejor conocida como  PTJ, catalogada en sus tiempos, como una de las mejores policías científicas del mundo, a mí me consta. Tengo amigos y compadres que se formaron allí, algunos ya se fueron de este mundo y se lo que hacían y hasta como, son parte de mis vivencias. No eran ni son santos, excepto por el Mozo, creo que él era un PTJ único, diferente.

El hecho es que los integrantes de este cuerpo, siempre sobresalían en su actuar, algunos fueron terribles y malos seres humanos, como en toda organización que se compone de hombres, pero en su mayoría trabajaban "dentro de la Justicia", otro día hablaremos de eso.

Tuve la oportunidad de conocer muy de cerca a algunos PTJ que destacaron en su época, algunos de ellos expertos en secuestros y extorsiones, de quienes algo aprendí, escuchándolos y siguiendo sus actuaciones.   

En un secuestro clásico hay tres actores básicos: La víctima, el secuestrador y un tercero que participa para resolver el problema, bien sea pagando el rescate exigido o liberando al secuestrado. Puede haber muchísimas variantes, dependiendo de las motivaciones del evento y la cualidad de los involucrados.

Recuerdo varios secuestros famosos de entre tantos: El del Urológico San Román, en Caracas (Enero 1991), el avión de Air France secuestrado y llevado a Entebbe, Uganda (Junio 1976) y la toma de la casa del embajador de Japón en Lima (Diciembre 1996). Estos tres eventos con diferentes motivaciones, con actores de niveles e intenciones de liberación mucho más claras en unos casos, así como apoyos y representatividades bien definidas.

El secuestro en San Román, fue una desgracia que se produjo después de un intento de robo a una residencia. Dos ladrones aprovecharon la puerta abierta de una casa e irrumpieron en ella, mientras un cómplice permanecía en el vehículo fuera de la vivienda. Una vecina se da cuenta de lo extraño de la situación, trata de comunicarse con los propietarios de la casa y ante la imposibilidad de lograrlo, llama a la policía la cual acude al sitio. El conductor del vehículo, al ver una patrulla de la policía entra en pánico y abandona el lugar a pie. Los que están dentro, también detectan a los “pacos” y deciden salir por la puerta trasera, tomando un sendero que los lleva al  Urológico, donde toman como rehenes a cinco mujeres al no poder escapar.

La policía ya estaba en el lugar, andaba cerca buscando llegar a la casa, tal vez por la misma vía tomada por los malandros y comienza la función. En principio hubo algunos disparos que no causaron ningún daño. Luego los secuestradores empezaron sus exigencias, pidiendo un vehículo y la presencia de un fiscal del ministerio público. 

Tras muy pocas horas de negociar, les entregaron un primer vehículo rústico de dos puertas, el cual abordaron los dos delincuentes, usando como protección el cuerpo de las cinco rehenes, pero no pudieron encender el vehículo, no era la llave correcta; se había hecho así a propósito, para ganar tiempo, dijo uno de los funcionarios posteriormente entrevistado. Minutos más tarde, que se convirtieron en horas para todos, ya que esos eventos estaban siendo transmitidos en vivo por la televisión, el Comisario Alberto Morales les llevó otro vehículo, esta vez de cuatro puertas y de nuevo las siete personas se metieron en esa caja con ruedas.

Antes de poder encender el motor, se produjo una balacera, quedando los dos secuestradores muertos. Pero también dos de las rehenes, una en el acto y otra después de días de agonía, igual que dos funcionarios policiales.

En el hecho puede apreciarse que reinaba la confusión (hay vídeos en youtube) y las investigaciones arrojaron que dada la improvisación e intervención de tantos organismos policiales, la operación de rescate había fallado. Gente no preparada que estaba en el sitio actuó sin estar autorizada y algunos que conocían bien este tipo de situaciones y tenían el valor y "el equipo" para enfrentarlas, no fueron escuchados. Es el mejor ejemplo de como un diálogo o negociación, llevado a cabo por gente no preparada para ello, puede traer consecuencias fatales. El interés personal, el protagonismo y la falta de sindéresis tuvo mucho que ver en esto.

En el caso de Uganda, un grupo de fanáticos del frente palestino de liberación, parte del ala extremista de la OLP, secuestraron un avión que iba de Tel-Aviv a París; primero fue desviado a Libia y finalmente llevado a Entebbe, Uganda, país que manejaba el tirano idi amin (todos los nombres de tiranos y grupos de asesinos, yo los escribo en minúscula). Iban 248 pasajeros y 12 tripulantes, a quienes retuvieron en el aeropuerto; finalmente liberaron una gran cantidad, dejando solo a 105 ciudadanos Israelíes y judíos de otras nacionalidades. 

Las exigencias de los secuestradores, que se estiman llegaron a ser unos ocho (habían cuatro provenientes de las fuerzas pro-palestinas apoyadas por amin, que se unieron en el aeropuerto), e incluían, entre otras, la liberación de varios terroristas presos, principalmente en Israel y en otros cuatro países.

Este secuestro se inició el 27 de junio y finalizó el de 04 de julio de 1.976. La noche de ese día, más de 100 hombres debidamente entrenados del ejército Israelí, junto a vehículos y equipos médicos, fueron transportados en varios aviones, algunos de los cuales servirían de transporte para los rehenes al ser liberados. El viaje fue hecho directamente desde Israel a Uganda, volando a la más baja altura posible. En el ataque directo participaron 29 comandos, liderados por el Teniente Coronel Jonatán Netanyahu, hermano del actual primer ministro de Israel, siendo este el único militar israelí muerto durante la operación. Tres de los rehenes fallecieron y otros diez resultaron heridos. La operación completa duro 53 minutos, el asalto solo 30 minutos, siete secuestradores presentes murieron junto a unos 45 soldados ugandeses que custodiaban el aeropuerto. Durante el rescate 11 cazas MiG-17 de la Fuerza Aérea de Uganda, fueron destruidos en tierra.

La diplomacia fue utilizada en este secuestro, varios países que podemos llamar neutrales trataron de interceder, la ONU hizo lo propio (¿?), pero finalmente, ante la amenaza inminente de muerte de los rehenes y la imposibilidad de liberar a los terroristas presos, Israel decidió rescatar a sus ciudadanos de las manos de sus secuestradores. Nunca hubo diálogo directo.

El dictador ugandés ante la ONU, pidió castigar a Israel por haber entrado a su territorio. A su vez, en su discurso ante el Consejo de Seguridad, el embajador israelí Chaim Herzog dijo: 

  • Nosotros venimos con un simple mensaje para este Consejo: estamos orgullosos de lo que hemos hecho porque demostramos al mundo que para un país pequeño en las circunstancias de Israel, las cuales a los miembros de este consejo les son por ahora muy familiares, la dignidad del hombre, la vida humana y la libertad constituyen los valores más altos. Estamos orgullosos no solo porque hemos salvado la vida de más de cien personas inocentes - hombres, mujeres y niños - sino también por el significado de nuestro acto para la causa de la libertad humana.


En la residencia del embajador de Japón en Lima, el día 17 de diciembre de 1.996, catorce terroristas del movimiento túpac amarú tomaron a más de 800 personas como rehenes, quienes estaban allí como invitados del embajador para una celebración especial. Al final de esa misma noche, solo 72 personas quedaron como rehenes, ya que fueron liberados los demás, incluyendo a todas las mujeres. El secuestro duró 125 días, el día 22 de abril de 1.997, las fuerzas del ejército peruano, tomaron por asalto la residencia en cuestión, liberando vivos a 71 de las personas secuestradas, una de ellas murió en el evento. En el ataque fallecieron dos comandos y todos los terroristas.

Entre los setenta y dos rehenes que vivieron ese cautiverio, había siete miembros del poder judicial, seis congresistas, once miembros del poder ejecutivo, veinte empresarios y académicos, veinticinco embajadores y diplomáticos de más de 19 países, entre los que destacan Canadá, Austria, Alemania, Bélgica y por supuesto el anfitrión Japón. También un sacerdote jesuita de nombre Juan Julio Wicht Rossel, quien decidió quedarse a pesar de haber sido liberado por los terroristas.

Durante esta crisis de rehenes, que duró  un poco más de tres meses, hubo muchos diálogos, en ellos participaron diferentes países y actores. Era una situación complicada, porque a pesar de que el evento ocurría en suelo peruano, el área era parte de Japón, por la cobertura de la legislación que ampara las relaciones diplomáticas. 

Perú no podía actuar por sí solo, tenía que conversar con el dueño de la casa. Finalmente, luego de muchos intentos diplomáticos, de lo que hizo la Cruz Roja y muchos otros actores, al no lograr una solución pacífica y haber preparado el terreno para una incursión militar, esta se llevó a cabo, con los resultados que ya leímos arriba.

Mucha de la información detallada en este escrito fue tomada de la lectura de prensa de la época, de Wikipedia y de otros medios, como vídeos y declaraciones de muchos funcionarios.  En ninguno de los casos tomo partido, ya que obviamente no tuve nada que ver en ellos, pero si son mías las calificaciones de malandros, tiranos, dictadores y terroristas a quienes considero que lo fueron y lo son.

Mi interés en esta narrativa es mostrar tres ejemplos, tres diferentes tipos de secuestro.

Uno que se resolvió el mismo día, pero de manera para mi improvisada, sin ayuda, sin atender a las prácticas recomendadas para ello. Un evento que podía y debía ser dirigido por gente conocedora del tema, sin interés de ser protagonistas, de querer ganar privilegios a cuesta de lo que sea; allí había gente que sabía lo que debía hacerse y no se le permitió participar o fue ignorada. Hay que reconocer que algunos policías hicieron muy bien su trabajo y hasta dieron allí la vida, otros la arriesgaron por su pasión y el interés de salvar a los rehenes. No hubo tiempo de diálogo? No se podía hacer otra cosa por las condiciones que prevalecían? Era mejor esperar y tratar de seguir ganando tiempo? Yo no lo sé, no lo viví, solo sé que murió la mitad de los rehenes. También pudieron haber muerto todos a manos de los secuestradores. 

En el caso de Entebbe, el gobierno de Israel sabía que su gente estaba en manos de fanáticos y era un tema de enfrentamiento de países, una guerra histórica, un asunto de orden religioso. Además, por ser imposible cumplir con lo exigido por los terroristas, para Israel la muerte de los rehenes era prácticamente un hecho; los que hemos leído un poco sabemos quién era idi amin y lo que era capaz de hacer. Solo como corolario: Dora Bloch, una inmigrante judía británica de 75 años, hospitalizada en un centro de salud de Kampala, capital de Uganda, fue sacada a rastras de su cama y asesinada por orden de ese tirano en venganza a la acción de liberación. Igualmente sabemos que el ala terrorista de la OLP era implacable, fanática y sus miembros unos fundamentalistas completamente desquiciados.
   
En Perú la cosa cambia, hay una acción, quirúrgicamente realizada, pero en cooperación y con la ayuda de los países cuyas fuerzas armadas tienen las destrezas. Había muchos países representados allí dentro de esa mansión. Muchos funcionarios del gobierno, congresistas y empresarios. Hasta uno que fue presidente del Perú posteriormente estaba allí dentro. También un cura, que se quedó a orar por todos, prefirió "darse", sin miedo, a pesar de haberse podido ir. Era una decisión muy difícil de tomar, Fujimori agotó los diálogos posibles, preparó a su gente para lo peor y al tener la luz verde de todos, actuó.
    
Tres secuestros, tres actuaciones, diferentes circunstancias, finales similares. Unos con más pérdidas de vida que otros. En todos cayeron los malandros, los secuestradores, los terroristas, los que quisieron alcanzar algo, usando como mercancía, tomando como escudo, la vida de seres inocentes.

Tratar con malandros, narco-dictadores, terroristas, tiranos, no es cosa fácil. Mas si tienen poder económico, armas y cuentan con el apoyo de países que viven de la intriga, que son chulos revolucionarios. Un narco-estado que cuenta con una fuerza militar interna comprada, que tiene el apoyo de la narco-guerrilla más poderosa y rica del mundo y una pequeña parte de la población embrujada, a la cual le han sembrado el odio en su corazón, difícilmente va a cambiar su actitud y reconocer sus errores en un diálogo. 

Estos no solo son malandros, son fundamentalistas algunos, temerarios asesinos otros, practicantes de la brujería la mayoría, son muy ricos todos los de la élite, tienen sus cuentas muy buchonas, como diría un maracucho, le cogieron el gusto a los placeres de los oligarcas. Esperan eternizarse en el poder, crear una narco-monarquía, con varios virreinatos en el mismo país. Ellos hoy se sienten dioses, pero en el fondo saben que son unos demonios y lo disfrutan, muchos también saben y sienten, que de una u otra forma, más temprano que tarde lo van a pagar. I hope so.

Negociar un secuestro no es tarea fácil. Dialogar con enfermos, con mentes muy hábiles y retorcidas, con individuos que si han sido entrenado para hacer el mal, sin ceder, manipulando por todos los medios y con la habilidad de poder mantener cualquier mentira sin inmutarse, es de verdad complicado. Un dialogo con ellos, sencillamente es solo un show, donde te van a enseñar la llave de un rustico de dos puertas, que tu sabes que no te van a entregar y si la llegas a recibir el carro no va a prender, de hecho, ya eso lo han hecho.

Dialogar con esos delincuentes, que ya están a nivel de los dementores “las fantasmagóricas criaturas más nauseabundas del mundo. Que infestan los lugares más oscuros y sucios. Disfrutan con la desesperación y la destrucción ajenas, se llevan la paz, la esperanza y la alegría de cuanto los rodean. Si alguien se acerca mucho a un Dementor, este le quitará hasta el último sentimiento positivo y hasta el último recuerdo dichoso. Si puede, el Dementor se alimentara de él hasta convertirlo en su semejante: un ser desalmado y maligno. Lo dejara sin otra cosa que las peores experiencias de su vida” (Tomado de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban), es muy peligroso. No puedes hacerlo solo, tampoco acompañado de gente que no tenga la fuerza y la sabiduría necesaria, hace falta la verdadera fe del sacerdote del Exorcista, la inteligencia y buen corazón de Harry Potter, la fuerza y valentía de Bruce Willis en Duro de Matar y la locura y entrega de Mel Gibson en Arma Mortal.

Si, parece una película y es lo que estoy describiendo. Una terrible película que se filma cada día, pero que contiene actores reales, que siguen muriendo a manos de tiranos locos, que pueden bailar sobre los cadáveres de sus rehenes, sin tener ningún tipo de remordimiento. Que pueden asesinar a una anciana sin tener que sacarla de la cama de un hospital, como idi amin, que también son capaces de jugar fútbol y divertirse frente a sus rehenes, como hacían los terroristas en Perú cada tarde. 

Celebran y bailan sobres los muertos el día de su cumpleaños, pero todos los malos, al final, caen como los secuestradores. Creo que en su momento, no habrá de otra.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 28 de 2.017    

sábado, 25 de noviembre de 2017

CUANDO UN AMIGO SE VA


"Cuando un Amigo se va, queda un espacio vacío, que no se puede llenar, con la llegada de otro amigo. Cuando un Amigo se va, queda un tizón encendido, que no se puede apagar, ni con las aguas de un río".

Es parte de una canción que he escuchado de Facundo Cabral y versionada de forma magistral por Ricardo Montaner. Una bella canción que resalta la importancia que tiene un amigo en nuestra vida y que regularmente solo apreciamos cuando se van, cuando mueren, cuando se unen a la Gloria de Dios.

Estas situaciones son muy duras y más aún cuando se van de repente, siendo joven, sin enfermedades aparentes, sino que por el contrario, se van teniendo tantas ganar de vivir, de hacer todo lo que podían por el prójimo, por su país.

En los últimos años he perdido grandes Amigos, varios de ellos ya un poco mayores; más que amigos fueron especiales mentores. 
  • Primero mi Tío Félix, mi compadre, el marinero de una sola novia, un ser increíble, trabajador, humano, familiar, siempre atento a ayudar y sumamente práctico. El que tomaba whiskey, con coca-cola. No frenaba en los huecos, aceleraba para no caer en ellos.
  • Después se fue J.J. Marzuola, alguien de quien aprendí muchísimo, me dejó ver que la felicidad no está en el dinero, que ayuda mucho, pero que no es la esencia de la vida. Me enseñó a pescar, pero no solo peces, también amistades y negocios. Con él aprendí a conocer a la gente, a la buena gente; enseñanzas que son indescriptibles a través de unas letras. 
  • Luego mi compadre, el de los viajes cortos, mi hermano y compañero de tantos momentos agradables, padrino de mi matrimonio, el pana Ascanio Calles. Un hombre excepcional, que siempre estaba alegre, unas veces más que otras, quienes lo conocieron saben a qué me refiero. Una persona siempre atenta a escuchar y a dar sus puntos de vista, radicales algunos, pero siempre muy sinceros. Amante de las rancheras, de un buen asado, de un boca-chico relleno o de un armadillo en brasa. Alguien muy especial para mi familia y para mí; tuve el gusto de ser quien lo llevara a sacarse su última cédula de identidad, pocos días antes de morir. Me dijo que lo ayudara en eso, porque no quería irse al cielo indocumentado. 
  • También mi pana Arévalo Guzmán Reyes Blanchard, el hombre de los cuatro apellidos, un caballero, muy atento con nosotros, esplendido, humano, siempre tenía tiempo para escucharme y darme sus consejos. Desde hace muchos años no pago hotel en Caracas, me consideraba tan cercano, que prácticamente me asignó un cuarto en su casa. 
  • Y don Jesús Cabrera, mi amigo Jesús. Compañero de iglesia, de retiros, de lecturas. Sencillo y profundo pensador, educador, humilde, agradecido, sincero como pocos, un hombre lleno de Dios que estaba pendiente de los amigos, siempre tenía una sonrisa y una bella palabra para todos, pero con un carácter muy maracucho, que no dudaba en aflorar cuando era necesario. 

Para mí fue, es y será un honor haber sido amigo de estos Señores, a quienes con estas pocas letras les rindo un pequeño homenaje.

En un Noviembre como el de hoy, de hace ya tres años, se me fue otro buen amigo. Alguien a quien conocí y traté, digamos, por poco tiempo, pero logramos una extraordinaria cercanía, una muy buena amistad, él era como ese hermano en el que podías confiar, no por su título, sino por quien era. El Padre Ángel Leonardo Villalobos, con apenas 50 años vida y casi 25 de sacerdocio, sencillamente, se nos fue al cielo en menos de dos semanas. Ángel Leonardo, cuya muerte inesperada nos atrapó a todos sus amigos y feligreses en una bruma, en un no entiendo, en un qué pasó. En esa sensación de descontento, tristeza y consternación que aun a esta fecha, algunos no entendemos, ni aceptamos. Creo que muchos, lo sentimos vivo.

Ángel Leonardo llegó a nuestras vidas un día cualquiera, cuando los Misioneros del Sagrado Corazón, tomaron la difícil y triste decisión (para ellos y para todos) de entregar la Parroquia Santísimo Sacramento a la Arquidiócesis de Maracaibo. Duro trabajo el de él para integrarse a nuestra comunidad, ya que habían sido muchos años con los MSC, es especial con los Padres Vicente y Tomas, pero no tuvo complejos, ni dudas y se volcó a su gente con ese entusiasmo propio que lo caracterizaba; en especial en los jóvenes que siempre fueron sus amigos, sus predilectos. Defensor de las causas justas, acérrimo crítico del gobierno, a quien denunció en cada espacio que pudo, en cada sermón que cabía, en cada comentario que pudiera hacer.

Una mente preclara, que podía dar los mejores consejos y hacernos más llevadera la vida, cuando nos acercaba a Dios y a la verdad, con sus palabras de aliento. Severo cuando debía serlo, pero con mucho respeto. A nuestro grupo de Laicos MSC, quienes a pesar de haber quedado huérfanos de guía espiritual, nos mantuvo en nuestro sitio y nos brindó el apoyo para permanecer en la Parroquia, sé que hablo por todos los integrantes, siempre le estaremos agradecidos por acogernos y sobre todo defendernos cuando fue necesario.

Desde el Grupo Familia, movimiento que nació por su interés de tenderle una mano a los matrimonios formados y a quienes desearan constituir uno, también le damos las gracias por su visión, junto con la Sra. Nelly, de empujar esa obra. Ángel Leonardo, para mí fue alguien muy especial, como ser humano, como sacerdote, Mariano, un especial Amigo. En este Noviembre, tu mes favorito, te recordamos Ángel Leonardo, junto a tu excelsa Chinita.

"Cuando un Amigo se va, una estrella se ha perdido, la que ilumina el lugar, donde hay un niño dormido. Cuando un Amigo se va, galopando su destino, empieza el alma a vibrar, porque se llena de frío. Cuando un Amigo se va, queda un terreno baldío, que quiere el tiempo llenar, con las piedras del hastío. Cuando un Amigo se va, queda un espacio vacío, que no se puede llenar, con la llegada de otro amigo".

Gracias Ángel Leonardo por ser quien fuiste, quien aún eres y quien siempre serás.

Cuando un Amigo se va
Mi corazón sigue encendido
Pidiendo que esté con Dios
Quien es nuestro eterno Amigo.

Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 25, 2017

jueves, 23 de noviembre de 2017

GRACIAS A USTEDES LOGRÉ MI SUEÑO


Esas palabras las escuché recientemente en una celebración litúrgica en una parroquia a la que asisto regularmente. Las pronunció al final de la misa un joven soldado, quien mostró muy contento la prótesis que le habían colocado para completar su miembro inferior izquierdo, el cual perdió, por debajo de su rodilla, en uno de esos momentos terribles que tiene la guerra.

Ese joven estaba allí para dar gracias a Dios por el milagro de poder caminar de nuevo, se le veía muy feliz y no dejaba de agradecer a quienes, de esa feligresía, ayudaron con su aporte económico para lograr esa prótesis. También se dirigió a los presentes para pedir la colaboración para muchos otros, que al igual que él, también tienen el sueño de lograr ser “como antes”.

Ese cuadro que les dibujo en los párrafos anteriores ya lo había visto en otras ocasiones, pero no fue sino hasta la semana pasada que caí en cuenta de una triste realidad. Como es posible que el sueño de un hombre joven, quien perdió una parte de su cuerpo luchando por su país, por los mismos que estábamos presentes en esa eucaristía, tenga que ir a mendigar, a pedir dinero para recomponer su cuerpo y poder ser “como antes”? 

Más increíble aun, fue la impresionante cantidad de gente que miró hacia un lado, los que pasamos por el frente de otro joven que tenía en sus manos el envase, donde esperaban la colaboración para "recomponer" el cuerpo de otros jóvenes discapacitados, por culpa de una mina o un disparo; que indolencia tan grande. En esa iglesia podía haber más de 400 personas en ese momento y por la puerta por la cual salimos, abandonamos la iglesia más de 100; fue triste ver que solo unas pocas pusieron algo y vaya usted a saber el valor de lo aportado. Coño, de que estamos hechos ?

En primer lugar las sociedades están obligadas a socorrer a estos héroes, quienes además de que, por el hecho de ser los hijos de José y María, de los que no tienen real, son los que integran el ejército y la policía, son quienes dan la cara y ponen el cuerpo ante las minas y las balas. Estoy casi seguro, que ninguno de los feligreses que asisten a esa iglesia, tienen algún familiar en esas condiciones. Dije “casi”, ojalá esté equivocado y aclaro, que eso no solo ocurre en esa parroquia, ese comportamiento con seguridad se replica en el resto. 

El estado debe ser obligado a “reparar” a esas víctimas, a sufragar con recursos públicos los esfuerzos y riesgos de esos jóvenes, que encararon la muerte tan de cerca, que la vieron pasar, que se les paró al frente y hasta les toco el cuerpo, quitándole una parte. Y cuando hablamos de reparar me refiero, además de colocarles las mejores y más avanzadas prótesis disponibles en el mercado, también es lograr para ellos un trabajo digno, con el que puedan ganarse la vida y no solo una miserable pensión (si es que la logra), que no representa para nada el esfuerzo y sacrificio estos jóvenes. O es que ellos valen menos que un diputado o un gobernador? Esto debería ser parte del derecho internacional que ampara a los derechos humanos, no hay derecho a que esos seres, quienes regularmente provienen de muy humildes hogares, tengan que andar mendigando unas monedas para volver a ser “como antes”, como Dios los hizo. Para poder lograr su sueño.

Pero también nosotros somos culpables de ello. Primero por no evitar las guerras, producto de ambiciones perniciosas y egoístas, si es nuestra responsabilidad (recalco, nuestra, yo también voy en el saco) por la dureza de corazón. Por nuestra parcialidad egoísta y la avaricia, por nuestra desidia, por no considerar al otro, por no exigir nuestros derechos y también cuidar los de los demás; por no cumplir con nuestros deberes personales, familiares, ciudadanos y religiosos.

De que nos sirve ir a la misa, darnos golpes de pecho y después de haber escuchado un mensaje, tan claro como los que nos regala el Señor en cada eucaristía y en especial en esa parroquia, donde nos invitan a acercarnos a los demás, pero le pasamos por el lado a ese necesitado. Y estoy hablando en este caso de ese joven soldado (y tantos otros que se cruzan en nuestro camino a diario), no hacemos nada, ni siquiera le sonreímos o nos paramos a su lado mientras él esté allí, estoico, pidiendo una limosna. 

No somos capaces ni de escuchar su historia, de tomarnos unos minutos para al menos preguntarle que hace para vivir, como lleva ese sufrimiento, de qué manera sobrevive y si (a pesar de su desgracia) puede sonreír, faltándole una parte de su cuerpo. Saber al menos en que batalla perdió esa parte de su pierna o esa mano, donde y como fue el evento; a los héroes de guerra les gusta comentar sus acciones en el campo de batalla y nadie se preocupa por escucharlos. He allí la razón de mi tristeza y mi frustración, es producto de nuestro (repito nuestro) insensible comportamiento.

Yo no digo que vayamos por el mundo con una bolsa de dinero, para dar limosnas a todo el que cruza nuestro camino, esa no es la idea. Ni nos alcanza la plata, ni es la solución del problema. Muchos (más bien todos) necesitan ser escuchados, ser tratados como gente, alentados en sus deseos de superación y sobre todo, siempre esperan de nosotros, al menos una sonrisa. Eso, no cuesta nada, pero vale un montón.

Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 23, 2.017

EL SÍNDROME DE TOURETTE


Hace unos días, conocí del síndrome de Tourette por una excelente película que vi en la televisión. La misma versa sobre un niño, que a muy corta edad empieza a sufrir de esta enfermedad hereditaria, que le provoca movimientos involuntarios repetidos (tics nerviosos), acompañados de permanentes sonidos vocales, que en algunos casos incluyen palabras inapropiadas. Creció con ese desorden incurable, el cual se acentúa con la tensión o el estrés y que solo se detiene cuando duerme. Estudiar le era muy duro, no se podía concentrar para leer. Sufrió mucho por las burlas de sus compañeros en la escuela y luego en la universidad, por el rechazo de la gente, las miradas imprudentes, más los tratos desconsiderados de seres cercanos y maestros. Pero tuvo una madre que siempre lo apoyó, un director que le señaló un camino y lo más importante, una actitud positiva frente a su vida, marcada por ese desorden neurológico que no lo detuvo en su camino a la felicidad.

Se graduó de educador, ganó el premio como mejor maestro en su primer año de trabajo, conoció a una excelente mujer y como culmen de su carrera logró una maestría en enseñanza especial. Esta película está basada en una historia real, el maestro en cuestión vive y trabaja en una ciudad de los Estados Unidos y es imposible contarles lo que me transmitió esta historia y la excelente interpretación del actor, su humildad y valentía para lograr la aceptación inteligente de la enfermedad y su lucha para no dejarse vencer por ella. Los ojos se me empañaron varias veces, fue imposible evitarlo. La película se llama Al Frente de la Clase (Front of The Class) y es la vida de un excelente educador de nombre Brad Cohen, quien ha creado una fundación para ayudar a niños con el síndrome de Tourette. Pueden ampliar mas sobre este tema en www.classperformance.com.

Esta historia, en ese preciso instante que la vi, me llevó a pensar en mi país, en este síndrome neuro-social que vivimos, donde factores perturbadores nos afectan desde hace años. Lo contado en esa película, me aclaró la necesidad de comprender que es un mal que nos ataca y que necesitamos ser humildes para entender y aceptar que está allí, valientes para enfrentarlo y en nuestro caso vencerlo; porque a diferencia del síndrome de Tourette, el mal que padecemos si tiene cura.

Le doy gracias a Dios y a la vida por los tropiezos que ha puesto en nuestro camino, muchas veces esto hace falta, ya que de alguna manera han hecho salir sentimientos y sufrimientos escondidos que necesitan sanación. Le doy gracias al desgobierno nacional por no querer al Zulia, por no querer al país; esto nos ha llevado a  re-inventarnos, 
re-pensarnos y a unirnos para sobrevivir, para salir adelante, para defender lo nuestro. 

Los tic nerviosos que tenemos, los ruidos extraños (algunos obscenos) que hacemos cuando hay una absurda cadena de televisión, cuando vemos cada vez más niños en la calle y hambre en nuestro pueblo, cuando crece el número de enfermos sin cuidado, sin hospitales ni medicinas. Con malandros a granel sin nadie que les ponga coto, cuando palpamos lo que nos hace sufrir, cuando vivimos esta impunidad, sin un estado de derecho, cuando tenemos presos por pensar diferente y protestar; esto no hace otra cosa que fortalecernos y concientizarnos frente a este síndrome, este mal que nos aqueja.

Pronto lo vamos a neutralizar, no sé si lo podamos eliminar, es más, no sé si conviene exterminarlo por completo, ya que a veces es bueno tenerlo cerca, en nuestra memoria, pero sin rencores, para palpar como y cuanto nos ha dañado, para no permitir que ataque de nuevo.

Ayer domingo 26 dimos un paso excepcional en ese proceso de neutralización, avance que me enorgullece como Zuliano, porque poco a poco nos hemos unido cada vez más y hemos demostrado, que cuando hay unión, buena voluntad y fe en Dios, nada es imposible.

Como el niño de la película, hemos sobrevivido para empezar a vivir, ya nos graduamos de maestros ahora vamos a seguir haciendo la tarea y pronto, muy pronto, con esa cercanía que da la esperanza, haremos el postgrado y vacunaremos contra este mal a todo este bello país, utilizando como medicina nuestro ejemplo, nuestra dedicación, haciendo día a día la tarea, exigiendo libertad y justicia a todo nivel, y sobre todo, confiando en Dios.

El ayer es la historia que ya escribimos, el futuro es un misterio conocido solo por Dios, pero que debemos labrarnos hoy. Es en este momento en el que tenemos que actuar y es donde todos, sin excepción, debemos estar presentes.

Que La Chinita siempre nos acompañe a los Zulianos, a los Tachirenses, a los Anzoatiguenses, a todos los Venezolanos, para seguir dando lo mejor a nuestras familias y a este gran país, que Jesucristo tiene en un especial lugar de su corazón.

Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús, por siempre, Amen.


Eduardo J. León Hernández

Maracaibo, Estado Zulia
Septiembre 27, 2.010

Reeditado sin modificaciones en Barranquilla,
Noviembre 23, 2.017

PD: Recientemente tuve a un joven con esa enfermedad frente a mí y me hizo recordar este escrito. Es la primera vez que veo a alguien en persona con ese padecimiento y me afectó muchísimo, ya que por la pelicula conocía ese comportamiento y estuve sentado muy cerca de él en un restaurante. Sentir, conocer de su sufrimiento encerrado y vivir la incomprensión de la gente, fue verdaderamente triste.

Como pueden ver, este escrito es de hace siete años y aun no tenía mi blog. Ya en esa época venía destacando, como muchos, lo que hoy aqueja a nuestro país, hoy día con mucha más crudeza; ese maligno síndrome que aún no hemos defenestrado, pero que seguimos combatiendo.

domingo, 19 de noviembre de 2017

ZOMBIELAND

Las historias de zombis siempre han sido famosas. El Thriller de Michael Jackson, es el mejor exponente de este género o más aun, es el referente de este tipo de espectáculos, convertidos en una enorme variedad de películas, obras de teatro y musicales. Los zombis no son nuevos, existen películas y libros dedicados a estos muertos andantes desde antes de que la televisión fuera a colores. La definición de zombis es muy sencilla, seres que han muerto y que por razones demoníacas o por infecciones de terribles bacterias, toman vida nuevamente y deambulan por las calles, normalmente con un hambre exacerbada, que los convierte en caníbales.

Un thriller también es un género literario o cinematográfico, que denota suspenso; donde hay héroes y villanos, pero que sus tramas suelen ser complicadas, oscuras y hasta enredadas de entender hasta el final. Uno de los escritores que mejor han definido y dibujado, a través de sus escritos, este tipo de género es Stephen King, varias de cuyas obras han ido a la gran pantalla.

Los zombis son seres ficticios, no existen en la realidad, al menos yo no los he visto sangrando y comiendo gente en la calle, pero en muchas ocasiones si vemos personas que van por la vida “como un zombi”, caminando sin destino, hambrientos, con los ojos hundidos y caras de muerto. Eso es algo que se ha ido convirtiendo en un evento común y hasta lo hemos empezado a aceptar con mucha normalidad; demasiada diría yo. Ya no nos llama la atención como debería, ni nos genera pena esa condición humana. Muchas veces, simplemente los despreciamos y decimos que son locos, drogadictos, alcohólicos, gente de la calle, sin oficio; perdemos la perspectiva de que esa piltrafa humana realmente es, un resultado de la miseria de nuestras sociedades, o sea, de nosotros mismos.

También hay zombis estudiados (no es lo mismo que educados), con carro y bien vestidos, que tienen familia, casas y recursos económicos, pero que van por la vida como si los demás no existieran. Ellos nunca tienen hambre, pero son caníbales, no pierden oportunidad para echarle una vaina a cualquiera que se descuide, viven al acecho. Esos son más peligrosos que los sangrantes, porque no te dan indicios de lo que son hasta que te desgarran la vida y luego te chupan la sangre; si así mismo, cual vampiro.

En las películas, siempre hay un punto de inicio de esta tragedia, una bacteria que se escapa de un laboratorio o un muerto que es mordido por un ser maligno salido de las tinieblas. Al salir de sus tumbas y empezar a atacar al resto del pueblo, la bacteria o el mal, se esparce rápidamente, como gasolina regada en carretera de piromaníacos.

Hay países enteros que son así, hay regiones del mundo donde esta ficción es una realidad. Y no es un hecho nuevo, los zombis por hambre y los zombis miserables siempre han existido, pero no eran tan conocidos esos hechos como ahora, que los medios permiten saberlo. Lo triste es que en las películas, cuando se conoce la noticia de un estallido de zombis, las autoridades actúan, o de los mismos pueblos, hombres y mujeres valientes salen y luchan en las calles, en plena oscuridad, sin armas, sin saber cómo atacarlos, pero decididos a acabar con ellos. Es su vida y la de los suyos la que está en juego.

Mi bisabuela, Mama Aurora así le llamábamos, era una santa y cada vez que veía la hambruna que reportaban en Biafra se entristecía mucho y hasta lloraba. Esa pequeña nación formada por cinco estados de Nigeria, que por varias razones buscaron su separación, solo duró como estado unos tres años, en ella se estima que murieron, hace unos 50 años, más de un millón de personas, la mayoría de hambre. Mama Aurora siempre que escuchaba algo decía: “Quien tuviera un avión para enviarles muchas olletas de sopa” y Papa José, su esposo, mi bisabuelo le contestaba, “Aurora, si le enviáis sopa de la tuya, se mueren de tanta vitamina que tiene”, suena jocoso, pero era real.

El hambre y la sed que padeció la gente de Biafra, región que para esa época tenía unos 18 millones de habitantes, sumado por supuesto a la falta de atención médica, medicinas y la guerra, fue algo terrible. “Un dato que sirve para medir la dimensión de esa crisis: la movilización de transporte aéreo civil que se usó para aliviar la situación de hambruna fue la más grande desde el final de la II Guerra Mundial”, eso lo menciona BBC en un artículo de mayo de este año. Biafra era solo apoyada como nación por cinco pequeños países y algunos otros más grandes le daban apoyo financiero y en armas. Las imágenes de la hambruna de Biafra, son impresionantes. Los niños desnutridos, en brazos de sus madres, con unas poses cadavéricas dan dolor y espanto, algunas fueron muy famosas, tristemente reconocidas y destacadas en premios de fotografía periodística. Se puede pensar, que tomar y publicar esas fotos dan una satisfacción morbosa, pero no es así. Gracias a ellas, a los valientes periodistas que tuvieron y tienen la actitud heroica de cubrir esa y muchas otras guerras y a la fuerza que se debe tener en el estómago para tomar esas fotografías, se permitió que fuera conocido en todo el mundo, lo que en Biafra ocurría.

Indistintamente de que haya generado esa guerra, el hecho a resaltar es que quienes padecían el hambre y la sed, la enfermedad y la muerte eran niños, mujeres y ancianos, los más débiles. Ellos, junto a muchos hombres, fueron los que se convirtieron en zombis por hambre, por culpa de los zombis miserables. El reportaje de BBC antes mencionado señala que “Las imágenes de niños consumidos por el hambre en Biafra que fueron difundidas por televisión, le dieron la vuelta al mundo y llegaron hasta el presidente de EE.UU., que ordenó hacer algo al respecto”. Nixon dirigía  USA en esos momentos.

El país de donde vengo, el que me vio nacer y donde espero poder morir cuando me toque, se ha convertido en un país de zombis. Por un lado el hambre, si amigos el hambre; la gente de unos de los países más ricos del mundo anda a diario por las calles buscando comida, muchos no la consiguen ni teniendo dinero para comprarla, porque en algunas zonas ya ni llegan provisiones. Otros ya no tienen con qué y viven de la caridad, pero tampoco hay mucha, por lo que se ven forzados a comer de la basura. La falta de medicinas, de servicios médicos y la inseguridad, hacen de Venezuela un sitio más peligroso que la Biafra de los años 60, a pesar de no haber una guerra declarada. Han vuelto enfermedades que estaban erradicadas, alimentos que antes eran consumidos a diario, ahora son un festín, enfermedades tratables comúnmente y que normalmente no son un riesgo que conlleve a una pérdida de la vida, han tomado más víctimas que cualquier conflicto armado.

Esta semana, con mucha tristeza veía un video, donde una señora relataba que ella había perdido su único de riñón, por no contar desde hace meses con el tratamiento necesario para el trasplante que recibió; la señora murió dos días después de la grabación. El hermano de una amiga, diagnosticado tardíamente con un cáncer agresivo, está sumamente delicado y han iniciado una campaña para recaudar fondos y poder ir al exterior, donde le ofrecen una esperanza de vida. La lectura diaria de las redes sociales, donde una de las cosas más comunes es la solicitud de medicamentos, algunos sumamente básicos y que otros países prácticamente los regalan, es una escena abrumadora y triste. Los que aún pueden aprovechar la tecnología, por las redes se informan de cuando y donde hay algo para comprar, pero lamentablemente, a veces, la información llega luego de que se han acabado.

Venezuela es un país de zombis, donde ocurren terribles cosas, cada día. Las imágenes de filas para todo, solo las cree el que las ve y las vive. Pero también las de los zombis miserables, de esos que se pavonean al frente del gobierno, detrás de una vitrina blindada, por supuesto, porque ya no se pueden acercar al pueblo, son impresionantes; por la opulencia que muestran, la desfachatez con la que hablan y lo miserable y cínico de su comportamiento.

Lo triste es que a diferencia de las películas, este thriller ha ido perdiendo héroes, se están debilitando. Muchos jóvenes se nos fueron hace unos pocos meses, asesinados por el régimen en las protestas. Muchas personas valerosas, que han salido a defender nuestra nación y que salen cada día para tratar de sobrevivir, perecen o son metidos en prisión sin motivos válidos. Las fotografías de esos hechos, de los desmanes que la tiranía hizo y hace, es lo que ha ayudado a acentuar el seguimiento y ciertas acciones por parte de los países que desean ayudar a Venezuela.


El pueblo, a veces creo que ha perdido las esperanzas y pareciera, por ratos, que se ha entregado. Aún conservo muchos amigos que están allá, actuando como los fuertes guerreros que son y siempre han sido, escribiendo, profetizando, algunos ya mayores, haciendo todo lo que pueden, pero, son muy pocos, necesitan ayuda. Para mí, que siempre he sido un creyente firme de mantener la esperanza y la lucha, me es difícil reconocer esta situación, pero lo que veo, no me deja escribirlo de otra forma.

La fe en Dios, esa si no la pierdo, pero no por mis fuerzas, sino por las de Él que renueva las mías a diario. Muchos me criticarán porque escribo desde afuera y no estoy allá peleando. A esos solo les digo, que cada día retumban en mi cabeza las veces que mi nieto Andrés de 9 años me ha preguntado “por qué no estamos allá luchando”, no le puedo mirar a los ojos cuando le respondo. Creo que los hombres que aprovechamos y disfrutamos lo que Venezuela nos regaló, no hemos hecho nuestro trabajo, hablo por mí y por los míos y elogio a quienes lo hacen; yo en ocasiones me siento como un cobarde. Como muchos, les juro que tengo mis razones para no estar en mi país ahora mismo y que son muchas las batallas que libré antes de salir y las que lucho a diario desde donde estoy; tampoco en este escrito quiero juzgar a nadie por su inacción, siento que no tengo moral para ello y que cada quien carga con su conciencia. 

No sé qué va a pasar en los próximos días, semanas o meses, no sé cuántos inocentes más van a morir de hambre, de desnutrición, de cualquier enfermedad o a manos de la delincuencia. Tampoco sé cuántos van a morir de tristeza, de soledad y rabia. Solo sé que allá arriba hay un Dios que mira para abajo y su Santo Espíritu que nos acompaña y en cualquier momento se hará justicia.

Tengo la esperanza de que algún día (ojalá sea mañana coño, los muertos de hoy no son de los míos, pero ya me pueden estar llegando), el pueblo despertará y dejará de andar como un zombi. Quiero casi con desespero que alguna ayuda llegue, coño pero que llegue ya, porqué como en Biafra, son demasiadas las muestras, testimonios y fotografías, para que siga este genocidio y que nadie alguien haga algo, pero de verdad. El hambre no espera, ella sabe cómo hacerse sentir, es horrible, es bien fea y se ha mudado a Zombieland.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 19, 2.017

sábado, 11 de noviembre de 2017

EL PROBLEMA SON LOS PRIVILEGIOS


Para tener claro el concepto, la real academia de la lengua española define la palabra Privilegio como la “Exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia”. Eso significa, que algunas personas dejan de hacer algo que los demás tienen cumplir por obligación o que gozan de algunas ventajas o beneficios, debido a razones muy puntuales.

La RAE, da algunas otras frases para entenderlo mejor. Por ejemplo: A.- Privilegio de invención, que es el derecho de aprovechar exclusivamente, por tiempo determinado, una producción o un procedimiento industrial hasta entonces no conocido o no usado. B.- Privilegio remuneratorio, que se concede en premio de una acción meritoria y C.- Privilegio gracioso, que se da o concede sin atención a los méritos del privilegiado, sino solo por gracia, beneficencia o parcialidad del superior.

El primero de los mencionados tiene mucho sentido, es lo que también se conoce como patente de invención, que le da al inventor el privilegio de ser el único en utilizar ese producto o sistema de producción de manera legal, en reconocimiento a su esfuerzo económico y/o intelectual. El segundo, el privilegio remuneratorio, va en línea con el desempeño de la actividad laboral o de ejecución de alguna acción realizada por algún individuo que le produjo un mérito o premio, bien sea por el beneficio generado a la entidad para la cual labora, la comunidad, etc. o por alguna actividad sobresaliente que merezca ser reconocida de manera monetaria o por medio de cualquier otro beneficio no necesariamente dinerario.

El lío está en el tercero. Conceder un privilegio gracioso, ósea por no hacer nada, porqué a alguien (más bien algunos pocos) le da la gana, sin ninguna razón ni beneficio para la comunidad, entidad, estado o país que sufraga con sus recursos esos privilegios. Les suena conocido? Pues ese es el problema de nuestros países.

Quien les escribe ha sido ejecutivo de varias empresas privadas, estas como parte de mi contrato laboral o de prestación de servicios, me otorgaban algunos privilegios, como por ejemplo: asignación de vehículos y choferes, teléfonos celulares, pago de vivienda, colegios para mis hijos, personal de protección, traslados aéreos y pago de otros gastos, que no le reconocen sino a un muy reducido número de gerentes o directivos. Pero estos privilegios van atados a un desempeño, al cumplimiento de una labor, no son privilegios graciosos, además de que son otorgados por empresas privadas, que tienen unos dueños que avalan o autorizan directamente la asignación o pago de estos beneficios. En otras palabras, los paga el bolsillo del dueño del dinero.

Pero que ocurre en nuestros países, quienes tienen los privilegios? Es muy común ver a los funcionarios públicos de rango medio hacia arriba, disfrutar de beneficios que no deberían tener y de abusar de sus posiciones. Usufructúan el erario público a su antojo, como si fuera su hacienda personal. Lo escrito en las líneas anteriores es tan normal, que quien lo lee en este momento no se extraña para nada, o si?. Es una realidad muy triste que se ha convertido en algo tan natural, que pareciera que todos deseamos uno de esos puestos, o no es así? Y es allí donde está nuestro problema, los privilegios y nuestra pasividad.

Cualquier empleado o funcionario público, indistintamente del nivel en el que trabaje, sin importar el tipo de institución, cuyos ingresos provengan de los recursos de la nación, es un servidor público. En otras palabras está para servir, para ofrecer, brindar o prestar un servicio a los ciudadanos que lo requieran, en los diferentes ámbitos y regiones. Quien no quiera servir, que busque donde ganarse la plata. Esto suena inocente, hasta cándido, pero es posible hacerlo. O es que nosotros somos tan re-pendejos que no podemos exigirlo? 

Primero hay que exigir que los funcionarios públicos cumplan verdaderamente con los requerimientos para ejercer sus funciones, en cuanto a conocimiento, estudios y experiencia. El comité que gobierna el Partido Comunista de China, está compuesto por profesionales universitarios con diferentes estudios de postgrado, especializaciones y doctorados. Por esa razón ese país, que muchos consideran comunista, es realmente la segunda potencia Capitalista del mundo. Si Capitalista, lo de comunista está solo en sus libros de historia. China decidió sacar a su gente de la pobreza, y es público y notorio que su clase media ha crecido significativamente; algunos estudios dicen que más de un 30%, en los últimos veinte años. Esto también lo han hecho Vietnam, Corea del Sur y otros países que decidieron mejorar su calidad de vida, ni hablar de Singapur. 

El poder ejecutivo en Canadá, está formado por especialistas de cada área en las que se desempeñan. Una excelente Médico de amplia carrera en el área de la salud, un destacado Deportista en esa área, el ministro de agricultura es un exitoso Empresario Agricultor, el área de inmigración está a cargo de un Inmigrante y así sucesivamente. Todos, absolutamente todos, en sus puestos, son especialistas en las labores que desempeñan. He visto con mucha pena y tristeza, países con periodistas como Ministros de Defensa o publicistas manejando un hospital. Ningún país puede darse el lujo de tener gente improvisada para manejar sus procesos de desarrollo y convivencia. Esa ha sido y sigue siendo una de las razones de nuestro subdesarrollo.

En segundo lugar, nadie debe recibir beneficios o privilegios que no necesite, me explico. Por qué razón todos los ministros, vice-ministros, diputados, senadores, directores de instituciones y empresas del estado, gobernadores, alcaldes, concejales, fiscales, jueces, directores sectoriales y de corporaciones públicas y pare usted de contar puestos y cargos oficiales, tienen que recibir vehículos, choferes y guardaespaldas; y no solo ellos, también sus familias, asociados y amantes. Esto tiene sentido y se justifica en los casos de un juez penal e inclusive agrario, un fiscal que maneje asuntos muy delicados y peligrosos, un director de una agencia de inteligencia o antidrogas, en fin, cualquier funcionario público que por ejercer una gestión de importancia, donde peligre su vida, pueda necesitar protección, pero todos? Y aparte de eso, también todos los miembros de su familia? 

Por otro lado, es posible que un jefe de estado, un primer ministro, por razones de protocolo, deba ser acompañado en sus viajes por su conyugue, más uno que otro familiar, ya que tienen algunas visitas y compromisos que deben atender. Pero porque tenemos que aceptar que sean normales “los clanes de turismo”, ni hablar de los beneficios en esos viajes y el uso de pasaportes diplomáticos; en Venezuela cuando los miserables se van de viaje, cosa muy frecuente, se llevan hasta al perro, con todos los gastos pagos y en varios aviones fletados. Hubo un ministro que estando en Brasil, mandó a buscar en un vuelo especial a una empleada de servicio, para que le llevara un maletín que había olvidado. Se descubrió la vaina porque la tipa llevaba un revolver dentro de la valija y las autoridades brasileras lo detectaron. En otros países también ocurre, no se rían mucho los de esos otros lares.

Por qué razón no le dan protección al médico que tiene que entrar diariamente a un barrio peligroso para atender a los ciudadanos enfermos, o un buen salario y adiestramiento al policía mal pagado para que no tenga que “matraquear” para sobrevivir, o al maestro que tiene que sortear su vida atravesando áreas peligrosas y poder dedicarse a educar a lo más importante de una nación, los niños y los jóvenes, y que de paso puedan recibir un ingreso digno. El presidente de Suiza, todos los días, toma un tren para ir desde la ciudad donde vive hasta su oficina en Berna y va sin guardaespaldas. El primer ministro francés usa su propio vehículo en sus días libres y lo conduce el mismo. Cosas similares ocurren en países como Noruega, Finlandia o Suecia. Si allá es posible hacer esto, por qué no lo hacemos en este lado del charco? Si nuestros funcionarios no quieren correr riesgos andando en la calle como lo que son, unos simples mortales, que hagan su trabajo y transformen nuestras sociedades en ambientes seguros. 

En tercer lugar, todos los funcionarios públicos deben tener sus finanzas personales y las de su familias y relacionados, como un libro abierto. Todos sus bienes y propiedades deben ser declarados, sin excepción, con acceso para ser revisados de manera pública. No les conviene? Que trabajen en otra área y dejen esos puestos a quienes no les importa demostrar que todo lo que tienen lo han ganado de manera honesta y con su esfuerzo. Por cierto, esto último lo hacen los verdaderamente ricos del mundo, busquen la revista Fortune y verán. No solo no les importa revelar sus riquezas, se molestan cuando caen en el ranking.

En cuarto lugar, si algo debe ser privilegiado es la educación y la salud. Una sana economía se genera desde la educación, la inventiva, el desarrollo individual y el trabajo en equipo. Una nación educada y con principios tiene buenos empleos, lo que deriva a su vez en una excelente alimentación, deportes, calidad de vida y la salud, prácticamente viene sola. Reduce los malos hábitos de excesos de alcohol y droga, la criminalidad y las injusticias, llevando las cárceles casi a convertirse en museos.

Pareciera que todo lo anterior es una película cómica o una obra de teatro de unos inocentes niños de la escuela primaria, pues no, eso existe y es posible hacerlo, si todos nos lo proponemos. Como? Exigiéndolo, cambiando nuestro comportamiento y dejando de ser jalabolas.

Cada vez que un político pida tu voto, ponle tus condiciones, explica claramente tus necesidades y que se comprometa por escrito; si no hace su trabajo, debe ser destituido y devolver todo lo que ha devengado, ya que no cumplió con el contrato. Tenemos que cambiar nuestra manera de ver a los servidores públicos, a los políticos que se eligen vía elecciones y a los que son designados por otros medios, todos ellos son empleados de la nación y tú eres parte de ella, tú eres accionista de esa empresa llamada país y tienes derecho a vetarle sus privilegios. Ellos están allí para servirte y tienes todo el derecho a exigirles que cumplan, punto. 

No me mal interpretes cuando te digo que debes dejar de ser un jala-bolas, me refiero a que no hay que rendirles pleitesía. En la campaña electoral van hasta tu barrio, se toman un café en una tasa sucia y comen en cualquier casa, pasan besando viejitos y levantando niños cagados; pero cuando ganan, no te dejan llegar a sus oficinas, no te paran bolas y tú de pendejo los aplaudes cuando llega al estadio o tratas como loco de darle la mano, si lo ves en algún espacio público, como si fuera un artista famoso, y te repito, no te para bolas y hasta te desprecia; y ese, es TU empleado.

No pretendo con esto que acabemos con la política, muy por el contrario, lo que propongo es acabar con la pésima calidad de la nuestra, exigiendo a los muchos políticos honestos que si hay (inclusive tu puedes ser uno de ellos), que propongan estos cambios, que se incluyan en nuestras leyes las limitaciones y compromisos que debe asumir quien administra el estado, que se reconozca que hay una responsabilidad que obliga a resarcir a la nación a aquellos que fracasen en sus actividades, que deben dar un paso al lado para que otros hombres y mujeres, preparados y de buena voluntad, se ocupen de esos asuntos. 

Hay países donde no se nota el gobierno, porque trabaja y no necesita hacer publicidad de lo que hace, porque el pueblo lo percibe. No les hace falta andar declarándolo a la prensa, sobre todo vainas básicas como educación, vialidad y salud; coño, esa es su obligación y la publicidad cuesta plata.

Personalmente, a mí no me importa qué sentido tenga la flecha que identifique al partido político o al gobernante. Izquierda, centro o derecha, esa vaina no existe. Simplemente hay comunistas y/o bandidos (que siempre han sido rancios) y demócratas. Gente que quiere echar adelante a su país y al mundo y otros que solo desean el poder para beneficios personales.

El famoso escritor Andrés Oppenheimer, en una entrevista que recién pude ver dice, “Mientras los latinoamericanos estamos obsesionados por el pasado y guiados por la ideología, los asiáticos están obsesionados por el futuro, guiados por el pragmatismo”. Esas son palabras muy ciertas, mientras en China solo hay imágenes de Mao en una plaza y en los museos, a nosotros nos lo tienen clavado con las imágenes de Bolívar, Santander y hasta del che (minúscula a propósito), ni hablar las de mi país. En otras palabras, nosotros vivimos pegados al retrovisor, por eso no salimos de un accidente.

Si quieres que tu país progrese, mira hacia adelante, organízate, exige y elimina los privilegios a quienes no los merecen. Mientras no lo hagas, en lugar de un ciudadano que merece ser servido por el estado, seguirás siendo un simple vasallo y para colmo, un jala-bolas. 


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 11, 2.017

viernes, 10 de noviembre de 2017

NUNCA ES TARDE

En la vida pasan muchas cosas frente a nosotros y tardamos en reconocerlas, a veces por mucho tiempo. En mi caso, hay cosas que hubiese querido hacer antes, con más dedicación y otras de las cuales me arrepiento, creo que es algo común para todos. Una de las cosas para la que nunca es tarde, ni nos vamos a arrepentir, es buscar a Dios, hallarlo y dejarlo con nosotros. No dejes de leer esto, no importa tu religión o si sencillamente no crees en Dios, continúa, creo que vale la pena.

Esta semana Lucas ha sido el protagonista en los evangelios, pero en una nota de voz que recibí por el teléfono, Lucas en 14:12-14, dice: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.” En la misma nota, el sacerdote que lo comenta explica, que para muchos, debido a razones económicas y de diversos tipos, hacer frecuentemente un banquete es muy difícil. Mi mente se fue de inmediato a mi propio país y me dolió el no poder invitar ni siquiera a los míos. El comentador pone como ejemplo una salida que Santa Teresa del Niño Jesús consiguió para tratar de hacer lo que dice esta palabra, sin tener dinero, ni un banquete que ofrecer. Ella veía como algunas monjas con las que cohabitaba en el convento, comían solas, casi nadie quería acercarse por su carácter odioso o la amargura que les identificaba y vio que era una forma de hacer lo que Jesús nos manda en ese pasaje. El simple hecho de sentarse con ellas, en silencio, solo haciéndoles compañía ya era un gran gesto. Es lo que Dios nos pide, darnos, dejar de ser tan individualista. Muchas veces acompañar a alguien, en silencio, nutre mas que cualquier alimento. 

Creer en Dios, tenerlo a nuestro lado y mantenerlo allí, no es algo complicado, cuando uno se decide hacerlo. Es una decisión, una opción que se toma y eso es lo verdaderamente difícil. Creer en Dios no es para nada una muestra de debilidad, no debe darnos pena reconocerlo y mucho menos hay que esperar estar en las malas para buscarlo. Es una gran muestra de fortaleza y no es hacerlo para que los demás lo vean, es para nosotros mismos, para matar ese ego que es nuestro peor enemigo. Muchas veces quienes vemos gente que da un cambio en sus vidas, los miramos medio extraño, cuando notamos que empiezan a ir a misa de manera constante, o les da por hablar de Dios o a escribir estas cosas, los percibimos como alguien que se está poniendo viejo o que ha cometido tantos errores en la vida, que no le ha quedado de otra que refugiarse en la religión. Lo certifico, yo era así.

Y en esa misma linea, hablando un poco de mi, malo o bueno, es el ejemplo que tengo mas cerca, recuerdo que hace unos dos años inicié un curso de teología para laicos y lo comentaba con unos banqueros con quienes almorzaba y estaban sorprendidos, me decían que ellos no se veían estudiando algo tan espiritual, muy respetuosamente me dijeron que lo consideraban una perdida de tiempo. Yo les agradecí su franqueza y les dije, he allí el problema, nos hemos convertido en materialistas, cuando realmente somos seres de sentimientos y espíritu, de inmediato cambiaron el tema. Cuando uno decide cambiar, cuando se toma este camino como opción, no tenemos que dejar de ser nosotros mismos, solo nos refinamos un poco, tomamos algo mas de consciencia. Uno no se convierte en un pendejo, ni mucho menos se deja echar vainas, como se dice en mi pueblo; es todo lo contrario, logras un poco más de claridad en la vida, hablas con mas franqueza y pierdes el miedo a ser tu mismo. Quienes me conocen saben de mi carácter, de cómo pienso y lo radical que puedo ser en ocasiones; la diferencia es que ahora estoy un poco más consciente de cuando debo apretar, sostener y cuando aflojar, pero no por mí experiencia, que obviamente también vale, es que ahora tengo con quien hablarlo, alguien que me guía y hasta me da la opción de discutirlo.

Tampoco buscar a Dios significa que debes estar metido en la iglesia, convertirse en un santurrón y hacer cien rosarios, ademas de estar pendiente de no “embarrarla” porque Dios te va a castigar. Dios no castiga, es la vida y tu propia conciencia quien te cobra las malas acciones. Buscar a Dios solo te va  a ayudar a ser una mejor persona de la que hoy eres y para ello si debes hacer pequeños esfuerzos diarios, cambiando lo que sea necesario y leer un poco más, eso creo que no hace daño. Culturizarse no mata, al contrario reanima la vida y el alma.

Tener un poco mas de espiritualidad, seguir un mejor camino no te libera de los problemas, creo durante un tiempo es al revés, se te agravan, o para no asustarte, digamos que te hace más consciente de lo que haces y de que los problemas existen, pero también de que hay muchas alternativas para enfrentarlos, hasta tienes con quien compartirlos, Dios no te los deja a ti solo.

Recuerdo que en una oportunidad, hace ya unos cuantos años, mi esposa y yo asistíamos a un grupo de parejas, lo dirigían Ana y Reinerio García, a quienes les agradeceré eternamente todo el apoyo que nos dieron en esos momentos, cuando necesitábamos esas palabras de ayuda y los consejos para no perdernos como pareja. En ese grupo, como en muchos otros, la gente tiene la opción de comentar ante los demás asistentes que situación los había llevado allí, que motivos tenían para asistir a ese encuentro semanal, que buscaban en ese sitio; era una catarsis que nos ayudaba a todos. Judith y yo lo hicimos, otras parejas también, unos con más detalles que otros, pero hubo una familia que me marcó con su motivación. Esa pareja dijo que ellos no tenían problemas, que estaban allí para preparase para cuando vinieran los momentos difíciles. Era muy complicado para mi darle crédito en ese momento a lo que dijeron, yo no entendía como alguien que no tenía problemas estaba allí, perdiendo el tiempo, pudiendo hacer una vaina más divertida que estar escuchando las metidas de pata de los demás, ademas de cantar canciones religiosas y orar. Coño, que aburrido, eso pensé.

Era un matrimonio de profesionales, con muy buenos negocios, no les faltaba nada. Familia con buena salud, casa, dinero, varios carros último modelo, buena educación para sus hijos, inclusive iban a misa, y entonces, que carajo buscaban allí? Después entendí la sabiduría de sus actos al escuchar el resto de sus palabras. Ese señor nos comentó que no todo el tiempo había sido así, que él, durante su infancia, había tenido muchas carencias y dificultades y sus padres supieron afrontarlas y con su ejemplo los prepararon para vivir en las buenas y en las malas. Mencionó que ellos sabían que la vida es como las olas del mar, un tiempo estás arriba, otro tiempo abajo, una temporada estás en calma y en otro momento la vida se te convierte en una terrible tormenta y es así de cambiante, siempre; lo único que no se sabe, es la duración de cada etapa, fue muy sabia esa lección. Eso creo que nos pasa a todos y a quienes no les ha llegado la tormenta, prepárense, lamento decirles que no hay excepciones. 
     
Estos recuerdos me llegaron esta semana y empecé a hacer un recorrido de cuanta gente he dejado a un lado, de cuantos han sido los que no he acompañado, esos que ni siquiera he querido escuchar porque estoy muy ocupado. A cuantos no les he brindado un banquete, no me he sentado con ellos o sencillamente, ni los he tomado en cuenta para nada (también he pensado en quienes lo han hecho conmigo, no lo voy a negar). Como Santa Teresita, no tengo real para armar un sarao cada semana e invitar a medio pueblo, que está pelando más que yo, pero al menos voy a tratar de sonreír más, de saludar a todo el que pueda, siendo insistente sobre todo con esos que no contestan el saludo. Voy a tratar de mejorar con los míos, con aquellos de quienes he tomado distancia, con razón o sin ella, aunque ya anticipo que por lo menos en dos casos me va a tomar mas tiempo, sobre todo con los (las) chismosos que tanta vaina echan. Si estoy en este camino, bueno realmente a duras penas voy por la orilla, debo hacerlo y no para complacer a Dios (Él no lo necesita), sino porqué es necesario y beneficioso para mi mismo. Y he allí una clave por la que seguir a Dios es bueno; porque haciendo el bien, te salvas (o al menos lo intentas) y te aseguro que te vas a sentir mejor.

Egoístamente pudiéramos decir que es lo más conveniente para uno, hago el bien y me gano el cielo. Hago feliz a Dios, ayudo a los demás y salgo ganando. Suena sencillo, pero no lo es, por lo cabeza dura que somos. Parece una excelente idea, pero como nos cuesta creerlo y reconozco que es bien complicado, nuestra propia naturaleza nos lo impide y es contra quien debemos luchar. San Pablo no se equivoca cuando dice en el 7:16 de la Carta a los Romanos: “Queriendo hacer el bien que quiero, hago el mal que no deseo”. No es nada fácil, pero es necesario. 

En algún momento hemos recibido algún artículo, audio o presentación que nos recuerda a quienes no visitamos, aquellos que tenemos olvidados, que ni siquiera llamamos o enviamos un saludo, menos aún nos interesamos por su salud o de ver cómo están para ayudarlos, de acuerdo nuestras posibilidades. Esos mensajes nos resaltan la posibilidad de que no podamos hacer ese contacto de manera oportuna y que la otra persona muera o seamos nosotros a quienes nos toque pasar la raya. Eso está muy bien y es necesario hacerlo.

Este mensaje va en el sentido opuesto. Creo que todos los que están leyendo esto tienen muchísimo tiempo de vida por delante (bueno, esos son mis deseos, el tiempo realmente lo pone Dios) y mi reflexión precisamente es sobre el tiempo que estamos perdiendo, que nunca es demasiado tarde para ser mejores, y por ende ser más felices. Sin duda siendo mejores personas somos más felices, creo que nadie se atrevería a discutirlo y eso lo logramos buscando realmente a Dios, hallándolo y dejándolo con nosotros, es la clave de una mejor vida.

Mientras más pronto lo hagamos, más tiempo lo vamos a disfrutar. Por qué esperar más? No lo crees? Bueno tú te lo pierdes y ojo: ese banquete es gratis.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 09, 2.017

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