sábado, 22 de septiembre de 2018

¿QUE TIENEN LOS POBRES EN LA CABEZA?



Hace poco me llegó un vídeo de una charla TED, organización que se dedica a difundir por el mundo ideas sobre Tecnología, Entretenimiento y Diseño, todo aquello que sea digno de dar a conocer, beneficioso para nuestra sociedad. La charla en cuestión tiene el mismo nombre de este articulo y fue desarrollada por Mayra Arena, estudiante de ciencias políticas, originaria de Bahía Blanca, Argentina. Ella ha realizado trabajos sobre la pobreza y dado los buenos comentarios recibidos sobre su labor, fue invitada a intervenir en esta plataforma tan prestigiosa.

En esa presentación, que pueden ubicar fácilmente en YouTube, dura algo más de 13 minutos, esta joven se pasea por su propia realidad y a través de experiencias muy particulares, nos brinda una forma diferente de mirar la pobreza. Sus reflexiones me llevaron a escribir estas letras, tratando de complementar su trabajo, sin repetir lo que ella dice. Vale la pena verla.

Primero acordemos qué pobres, son aquellas personas quienes no cuentan con los recursos económicos para cubrir sus necesidades mínimas; es la definición más básica. Lo contrario sería ser rico. Aunque como todo, la riqueza y la pobreza, tienen su gradualidad; unos son más, otros menos. También depende de cuantas o cuales son las necesidades de cada quien, me explico: dos personas que perciben la misma cantidad de dinero, una puede ser pobre y la otra rica, de acuerdo con su nivel de satisfacción particular. Existe por otro lado, la pobreza o la riqueza espiritual, privando sobre lo material.

Como vemos puede ser muy variada la gama de conceptos o matices de donde podemos partir para definir cuando se es pobre o rico y que va a depender de cada uno de nosotros. Pero por otro lado, que origina ser pobre? Algunos dicen que se nace pobre y que cada quien tiene la oportunidad de salir de esa condición, eso lo comparto en un alto porcentaje, pero hay condicionantes.

Yo quiero partir de la premisa de que la pobreza deriva de la falta de educación. Puede parecer algo trillado, pero habría que entender también que tipo de educación y creo que es allí donde está el detalle. Hay personas muy estudiadas que no tienen educación y por el contrario, hay personas que nunca han ido al colegio, pero tienen mucha educación, con un comportamiento marcado por la decencia y el respeto, con formación de hogar, como diría mi amiga Nelly.

Una pequeña historia para redondear el asunto. Hace ya algunos años, mi esposa y yo fuimos a buscar a alguien que nos ayudara con las niñas en la casa, ambos trabajábamos y no queríamos que mi madre siguiera haciendo ese trabajo, no era justo. Fuimos a un pequeño pueblo, donde mi esposa tenía familiares lejanos y los fuimos a visitar, para ver si alguien de allí se iba a trabajar con nosotros. La casa estaba ubicada en el centro de un terreno bien arreglado, que de lejos parecía un pesebre de esos bien bonitos. Fue muy agradable ver animales y arboles, casi colocados con la mano en un dibujo, pero lo sorprendente fue cuando entramos a la vivienda. El piso era de tierra y parecía que estuviera pulido, no sé qué le ponían, no pregunté, pero no pude levantar arena, a pesar de que traté de hacerlo varias veces con mi zapato. Tenía una pequeña sala, dos habitaciones, cuyas puertas eran cortinas blancas sujetadas con un pedazo de madera de cují, la cocina estaba en la parte de afuera. Habían pocos muebles, pero los que estaban relucían de limpios y destacaba una mesita con una imagen de Jesús y la Virgen. La comida la preparaban en leña, imaginen el sabor del café que nos brindaron en unos pocillos de vidrio marrón claro (todos los tuvimos); podía verse que no permitían que el humo y las cenizas arruinaran el área. En el día descansaban en chinchorros dispuestos debajo de frondosos árboles con mucha sombra y los niños tenían todo el espacio del mundo para correr y jugar. Una cosa más, siempre te sonreían.

Me pregunto, ¿esa gente era pobre o rica? Tenían cubiertas sus necesidades básicas, era gente decente. Los niños, aunque les tocaba caminar un buen trecho, todos los días iban al colegio y tenían educación y ejemplo de hogar. No tenían lujos, tampoco televisión, al menos había una biblia y probablemente otros libros. Conozco mucha gente con dinero, cuyos hijos son expertos chocando los carros de la casa y llegando borrachos al amanecer, además de una horrible ortografía. ¿Quién es más pobre o más rico?

Pero igual ocurre a la inversa. Alguien que trabajó por muchos años en casa de mi madre, la señora Ángela, planchaba ropa, ese era su oficio el cual heredó de su mamá y no lo estoy calificando, fue lo que mejor aprendió a hacer y realmente ponerse una camisa blanca planchada por Ángela, era un lujo. Pero ella no hacía otra cosa que producir el poco dinero que mal cobraba por ese excelente servicio. En casa de mis padres, además de un buen pago, tenía trato de gente, almorzaba con nosotros, en nuestra mesa, como debe ser, comía lo mismo que nosotros. A ella había cosas que no le gustaban y mi madre le cocinaba algo diferente, para que siempre se alimentara. Mis hermanos, mi esposa, mis hijas, todos la tratábamos como de la familia, ella se sentía feliz allí, porque en su casa las cosas eran diferentes. Su esposo no era muy trabajador que se diga y al igual que el resto de la familia, vivía de lo que ella producía. La casa de Ángela era lúgubre, oscura hasta en el día, muebles sucios y medio rotos, no estoy seguro de que los integrantes de esa familia hubiesen ido al colegio, tampoco tenían educación de hogar, a pesar de tener una buena madre; eso parecía no ser una familia. Aunque siendo un gran ejemplo por su capacidad de trabajo, a Ángela la veían como la pendeja que estaba obligada a trabajar para llevar el dinero. El trato entre ellos no era educado, no había respeto ni cariño, menos calor de hogar. Destaco que ellos vivían en una ciudad grande, donde tenían la posibilidad de ir a un colegio cerca y de llegar hasta la universidad, todo gratuito por cierto. Ángela y su marido, nacieron, vivieron y murieron muy pobres. 

Familias con dinero también conozco muchas, con excelentes padres, muy buenos ejemplos de trabajo, honrados, dignos, educados. Algunos heredaron bienes y negocios y los siguen conduciendo de manera ejemplar. Otros los crearon con sus propias manos, a pesar de carecer de recursos económicos iniciales, lucharon e hicieron de sus vidas un ejemplo. Tuvieron educación formal y, sobre todo, educación de hogar. No siempre hubo oportunidades, no fue fácil, las buscaron; pero con seguridad alguien, en algún momento, les tendió la mano.

Esto lo conocemos todos, yo solo estoy poniendo ejemplos de mi vida, mi interés especifico es destacar que podemos hacer nosotros para ayudar en nuestra sociedad, como podemos participar para mitigar, reducir o acabar con la pobreza de recursos y con la pobreza de espíritu. ¿Podemos o no mejorar la educación de nuestra gente?, ¿Qué podemos hacer para cambiar el mundo? Quien crea que no es posible, que no siga leyendo, pierde su tiempo aquí.

Creo que todos debemos y podemos darnos la vuelta y extender la mano, mirar hacia abajo para ayudar a los demás a levantarse. Hay problemas estructurales y mentales a nivel de nuestras sociedades que podemos cambiar. Cito varios ejemplos. En algunos países, los pobres están decretados por el mismo estado. Sus habitantes son estratificados, dependiendo de la zona donde residen, bien sea para el fijar el precio de los servicios públicos, por las prioridades de ayuda estatal o para cobrar los impuestos. Esos estratos delimitan quien es pobre y quien es rico, de manera diametral; eso se queda en el subconsciente de la gente, con eso se crece. En otros países, los ricos viven en urbanizaciones y los pobres en  barrios. Si están en zonas altas, los primeros viven en cumbres o colinas y los segundos en cerros; son la misma vaina, pero el nombre ubica, demarca. En muchas ciudades los ricos viven al norte o al este y los pobres al oeste o al sur, siempre hay barreras, fronteras, muros decretados por la misma sociedad. En casi todas las grandes urbes, los ricos viven a favor del viento, del lado opuesto de las fábricas o de las chimeneas, para que no les afecte el humo, ya saben de qué lado van los otros. Y no he mencionado el tema del color de la piel, el racismo agrava mucho más el tema.

Lo triste, el gran problema, es que eso se va “genetizando”, se va gravando en la memoria y pasando de padres a hijos. Recuerdo que alguien muy cercano a mí, estaba enamorado de una joven que vivía en una zona mejor que donde él residía, además ella estudiaba y él no. Ese amigo nunca había tenido interés en el estudio, había heredado el oficio de su padre (así como Ángela) y en su casa no veían importante la escuela, se necesitaba que trabajara. Esta joven, esa enamorada, lo empezó a entusiasmar para que se preparara, podía seguir con su oficio, pero ella le decía que estudiara, que al menos lo tecnificara y él estaba muy interesado en hacerlo, hasta que su propia madre le dijo: “pero que estás buscando tu allá en esa urbanización, tú tienes que buscarte alguien de aquí, de tu barrio”, y tanta fue la presión, que así ocurrió. No tuvo apoyo, perdió la novia, nunca estudió. Su madre es una buena mujer, pero tiene la pobreza en la cabeza, ella también la heredó.
   
A veces la cosa es al revés, hay padres que quieren que sus hijos salgan adelante, pero "incentivandolos" a casarse con gente pudiente. Eso es muy común en muchos escritos y novelas románticas y parece hasta bonito, cuando el chofer se casa con la niña de papa, por amor. El asunto grave es cuando esto ocurre solo por el interés. Empujan a quien sea a tener ese “amor de altos recursos”, pero a cuesta de la felicidad. Hay un triste chiste bastante conocido: Una joven que sale embarazada y su padre, sumamente molesto, le pide que lleve a su casa al responsable. A los días, un hombre que se notaba tenía recursos económicos, de unos 50 años, ya algo canoso, toca la puerta y al invitarle a pasar, explica a la familia que él es el padre de la criatura, pero que por estar casado no puede hacerse cargo directamente del niño, sin embargo se compromete a mantenerlo. Les dice que va a pagar todos los gastos de vida y los estudios hasta que su hijo tenga un título universitario, le dará una casa nueva y una pensión mensual de unos miles de dólares, pero que la chica debe cuidarse muy bien, porque si la criatura no nacía, sencillamente el desaparecía, pues ya no tendría obligación. El padre de la chica frotaba mentalmente sus manos como las moscas, cuando el hombre contaba las riquezas que su hija y su nieto recibirían, pero cuando escucho lo que ocurriría si perdía al bebe, de inmediato le dijo: Tranquilo amigo, si eso pasa, aunque ruego a Dios que la criatura nazca sana, usted puede acostarse con mi hija otra vez, sin problemas. Sin comentarios.  

Para algunas (o muchas) familias pudientes, es una tragedia cuando uno de sus vástagos decide juntarse con algún “limpio”, no importando los sentimientos existentes, ni el interés o el potencial de buen ciudadano que tenga el pretendiente. Si no tiene dinero en la cuenta, posición, apellido o una posible herencia cuantificable, queda descalificado, no es digno de entrar a la familia. De pronto pierden a alguien muy valioso por esos "criterios de selección". 

Como ven son temas delicados, asuntos muy arraigados en nuestras culturas, que hay que romper. Hay que identificar si la pobreza o la riqueza es monetaria, mental o espiritual, si tiene más que ver con lo que tenemos o con lo que somos, con eso que está dentro de nosotros. Si es un asunto de juicios serios sobre una situación o son prejuicios sociales o raciales.

Un genio pensante, filósofo de calle, de quien dicen que no decía nada cuando hablaba, pero enseñaba mucho, el gran humorista Cantinflas, en una parte de su película El Profe, comenta: “Los niños tienen solo dos fuentes de aprendizaje, el hogar y la escuela, si falla una, la otra no funciona. Es sencillamente como el boxeo, si usted tiene una buena izquierda, pero no sabe rematar con la derecha, entonces está perdido, así es en la vida”.

La solución de la pobreza está en la educación, en la que se recibe en la escuela, pero también la del hogar. Como lo señala Mayra en el vídeo mencionado al principio, ¿nos hemos preguntado realmente que podemos hacer para ayudar a los pobres a que no lo sean más? En ocasiones creo que nos conformamos con los regalos y ayuda que les damos, a veces de manera muy sentida y por demás generosa, ¿pero estamos yendo al problema de base?, ¿estamos buscando la solución (si, la solución) que puede estar en nuestras manos, para ayudar al prójimo? Regalamos los peces, pero no los ayudamos para que aprendan a pescar; que trillado suena esto, pero es la verdad.

Es lo anterior una utopía?, yo creo que no. Hay países que ya han demostrado que se puede lograr, que es posible vencer a la pobreza, pero se necesita un cambio cultural, que debe empezar por nosotros. Por los que hemos estudiado y tenemos educación de hogar, los que somos capaces de dar algo más que un poco de dinero y comida de vez en cuando. Nosotros, que nos servimos de ellos y no les pagamos lo correcto, nosotros los que los empleamos, los que nos llamamos humanos civilizados, pero que nos cuesta detenernos para ayudar o volteamos muy rápido para evitar prestar al pobre nuestro baño. Los que sufrimos de Aporofobia (vayan al diccionario) e invisibilizamos al que no tiene, a ese que nos parece feo, al que por su apariencia, siempre tiene cara de delincuente; algún día entenderemos que es parte de nuestra responsabilidad hacer algo. Les aseguro que es mucho más conveniente para nuestra sociedad y hasta para la economía en general (en otro escrito veremos eso), eliminar la pobreza.  
             
¿Que tienen los pobres en la cabeza?  
¿Pero cuales pobres, ellos o nosotros?


Eduardo J. León Hernández
Septiembre 21, 2018    

sábado, 8 de septiembre de 2018

LA BARCA DE PEDRO Y DE ALBERTO JOSÉ




Los primeros contactos que hizo Jesús con la gran mayoría de sus discípulos fue a orillas del mar, junto a sus barcas. Eran pescadores, sus barcas, las redes y sus manos, sus medios de producción. Lucas el evangelista, mi favorito, es quien escribe de la manera más fresca, más didáctica diría yo, su evangelio es conocido como el “Evangelio de la Misericordia” y nos decía el Padre Pedro Nel, que también se le llama el “Evangelio de la Mujer”. Los escritos de Lucas son sencillos, sin censura o sesgo de razas, tal vez por el origen del propio evangelista. Digo los escritos, porque el libro de los Hechos de los Apóstoles también es de su autoría.

Lucas y los demás evangelistas, mencionan con frecuencia a Jesús, a sus seguidores y en especial a Pedro, junto o dentro de una barca y es algo propio de la historia. La gran mayoría de los pueblos de esa época, al igual que ahora, están a las orillas de los océanos, mares, lagos y ríos, por las ventajas que ofrece la navegación para el transporte de personas y el comercio. En una ocasión Jesús invita a los discípulos a lanzar la red en lugares donde ya habían intentado pescar, no habían sacado nada y resultó en una pesca milagrosa (Lucas 5:1-11). También está el pasaje donde Jesús prueba la fe de Pedro permitiéndole caminar sobre el agua; el apóstol da unos pasos, pero de pronto siente miedo y empieza a hundirse (Mateo 14:24-33) y otro evento significativo ocurrido en el mar, es cuando los discípulos se aterran durante una tormenta y estando Jesús con ellos en la barca (Lucas 8:22) corren a despertarlo para que los salve.

Todos tenemos nuestra barca, o al menos vamos en una, solos durante un tiempo y acompañados en otro. Durante ciertos días somos capitanes, en otros marineros o simples pasajeros, dependiendo del rol que hemos decidido tomar o el que Dios y la vida nos han asignado. En ese navegar, ha habido días de tormenta y otros de calma, unos con frío o con mucho sol, con una suave brisa, como la de Elías al salir de la cueva o hemos enfrentado vientos huracanados. Nuestras barcas a veces están en movimiento o se quedan estáticas, pueden chocar con rocas, encallar en la arena, voltearse y naufragar, pero también nos permiten dar paseos preciosos, muchas cosas pueden pasar. Nuestra fuerza, nuestra decisión, el rumbo escogido y la fe que tenemos en Dios, hacen la diferencia.

Todo esto lo digo, ya que luego de ver cierta analogía entre la vida de Pedro y de los Albertos, los Padres Alberto José Linero y Alberto Cutié, quise escribir sobre ellos, sobre sus decisiones, su fe y el respeto que merecen. Ambos (los Albertos), son y serán hombres públicos, ya que sus personalidades así los definen y a ellos les gusta actuar de esa manera. Son contemporáneos, ambos rondan los 50 años y dedicaron muchos de ellos, al servicio de Dios y de la gente, a través de  la Iglesia Cristiana Católica, haciendo el bien y lo siguen haciendo cada uno desde su nueva posición. En al caso del Padre Cutié, decidió continuar el servicio sacerdotal desde la Iglesia Episcopal, que permite hombres casados como sacerdotes (Ojo, en la católica también) y el Padre Linero, asumo seguirá en el ejercicio de ayudar a Dios con su obra en el mundo y de guiarnos a nosotros los mortales, desde los medios de comunicación. Al menos es donde yo lo veo y donde quisiera seguirlo viendo, luego de su destacada labor en las mañanas de Bluradio en los últimos meses y todo lo que ha hecho por tantos años en el Minuto de Dios. Seguro seguirá escribiendo y tendrá muchas opciones en los medios y creo que no solo en Colombia, dado que su proyección pastoral, llega a diario a muchos países de habla hispana.

Pero cada vez que un sacerdote “famoso” o carismático hace algo normal, se convierte en la comidilla, es parte de las habladurías durante mucho tiempo y gana un increíble centimetraje en todos los medios y en las redes sociales. Digo algo normal (está bien escrito, normal), porque muchos sacerdotes en el mundo cuelgan sus hábitos a diario, pero no todos son famosos y por eso no se siente el ruido. Yo he conocido varios, en diferentes países, que lo han hecho y ahora viven de una manera normal y siguen aportando mucho a la sociedad, siguen siendo unos buenos hombres, que es lo que Dios quiere. Algunos se han casado, como el Padre Alberto Cutié, otros no lo han hecho. Si el Padre Linero lo hace después, que es lo a que a la gente le encanta decir, eso precisamente es lo que los brolleros quieren escuchar, están esperando, como “caimán en boca e caño”, que algún osado paparazzi, en los próximos días saque un vídeo o unas fotos, como ocurrió en el caso del Padre Cutié. Quieren tener más volumen para esa canción, algo bueno para complementar el chisme, gasolina del más alto octanaje para aumentar el fuego; qué triste que sea así.  En lugar de agradecer el trabajo que ha hecho durante tantos años, el esfuerzo está en la crítica destructiva y lamentablemente, buena parte dentro de nuestra propia iglesia.

Cuando un hombre o una mujer, decide entrar al mundo del servicio religioso, se limitan de muchas cosas que nosotros los seglares tenemos, la gran mayoría desmejoran su nivel de vida, tienen altos riesgos por las áreas que tienen que visitar, los kilómetros que deben recorrer, el posible contagio de enfermedades por la visita a los hospitales, el riesgo de muerte cuando les toca hacer misión en zonas de guerra o de alta conflictividad. A no todos les toca, pero son muchos quienes lo hacen. Pero también está la soledad, la lejanía de la familia, el llegar a morir de viejos lejos de los suyos, eso no es fácil y menos en nuestra cultura. Aun y cuando los parroquianos nos hacemos parte de la familia del cura, hay lazos de sangre difíciles de romper.

La soledad ha sido mencionada por el Padre Linero, personalmente lo escuche de él en su intervención la mañana del miércoles pasado en el programa de Bluradio. La soledad es terrible y uno puede padecerla aun teniendo miles de personas alrededor. La soledad es de cada quien y es cada quien el que decide cómo vivirla o apartarla. El Padre Linero y el Padre Cutié fueron solitos al seminario, nadie les pagó para hacerlo, no fueron obligados, tomaron esa opción de manera personalísima, como también lo fue su decisión de retirarse. El problema es que somos egoístas y solo pensamos en lo que nos conviene a nosotros. Le escuche decir a una católica, que seguramente no sabe qué hacer con su vida, “es que no vamos a poder vivir sin los escritos del Padre Linero y las tareas del día que nos pone”, ese fue el más barato de los comentarios; he allí el problema de seguir a hombres en lugar de seguir a Cristo. También escuché y leí a gente diciendo (al menos uno de los que escribe dice ser sacerdote) que se retiraba porque no tenía a Dios en su corazón, háganme el favor, alguien debería de darles con una cotiza de guajiro por la boca, por no decir otra cosa. Como han aflorado los envidiosos, los resentidos y , en especial, los enemigos de la Iglesia Católica. Aquí nadie está libre de pecados para estar lanzando piedras, además de que no hay un pecado en esto.

Una querida amiga me decía que pareciera que la Iglesia Católica está en crisis, sé que de buena manera ella piensa el impacto de los escándalos que han resurgido y de la salida del Padre Linero, cosas que no tienen ninguna vinculación, por cierto, y yo le decía que hoy se retira uno, pero que gracias a Dios están entrando bastantes jóvenes al seminario. "La Iglesia Cristiana Católica la creó Dios y no será el hombre quien la destruya", era una frase que decía un colombiano que Venezuela adoptó hace más de cincuenta años, el Padre Jorge Bohórquez, un gran amigo ya fallecido que conocí en tiempos de discernimiento y soledad, cuando viví en El Tigre, estado Anzoátegui.

La Iglesia Católica, como todas las instituciones, cambia, se debe adaptar a los tiempos sin perder su esencia. El tema del matrimonio es uno de ellos y en su momento deberá ser considerado. Ya hay sacerdotes practicantes casados dentro de la Iglesia Católica, algunos de órdenes que se unieron al catolicismo hace varios siglos y otros que han sido aceptados bajo algunas condiciones. Varios amigos sacerdotes, algunos jóvenes y otros no tanto, me han dicho que el no tener una mujer al lado que jorobe es muy bueno, el hecho de no tener que preocuparse por una familia propia, libera de responsabilidades y cargas al sacerdote. Otros piensan que una buena mujer al lado ayudaría a llevar con más facilidad la soledad. Es muy complicado ese tema.

Coincidencialmente, ahora volviendo a Pedro, el hombre a quien Jesús le confió la Iglesia, la verdadera, la original, sin interés de ofender a ningún otro credo religioso, ese testarudo pescador, brioso, que acompañó en tantas aventuras a Jesús. Ese hombre que lo amó y lo negó también, pero que sin dudas lo acompañó y se considera el primer Papa de la Iglesia, Pedro, es nombrado en la lectura correspondió el pasado miércoles 05 de septiembre, el mismo día que se conoce la noticia del retiro del Padre Alberto Linero. La lectura a la que hago mención es Lucas 4:38-39, donde se señala que la suegra de Simón (Pedro) estaba enferma, Jesús le cura la fiebre y esta se incorpora de inmediato, presta a servirles. La suegra de Pedro, o sea que el primer Papa de la historia era un hombre casado. Si Pedro era casado, ¿cuál es el problema que hoy los sacerdotes lo sean? Ojo, cuidado con lo que se interpreta. Mi referencia a esta lectura y al hecho de que la noticia de la colgada de los hábitos del Padre Linero, no quiere decir que yo piense que él se retira para casarse, en la entrevista él mismo dijo que no y yo le creo, pero esta casualidad, puede ser una manera de decirle qué si lo hace, está bien, no pasa nada; así lo interpreto yo.  

El Padre Alberto (los dos) se mamaron, como dice un costeño, de llevar una vida que ya no querían y cambiaron lo que creyeron conveniente, seguramente hubo mucho discernimiento, tristeza y compasión propia. Debieron haber hablado de este tema con algún amigo o familiar, buscando ese auxilio que ellos siempre ofrecen a los demás. Seguro fueron muchas horas ante el Santísimo, buscando entender lo que sentían y qué hacer ante una situación tan complicada, para nada los envidio. Pero lo que si es un gran rasgo digno de copiar de ellos, es ese valor para decidir, esa fuerza para actuar, ese poder haber hecho algo que consideraron necesario para seguir adelante. 

Pedro dejó su barca en la orilla y se embarcó en la de Jesús. El Padre Alberto José (al igual que Cutié), va en la suya, tiene el mismo destino, su viaje sigue teniendo el mismo objetivo, servir a Dios y al prójimo, pero decidió darle un vuelco al timón y ha tomado una ruta diferente, no mejor ni peor, enfrentará otros vientos, otras tormentas, verá otros horizontes y palmeras, pero su destino es el mismo puerto. Yo no tengo duda, al igual que Cristo, este Man está Vivo.

Dios los bendiga y junto la Virgen, iluminen sus caminos.


Eduardo J. León Hernández
Septiembre 07, 2.018              

domingo, 2 de septiembre de 2018

JHON McCAIN – McCLANE

Recién esta semana que termina, falleció una figura política de mucha relevancia en los Estados Unidos de Norteamérica, el Senador John McCain. Republicano que compitió por la presidencia con Obama, que se destacó y fue ampliamente conocido por sus aportes a la política y a la sociedad norteamericana en general.

Nacido en 1.936 en Coco Solo, una base militar estadounidense ubicada en Panamá, hijo y nieto de destacados militares (Almirantes de 4 estrellas) de su país, se desempeñó como piloto aéreo en su paso por la Armada, donde se especializó como caza-bombarderos desde portaaviones. Tres de sus hijos también han formado parte de las fuerzas armadas norteamericanas. No fue de los primeros en su clase, porque era capaz de enfrentarse a la burocracia y a los abusos y eso le costó algunas reprimendas, pero fue un líder natural, un líder informal que defendía a los suyos, desobedeció ordenes de superiores cuando su criterio privó ante esas actuaciones, pero fue muy respetuoso de las leyes. En una oportunidad dijo: “Con franqueza, nosotros pensamos que nuestros comandantes civiles eran unos completos idiotas que no tenían la menor noción de lo que se requería para ganar la guerra”, estoy seguro que estaba en lo cierto.

Hay muchas cosas más en las que McCain se destacó, deportista, escribió algunas obras y publicó artículos. En su oportunidad fue una de las voces que propuso una reforma financiera, predijo la caída de los mercados en 2006, fue un acérrimo enemigo de las tabacaleras y defensor de la ayuda a los inmigrantes ilegales. No fue el clásico Republicano, no siempre apoyó a su partido, ya que era un fuerte disidente frente a situaciones que iban en contra de su criterio. Fue el representante al senado más apoyado por la Asociación Nacional del Rifle, pero no era un conservador a ultranza. Era un “guerrerista” que apoyó todas las conflagraciones donde USA participó, pero defendió la NO tortura de los prisioneros de guerra. Siendo Teniente Coronel en 1.969, en plena guerra de Vietnam su avión fue derribado y estuvo como prisionero por más de cinco años; no aceptó salir hasta que no fuera liberado el último de los suyos.

Según algunos de sus críticos, era un hombre de mal carácter, que se ofuscaba con frecuencia e insultaba a quien creía merecedor de sus insultos, pero pedía excusas en público cuando era necesario. Otros dicen todo lo contrario, que era un bromista extremo, de hecho, el presidente Obama, en su discurso de esta semana como parte de los funerales del Senador McCain, resaltó que aun difunto, John fue capaz de ponerlos a él (a Obama) y a George W. Bush a hablar bien de él en ese evento. Ese hecho levantó muchas risas en el funeral, lo que de alguna forma destaca que si era un hombre fácil para bromear o al menos que era muy sarcástico. John McCain dejó claro que no quería al Presidente Trump en su funeral.

Podrán imaginar el respeto que esa nación del norte siente por el Senador McCain? El es parte de un reducido grupo de solo treinta estadounidenses que han sido llevados al Capitolio para ser velados. Fue merecedor de decenas de reconocimientos militares y de estado, entre ellos el Corazón Purpura, la condecoración más antigua que se otorga a un miembro de las fuerzas armadas.

Yo no conocía muchos detalles de la vida del Senador, sabía que había sido un héroe de guerra y leí lo suficiente sobre él para escribir lo anterior. Pero por esa forma de asociar nombres, siempre he pensado que él ha sido la inspiración o que alguien había tomado su nombre, para el personaje que interpreta Bruce Willis en Duro de matar, el detective John McClane (la pronunciación en ingles de McCain y McClane suena muy similar). 

En la primera película de la saga, John McClane es un duro y discreto policía de la ciudad Nueva York, que estando fuera de servicio, va a visitar a su familia en Los Ángeles y se enfrenta con un grupo de terroristas-ladrones, que secuestran a un gran grupo de personas, entre las que se encuentra su esposa Holly, en plena celebración de navidad de la empresa. McClane logra esconderse y se produce un fuerte enfrentamiento entre él y la banda de asesinos, que luego de prácticamente destruir el Nakatomi Plaza, edificio donde transcurre la trama de la película, mueren los terroristas y logra salvar a Holly y a la mayoría de los secuestrados. McClane, es sarcástico e irreverente, va en contra del status quo y no teme a enfrentar el peligro. Es un duro, pero sufre, es herido de diferentes maneras, pero también con lo que ocurre, afloran sus buenos sentimientos y demuestra su nobleza. Reconoce al humilde de corazón y manda para el carajo a los que quieren aparentar y ganar “medallas” o reconocimientos, con acciones absurdas y destempladas. 

Bruce Willis, quien magistralmente interpreta este personaje, coincidencialmente es hijo de un soldado estadounidense. Nació en 1.955 en Alemania y a los dos años llegó a New Jersey cuando su padre decidió regresar a Norteamérica con toda la familia. Es un republicano, que además de actor y productor de cine, es músico, le encanta la comedia y decidió dedicarse a la actuación para combatir la tartamudez, ya que solo cuando actuaba podía superarla (algo así como Yordano cantando). Bruce es capaz de personificar cualquier genero, lo cual ha demostrado en varias oportunidades en la comedia, el suspenso, el drama y por supuesto la acción. Es uno de mis actores favoritos y en su sarcasmo creo es solo superado por otra joya de actuación, el Sr. Jack Nicholson.

McCain era un guerrero, un militar de valor y total entrega por su nación. McClane supone un gran detective, un policía con igual valor que el Senador, que no tiene miedo, que al experimentarlo lo supera, para salvar a los suyos y a todos aquellos que están bajo peligro. En la saga de Duro de Matar, está envuelta su esposa (en el Nakatomi Plaza y luego en el Avión), posteriormente su hija y luego en la cuarta entrega es su hijo quien aparece, siguiendo los pasos de su padre, ya que también se hace policía. Son películas que tienen mucha acción, hay quienes las detestan por ser ruidosas y muy violentas, pero en el fondo hay humanidad, respeto, irreverencia, valor y amor.

Creo que el Senador de la realidad y el Detective de la ficción se parecen mucho, que en ambos hay nobles sentimientos humanos, valor y coraje, respeto y protección, amor verdadero por la patria, comicidad y sarcasmo, honor y sinceridad. Ambos reflejan buenos hombres con problemas familiares, como todos, con unos días alegres y otros tristes, pero que nunca se dejaron vencer.

El Senador McCain hizo la lista de quienes él quería que asistieran a su funeral, es una lista que han dado por llamar bipartidista, porque incluye a republicanos y demócratas, yo la llamaría una lista de amigos y personalidades, por quienes él sintió respeto y compartió cercanías y diferencias, estas últimas manejadas con mucha decencia.

McCain llevó en su cuerpo y en su mente, las secuelas de las heridas que sufrió cuando su avión fue derribado sobre Hanoi, Vietnam, se rompió las dos piernas y un brazo, más las heridas y el sufrimiento que le infligieron sus torturadores, eso también hay que sumarlo. Cuenta uno de los asesores que lo acompañó en su campaña electoral, que en una ocasión tuvo que ayudarlo a peinarse antes de salir a dar un discurso, pero ese sufrimiento corporal nunca lo detuvo. McClane también lleva en la saga heridas de cada momento, de una película a la otra vemos como se deteriora, como gana enemigos, se aleja cada vez más de su familia, por su entrega al trabajo policial, pero finalmente las adversidades lo llevan a la reconciliación con los suyos y con él mismo.

A veces pensamos que las películas son solo ficción, que son parte de un escrito, de un libro, de un guion que a alguien se le ocurrió y no vemos que muchas vienen de la vida real, a veces son el reflejo de nuestras propias vidas, de los cercanos a nosotros. Die Hard (Duro de matar) está basada en la novela Nothing Lasts Forever (Nada dura para siempre) secuela del libro El Detective, ambos escritos por Roderick Thorp; este último libro, fue la base de una película del mismo nombre, rodada en 1.968 y protagonizada por Frank Sinatra.
   
McCain, McClane, dos duros, dos valientes, dos irreverentes, dos guerreros. Uno ya nos dejó, dejó este mundo, pero también enseñanzas y ejemplos. El otro está allí, en una serie de películas que, entre fantasía y realidad, nos demuestra que el amor siempre vence al miedo, que la determinación, la testarudez solitaria, deja mejores resultados que la burocracia grupal, cuando enfrentamos situaciones extremas, que ameritan acciones concretas e inmediatas.

Feliz viaje John McCain. 

McClane ya estás algo viejo, pero aun te puedes lanzar la otra. 


Eduardo J. León Hernández
Septiembre 02, 2.018


APRETANDOSE EL CINTURÓN

         La vida y sus eventos son como los océanos. Algunos están en calma por mucho tiempo, otros, dependiendo de su ubicación y los efect...