domingo, 19 de noviembre de 2023

AMISTAD, LEALTAD, FIDELIDAD Y JALABOLISMO

 

Tomado de Internet

Nuestro mundo siempre ha estado controlado por la verdad y la mentira, por los gestos sanos y los mal intencionados, por el bien y el mal, es así como todo inició. Es un mundo donde la política, las relaciones entre países, familias y en toda la sociedad, siempre hay dos lados: uno claro, lleno de luz y otro oscuro, con muchas sombras. Esto no es ningún secreto, no estoy inventando el agua tibia, pero si estoy tratando de arrojarla en la cara de mucha gente, para ver si despiertan.

Las relaciones humanas están conectadas por la amistad, la lealtad, la fidelidad y no podía faltar el jalabolismo, deporte practicado por muchos, a veces actuando en automático, sin tener conciencia de que lo hacen o haciéndose los pendejos.

De la amistad sabemos mucho o creemos saber. Una de las definiciones más sencillas puede ser la del Oxford Languages: “Relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia”. En esta definición destaca lo último, que no hay lazos de familiaridad (ese es otro nicho de estudio), son esos amigos, también definidos como los hermanos que escogimos y con los que no nos une la sangre y su componente especial es la confianza, la posibilidad de contar con esa persona, en las buenas o en las malas. Un día escuché a Dante Gebel, un pastor evangelista (si, a ellos también los escucho, siendo yo un católico practicante) decir a manera de chiste o de metáfora que, “un amigo es aquel que se aparece en tu casa con un pala, cuando lo llamaste pidiendo ayuda porqué, lamentablemente, tuviste que matar a un malandro que intentó hacerle daño a tu familia en tu propia casa”.
 
Tomado de Internet

Un amigo lo es a ciegas, actúa para ayudarte, no importándole las consecuencias. Un amigo es capaz de dar la vida por ti, punto. Por eso es qué muchos, honestos, directos y decididos, dicen que a la hora de la verdad, le sobran dedos en una mano para contar sus verdaderos amigos; las demás personas a nuestro alrededor son solo conocidos.

También están aquellas personas que son leales. La lealtad es la capacidad de seguir la causa de alguien, de la empresa donde trabaja, de una corriente política o de pensamiento. Wikipedia dice que: “La lealtad es un principio que básicamente consiste en nunca darle la espalda a determinada persona o grupo social, que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud; la lealtad está más apegada a la relación en grupo”.

Tomado de Internet
Ser leal imprime más apoyo que sacrificio por el otro, es demostrar que estarás allí, siempre y cuando no te lleve a salirse del camino. No se puede ser leal con aquellos a los que te unen principios o acuerdos y luego ellos los rompen; eso no sería lealtad, sería fanatismo o el principio del Jalabolismo.

La Fidelidad es otra cosa totalmente diferente, aunque muchas veces se confunde con la lealtad. El mismo Oxford Languages dice que es “La firmeza, la constancia en los afectos, ideas y obligaciones, en el cumplimiento de los compromisos establecidos”. Desde el punto de vista bíblico, esto deriva de la palabra en latín, fidelitas, que significa servir a un Dios (a uno solo). En su nivel más abstracto implica una conexión verdadera con una sola fuente.

Aterrizando el término, la fidelidad es un sentimiento de uno a uno, no es un asunto grupal. Todos los Cristianos pueden ser fieles a Dios, pero eso es algo sumamente personal, único. Pueden reunirse en su culto, pero la conexión de fidelidad es de cada uno de los miembros directamente con Dios. Ser fiel puede venir de un juramento especial o de una promesa libremente hecha. La fidelidad es total, es blanca como la luz o totalmente negra como una noche sin luna; no es buena, ni mala. La fidelidad no existe un día sí y otro no, tampoco hay tonalidades grises entre el blanco y el negro. No se da por partes, no se puede ser más o menos fiel: Sé es o no sé es fiel; como en el matrimonio.

Santiago Frago, un reconocido sexólogo español, dice que “la diferencia entre la lealtad y la fidelidad es que la primera está relacionada con el vínculo afectivo de la relación; mientras que la segunda se centra en la exclusividad de la misma”. Para mí, la mejor definición de fidelidad y su comparación con la lealtad, la protagonizó Diego Rivera con su esposa Frida Kahlo y que podemos leer en un artículo del Independiente de mayo de 2018. “Cuando Frida Kahlo se casó con Diego Rivera éste le prometió serle leal.

Tomado de Internet
La fidelidad para el pintor mexicano era un imposible y la entonces aspirante a artista asumió ese compromiso como la única manera de vivir con él” En otras palabra Diego era un ferviente seguidor a la causa de Frida, podía morir por ella, pero su instinto sexual no le permitía estar solamente con ella, no podía serle fiel.


Algunos pudieron quedarse con las últimas palabra de dos párrafos atrás en su mente, donde menciono el matrimonio. Es allí precisamente donde más se nota, donde más se ve y se presenta o no la infidelidad, pero no es donde más ocurre.

Dijimos que la fidelidad se da entre dos, que no es grupal, pero la fidelidad también es unipersonal. Ser fiel es comprometerse y cumplir esa promesa, por convicción, porqué sí, simplemente porque es lo que quiero ser y hacer, porque me da la gana. Es no mentir, no engañar, no dejar algo para después, por el simple hecho de que yo voy primero. Fidelidad es sacrificio, es entrega, es amor. Y es precisamente a la persona más importante de nuestra vida a quien cada día somos más infieles, a
quien más le fallamos: a nosotros mismos.

Cada vez que no te cuidas sabiendo lo importante que es para ti, cuando no cumples esa promesa que te hiciste de no comer demás o lo que no te conviene, ese propósito de hacer ejercicio que no cumples, ese interés que tienes en ser una buena persona, pero que tus bajos instintos e intereses te superan. Cuando te mientes a ti mismo, estás siendo infiel con la persona más valiosa de tu vida: TÚ.

Tomado de Internet
Cumplirle a los demás es muy importante, pero ¿por qué no puedes cumplir contigo mismo? ¿Qué razón hay para que te engañes tú y no veas que puedes estarte haciendo un daño? ¿Es que acaso en el fondo te gusta autolesionarte? Si con alguien debemos ser fieles, es con esa persona del espejo de cada mañana, ese mismo que está leyendo este artículo. Esa acción de fidelidad nos da libertad y podemos compartir amistad, lealtad y fidelidad con quienes nos rodean. Ser fiel, consecuente y creer en ti, no te hace una persona egoísta, ni mucho menos creerte autosuficiente, simplemente te convierte en alguien bueno, sano, libre y feliz.

Ahora es el turno de los Jalabolas, también conocidos como chupamedias, sicofante, tesauro, lambiscones, lámeselas, adulador, alabancero, genuflexo, lisonjero, alzafuelles, arrastrado, ayayero, baboso, barbero, cachanchán, cepillero, cornetero, cobista, gato, guata de callo, labioso, lagotero, lambeculo, marrullero, lametón, lavacaras, ñangotado, ortiba, patero, quitamotas, sacasebo, sacón, servilón, sigüí, yoyo, obsecuente, rastrero, servil y unos 25 sinónimos más, que no escribí para acortar la lista. Jalabolas creo que es una de las palabras con la mayor cantidad de palabras equivalentes en la lengua española y utilizadas en toda Hispanoamérica, algunas propias de una sola región o país, pero todas describen lo mismo: Persona que adula a otra por servilismo o interés.

El Jalabolismo es una de las actividades o “profesiones” que mayor rango de democratización tiene, es usado en cualquier nivel de la sociedad, organización, equipo o cualquier tipo de agrupación humana, donde sea “necesario resaltar o generar un beneficio personal o familiar o hacernos notar para ser tomado en cuenta”. Muchas son las características del jalabolas, unos días puede ser bipolar, otros parecer sufrido, como buscando protección y para ello es capaz de llorar, mostrar cara de dolor, dar lastima y hasta vender su alma, a crédito por supuesto, porque en cuanto cobra puede cambiar de objetivo y jalar en otra dirección. Tristemente conozco personas inteligentes, capaces, con estudios y muy buenas ideas, que no le tienen miedo al trabajo, pero que no pueden brillar con luz propia, por siempre tratar de estar bajo la cobija y protección de alguien más, de un nivel superior, comportándose de manera servil. Existen los jalabolas multidireccionales, capaces de prestarse a diferentes causas, de manera soterrada para unos y abierta para otros.

Hay una gran diferencia entre un jalabola y alguien que siente Admiración por otra persona. En muchas ocasiones estamos rodeados de gente más experimentada, con sólidos y amplios conocimientos, con un amplio recorrido y que han triunfado en la vida. Personas que con su sola actitud y no importando su edad, son capaces de inspirarnos, abriendo o cambiando nuestra visión, nuestro horizonte y por eso nos despiertan admiración. De ellas el admirador aprende, tiene una buena referencia, un ejemplo digno de seguir, algo que puede iluminar su camino al éxito y a la paz. Ahora, exceder esos límites, nos convertiría en un fanático o en un buen jalabolas. No confundas admirar y respetar con activar tu modo fan-jalabolas, que, como bien dice Shakira, en algún momento te puede dejar: “bruto, ciego y sordomudo, torpe, traste y testarudo”.

Si te identificaste con las tres primeras definiciones, me siento servido. Pero si estás en la última o si no eres consciente de que estás allí y algo en tu cabeza te resuena, si al verte en el espejo te acuerdas de estas palabras, revísate y trata de cambiar; con seguridad en algún momento, más temprano que tarde, la vida te va a facturar ese comportamiento.

San Pablo a los Romanos (7,18-25) dice: “Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mis bajos instintos; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no”. “En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este ser mío, presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias”.



Eduardo J. León Hernández 

Maracaibo
Noviembre 06, 2023

DEL UNICORNIO AL EXITO

Imagen tomada de Internet 

Recientemente participé en un evento muy interesante, una actividad que por semanas unió a más de 100 personas en una ejercicio multitarea, en búsqueda de la excelencia, de un reconocimiento inicial del trabajo, del esfuerzo. Es de ese tipo de eventos donde todos (o casi todos, algunos no, es que somos humanos) tratan de empujar hacia el mismo lado, frente a una especie de bifurcación inversa, donde dos vertientes intentan unirse para hacer un solo rio, pero en contra de la corriente, con el cronometro en las espaldas y frente a un árbitro implacable. Además, como cosa curiosa, es un árbitro contratado y pagado por la organización, para que evalúe la preparación, comportamiento y performance, de ese grupo de personas; pareciera un harakiri criollo.

En este caso, fue una primera certificación, pero de tres líneas a la vez. Fue un trabajo donde hacen falta guías, gurús y gente preparada, con el conocimiento y la fuerza necesaria para enseñar a correr, cuando apenas se empieza a caminar, de esos que nos inician en saltos altos y largos, sin que las piernas estén totalmente desarrolladas y que, como instructor de gimnasia de la china más retardataria, te hacen sentir y hasta vivir, por muchos días o semanas, el contenido de la frase más recordada de Winston Churchill durante la Segunda Guerra Mundial: “No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”.

En la reunión final, en ese momento cuando el árbitro – evaluador daba su veredicto oficial de que la prueba había sido superada, dijo con mucho agrado que, “estaba frente a un Unicornio” y eso desencadenó una andanada de aplausos, risas y una que otra lágrima. Para entender un poco mejor lo que significó el uso de ese símil, veamos que es un Unicornio y como debemos verlo para seguir creciendo y convertirnos en una superestructura, viva y poderosa.

El unicornio es una criatura mitológica del folclore europeo representada habitualmente como un caballo blanco con patas de antílope, ojos y pelo de cabra y un cuerno en la frente. Otras representaciones más recientes lo describen como un caballo blanco, fuerte, poderoso, en algunos casos capaz de volar y con su característico cuerno en medio de la frente. Además, es tan valiente como bondadoso, defensor de la verdad, la justicia y que siempre defiende a los desprotegidos de la maldad.

Pero un unicornio también significa algo sorprendente, surge de un sitio recóndito, de detrás de una fuerte puerta, como un ave fénix, pero para mostrar su poder moderadamente escondido, su sorpresivo actuar y esa manera de decir: Yo puedo más de lo que creen, lo he demostrado con humildad, pero llegó la hora de que me conozcan y de ahora en adelante, creceré más aun, desarrollando tanta fortaleza como un imparable Rinoceronte, buscando convertirme en un Mamut, hasta finalmente, ser un Dragón.

Para algunos el unicornio representa la pureza y el poder, además de ser un animal de buena suerte y símbolo de la justicia. Su cuerno simboliza una flecha espiritual relacionada con la espada de Dios. Para la cultura asiática, anuncia la buena fortuna, el nacimiento de un liderazgo conjunto, así como la representación de fuerzas mágicas, la felicidad y la prosperidad.

Todos sabemos que es un Rinoceronte y conocemos de su fortaleza, de su excelente trabajo en grupo, al igual que los extintos Mamut. Ambos grandes y fuertes de verdad, pero también agiles e inteligentes y aun cuando no tienen vínculos naturales con los reptiles, son un referente para la fuerza imaginaria de un Dragón.

Según la mitología, el Dragón es uno de esos animales fantásticos existentes desde hace miles de años y que además de ser muy fuerte, podía volar y atacar a sus enemigos lanzándoles fuego. Era un símbolo de inspiración y belleza, de respeto y benevolencia, pero también representaba fuerza y temor. 

Una de las cosas que nos dificulta creer en la existencia de los dragones, es el hecho de pudieran volar, ya que aun cuando sabemos que existen reptiles que se trasladan de un árbol a otro, haciendo de planeadores al usar como alas ciertas membranas que poseen en sus brazos, el problema sería su peso y si, ciertamente hay otros animales que producen destellos de luz y hasta potentes cargas eléctricas (los seres vivos estamos hechos de energía pura), es bien difícil lanzar llamaradas de fuego desde el estómago, como lo hace un cirquero tragafuegos. Además, si un animal con esa fuerza y características hubiere existido, difícilmente nuestra raza estuviera en pie en estos momentos.

En la tradición cultural europea, los dragones han sido asociados a alegorías de lucha, pintándolos como devoradores de dioses, mientras que en la cultura china, estos seres son vinculados con seres llenos de sabiduría y respeto. Por aquí por el nuevo mundo, no hemos sabido nada de ellos, creo que los indígenas nuestros se los comieron a todos o los usaron para cocinar o de calefacción, cuando los domesticaron como a Chimuelo.

Leer sobre estas fabulas, historietas o mitos legendarios, tomar las palabras de ese arbitro, sirven para entender la profundidad de ese símil, de esa comparación tan fabulosa como comprometedora, entender que a pesar de ser una institución tan joven, se pudo lograr el objetivo primario, pasar esa primera prueba de fuego y obtener ese informal pero contundente calificativo de Unicornio, que fue todo un logro, pero ahora es un enorme compromiso.

A quien le correspondía responder a esas palabras y agradecer el trabajo, ese esfuerzo y los resultados, no se le ocurrió sino decir, que la institución pasará de Unicornio a Dragón, eso significa que mantendrá el esfuerzo, la dedicación y hasta la pureza. Que el compromiso es irrumpir con mucha más fuerza, con ímpetu, sin miedo, con todo el arrojo del mundo, para convertirnos en una figura poderosa, que no tendrá alas pero volará, que no arroja candela pero su performance derretirá a quien se atreviese en el camino, que su fortaleza seguirá siendo notable y crecerá, pero siempre llena de sabiduría, respeto y que acabará con los falsos dioses como decían las alegorías de la cultura europea.

Eduardo J. León Hernández

Maracaibo
Noviembre 06, 2023

sábado, 18 de noviembre de 2023

TÚ, TUS DOS VERSIONES Y TU VULNERABILIDAD


Tomado de Internet a través de Google 
Un famoso humorista y dibujante argentino, conocido como Willy, fallecido hace más de 50 años, fue un gran creador de contenidos y una de sus más notables creaciones fue, sin duda, “El otro yo del doctor Merengue”. El Dr. Merengue mostraba un individuo convencional, educado, que se comportaba de una manera correcta, un ser humano ejemplar, siempre vestido de punta en blanco, mientras que su "otro yo", dejaba ver sus pensamientos reales, sus verdaderas intenciones y esos deseos retorcidos que destacan en un ser humano, no tan bueno o probablemente sincero; aclaro que ser sincero, no necesariamente está directamente vinculado con ser buena o mala persona, hay muchos criminales que dicen y hacen lo que realmente piensan. Willy, en su época por allá en los años de 1960, representó un retrato psicológico de la sociedad argentina, que mucha gente aceptaba y disfrutaba, probablemente porque se veían reflejados en ese segundo personaje.

En ocasiones decimos que tenemos en cada hombro un enanito. El malo en la izquierda y otro, el bueno, en la derecha y que ellos nos hablan, aconsejan o incitan a actuar de una forma u otra y dependiendo de lo que nuestra conciencia o nuestros instintos determinen, los tomamos en consideración o no. Pienso que la cosa funciona de otra manera, creo que tenemos a más de uno dentro de nuestros centros de poder, en esos sitos donde se toman las decisiones. Muchos, por no decir todos y ofender a quienes no lo son, somos como el Dr. Merengue. Mentimos y ponemos caras o caretas dependiendo de las circunstancias, condiciones y necesidades, pero a veces ese actuar se va convirtiendo en algo normal, de cada día y es de allí donde salen los mitómanos, esa personas que se convierten en una mentira andante y que no pueden comunicarse sin esconder algo o exagerar todo.

Pero hay un “Merengueo” mínimo, digamos que consideramos necesario y que hemos normalizado, que puede ayudar en un momento, pero que sin duda hace daño, porque genera desconfianza y con frecuencia podemos estar pensando que las intenciones del otro no son sinceras, que siempre hay un interés oculto buscando sacar algún provecho a nuestras expensas. Si actuamos así, pensamos que el otro hace lo mismo, conformando un terrible circulo vicioso; solo miren nuestra sociedad y verán. 

Existe un término tan antiguo como volátil que Brené Brown, una excelente investigadora de la Universidad de Houston puso en la palestra publica en la década pasada, cuando en una charla Ted habló de la Vulnerabilidad. En lenguaje coloquial, ser vulnerable es tener y mostrar nuestras debilidades, ser presa fácil de algún ataque. Es estar en condiciones desfavorables ante cualquier evento catastrófico o inusual. Esa vulnerabilidad también es inducida por la propia sociedad o el régimen económico en el que se vive.

Poniendo un ejemplo vivo de Colombia, casi por definición pública, legal y hasta constitucional, quienes viven en los estratos 1 y 2 son más vulnerables que quienes están en el 5 o el 6, por el solo hecho de vivir en casas de menor valor o en zonas determinadas como más pobres. Haciendo un aparte, esto fue hecho para tratar de garantizar ciertos subsidios a las personas de menos recursos económicos, pero no hizo otra cosa que zanjar aún más las diferencias sociales existentes. La condición social o económica, no define a la persona, ni lo que tiene dentro, pero si puede ir forjando diferencias muy dañinas para la sociedad y en especial, para los niños que ven creciendo con esa visión estratificada.

Para Brené, ser vulnerable o dejar ver la vulnerabilidad, es un acto de coraje, de compasión y un medio de conexión. Es no tener miedo a mostrar quienes realmente somos, es no sentir vergüenza por lo que no tengo y hasta por lo que poseo. Es ser digno, ser autentico. Sentirse merecedor de amor y tener sentido propio de pertenencia. A veces en nuestra cotidianidad, dar a conocer nuestros sentimientos es señal de debilidad, según Brené es un acto de demostración de nuestra vulnerabilidad que nos hace más cercanos con nuestro prójimo. No ser o no reconocernos vulnerables, es como si tratáramos de adormecerla, porque ella está allí y contrasta con nuestros verdaderos sentimientos, acciones y pensamientos. El solo hecho de reconocer o ser conscientes de nuestra vulnerabilidad, aun sin mostrarla, ya es un avance para nuestro propio desarrollo.

Ahora ¿Qué tienen en común el Dr. Merengue y la Vulnerabilidad? ¿En qué punto se cruzan la visión de un humorista de mediados de los años 1900 con la de una catedrática de nuestra época? Creo que representan el interés de no mostrarnos como realmente somos, por temor a no ser aceptados, por seguir escondiéndonos hasta de nosotros mismos o simplemente para protegernos de los demás, de esa constante lucha que incluye la competencia, el egoísmo y el siempre querer ser el ganador.

En una de las charlas de Brené Brown que pueden encontrar en YouTube, entendí que ser vulnerable te hace hermoso, quita de tu mente el querer controlar todo de manera individual y así lograr que todo funcione, cuando decidimos actuar de manera grupal, es allí donde la palabra equipo funciona. 

En un momento de su proceso de investigación sobre este tema, cuya etapa inicial duró más de seis años y contaba con miles de historias, centenares de entrevistas y una enorme recaudación de datos socioeconómicos, Brené entró en una encrucijada que fue para ella una verdadera dicotomía. Resulta que su forma de pensar en ese momento no le permitía entender, como abrirse a los demás nos hacía más fuerte y era eso precisamente lo que su investigación le estaba diciendo. Inteligentemente, busco asesoría psicológica, no para ver si tenía algún problema mental o de comportamiento, sino para usar esa parte de la ciencia y poder desenredar la telaraña en la que había caído. Un año después entendió que esa crisis que había vivido era realmente el Despertar Espiritual que su terapeuta le había diagnosticado, así fue como asumió y aceptó las bondades de la Vulnerabilidad. Ser vulnerables es necesario. Es dejar de pensar en cómo creemos que debemos ser y ser lo que realmente somos.

Estar conectados es nuestra razón de ser en la familia, la universidad, el trabajo, en cualquier organización a la que pertenecemos, pero mucha veces la vergüenza, el miedo a que sepan quienes realmente somos y hasta a descubrir nuestra propia verdad, nos lleva a comportarnos como el desdoble del Dr. Merengue, luciéndonos pulcros, impolutos y educados ante los demás y ante nosotros mismos, pero nuestras mentes y deseos son otros y nos seguirán dominando internamente, hasta que no mostremos o al menos encontremos nuestra vulnerabilidad.

Piensa un poco sobre esto. ¿No te sientes bien cuando muestras tus miserias y errores a ese “gran amigo” que te escucha y te aconseja? Eso es ser vulnerable. Si pudiéramos lograrlo con una mayor cantidad de personas, si lo hiciéramos al menos con nuestros compañeros de trabajo, no buscando culpables, sino soluciones. Cuando el esfuerzo sea común, en esa sola dirección que nos conviene a todos. Cuando no importa quien sea el líder (detesto la palabra jefe), quien coordine o dirija, si esas instrucciones son para solucionar, mejorar y avanzar.

La vulnerabilidad funciona cuando hay humildad, sinceridad y respeto. Si tú tienes esa cualidades, no tienes que ser como el Dr. Merengue.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 18 de 2023

LA CULPA MATA MÁS GENTE QUE LA GUERRA

Tomado de www.seamosfelices.com Hace unos días escuché la sentencia que titula este escrito y me llevó a recapacitar en cuanta culpa hay en ...