miércoles, 27 de diciembre de 2017

NEGRA !!



Mi mamá es una mujer blanca, muy blanca, con pecas, pero mi padre la llama Negaaa; no, no falta la R, es que él tiene frenillos en la lengua y no la puede pronunciar. Cuando habla dice: jojo, jatón, fejocajil y como le mamamos gallo por eso. Me cuentan que un día, el veía en la televisión una competencia de fórmula uno donde hubo un terrible accidente, él fue a decirle a la gente que estaba en la casa: "En la cajeja hubo un tejible choque, un fejaji coloj jojo ajastjó a un poco de gente"; fue una vaina genial, inolvidable, pregúntenle a mi Tiabe!  Pero eso es muy natural para nosotros, es parte de nuestra cotidianidad, nos reímos de lo que cada uno de nosotros somos y no nos sentimos mal por eso; mucho menos nos ofendemos.

Molestamos al barrigón, al que le cortaron mal el cabello y le dejaron un hueco o le quedó una patilla más larga que la otra. La apariencia externa, no nos importa. Bueno, mi papá ya está llegando a los 80 en unos meses, él a veces si se molesta, ya es la edad; pero seguro lo joderemos hasta que se muera, somos así, además él mismo nos enseñó eso.

Tengo muchos amigos trigueños, morenos y negros, de ambos sexos, por supuesto, lo aclaro por ese afán de ahora querer separar todo entre femenino y masculino, enreda mucho las cosas. Hay una negra hermosa, María Lourdes, que ha vivido al fondo de mi casa paterna por más de cuarenta años, es una de las personas más importantes de mi vida; no se lo digo seguido, pero ella lo sabe. Mi compadre Hernán, mi vecino Jairo Peralta, mi hermano Marcos Romero, Luguito; compañero de tantas parrandas, Edgar “Whiche”; mi pana, el guitarrista de siempre, Ada Quiñonez; una morena preciosa que es como mi hermana, era la única “negrita” que mi abuela María Vivas quería, mi difunto primo; el negrito José, son tantos los negros, trigueñas, morenos, mulatas, como quiera que los queramos llamar, los que hay en mi vida, como los hay en la de todos y son personas excepcionales. Mi hijo menor Eduardo José, también es moreno y es mi hijo, mosca. Mi bisabuelo era bastante moreno.

Cada vez que veo esos modismos de nuestro lenguaje, como el mencionado y exacerbado uso de la clasificación feminista y machista, tratando de darle genero a todo, como si ya no estuviera bien claro en las bases de nuestro lenguaje; me pregunto si eso lo genera gente que no tiene otra vaina más útil que hacer o es que venden tinta y así nos para obligan a escribir más palabras. Lo mismo ocurre con el uso de la palabra afrodescendiente. Se jodieron las negras, los trigueños, las morenas, los mulatos y los moros. Se jodieron también las canciones y poemas románticos, donde esa palabra no cabe.

Por un momento piensen en esa famosa canción, Embrujo de Amor, que empieza: “No se mi Negrita Linda que es lo que tengo en el corazón” y sigan cantándola. Ahora que la recordaron y cantaron, sustituyan Negrita por Afrodescendienta (osea con a, por que es femenina), suena igual? Hagan lo mismo con esa otra famosa melodía de Ismael Rivera: Mi Negrita me Espera, donde Maelo pronuncia negra o negrita varias veces y procedan a hacer la misma sustitución; es una vaina horrible, o no?

Piensen ahora, ustedes las mujeres, cuando están en la cama o haciéndole algún cariño a su marido, algo morenito él, la vaina sonaría así: Hola mi Afrodescendiente lindo, o Te amo Afrodescendiente de mi Corazón, o con mas fuerza, Dale duro mí Afrodescendieennteee. Si a mí me hablan así me voy para otro lado. Esa vaina le tumba la libido a cualquiera.

Pero es lamentable ver como a estas alturas de la vida aún hay separaciones por color, razas, credos y nivel económico. Es muy triste de verdad y pareciera que en lugar de disminuir, va en aumento. Las guerras religiosas, los enfrentamientos entre “pobres” y ricos, auspiciados por los propios desgobiernos, como el de mi país, donde la siembra de odio separatista ha sido tan infame. El uso de estas frases, para mí, es generadora de más divisiones.

Se es afrodescendiente por que los negros vienen de África y cada negro tiene que definirse así? Entonces hay afroamericanos, afroargentinos y afrovenezolanos. En mi caso, que soy (supuestamente) descendiente de españoles, italianos y noruegos, debo llamarme espitaruegovenezolano; que vaina tan estúpida. Imaginen si llevamos eso a la comida, porque si aplica para una vaina se usa en la otra. Llego a un restaurant y me provoca un Pabellón Criollo, que trae caraotas (frijoles) negras y le digo al mesonero: Tráeme, por favor, un pabellón, pero las caraotas Afrodescendientas las quiero refritas. Con seguridad el carajo me contesta algo así: Mira, de vaina, y si es que hay caraotas, probablemente las trajeron de Nicaragua.

O cuando nos toque comprar unos zapatos o una camisa de ese color y pidamos una Guayabera Afrodescendienta o un Liquiliqui Afrodescendiente, se podrán imaginar la cara del vendedor maracucho diciendo: Vertale hermano las guayaberas que tengo son chinas y me gustaría ver un llanero que sea de esos lados, tendréis una foto pa´ ver que te consigo en el almacén?. Coño, la canción de Juanes: Tengo la camisa Afrodescendiente, como Afrodescendiente tengo el alma!! No, no, no, esto es una locura.

Pero a qué viene esta repentina explosión contra “The new wave of my language”, realmente nada tengo contra mi idioma y sus usos, en contra quienes por motivaciones políticas absurdas, quieren desvirtuar el uso de algunas palabras, para crear más separación y odio. Pero también porque hoy es el día de un Santo Negro, San Benito de Palermo. El nació en Sicilia, Italia, sus padres italianos y sus abuelos africanos y seguro no le gustaría que le llamaran Italoafricano, yo creo que le encantaría seguir siendo el Negro.

San Benito de Palermo, fue en esa ciudad donde murió, es un santo que se destacó por su humildad y caridad, su pasión fue la cocina; aunque muchos dicen que ese oficio lo realizó más por su poca formación que por otra cosa, pero fue por ese medio que realizó muchas de sus curaciones, muy milagrosas. En la cocina lo visitaron quienes con él querían hablar, hasta un Virrey llegó allí. Sin ser sacerdote, en un momento de su vida, por su sabiduría, fue nombrado superior de una de las órdenes a la cual perteneció. La gente lo rodeaba cada vez que salía a la calle para besar sus negras manos, en busca de salud, de paz y sanación. Se destacó por su don de palabra, por sus buenos y acertados consejos, dicen que tenía una palabra iluminadora; osea un negro que emanaba luz. Por revelación divina supo exactamente el día y la hora en la que iba a morir y sus últimas palabras fueron “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.

San Benito, cuya fiesta oficial es en el mes de Abril, su día es celebrado en varias fechas, en diferentes partes del mundo. En Venezuela, dependiendo de la zona, se celebra principalmente el 27 de diciembre, el 1° de enero o el 6 de enero. La celebración es una gran fiesta, la cual incluye una procesión que en algunas ciudades es muy concurrida, dados los milagros que la gente reconoce ha recibido de él y la gran devoción que despierta en el pueblo. Por muchos años fui un asiduo visitante de su templo en La Concepción, una pequeña ciudad cercana a mi Maracaibo.

San Benito es tan especial para mi gente, que tiene hasta una forma especial de “bailarlo”, es común ver los chimbangles, que es un grupo de hombres que tocan unos tambores, cada uno con un sonido muy particular y el ritmo es muy cadencioso, muy propio de ese baile. Hay quienes les han puesto letras, frases muy cortas para identificar cada uno de los repiques, pero que no se pueden escribir; además de que no serviría de mucho, igual no se entendería, hay que escucharlo. Los chimbangles en esas zonas, son tan famosos como los mariachis, de hecho los contratan para algunas fiestas.

Cuentan algunos registros escritos, que la costumbre de hacer este baile proviene de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, especialmente de Cabimas, donde la indetenible erupción de un pozo petrolero, específicamente el Barroso II, que desde el 14 de diciembre de 1922 estuvo lanzando petróleo al aire, ponía en peligro a las comunidades vecinas. No había manera de colocarle el cabezal al pozo para dominar el fluido y un habitante de la zona le pidió permiso a los operadores para bailarle a San Benito, frente al pozo; paso seguido, el flujo disminuyó, pudiéndose controlar el Oro Negro que fluía de la tierra. Este reventón fue el que dio origen a la industria petrolera venezolana. Detalle curioso, San Benito no tomaba licor, pero en sus fiestas es normal que la gente le lance ron a la imagen del Santo (claro está que también se lo toman), se dice que eso mismo es lo que hicieron los obreros cuando celebraban el milagro del Barroso. 

Negros famosos es lo que sobran. Desde mi admirada Whitney Houston, todas las negras que cantaban las mejores melodías de los años 60 y 70. El Negro Ricardo Aguirre, interprete inmortal de nuestra gaita zuliana, Los Ángeles Negros, Barry White (curioso su apellido), Nat King Cole, The Jackson Five (uno se “hizo” blanco y se murió), Tierra, Viento y Fuego y esa gran mayoría de exponentes del Blues y del Jazz. Y ni hablar de mi bella Halle Berry, de Whoopi Goldberg y Oprah Winfrey, dupla que debutó y se hicieron famosas en The Color Purple Color. Los Obama, Martin Luther King y Henry Stephen, con su limón limonero. No podía faltar uno de muy reciente aparición, el Negro del Whatsapp, me imagino lo que me escribirán en el grupo mis amigos Luis Dautant y Jorge Gómez, cuando lean esto.

El color no es un estigma, somos nosotros los que estigmatizamos por lo que nos da la gana, por gusto, por odio, por mamar gallo, por joder. Es esa parte macabra de nuestra naturaleza que nos lleva a querer marcar a los demás, pero también es culpa de nosotros mismos, los que nos dejamos marcar; sentirnos mal por lo que realmente somos, no tiene ningún sentido. El judío se burla del católico, el rico del pobre, el flaco del gordo, el blanco del negro, el que tiene la ropa limpia del que anda sucio, el simpático del feo; pero, quien es el que realmente está mal?.

Algunos dicen que el color negro es la falta de luz y que el blanco refleja precisamente la belleza de luminosidad. Esas podrán ser definiciones físicas, pero me gustaría saber, de sus inventores, como estarán sus almas.

“Pintor nacido en mi tierra, con el pincel extranjero, pintor que sigues el rumbo de tantos pintores viejos, aunque la Virgen sea blanca, píntame angelitos negros.

¿No hay un pintor que pintará angelitos de mi pueblo? Yo quiero angelitos blancos con angelitos morenos. Ángel de buena familia no basta para mi cielo.

Si queda un pintor de santos, si queda un pintor de cielos, que haga el cielo de mi tierra, con los tonos de mi pueblo, con su ángel de perla fina, con su ángel de medio pelo, con sus ángeles catires, con sus ángeles morenos, con sus angelitos blancos, con sus angelitos indios, con sus angelitos negros, que vayan comiendo mango por las barriadas del cielo.”  (Tomado del poema de Andrés Eloy Blanco).

Feliz Día de San Benito, de nuestro Santo Negro.       


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla

Diciembre 27, 2.017

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