martes, 26 de diciembre de 2017

HERODES NICOLAS

El nacimiento de Jesús trajo claras consecuencias para la humanidad. Para muchos ha sido una gran alegría, pero para algunos, una gran preocupación. El rey Herodes Nicolas, la historia no lo dice, pero creo que le combina ese como su segundo nombre, se preocupó muchísimo cuando recibió la noticia de que había nacido el Salvador y cuenta la palabra que, ante la imposibilidad de conseguir exactamente al niño que había nacido y que sería su gran dolor de cabeza, decidió ordenar la matanza de todos los niños de Belen. Esto anterior es parte de ese pasaje bíblico, bastante conocido por nosotros y que es la razón de la próxima celebración del día de los Santos Inocentes.

En todas las épocas han habido indignos herederos de Herodes, que han masacrado inocentes, de diferentes edades, con fines absurda y criminalmente políticos, con tal de mantenerse en el poder. Eso es lo que que ha hecho y continua haciendo el herodes nicolas que desgobierna mi patria y la cuerda de miserables que lo secundan.

Los niños, las viudas y los ancianos siempre fueron los protegidos de Jesús, fue por quienes primeramente abogó; en especial los primeros, ellos eran sus predilectos. La frase "Dejen que los niños vengan a mi", es la que más me llega. Es la opción primaria de permitir a los niños acercarse para obtener cariño y la de nosotros para dárselo; la ternura de un niño es algo único, angelical. 

Los niños no mienten, son espontáneos y luego de alguna pelea con otro niño, son capaces de reconciliarse y dejar a un lado esa diferencia, ya que no guardan rencor. Son lo más sublime de la naturaleza, son el ejemplo de la pureza y en ellos está el futuro de la humanidad, de allí la importancia de cuidarlos y educarlos.

Pero a herodes nicolas eso poco le importa, por encima de esas cualidades anteriormente mencionadas, pone a un lado el mandato de Jesús y asesina niños y ancianos de hambre. Él y la corte de miserables que lo acompañan.

La cantidad de niños desnutridos en mi país alcanza una cifra incalculable y sería irresponsable de mi parte señalar alguna, pero por eso no deja de ser cierto. Solo basta darse un recorrido por las calles de cualquier ciudad, pueblo o caserío y podremos ver esta cruda realidad. Por otro lado, el regreso de enfermedades que ya estaban erradicadas, la falta de medicamentos, la insalubridad y la no atención de niños con cáncer y otras terribles patologías, no son cosas difícil de encontrar.

Los otros inocentes que padecen este terrible cáncer que destroza a mi país, son los ancianos. Esos seres que entregaron sus vidas trabajando, levantando a sus hijos, luchando por un futuro mejor; hoy día mueren de mengua, haciendo filas para comprar alimentos y medicamentos que no hay y para poder cobrar su pensión en un banco, si es que la tienen.

Es doloroso y tampoco hace falta más que un paseo por las entidades bancarias, para ver a esos seres flacos, enfermos y desnutridos, durmiendo en los frentes para poder ingresar a ellas al momento de abrir. Algunos pasan hasta tres días, he escuchado sus testimonios, ya que cuando no pueden entrar, bien sea por la gran cantidad de personas que acude a retirar la miseria que les entregan, es porqué no hay dinero en efectivo. Es una verdadera desgracia. 

Todo lo anterior es parte de los efectos de la corrupción, el erróneo manejo del país y el miserable interés de dominar al pueblo, haciéndolo pobre para que sea el desgobierno su único salvador. Esta es una política ya conocida en otros países, es una estrategia de estado, la más infame de todas, con el único propósito de mantener el control de un país y de sus riquezas. Ya esto no es una cuestión ideológica, es una cadena de asesinatos, premeditados y fríamente calculados. 

No estoy inventando aquí el agua tibia, no es algo nuevo, muchos sobre esto escriben, es denunciado a diario y lo dan a conocer. Yo también tengo la responsabilidad de seguir denunciando este ultraje, este crimen, esta barbarie, que se comete cada día en mi pueblo y para la cual no veo acciones concretas, ni internas, ni externas.  

Parece que quienes pueden hacer algo, quienes tienen el poder de cambiar estas terribles cosas, al igual que cierta parte de mi pueblo, se ha tomado una tregua para disfrutar la navidad. Los inocentes, que esperen un poco más, que pasado mañana celebren su día y después de Reyes, allí veremos que hacemos.

La inocencia no la da la edad, sino la pureza del alma. Hasta cuando veremos morir a los niños, hasta que momento permitiremos que sigan asesinando a lo más puro de nuestra sociedad? 


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Diciembre 26, 2.017  

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