lunes, 24 de abril de 2017

LA GASOLINERA SECUESTRADA

Ubicado al norte de América Latina, al lado de Colombia y con el Mar Caribe como un espejo en todo su límite Norte, se encuentra Venezuela, el más lindo y rico país del mundo. Eso ya lo sabemos, pero no quiero dejar de escribir esta verdad y resaltarla cada vez que puedo.

La verdad vengo a hablarles de una serie que estoy viviendo. Corresponde a un género que es muy común en el cine y la televisión; los asaltos con secuestros. Se da mucho en bancos y también en gasolineras, esas que están en las grandes vías, que venden de todo. En esa que siempre es una surtidora muy bonita, de grandes marquesinas y señales, en la que de pronto llega un grupo de malandros, locos y asesinos, la toman por asalto y capturan como rehenes a todos los que están dentro.

Esta serie es la historia por capítulos de la toma de esa gran gasolinera, que está excelentemente ubicada, con amplias áreas de comidas, estantes y neveras con toda clase de bebidas, pasa-palos, carnes frías, embutidos, quesos, cerveza, vinos y hasta whisky. La toma o el asalto se hizo en silencio, secuestraron a la hija menor de los dueños y de una extraña forma los bandidos empezaron a administrarla, a su estilo, pareciera que la hubiesen comprado, pero no es así. La gasolinera tiene muchos trabajadores, algunos de ellos vieron el cambio y les gustó, tenían un resentimiento terrible hacia los dueños, porque les exigían trabajar, cumplir con la labor para la cual fueron contratados, pero eso no era lo que ellos querían. El grupo más grande no está de acuerdo con lo que ocurre y otra parte parece que no se han percatado del asalto.

Como les digo en la serie se ve que esto fue hecho de manera muy calculada y silenciosa, con excelentes asesores en este tipo de miserias. En la serie se ve que fue pasando el tiempo y algunos de los clientes y empresas cercanas veían que algo estaba mal, la gasolinera ya no presta el buen servicio que siempre la distinguió, a veces ni hay gasolina; resulta que se la llevan a un pequeño tugurio donde la venden, sin pagar nada por eso. En el pequeño restaurant del establecimiento ya no sirven buena comida, tampoco están surtidas sus neveras y mostradores, la cosa va de mal en peor y empezaron a despedir personal, a contratar gente no calificada y a otros que son felices si les pagan con ron o cerveza. Se conforman con cualquier cosa, inclusive algunos se unieron al asalto, hasta armas les dieron y los convirtieron en soplones.

Pero unos capítulos atrás, los empleados fieles a la patrona, le hicieron frente al gerente que había tomado la gasolinera y se inició un enfrentamiento, hubo golpe, patada y kunfu. Cerraron las puertas y todos los bandidos sacaron sus armas y tomaron de rehén a trabajadores y clientes, fue realmente serio.

Hubo golpes, disparos, inclusive algunos heridos y muertos. Varios de los rehenes pudieron escapar y sacar la noticia. Fuera del local se sabía lo que pasaba, pues como se dijo antes, varios de los vecinos estaban conscientes de lo que ocurría, pero estaban recibiendo gasolina gratis por quedarse callados y tratar de ayudar para que estos bandidos se quedaran con todo lo que había. Otros vecinos estaban esperando más información y fueron tomando su distancia. Las cámaras de vigilancia y los teléfonos fueron cortados para evitar la comunicación externa. Los proveedores ya no se acercaban, no habían podido cobrar lo que les debía la gasolinera, excepto por algunos vendedores intermediarios, que eran una especie de mercenarios y lograban algunos pagos de contado, con excelentes comisiones. Estos ladrones están llevándose las riquezas de la gasolinera para otra parte.

En un capitulo reciente los secuestradores tomaron la decisión de hacer una jugada, unos pocos se fueron a las oficinas de registro y con sobornos quisieron cambiar las reglas del negocio, así como los nombres de los accionistas, para legalizar el robo, pero muchos de los empleados volvieron a dar la alarma y empezaron de nuevo la lucha que se había detenido un poco, además uno de los secuestradores no quiso seguir en el juego y le dijo algo a un canal de televisión que cubría tímidamente la noticia, les comentó lo que pasaba y enseguida voltearon muchas cámaras hacia el negocio. No pudieron hacer el cambio en el registro y se prendió más fuerte el candelero. 

Hoy día la gasolinera continúa sitiada, los secuestradores ya se quitaron las caretas, mostraron su verdadero rostro y dicen que ese negocio lo heredaron de un tío de ellos que ya murió, que tienen las escrituras, pero resulta que ese tipo era otro ladrón más grande y más cobarde por cierto, se murió de un infarto en un robo, lo mataron de un susto, ya se había ensuciado antes los pantalones. 

La policía tiene rodeada la gasolinera, pero como son de diferentes cuerpos están resolviendo de qué manera entran sin causar más muertos, pero el tiempo corre; ya hay fallecidos, muchos heridos y dentro no hay medicinas y tampoco permiten la entrada de los paramédicos.

Solo algunos restaurantes chinos les están llevando comida, es la más barata y únicamente ellos se atreven a despacharles, en la serie se ve que les pagan con gasolina, instalaron una tubería secreta. Los secuestradores son los únicos que beben y comen bien, han reservado la comida para ellos; en ocasiones algunos de sus aliados externos se la llevan, con la anuencia de algunos policías corruptos que están involucrados en la jugada.

La lucha de los últimos días ha sido feroz, en el último capítulo los trabajadores y clientes que están atrapados, lograron tomar una parte del establecimiento y dan la lucha a pesar de no tener armas, algunos han podido escapar por una ventana, mientras los otros les cubren las espaldas. La policía les está recibiendo y dando ayuda afuera, pero a otros, los confunden con bandidos, los están tratando como si realmente fueran delincuentes. 

La lucha continúa, por ratos los dos bandos se cansan y tratan de coger nuevas fuerzas. En las filas malandras ya se nota la merma de fuerzas e inclusive el miedo. Saben que cuando los atrapen algunos van a ser castigados con cárcel perpetua e inclusive les puede tocar la muerte, además sus propias familias están en riesgo. También se están agotando las municiones y saben que si todos los trabajadores se abalanzan contra ellos, no podrán detenerlos, así usen todas sus armas, el número es muy superior y morirían linchados. Los muy miserables siguen gritando con furia, pero ya se les siente el miedo y yo creo que quieren negociar.

Hay negociadores externos que están interviniendo de muy buena fe y con firmeza, pero unos pocos, que se benefician con el secuestro, piden no intervenir y frenan los intentos. La gente adentro está presionando, no ceden en sus esfuerzos, están dispuestos a perder la vida si es necesario, para que sus familias y los demás compañeros, puedan recuperan su sustento y volver a la buena vida que tenían, aunque reconocen que acabando con estos bandidos, habrá que corregir muchas cosas para evitar otro asalto. Mejorar las alarmas, los medios de seguridad y de comunicación

Este evento está en desarrollo, esto está ocurriendo en una gasolinera que tiene las reservas de combustible más grandes del mundo. Unos miserables tienen a la gente secuestrada, tienen todo el poder dentro de esa gasolinera, pero sus propietarios, amigos y trabajadores, están luchando para acabar con este asalto, sin tener que morir en él intento. 

Seguiré “viviendo” esta serie y más adelante les cuento.


Eduardo J. León Hernández
Abril 24, 2.017

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