miércoles, 18 de julio de 2018

PAZ o FELICIDAD, TU QUE PREFIERES ?

Estos dos símbolos, que representan Paz y Amor, datan de hace unos 60 años cuando ciertos grupos, principalmente los llamados "hippies", tomaron actitudes y costumbres pacifistas y eran muy activos contra las guerras; algunos con cierta edad que leen esto y los amantes del cine como yo, se recordaran de esa romántica época, que involucró también muchas otras cosas no muy sanas, pero divertidas para quienes las vivieron.  La palabra Paz proviene del latín pax (pacis), y se entiende como un acuerdo o pacto entre personas o países; es la ausencia de guerra. La no existencia de conflictos armados entre países, razas o grupos sociales. 

A nivel individual, para cada persona, Paz se entiende como ese estado ideal donde se alcanza el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, es la falta (o eliminación) de los conflictos externos, pero principalmente de los internos, de los de cada uno de nosotros. 

La iglesia católica sostiene que la falta de paz en el mundo, proviene de la falta de paz en el interior del hombre: “En realidad, los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están conectados con ese otro desequilibrio fundamental que hunde sus raíces en el corazón humano. Son muchos los elementos que se combaten en el propio interior del hombre. A fuera de la criatura, el hombre experimenta múltiples limitaciones; se siente, sin embargo, ilimitado en sus deseos y llamado a una vida superior. Atraído por muchas solicitaciones, tiene que elegir y que renunciar. Más aún, como enfermo y pecador, no raramente hace lo que no quiere y deja de hacer lo que querría llevar a cabo. Por ello siente en sí mismo la división, que tantas y tan graves discordias provoca en la sociedad”, (tomado de Wikipedia). En verdad esta aseveración es bien compleja y cubre todas las aristas de lo que ocurre cuando el ser humano no tiene paz, cuando trata de hacer bien "las cosas", pero otras condicionantes no se lo permiten, precisamente por no tenerlas claras en su corazón, más que en su mente.​

La felicidad en cambio es un estado de ánimo, es lo que siente la persona cuando se encuentra satisfecha por tener o contar con lo que desea, por disfrutar de algo o con alguien. Para algunos la felicidad es el objetivo último del ser humano, y la riqueza, la propiedad libre, individual y absoluta es la base. Felicidad es un estado o conjunto de emociones, que puede ser causada por muy diferentes razones y cada quien la percibe de forma diferente. Alguien puede ser feliz, viendo un juego de fútbol y otro sentirse muy aburrido e inclusive desdichado. Hay quienes con suplir una necesidad básica como poder tomar agua o alimentarse, sienten que alcanzan la gloria, el máximo éxtasis, pero es que en “su realidad” no tienen los medios para obtenerlos a diario. Por el contrario, muchos que están rodeados de placeres, no ven la importancia del agua y la comida, su felicidad está en otras cosas. Dos gemelos univitelinos, no son felices por las mismas causas y algo que haga feliz a uno de ellos puede hacer muy infeliz al otro. Por ejemplo, ambos se enamoran de la misma mujer (el enamoramiento les produce felicidad), pero ella se decide por solo uno de ellos. La felicidad de uno y la infelicidad del otro, van a caminar en vías opuestas y pueden durar diferentes cantidades de tiempo, al igual que variará su intensidad. Mismo punto de partida, resultados opuestos.

Algunos autores clasifican la felicidad como una condición subjetiva y relativa y estoy de acuerdo con eso, porque es diferente para cada quien, pero yo agregaría para una mejor comprensión, que no es eterna; casi siempre, tiene el tiempo contado. La autorrealización, el logro de objetivos y poder alcanzar nuestras metas, son la base de la felicidad, que puede ser tan efímera, como la realidad de cada quien.

Mucha gente se ha dedicado a desarrollar métodos, charlas y programas para “alcanzar la felicidad”. Pero pocos (por la complejidad en alcanzarla), se enfocan en la paz, que es la verdadera condición que debería reinar en cada ser humano.

La canción Amar y Querer, de Manuel Alejandro, cantada por José José y versionada por muchos otros cantantes, hace cierto símil con la Paz y La Felicidad. En una de sus estrofas dice:

“El querer pronto puede acabar
El amor no conoce el final
Y es que todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar”

Esas cuatro líneas definen muy bien la diferencia entre Amar y Querer, (para quienes no conocen o no recuerdan bien la canción, les recomiendo que la escuchen, es muy bella) y es así, el Amor y la Paz son para siempre, el querer y la felicidad, son efímeros, normalmente tienen un tiempo limite y para perdurar, tienen que subir al otro nivel.

A diferencia de la palabra Felicidad, el término Paz aparece muchísimas veces en la Biblia (también encontramos la palabra Gozo, que es un símil de paz), pero el más claro exponente de la importancia y profundidad de la Paz en nuestras vidas es el propio Jesucristo. “La paz les dejo, mi paz les doy”, reza el evangelio al inicio de Juan 14:27, y es la palabra que Él siempre usaba como saludo, porque era y es lo que Él quiere regalarnos, es lo que Él sabe es importante para nosotros, más que otra cosa. Shalom, palabra muy conocida de origen hebreo que significa Paz, es una forma de saludo o despedida entre los Judíos. Es un deseo de salud, armonía, paz interior, calma y tranquilidad para quienes se saluda. El Salmo 118, en su contenido dice: “La paz y la Justicia se besan”, en referencia a la necesidad de ese binomio. En todas las religiones, se pide a los fieles: justicia, verdad, solidaridad y tolerancia, todos ellos son atributos de la Paz, que junto al Amor, son el fin último del ser humano. La palabra Islam (Corán), base de la religión Musulmana, controversialmente entendida en el mundo, significa Paz.

En resumen, tener Felicidad, no necesariamente significa que se está en Paz. Estando en Paz, que debería ser el estado esencial del ser humano, seguramente se está Feliz, la mayor parte del tiempo, puesto que siempre vamos a tener momentos de tristeza y dolor, pero estos serán también temporales. Al tener Paz y Amor, lo tienes todo y nunca te hará falta nada. Para los cristianos católicos, la Paz la da Dios, es un don que recibimos de Él, pero también es nuestro trabajo buscarlo. No esperemos que la Paz nos llegue por escrito, cuando al terminar nuestras vidas, al enterrarnos, nos coloquen un "que en paz descanse". Eso es solo un escrito.


La Paz está dentro de ti. La Felicidad está afuera, en lo que te rodea.

Busca la Paz, encuentrala y se Feliz.



Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Julio 18, 2018

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