lunes, 14 de enero de 2019

LA GASOLINERA SECUESTRADA - SEGUNDA PARTE


Tomado de Internet y editado
La gasolinera continúa secuestrada, pero ya los miserables terminaron de quitarse la careta. A la fuerza se proclamaron dueños del negocio y burlaron los registros para tratar de legalizarse como propietarios. 

A diferencia de lo que acontecía ya hace unos meses cuanto les envié noticias de esta serie que estoy viviendo, la estación ha empezado a ser rodeada y muchos de aquellos vecinos que no prestaban atención, ya empezaron a reclamar y unos cuantos se declararon como “no amigos” de los miserables. También hay uno de los secuestrados y gran parte de sus amigos, que forman parte del único grupo interno que los rehenes reconocen como líderes, que han empezado a hacer el trabajo necesario para su liberación. 

La huida de parte de los secuestrados ha aumentado. A algunos se lo han permitido porque ya no pueden alimentarlos y no pueden evitar su fuga por las puertas laterales; otros, de su mismo grupo han empezado a desertar. Han visto que ya no es negocio o presiones internas les han abierto los ojos (así dicen ellos). El hecho cierto es que es bastante significativa la cantidad de gente saliendo y finalmente eso ha ayudado a que los vecinos, por estar siendo seriamente afectados, hayan empezado a actuar.

Algunos de los negocios grandes que les estaban ayudando, han empezado a apretarlos. Ven que se les va a dificultar el cobro de muchas cuentas pendientes, porque al ser desalojados o aniquilados, al liberar ese secuestro, no van a poder recuperar esas facturas pendientes. Los vendedores de arroz chino y de vodka son los primeros en esa lista. También los llamados isleños, empiezan a hacer contacto, buscando refugio en la casa de los tacos.

Hay un capitulo de esta serie que realmente me golpeó. Una médico que está allí secuestrada y que se ha ocupado de atender a los niños que han nacido en cautiverio, narró en un reciente capitulo que, de 60 recién nacidos en un mes, solo 12 sobrevivieron. Las causas van desde no tener las medicinas básicas, hasta la falta de alimentación de las madres, lo que causa desnutrición antes de nacer; esto es recurrente. Igualmente, muchos otros que han enfermado, de diferentes edades, no logran obtener siquiera pastillas para un simple dolor; a los secuestradores muy poco les importa.

La forma de obtener lo que se necesita para subsistir dentro de la gasolinera se complica cada día. Muchos de los que aún siguen colaborando con los secuestradores, ya han empezado a reclamarles, la poca comida que les entregan cada mes, por ser cada vez más escasa no les llega, pocas fuentes de recursos alimenticios están disponibles y muchos de los proveedores ya no están dispuestos a despachar más insumos, ya que además de no recibir el pago correspondiente, observan que no están ayudando realmente a los rehenes.

La policía que debería proteger a la gasolinera, la que fue contratada desde hace muchos años por los propietarios, se ha volteado, fue comprada desde hace tiempo por los secuestradores, era parte de su estrategia y hoy día toman ventaja y también se aprovechan para llenar sus bolsillos, con lo pueden tomar de los estantes del negocio, que está mermando continuamente. Esta gasolinera tiene riquezas y productos casi infinitos, pero es tan fuerte la rapiña, que ya algunos han empezado a desaparecer, cosa que parecía imposible en el pasado.

Una de las cosas más terribles que se observan en la serie, es una muy buena parte de los rehenes pareciera entregada, ya no quieren o no tienen fuerzas para pelear o tratar de quitarse de encima a esos miserables. Algunos dicen que al menos de vez en cuando tienen para comer, otros tienen miedo de los golpeen e inclusive que los asesinen. En uno de los últimos capítulos, uno de los detenidos fue llevado a un pequeño cuarto que usan para divertirse golpeándolos y finalmente lo lanzaron por la ventana. Ellos dicen que se lanzó, pero el hombre ya estaba muerto al caer. Estos son algunos de los miserables que lideran el secuestro, aunque allí falta la cilia, una de las más perversas.




La vida en esa gasolinera se ha convertido en un infierno, que cada día se calienta más. En muchas ocasiones, además de no tener comida, ni las más básica de las atenciones médicas, tampoco tienen aire acondicionado y sufren por las altas temperaturas, ya que pasan días y noches enteras sin electricidad. Casi nunca pueden asearse por no haber agua y convivir con la basura se ha convertido en su cotidianidad.

Lo más triste es la descomposición de esa comunidad que le ha tocado vivir de esa manera, hay muchos que no han conocido otra forma de vivir. Los niños que han nacido allí, solo conocen ese establecimiento, con las condiciones y recursos que tienen disponibles en estos momentos. Nunca llegaron a ver esa gasolinera llena de productos, con todo lo que hacía falta para hacer cualquier viaje, con la capacidad de albergar a cualquiera que quisiera visitarla o decidiera trabajar en ella y pasar momentos alegres.

La verdad es que los creadores de esta serie superan en lo sangriento a las películas de Quentin Tarantino y el terror de las novelas de Stephen King, no hay capítulo donde no se estile sangre, hambre, miedo y desgracia, excepto por el de esta semana. Resulta que un grupo de los rehenes han designado a uno de ellos para hacer un pacto con algunos de los vecinos, el clan de los miserables ya se ha dado cuenta de ello, pero hasta el momento no han tomado ninguna decisión de si tomarlo preso y acabar con él. Se dice que es un joven con ideas diferentes, dispuesto a luchar y dar la vida por defender a su gente. La gran mayoría teme por su vida, muchos piensan que probablemente corra con la misma suerte de otros que se han enfrentado de manera legal y frontal a los miserables y que deberá huir para no morir. Sin embargo, en esta oportunidad, este joven tiene un claro apoyo de más de una docena de sus vecinos, quienes ya han mostrado su decisión de colaborar con la liberación de la gasolinera y prometen no dejarlo solo. La acción policial no se descarta, solo creo que se espera alguna fractura de la seguridad interna de la gasolinera.

Esta es una serie muy triste que debo vivir a diario, aun cuando no esté dentro de la trama, es imposible para mi perderme un solo capítulo, algunos de los actores son de mis favoritos, además del hecho de que yo nací y crecí en esa gasolinera.

Los mensajes de los últimos días dan cierta esperanza, pareciera que se están enredando las cosas para los secuestradores quienes están cada vez más cercados, pero también, por desgracia, algunos de los rehenes están divididos; espero que ese nuevo líder los una de nuevo. Por la línea que he visto que ha trazado el guionista de esta serie, la liberación de este secuestro no va a ser pacifica, son muchos los desmanes, asesinatos y daños internos y externos lo que los miserables han causado para evitar ir a prisión y va ser difícil que todos se entreguen, además de que son muchos para lograr un asilo en la casa de algún vecino que los acepte.

Nota de última hora al final de esta edición: 

Los miserables intentaron atrapar al líder recién nombrado, de hecho, quisieron ponerles los ganchos, pero él se defendió. El rechazo de todos los rehenes y de los negocios amigos fue tan fuerte, que debieron liberarlo. Soplan vientos de libertad, anuncian un capítulo especial para el próximo 23 de enero, donde podrán presentarse serios eventos en la gasolinera secuestrada. Espero en Dios y la Virgen, que el próximo escrito, sea sobre el último de esta terrible historia.


Eduardo J. León Hernández 

Enero 14, 2.019

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CULPA MATA MÁS GENTE QUE LA GUERRA

Tomado de www.seamosfelices.com Hace unos días escuché la sentencia que titula este escrito y me llevó a recapacitar en cuanta culpa hay en ...