sábado, 25 de noviembre de 2017

CUANDO UN AMIGO SE VA


"Cuando un Amigo se va, queda un espacio vacío, que no se puede llenar, con la llegada de otro amigo. Cuando un Amigo se va, queda un tizón encendido, que no se puede apagar, ni con las aguas de un río".

Es parte de una canción que he escuchado de Facundo Cabral y versionada de forma magistral por Ricardo Montaner. Una bella canción que resalta la importancia que tiene un amigo en nuestra vida y que regularmente solo apreciamos cuando se van, cuando mueren, cuando se unen a la Gloria de Dios.

Estas situaciones son muy duras y más aún cuando se van de repente, siendo joven, sin enfermedades aparentes, sino que por el contrario, se van teniendo tantas ganar de vivir, de hacer todo lo que podían por el prójimo, por su país.

En los últimos años he perdido grandes Amigos, varios de ellos ya un poco mayores; más que amigos fueron especiales mentores. 
  • Primero mi Tío Félix, mi compadre, el marinero de una sola novia, un ser increíble, trabajador, humano, familiar, siempre atento a ayudar y sumamente práctico. El que tomaba whiskey, con coca-cola. No frenaba en los huecos, aceleraba para no caer en ellos.
  • Después se fue J.J. Marzuola, alguien de quien aprendí muchísimo, me dejó ver que la felicidad no está en el dinero, que ayuda mucho, pero que no es la esencia de la vida. Me enseñó a pescar, pero no solo peces, también amistades y negocios. Con él aprendí a conocer a la gente, a la buena gente; enseñanzas que son indescriptibles a través de unas letras. 
  • Luego mi compadre, el de los viajes cortos, mi hermano y compañero de tantos momentos agradables, padrino de mi matrimonio, el pana Ascanio Calles. Un hombre excepcional, que siempre estaba alegre, unas veces más que otras, quienes lo conocieron saben a qué me refiero. Una persona siempre atenta a escuchar y a dar sus puntos de vista, radicales algunos, pero siempre muy sinceros. Amante de las rancheras, de un buen asado, de un boca-chico relleno o de un armadillo en brasa. Alguien muy especial para mi familia y para mí; tuve el gusto de ser quien lo llevara a sacarse su última cédula de identidad, pocos días antes de morir. Me dijo que lo ayudara en eso, porque no quería irse al cielo indocumentado. 
  • También mi pana Arévalo Guzmán Reyes Blanchard, el hombre de los cuatro apellidos, un caballero, muy atento con nosotros, esplendido, humano, siempre tenía tiempo para escucharme y darme sus consejos. Desde hace muchos años no pago hotel en Caracas, me consideraba tan cercano, que prácticamente me asignó un cuarto en su casa. 
  • Y don Jesús Cabrera, mi amigo Jesús. Compañero de iglesia, de retiros, de lecturas. Sencillo y profundo pensador, educador, humilde, agradecido, sincero como pocos, un hombre lleno de Dios que estaba pendiente de los amigos, siempre tenía una sonrisa y una bella palabra para todos, pero con un carácter muy maracucho, que no dudaba en aflorar cuando era necesario. 

Para mí fue, es y será un honor haber sido amigo de estos Señores, a quienes con estas pocas letras les rindo un pequeño homenaje.

En un Noviembre como el de hoy, de hace ya tres años, se me fue otro buen amigo. Alguien a quien conocí y traté, digamos, por poco tiempo, pero logramos una extraordinaria cercanía, una muy buena amistad, él era como ese hermano en el que podías confiar, no por su título, sino por quien era. El Padre Ángel Leonardo Villalobos, con apenas 50 años vida y casi 25 de sacerdocio, sencillamente, se nos fue al cielo en menos de dos semanas. Ángel Leonardo, cuya muerte inesperada nos atrapó a todos sus amigos y feligreses en una bruma, en un no entiendo, en un qué pasó. En esa sensación de descontento, tristeza y consternación que aun a esta fecha, algunos no entendemos, ni aceptamos. Creo que muchos, lo sentimos vivo.

Ángel Leonardo llegó a nuestras vidas un día cualquiera, cuando los Misioneros del Sagrado Corazón, tomaron la difícil y triste decisión (para ellos y para todos) de entregar la Parroquia Santísimo Sacramento a la Arquidiócesis de Maracaibo. Duro trabajo el de él para integrarse a nuestra comunidad, ya que habían sido muchos años con los MSC, es especial con los Padres Vicente y Tomas, pero no tuvo complejos, ni dudas y se volcó a su gente con ese entusiasmo propio que lo caracterizaba; en especial en los jóvenes que siempre fueron sus amigos, sus predilectos. Defensor de las causas justas, acérrimo crítico del gobierno, a quien denunció en cada espacio que pudo, en cada sermón que cabía, en cada comentario que pudiera hacer.

Una mente preclara, que podía dar los mejores consejos y hacernos más llevadera la vida, cuando nos acercaba a Dios y a la verdad, con sus palabras de aliento. Severo cuando debía serlo, pero con mucho respeto. A nuestro grupo de Laicos MSC, quienes a pesar de haber quedado huérfanos de guía espiritual, nos mantuvo en nuestro sitio y nos brindó el apoyo para permanecer en la Parroquia, sé que hablo por todos los integrantes, siempre le estaremos agradecidos por acogernos y sobre todo defendernos cuando fue necesario.

Desde el Grupo Familia, movimiento que nació por su interés de tenderle una mano a los matrimonios formados y a quienes desearan constituir uno, también le damos las gracias por su visión, junto con la Sra. Nelly, de empujar esa obra. Ángel Leonardo, para mí fue alguien muy especial, como ser humano, como sacerdote, Mariano, un especial Amigo. En este Noviembre, tu mes favorito, te recordamos Ángel Leonardo, junto a tu excelsa Chinita.

"Cuando un Amigo se va, una estrella se ha perdido, la que ilumina el lugar, donde hay un niño dormido. Cuando un Amigo se va, galopando su destino, empieza el alma a vibrar, porque se llena de frío. Cuando un Amigo se va, queda un terreno baldío, que quiere el tiempo llenar, con las piedras del hastío. Cuando un Amigo se va, queda un espacio vacío, que no se puede llenar, con la llegada de otro amigo".

Gracias Ángel Leonardo por ser quien fuiste, quien aún eres y quien siempre serás.

Cuando un Amigo se va
Mi corazón sigue encendido
Pidiendo que esté con Dios
Quien es nuestro eterno Amigo.

Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Noviembre 25, 2017

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