miércoles, 30 de diciembre de 2020

EL CONCERVEZATORIO

La cerveza artesanal ha tomado un gran auge en los últimos años y producto de mi curiosidad, ante temas tan relevantes como este, le pedí a un amigo que la produce (eso dice él, pero aún no nos ha brindado, veremos qué pasa cuando lea esto) que me explicara las bases técnicas de ese arte milenario tan interesante. La fabricación de la cerveza, se industrializó en firme el pasado siglo XX y produjo que emergieran y sigan saliendo al mercado, nuevos y muy variados tipos de cerveza, especialmente artesanales. Solo por cultura general, veamos algo de historia.

Ese divino néctar de los dioses paganos, es producto de la fermentación en agua de cereales, principalmente cebada o trigo, pero también se puede usar centeno, avena, espelta, mijo, sorgo o cualquier cereal que produzca azucares; a esta mezcla se le agregan levadura, más lúpulo y allí nace la magia. Normalmente la cebada se debe “maltear”, buscando la activación enzimática de la germinación y al estar en su punto óptimo, se detiene el proceso, reduciendo la humedad del grano hasta su mínimo y luego se hornea. Si este proceso se hace a bajas temperaturas, el tostado es mínimo y se habla de maltas claras. A medida que se aumenta la temperatura del horno, la malta resultante es cada vez más oscura y se llega al punto de casi quemado, se consigue malta negra. El grado de tostado de la malta determina el color de la cerveza. Todo lo anteriormente escrito, lo extraje de diferentes paginas de internet, así como algunas cosas que menciono más adelante, ya que en lo que se refiere a esta bebida si me declaro estaba poco ilustrado. 

La cerveza es tan antigua como Lila Morillo, Amparo Grisales o mí amiga la Reina de Inglaterra. Según algunos historiadores, la cerveza y el pan aparecieron con el cultivo de los cereales, evento que se estima ocurrió entre los siglos XI y VII a. C., en la zona de Mesopotamia, pero el libro del Éxodo en 16,12 narra parcialmente «Por la tarde les daré a comer carne, y por la mañana les daré a comer pan», era evidente que ese alimento existía y esos hechos datan del siglo XIII, o sea, su uso es mucho más antiguo. 

El pan y la cerveza contienen prácticamente los mismos componentes, excepto por el lúpulo, es solo una cuestión de proporciones. De hecho, la cerveza era considerada como alimento y además se bebía en lugar de agua (conozco a varios que hoy día la consideran igual y así mismo la toman), ya que era más conveniente ingerirla ante la falta de fuentes de agua limpia. Por otro lado, rendía mucho más el cereal como cerveza que como pan y generaba los mismos nutrientes, por eso en algunos sitios como la República Checa o en Baviera, a la cerveza se le llama "pan líquido".

En sus inicios el fenómeno de la fermentación era considerado como un acto procedente de las divinidades, con un fuerte carácter mágico y fue así como en el tiempo, la cerveza fue concebida como bebida y alimento sagrado, placiente a los dioses. Posteriormente, la cerveza se produjo en grandes cantidades, bajando sensiblemente su calidad y también de precio (capitalismo salvaje), lo que la llevó a muchos más lugares y apareció como bebida de taberna. El único lugar donde parece que la cerveza no tuvo un papel preponderante fue en la antigua Grecia, donde dominaba el vino y fueron muchos los conflictos con los adeptos a este último. En el Imperio Romano, el vino era “la sangre de Cristo” y la cerveza se veía como una bebida de paganos; era como el “vini corruptus” de los pueblos bárbaros.

Otón II el Rojo, fue rey de Alemania e Italia y emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico y tiene la insigne distinción de haber otorgado la primera licencia que se conoce para fabricación de cerveza. A Hildegarda de Bingen, abadesa del monasterio de Rupertsberg (Ruperto en Maracucho), se le reconoce la primicia de añadir lúpulo al mosto de la cerveza, antes de fermentar allá por el año 1079 y cerca de 1516, el duque bávaro Guillermo IV de Orange, fijó la Ley de la Pureza en la fabricación de la cerveza, tratando de estandarizar la producción con el uso obligatorio de cebada malteada, agua, lúpulo y levadura. Ya en el siglo XIX comienzan a darse ferias de la cerveza, siendo la más famosa del mundo la Oktoberfest, que se celebra desde 1810. Su origen al principio era para celebrar la boda del rey Luis I de Baviera con Teresa de Sajonia Altenburgo, y ya más recientemente es solo como una buena excusa para beber y beber. Algo interesante, durante muchos años, los elaboradores de cerveza no tenían la obligación de participar en guerras, pero en cambio eran obligados a seguir a los ejércitos, con tal de asegurarles el avituallamiento de cerveza.

Muchos dicen que la Edad Media, fue la edad de oro de la cerveza, y producirla fue un negocio favorable que extendió la práctica hasta incluso los frailes (estos carajos estaban en todo). Tal situación generó un conflicto, ya que la iglesia no tenía que pagar impuestos, mientras los laicos si, lo que llevó a estos últimos a producir una cerveza menos elaborada, más barata, que les permitiese sobrevivir a pesar de la desleal competencia de los frailes. Aquí radica la diferencia histórica entre la cerevisia de los frailes, más densa, más aromatizada, y más cara, y la bier/beer/bière de los laicos, menos alimenticia, más refrescante y barata, aromatizada simplemente con lúpulo.

Todos hemos escuchado el término Taberna en las películas antiguas, Cantina en los westerns o simplemente Bares, en tiempos mas recientes. El primero era inicialmente un lugar para comer, donde de paso se vendían bebidas y lo mismo ocurrió con el segundo, solo que sus orígenes están en continentes diferentes. Esos sitios fueron los primeros lugares donde se realizaban los Concervezatorios. Eran los sitios donde los hombres iban a contar sus historias, normalmente vinculadas con la guerra, la práctica de la caza o de la pesca, sus grandes hazañas; esos eventos en los cuales se enfrentaban a otros ejércitos o contra grandes animales y los mataban con sus lanzas, disparos de rifle o fusil; algunos hasta decían que lo hicieron tipo Tarzán, con un simple cuchillo (de este tipo de embusteros tampoco nos libramos nosotros). También las historias como Mobi-Dick o cualquier otra donde los piratas y bucaneros, arrasaban con otros navegantes o luchaban contra el mar, eran detalladamente explicadas en la taberna más cercana, convirtiéndose en leyendas. En algunas tabernas se tomaba principalmente vino, pero como esa bebida dependía de las estaciones, la cerveza era más constante y también competía con el whisky en las cantinas, porque era más nutritiva y refrescante.

Hoy día la vaina no es nada diferente. Los sitios para ingerir licor tienen diferentes nombres y clasificaciones, a unos van los que tienen más dinero y en los otros donde se sirven bebidas más económicas, van los que pueden pagar hasta allí, pero en todas se toma cerveza. No es necesario ir a una taberna, cantina, bar, puticlub o restaurant para tomar una buena cerveza, muchos lo hacen en la intimidad de su casa, haciendo una parrillada o asado, con sus amigos y la familia. También en la orilla de la playa, en la montaña o en cualquier lugar donde se pueda estacionar el carro y llevar su cava refrigeradora llena de hielo y cerveza; en Colombia hacer esto último es más complicado, pero no imposible.

El deporte también está muy vinculado a la cerveza. Es imposible ir a un partido de futbol o de baseball como espectador y no tomarse varias cervezas, ni hablar cuando te toca ir a jugarlo, es la mejor escusa para “bajarse” varias cajas de unas bien frías. Hay otro “deporte” muy, pero muy cercano a la cerveza, el dominó, son infaltables unas birras para poder jugar con gusto ese desgastante juego de mesa.

Concerverzar (espero que algún día la RAE considere este verbo), es simplemente hablar con una o varias personas, en un sitio escogido para tal fin, tomándose unas cervezas, sin horario, ni fecha en el calendario (aunque a algunos solo les dan permiso para esta actividad por un breve tiempo y en días específicos), son eventos para platicar sobre lo profano y lo divino, y por supuesto, sobre cualquier pendejada o banalidad a la que se desvíe la conversa. Las concerverzaciones se inician con palabras suaves y amables saludos, pero en ocasiones terminan con gritos y hasta peleas, que incluyen llanto y abrazos de compadres.

Un concervezatorio a veces es el inicio de un encuentro furtivo de amantes, donde cada vez hay menos palabras y más acción, siendo eso directamente proporcional al número de cervezas consumidas. También se puede convertir en un mono-cervezatorio, que es cuando un amigo nos invita a tomarnos unas frías, para contarnos algo personal y terminamos escuchando el rezo de sus penas, más el hecho de ver rodar mocos y lágrimas. 

Un buen concervezatorio se puede iniciar en la cocina, sobre todo en estos días de navidad, cuando nos juntamos con los cercanos a preparar esos platos que deleitamos en este mes y que finalmente todos son acervezados. En este 2020 se han reducido por los efectos de la pandemia, pero se han multiplicado los cyber-concerverzatorios, vía Zoom, WhatsApp o Skype, qué si bien no permiten los abrazos de compadres borrachos, evitan los golpes físicos y las vomitadas en casa ajena.

Concerverzar es un deporte nacional, en muchos países es más religioso que una misa participar en él y es también el origen de un muy lucrativo negocio. La cantidad de litros de cerveza per cápita consumidos en el mundo, es solo superado por el consumo de agua, los Spirits (whisky, ron, ginebra, vodka, etc.) y por las bebidas gaseosas.

Según lo publicado por el portal web de Portafolio en octubre de 2019, Colombia se ubica como el tercer consumidor de cerveza en América Latina, con unos 51,4 litros por persona al año, detrás de México y Brasil. Ocupa el número 89 en la lista general, muy lejos de la Republica Checa, que lidera este departamento con unos 145 litros per cápita; de Venezuela no hay datos estadísticos, pero también se bebe bastante, aun sin dinero. Solo como cultura general y para tener una visión de donde estamos, la producción mundial de cerveza alcanza unos 190.000 Millones de Litros por año y de los 7.700 Millones habitantes de la tierra, unos 5.800 Millones son mayores de 15 años, de los cuales un 56% (3.304 Millones) en promedio y según la OMS consume alcohol; esto representa casi la mitad de la población de la tierra. En el consumo total de alcohol en el mundo, la cerveza se ubica en el segundo lugar con un 34%, seguido por el vino con un 12% y es liderado por los Spirits con un 44%; el 10% restante es producto de otras fermentaciones. Según los estudiosos de la materia, un 25% del alcohol que se produce y consume no está registrado en las cifras oficiales, por lo que los valores antes indicados están bastante subestimados. 

El exceso en el consumo de alcohol es algo que influye enormemente en la destrucción de la sociedad, aunque nuestra doble moral y el interés de considerarlo como algo beneficioso, realmente nos ubica cada día con mayores riesgos de morbilidad y mortalidad. En los últimos años, el promedio mundial de consumo de alcohol ha descendido, pero esto es básicamente por el crecimiento de poblaciones que por su religión no consumen alcohol; en América y en Europa si ha habido un constante incremento del consumo, lo cual no es una muy buena señal.

Es muy satisfactorio sentarse a tomar algo con la familia y los amigos, yo diría que es justo y necesario, ya que nos permite conocernos, intercambiar ideas o simplemente compartir nuestras historias. Los concervezatorios, las vinadas, las whiskadas o cualquier otra vaina que nos provoque tomar para pasar un rato agradable, no necesariamente tiene que ser licor. Muchos lo hacemos con un buen café, un te (aromática), un helado o un jugo de frutas, que también nos da la oportunidad de vivir la vida, de manera sana.

Cuando estos compartires se convierten en un abuso de la bebida, transformando la velada en un caos y en el origen de problemas o accidentes por la irresponsabilidad de los excesos, ya deja de ser algo agradable; además, cuando esto lo hacemos delante de nuestros hijos y nietos, estamos marcándolos con ese actuar que se ha convertido en cultura, en un hito del machismo y hasta del feminismo, porque ahora algunas (ojo, escribí algunas) mujeres se sienten más mujeres por la cantidad de licor que son capaces de beber. No intento escribir como un drogadicto o una prostituta regenerada, yo disfruto de un buen whisky, un vino con cuerpo o alguna cerveza bien fría, de vez en cuando, pero no es el centro de mis eventos, mucho menos de mi vida; aunque probablemente en algún momento en el pasado, pudo haberlo sido, por eso puedo hablar con tanta seguridad sobre este tema.

Espero que sus Navidades hayan sido fantásticas y el Niño Jesús realmente haya renacido en sus corazones. También deseo que el año nuevo los coja alegres, muy despiertos y llenos de mucha esperanza y que tengan muchos concervezatorios en el 2.021, pero por favor, me invitan.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Diciembre 30, 2020

PD: Al modelo de la fotografía lo pueden contactar por este mismo blog. 

1 comentario:

  1. Me encanta la narración el tema me ha ilustrado mucho. Y... quien será el
    modelo?

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