viernes, 31 de marzo de 2017

SERÁ QUE TODOS SON FAMILIA DE DUDAMEL?


Esta última semana de marzo 2.017 ha sido una de las de mayor movimiento político en Venezuela, la OEA se reunió y 20 países reclamaron al desgobierno de mi país volver a la democracia, el día de ayer el tribunal supremo de injusticia (minúsculas) finalmente derroca con una sentencia al parlamento y se consuma formalmente la dictadura. Hoy, para enredar más la cosa, la fiscal general de la nación, dice que eso es inconstitucional y hace un llamado a volver a la cordura y restituir el estado de derecho. Luego el miserable sale y dice que él no sabía nada.

Eso anterior es un pequeño resumen para algún lector que no esté al día con los últimos eventos que han “oficializado” la dictadura en Venezuela y que ojalá despierte nuevamente al pueblo. Pero este escrito no es con el fin de hacer un análisis político de la situación, no, es para comentarle a la gente mi parecer de su comportamiento en las redes sociales.

Regularmente en las redes vemos gente, como yo, que estamos en el exterior, preocupados por el país y escribimos sobre lo que ocurre, damos apoyo y ánimo a quienes están sufriendo en Venezuela. Esto lo hacemos muchos. Hay otros que estando dentro del país ni siquiera se pronuncian contra el gobierno, no sé si es el culillo que les invade y disculpen mi franqueza, pero así pienso, otros no lo hacen porque creen que no hay impacto con eso y muy por el contrario puede traerles problemas (más??).

Les comento que mi hijo menor, mis padres, hermanos, tíos y muchos primos y sobrinos y grandes amigos a quienes estimo enormemente aún están en Venezuela y muchísimos de ellos, por no decir todos, padecen a diario para llevarse la comida a la boca, ni hablar de conseguir medicinas. Cada día que me siento a comer, me invade una gran tristeza; no es fácil llevarse algo a la boca sabiendo que los tuyos padecen hambre. Cuando entro a una farmacia o cualquier tienda y veo a la gente comprando lo que quiere, es inevitable recordar a mi país y en especial a mi gente que padece. Me es imposible no recordar la emergencia del Hospital Universitario de Maracaibo, a la cual asistí regularmente por años e imaginarme a la gente más pobre, viendo morir a los suyos. Vivir en el exterior es muy duro, estás fuera, pero tu cabeza está en Venezuela.

Hay algo, que es la parte central de este escrito, que sí me parece extraño, contradictorio o digamos, medio dudamel. Es el comportamiento de alguna gente que está en Venezuela, que día a día postea en redes fotos de fiestas, paseos, desayunos, almuerzos, parrandas, etc. No hablo de esas que corresponden a la graduación de un hijo, de una boda, de un evento que sea digno de compartir por su esencia, hablo de los diarios disfrutes, las fotos de sonrisa diaria, el yo estoy bien y me importa un carajo lo demás. Mira lo que como, que rico está!

Donde vivo, me preguntan con frecuencia: “Realmente las cosas están tan mal en Venezuela?. En las redes se ve otra cosa”. Yo simplemente les contesto que hay gente que no sabe lo que es la solidaridad, que pareciera que esas personas no se han dado cuenta de que viven en un país con hambre, donde muere más gente que en una guerra, en un país donde a pesar de no tener un enemigo declarado, vive una conflagración de hecho y conoce a quienes la dirigen y a los que están asesinando día a día a nuestra gente.

A veces pienso que son chavistas tapareados a quienes no les ha tocado una mala hora o que son familia de dudamel y dicen que ellos no hablan de política. Lo peor de todo, es que cuando alguien que está afuera, comenta en su muro o en cualquier red social, enseguida dicen: 1) Cuando te vienes a tomar el fusil. 2) Es muy fácil hablar desde afuera. 3) Ven a poner tu pecho primero. No conocen la historia del que ha salido, no saben lo difícil que es vivir auto-exiliado, pero más aún, nos atacan como si nosotros fuéramos sus enemigos, cuando realmente lo tienen muy cerca.

Vivir fuera te permite conocer otras realidades, tener otras experiencias, aprender cosas nuevas, sobre todo otra gente, adquirir nuevas habilidades y ser mucho más intuitivo. Conoces nuevas leyes, respeto y sobre todo, puedes comparar. No es más valiente el que se queda que el que se va.  Hay países donde emigrar y volver es muy común, les invito a estudiar la historia de Irlanda, hay mucho sobre eso. Lo que si les aseguro, es que cuando esta situación de Venezuela cambie, muchos de los emigrantes no volverán, se quedaran aprovechando oportunidades diferentes, pero los que regresen, estarán mucho más formados y curtidos que esos que los atacan en las redes.

Saludos y les digo de nuevo: Venezolanos, despierten, no pretendan salvar al país criticando en voz baja y viendo Globovisión. El país es de todos, pero ustedes son los que están viviendo en él. 


Eduardo José León Hernández

Barranquilla 31 de marzo de 2.017

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LA CULPA MATA MÁS GENTE QUE LA GUERRA

Tomado de www.seamosfelices.com Hace unos días escuché la sentencia que titula este escrito y me llevó a recapacitar en cuanta culpa hay en ...