domingo, 8 de octubre de 2017

AHIJADOS MÍOS, QUE VAINA LES ECHARON.


Llevar a una criatura a la pila bautismal o ser parte de la confirmación de un niño, un joven o de un adulto, es una cosa muy seria. Muchos y especialmente hablo por mí, aun conociendo la importancia y seriedad de ese vínculo, no le paramos bolas. Por eso le digo a mis ahijados, que vaina les echaron poniéndome a mí como su padrino. Esto también aplica para los que me escogieron como padrino de su boda; que bodas tienen.

A veces escogemos como padrinos a ese amigo cercano o al tío favorito, al pana de toda la vida, con quien estudiamos o trabajamos. Otras veces al jefe o algún otro personaje famoso, inclusive al sacerdote de la parroquia, que ya casi es familia. La selección del padrino o la madrina, puede inclusive crear diferencias en la familia de la criatura. Yo he escuchado a la mamá que dice: Si, que buena vaina, tu quieres poner al amiguito tuyo ese, que solo sirve para andar emparrandado, vive en una eterna fiesta! El papá le contesta: Aja si, porque la brollera de la madrina, la hermanita esa tuya, seguro que es una joyita. Solo pa' que lo sepáis, a ella le gusta mi amigo, me oíste.

Alternamente, está el lío del festejo. Quienes son los invitados, los muchos míos y los poquitos tuyos, la ropita del crío, cuantas cajas de cerveza, la comida, los pasa-palos, el whisky, las tarjetas de invitación, el vestido de mamá (la suegra que vea como hace), el salón de fiesta, preguntar si dejan llevar la bebida y cuánto cobran por el descorche, los mesoneros, alguien que cuide a los mesoneros para que no se roben el whisky, el maquillaje, que la iglesia tenga aire acondicionado, estacionamiento, valet-parcking y vigilancia. Un fotógrafo profesional, así tengamos cámaras fabulosas en los celulares, el decorador, la música, los mariachis, porque a la abuela le gustan mucho, el millo, el vallenato y por supuesto las gaitas, si es que el bonche es en Maracaibo, en época de  Navidad. Siguen con la torta de cubierta blanca y un angelito encima (hay otra torta que normalmente ponen los abuelos después del quinto whisky), los recuerditos, unos zapatos marrones para que haga juego con la cartera que la mamá compró hace cinco años, la corbata nueva, tratar de que lo bautice  el Obispo, un Cardenal o si el Papa anda por allí, que al menos le dé una nalgada, que lo mire desde la pantalla del televisor, que haga algún gesto que permita decir que Pancho estuvo por allí. Pero coño, siempre hay un coño; hay que hacer el curso pre bautismal, que ladilla. Si es muy largo, entonces mejor que sea en una iglesia con bautizos exprés, no importa que lo bautice el monaguillo.

Revisar quien es el padrino o la madrina es muy importante. Conozco casos donde han puesto gente con serios antecedentes penales e inclusive psicológicos, que andaba en vainas oscuras y nadie lo sabía, o se hacían los pendejos. Métanse en google, en las páginas de la fiscalía, procuraduría, policía, autoridades fiscales, inclusive revisen en la lista Clinton o ver si aparece en los Panamá Papers. Solo pongan su nombre y número de cédula (si también se consiguen el numero del pasaporte, mejor aún), no está demás una investigadita, eso es gratis y recuerden que si hay algo y no lo descubren, la vaina se la echan es a la pobre criatura. 

También hay que ver que no sea la novia o el arrejunte de alguien cercano, si después llegan a terminar o no se casan, si se pegan los cachos, seguro que no aparece mas por todo el territorio nacional; mucho menos si después se casa con alguna vecina. Otra vaina, asegúrense que no sea un político y aquí les pongo este ejemplo. Hay una promoción de ciertos “profesionales” cuyo padrino fue chavez y otra que lleva el nombre de maduro, eso es público y deben haber varias. Ahorita todos deben estar trabajando, pero creen ustedes que esa pobre gente podrá en el futuro entregar copia del diploma de esa promoción? Quien carajo les va a dar trabajo dentro de un tiempito? Igual le puede pasar a cualquier bebé al que le pongan de madrina a tibisay lucena o a iris varela, seguro que nunca mencionará sus nombres y como castigo del universo, nunca llegará a ganar ninguna elección en la que se le antoje participar o soñaría cada noche con el exorcista. Regla personal propia: Los nombres de miserables siempre se escriben en minúsculas.

A los padrinos hay revisarlos. Ver que tengan buenas costumbres, que vayan a misa los domingos o al menos dos veces al mes o de vez en cuando y no solo para el bautizo, la confirmación o el matrimonio. Bueno si es que yo como padre o madre también voy a misa y lo puedo verificar. Sino, con que moral?. Los padres tenemos la costumbre de hacer el bautizo de nuestros hijos, por eso mismo, por costumbre. Muchas veces sin saber lo que significa y algunos padrinos tampoco conocemos, ni asumimos es serio ese compromiso. Debemos de verdad entender y asumir que hay que estar allí, como verdaderos segundos padres, que podemos y debemos ayudar al ahijado cuando los padres no estén, lo cual no significa que tengan que desaparecer físicamente, es en esos momentos cuando hay problemas en la familia, cuando los ahijados no estén siendo atendidos como debe ser. Y no es una cuestión principalmente de ayuda económica, es mas de apoyo y compañía, de consejo, de buen ejemplo. Los padrinos deben colaborar como guías en la fe y ser ese otro padre o madre que complemente, desde su lugar, la educación integral del ahijado.

Pero a veces los padres tenemos momentos en los que solo queremos que los padrinos lleven su regalito, le echen la bendición al muchacho o a la niña y listo, que no se metan mucho en nuestras vidas; porque es casualmente en esos momentos cuando el papá (o la mamá) la está embarrando. Y allí escuchamos decir: Cuidado con esos compadres que aparecen y quieren darnos clases de moral, son solo unos metiches y averiguadores. Me van ellos a decir a mí como llevar a mi familia, no señor, están muy equivocados. Así ocurre a veces, o no?.  También algunos padrinos preferimos huir por la derecha, hacernos los suizos y decimos: No mi amor, yo no me voy a ganar a mi comadre de enemiga, no señor. Pregunto: Les suena conocido?

También hay un tipo especial de padrinos, no se si son de los peores, digamos que son diferentes o modernos, como yo. Vamos al bautizo, no asistimos a las charlas porque yo soy de iglesia y no me hace falta, me conozco toda esa vaina, yo dicté esos cursos y ademas conozco al cura. Llegamos a la fiesta, nos tomamos cientos de fotos, hacemos de nuestro show el centro de atención de la movida, nos tomamos el mejor whisky y eso si, llevamos el regalo, de los buenos. Tengo que reconocer que en dos casos casi pierdo por forfait, o sea llegue cuando ya le iban a echar el agua al muchacho. Toda mi familia allí, mi esposa, hijas, todos los invitados y yo llegué de último. En un matrimonio, pusieron un suplente y llegué después que la novia estaba en el altar, ahora mismo visualizo la cara del cura, era todo un poema cuando vio el cambio del padrino. Pero esa vez no fue culpa mía, venía de un viaje largo, se demoró el vuelo de conexión y me fui directo para la iglesia, con dos maletas. Recuerdo que un carajo, uno de esos maracuchos que se meten en todo, me dijo en la entrada: Coño y se van de luna de miel al salir del templo, que bárbaros, no van ni para la fiesta.

Ser un padrino de verdad  no es cosa fácil y a uno nadie lo obliga, uno sólito acepta esa berenjena. Yo tengo siete ahijados de bautizo y tres de confirmación. De los primeros, al mayor lo veo (y no siempre) cuando visito a mi mamá, vive a dos casas de ella. Él a veces me escribe por las redes y yo le contesto, pero solo el 80-85 % de las veces. Hay otro que es él quien nos visita a nosotros cuando vamos a Maracaibo. El hijo de mi compadre Maraquillero (así está bien escrito) me felicita el día del cumpleaños y yo a él, pero vía Facebook, ósea una vez al año y lo veo una que otra vez en misa, cuando voy a Las Lomas. De la vida del nieto de Correa me entero por lo que él mismo publica en instagram y por intermedio de mi hermana, quien si le habla casi a diario. Tengo otro, digno de llevar el apellido Reinoso como su abuelo, este  se fue a Chile; al menos con su padre hablo a veces, cuando tengo problemas eléctricos y necesito un diagrama para arreglar algún cable. Hay dos hembras en ese grupo, la hija de mi difunta comadre Ivonne, quien se perdió de mi radar hace mas de 15 años y la otra, que es la más pequeña, la única que lleva sangre de la mía, una sobrina. La vi muy pequeña esa última vez en mi casa, recientemente en fotos he visto que está bien crecida. A su padre lo he visto dos o tres veces en los últimos tiempos, pero han sido encuentros extraños, con risas y abrazos, pero igual distantes.

De los ahijados de confirmación, uno es mi yerno, en nuestra parroquia ya hace años en Maracaibo, algunos creían que él era mi hijo. Hoy es el papá de mi nieto chiquito y esposo de mi segunda princesa. Viven en el imperio y hablo con él, no sé, como siete u ocho veces al año, creo que hay como un corto circuito allí. El último, al que le puse la mano en el hombro en la catedral de Barranquilla hace como dos años, ese del Manzanillo, el buen muchacho que adora a su madre y a su hermano. A este lo tengo mas cerca, viene a mi casa de vez en cuando, no como antes, pero se que está allí. El tercero, que ya es un hombre de unos cuantos años, debe estar rayando la cuarta década, era muy alegre, aun debe serlo y no le importaba pedirme la bendición en cualquier sitio, a veces me la gritaba cuando pasaba a mi lado colgando de la puerta del autobús. A él también tengo mucho tiempo sin verlo, sin ver su siempre sonriente cara de niño.

Este texto, que en algunos párrafos parece o intenta ser gracioso, es muy serio; lo escribí por ellos, por mis ahijados. Por la vergüenza que siento de no haber cumplido con mi compromiso. Quiero que ellos sepan que existen para mí, que no los olvido, que voy a orar por ellos a diario y que los voy a contactar a todos. Quiero reparar los daños causados, de pronto ellos no los sienten, no los perciben, pero si existen. No podemos pararnos ante Dios, con el mundo de testigo y asumir compromisos que luego no cumplimos. Yo me siento con esa deuda y la voy a pagar.

A todos los padrinos, a quienes ya los son o aquellos que lo serán en el futuro, sepan que este vínculo no se rompe nunca. Es como el matrimonio, solo se acaba cuando lo Dios lo decide. Pero además, no te puedes divorciar de un ahijado. El derecho canónico contempla la disolución del matrimonio eclesiástico y se hace, pero yo nunca he escuchado del divorcio de un ahijado y sus padrinos. Si van a tomar la responsabilidad y el compromiso, háganlo en serio, miren que hasta les conviene, ya se me salió lo financiero. Se de varias historias, esas de cuando la vida avanza, donde son los ahijados quienes se han hecho cargo de los padrinos.

Dios los bendiga, donde quiere que estén.


Eduardo J. León Hernández

Barranquilla
Octubre 08, 2.017         

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